Tribulaciones de un exiliado en el Sur I – Argentina

peso argentinoComo algunos de vosotros sabéis, llevo casi cuatro meses viviendo en Chile. He tenido bastante tiempo para aprender y asimilar una forma de entender la vida que mantiene importantes diferencias con la nuestra. Especialmente destacable es la generalizada idea de que el esfuerzo debe ser premiado y el marcado carácter emprendedor (de verdad, no de eso que se inventan nuestros gobiernos y llaman de la misma forma) y de asunción de responsabilidad de sus gentes.

Pero ya habrá tiempo y mejor ocasión de hablar de Chile. Aprovechando que acabo de regresar de pasar unos días en Argentina, creo más interesante comentar sobre este país y sus gentes, cuya forma de entender la vida es enormemente diferente de la chilena y también de la nuestra. Os advierto que el relato puede resultar algo caótico. Vaya por delante que hay gente maravillosa en Argentina, como la que tuve oportunidad de conocer. Ellos son los primeros críticos de todo lo que creen que debería cambiar allí.

Antes de nada quiero contaros lo que más me impactó. En un país considerado “pobre” por casi todos nosotros, escuchar de boca de un argentino la frase: ” ¡pobres españoles!” es algo que te hace reflexionar. Ocurrió cuando estábamos conversandoacerca de los impuestos y tasas que se recaudan en España y no tenía más remedio que ir ennumerando uno tras otro. Esto está gravado, esto tasado, esto prohibido, esto multado…  Todo ello ocurría mientras me fumaba uno de los cigarrillos americanos que me habían costado alrededor de un euro por cajetilla y que en España (por nuestro bien) cuestan casi cinco veces más.

La entrada a Argentina desde Chile la realicé por el paso de los libertadores. Un túnel que atraviesa las montañas de la cordillera de los Andes a casi 3.200 metros de altitud.  Para llegar allí desde Santiago se recorre una carretera que es todo un espectáculo con sus larguísimas y empinadas cuestas en S.

En las aproximadamente dos horas que se tarda en esperar la cola correspondiente y realizar los trámites aduaneros ya se aprecian las primeras diferencias entre Argentina y Chile. Los controles argentinos son laxos. Todo lo contrario de lo que se experimenta a la vuelta. Así y todo, se tarda mucho en ellos. Por cada cuatro viajeros que despachaba el funcionario chileno en la comprobación de pasaportes, el funcionario argentino despachaba uno. Claro que, escribiendo a máquina tan sólo con el dedo índice de la mano derecha no debería extrañarme.

En el paso fronterizo, tanto a la ida como a la vuelta, tuve un recuerdo para todos aquellos mentecatos que se empeñan en poner nuevas fronteras, en lugar de quitarlas. Estoy seguro de que ninguno de ellos recuerda lo que son los trámites aduaneros por carretera, con sus colas correspondientes y registros de vehículos. También me acordé de sus progenitores.

Tras un par de detenciones prolongadas para desbloquear la carretera (las lluvias provocaron dos derrumbamientos que obstruyeron el camino), llegué a la terminal de autobuses. Allí encontré ya al primer cambista del mercado negro, que cambiaba los dólares a 9,50 pesos (cambio oficial 7,80) y los euros a 13 pesos cada uno (cambio oficial 11,15). Cambié algunos euros para los primeros gastos.  Luego, con algunos pesos en el bolsillo, pude negociar mejores cambios las siguientes dos veces. También cambié a 13,50 y a 14 pesos por euro. Para entonces ya sabía que el cambio teórico del mercado negro andaba por 14,80, pero tampoco me pareció razonable apretar en exceso un domingo. Soy amigo de remunerar justamente al que me proporciona un servicio. En la puerta de las casas de cambio hay siempre unos cuantos ciudadanos encantados de cambiar sus pesos por otras divisas. En un momento de apuro, incluso los empleados de las empresas de transporte realizan cambios a título particular.

Compré un periódico para ver un poco el ambiente que se respiraba en Argentina, y visité un supermercardo para constatar si era cierta la acusación del gobierno de escasez de productos. En el supermercado que yo estuve, encontré más variedad de productos que en un Eroski o Mercadona a los que estamos habituados. Los precios, en general, eran muy baratos para el estándar español, con la excepción de las bebidas alcohólicas, que son mas caras que en España. Esta cadena de supermercados , junto a otras, ha sido multada hace pocos días por el gobierno argentino, acusada de no ofrecer suficiente variedad de productos. Las diferentes cadenas han optado por pagar y callar. Sin embargo, la presión a la que son sometidas, provocará muy probablemente que acaben optando por abandonar Argentina, si la situación se prolonga.

Me llamó la atención otra medida que entró en vigor este pasado lunes 17 de febrero y estará vigente, al menos, tres meses. El gobierno ha prohibido la compra de dólares para importación a toda empresa que no sea una pyme. Las empresas grandes o multinacionales con casa matriz en el extranjero deberán buscarse la vida para conseguir esos dólares. Pueden realizar para ello emisiones denominadas en divisas en el extranjero (prácticamente imposible que consigan fondos por esta vía), o pedir esas divisas en préstamo a la casa matriz o a otras empresas. En resumen, para no deshacerse de sus ya escasas reservas en dólares, Argentina opta por un incremento en su endeudamiento externo, lo que disminuye aún más la confianza en su moneda y la debilita.

Por si esto fuera poco, Argentina ha encargado a Brasil la fabricación de varias series de billetes nuevos de la denominación más alta que tienen: 100 pesos (unos 7-9 euros según el cambio que apliquemos) y hay serias sospechas de que la numeración de muchos de ellos está duplicada, por lo que nadie sabe con certeza la cantidad de dinero que hay emitida en billetes. En todos los establecimientos noté una escasez enorme de moneda fraccionaria (0,25; 0,50 y 1 peso) y billetes de 2 y 5 pesos.

Pasemos ahora a la vida cotidiana de la gente. La inflación ronda ahora el 30% anual según estadísticas oficiales, pero no se las cree nadie (aunque hace dos días dieron por primera vez una cifra que ha parecido realista y ha provocado un alza espectacular en los precios de los bonos referenciados a la inflación) . Algunos sindicatos de funcionarios reclaman al Estado alzas de salarios de un 45%. La contrapropuesta del gobierno es subir un 25% en tres tramos (8-8 y 9 cada tres meses) lo que viene a equivaler a un 15% real. Las huelgas se suceden, pero los resultados de las mismas parecen escasos.

A pesar de todo esto, me explicaron que Cristina Fernández tiene casi asegurada una nueva victoria si se presenta a próximas elecciones. El gobierno se encarga de aplicar numerosos subsidios a una amplia base de la población, a la vez que impide que salga de la pobreza con sus políticas suicidas. Pero esta parte es incomprensible para muchos de ellos, mientras que las subvenciones son tangibles y, por tanto, obtienen agradecimiento. La mayor parte de la población agradece a CFK sus dádivas envenenadas. Por cierto, no se engañen. En Venezuela sucede lo mismo, aunque el hambre haya echado a una parte de la población a la calle. No es fácil desbancar democráticamente a un gobierno populista. Si, alguna vez, triunfa el movimiento en contra de Maduro que se está desarrollando en Venezuela, es muy probable que pase a gobernar otro individuo semejante.

También me comentaron que ya circula, entre los empleados de las empresas, la consigna de ir haciendo poco a poco acopio de alimentos, por si se alcanzase en Argentina el nivel de escasez que han sufrido los venezolanos.

Hablemos de gastos fijos de una vivienda. Unos 150 euros de alquiler para un piso de unos 80 m2, unos 15 euros mensuales de electricidad  que se ven reducidos a la mitad por subvenciones, unos 5 euros mensuales de agua y otro tanto de gas. ¿Les extraña lo de “pobres españoles”?

Para completar el panorama diremos que allí he conocido uno de los productos financieros mas complejos que he visto nunca. No lo ofrecen los bancos, sino las financieras de automóviles (estas compañías fueron hace muchos años pioneras en la utilización de derivados). Voy a intentar explicarlo.

Adquirir un vehículo es relativamente caro. No está al alcance de todo el mundo. Y tampoco lo está la financiación de esa compra. Al menos poniendo como garantía los ingresos regulares. Sin embargo, el nivel de economía sumergida es tremendamente alto. Mucha gente saca ingresos extraordinarios de una u otra forma. La más sencilla suele ser comprar y vender divisas en el mercado paralelo, al margen de los circuitos oficiales.

De esta forma, hay quien podría hacer frente a un pago de 3000 pesos mensuales, pero no podría obtener un préstamo para pagar la totalidad del precio de un coche, por el cual tuviera que pagar una mensualidad de dicho importe.

A este tipo de personas, bastante numeroso, las financieras de los automóviles les ofrecen un producto financiero que deja en pañales la complejidad de productos supuestamente complejos como los swaps de tipos de interés o las cláusulas suelo de las hipotecas. Estos productos son mucho más sencillos que el que voy a contarles.

Cada individuo participante pasa a formar parte de un grupo cerrado de unas 100 personas. Cada uno de ellos se obliga a aportar cada mes a la financiera la cantidad de 3000 pesos (la cifra es aproximada). Si un mes falla en el pago, deberá ponerse al día en los siguientes vencimientos con los intereses correspondientes. Si falla en un número determinado de los mismos, queda fuera del grupo y pierde lo aportado hasta el momento.  Hay un detalle más. el grupo también tiene efecto sobre el individuo.  Si fallan en el pago un número suficientemente alto de personas durante varios meses, el grupo se disuelve y todos los participantes pierden una buena parte de lo aportado.

Cada año se realizan dos sorteos en el grupo. En cada uno de los sorteos, unos cuantos individuos pueden acceder inmediatamente a un vehículo que pasa a ser de su propiedad y la financiera les concede automáticamente un préstamo por la cantidad que les faltaría por pagar. La diferencia con su situación anterior radica en que pasan a depender tan sólo de si mismos y a poder disfrutar de un vehículo.

Los individuos tienen una opción a su favor, emitida por la financiera, que les permite (siempre que estén perfectamente al corriente de pago) solicitar el préstamo y el vehículo a partir del segundo o tercer año de haber suscrito el producto.

En pura teoría financiera, todos deberían ejercitar esta opción tan pronto como les fuera posible. No se hace así por dos razones. La primera es que el cupo de gente que puede hacerlo se limita al número de gente que puede ser agraciada en el sorteo. La segunda es que el producto es percibido como un producto de ahorro por los individuos en lugar de como un producto tremendamente complejo.

A pesar de su complejidad, este producto obedece a unas circunstancias específicas que se dan en Argentina, y facilita el acceso a los vehículos a los ciudadanos, a la vez que permite a las financieras de automóviles operar con cierta seguridad en un entramado económico complejo y, a las compañías automovilísticas, vender unos coches que proablemente no venderían si no existiera este producto.

En la Europa de las garantías y las regulaciones, este producto no podría existir. Las financieras deberían demostrar que sus clientes entienden perfectamente el producto, lo que casi nunca ocurre. Las compañías automovilísticas apenas venderían coches y los individuos no tendrían acceso a adquirir un vehículo. No siempre la defensa del supuesto interés del consumidor redunda en su beneficio.

Para terminar les hablaré de Jackie. Jackie es una mujer que es la auténtica nueva reina del narcotráfico en Argentina. Argentina ha pasado de ser un país consumidor de drogas a ser un país productor, como reconoció hace un mes uno de sus ministros, por mucho que al día siguiente, otro de ellos lo negase rotundamente. No voy a entrar en el tema de la droga en si mismo, sino a llamar la atención sobre una persona que está demostrando la capacidad de desplegar una crueldad y violencia que sólo se conocían en los cárteles más violentos de Méjico o Colombia.

En próximas entregas les iré hablando de Perú y Chile. Sean felices.

AÑADIDO

El catedrático de Derecho Mercantil D. Jesús Alfaro ha tenido a bien publicar un artículo sobre lo que yo identifico como un producto financiero complejo, y me lo ha hecho llegar. El lo identifica como un tipo societario y lo explica aquí en su blog sobre derecho mercantil. La deformación profesional ha mandado en mi caso. Gracias, D. Jesús. (En Twitter @jesusalfar )

Sefuela
Sefuela

Analista financiero. Economista. Buceando en los mercados financieros desde principios de los 80.
Se de lo que hablo y procuro hablar sólo de lo que se. Al menos, en el blog. En Twitter puedo expresar opiniones puramente personales sobre otros temas.

Artículos anteriores a mi etapa en DEE pueden verse aquí http://plazamoyua.com/category/sefuela/

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6 comentarios

  1. Pues mira, yo vivo en Argentina desde hace 8 años. Mucho de lo que dices es verdad, lo de los coches, medio incríble.

    Ahora, piensa que el sueldo medio en Argentina es de más o menos de 450 dólares de USA. Por lo tanto, los alquileres son caros, la comida es cara, y por lo general todo es caro.
    Claro, tu te vienes con Eurillos y capitán general; cambiando en el mercado paralelo a 12 ó más, y luego comparas con precios de España. Si, mi hermano cuando se vino de visita en diciembre y pagamos 1300 pesos en el restaurante del jardín japonés, le pareció «super guay» que comiéramos 10 personas por 100 euros: este país es Jauja. Y una mierda.
    Por lo general los sueldos no son altos; a mi me parece eso un dineral. No se deberían comparar precios de artículos, sino capacidades adquisitivas. Lo que has reflejado muy bien con el ejemplo de los coches. Según esta teoría, el bigmac cuesta lo mismo que en USA, porque está a 29 pesos. Pero piensa que el estado le obliga a Mc Donalds a poner ese precio, la siguiente hamburguesa, por ejemplo el cuarto de libra cuesta 66 pesos, que no es demasiado caro comparado con europa, pero para nuestra capacidad adquisitiva supone un porcentaje mucho más alto de nuestro sueldo.

    Creo además que te ha faltado mencionar que hay 11 millones de funcionarios «acá» en la Argentina, y la población activa es de 16 millones, haz cuentas. Hay provincias como El Chaco que 7 de cada 10 son funcionarios. Normal en un país en el que las oposiciones no existen y los fucionarios son elegidos a dedo.

    En este país hay dos universos paralelos, uno rico; más cerca de sus envidiados USA y otro pobre; donde la gente vive con menos de 100 dólares USA al mes.ç

    Y de la inseguridad mejor ni hablo… es eso que siempre le pasa a «otro»…

    Por lo general, la gente es muy agradable y amable, hablan tu mismo idioma – que eso hace mucho – y el clima es maravilloso, así como sus paisajes. Como me pregunta mucha gente que conozco por estos lares «¿y que hacés todavía por acá, te gusta?» a lo que siempre respondo …. y si no me gustara, ya me habría ido. Por que yo en realidad me podría ir cuando quisiera, pero no me voy 😉

    Por cierto, lo de pobres españoles, no lo escuché nunca.

    • Gracias por el comentario, Eduardo.

      El post no pretende reflejar toda la realidad de Argentina. Habría sido imposible dado que desconozco mucho de ese país. Evidentemente, tú lo conoces mejor en 8 años que yo en unos pocos días que estuve por allí. Tan sólo pretende reflejar mis impresiones obtenidas en esos pocos días.

      Tienes toda la razón en el poder adquisitivo. Quizás no he sido suficientemente claro en ese punto. Cuando hablo de caro o barato, me refiero a comparación con precios españoles, y así lo he comentado hablando de «para el estándar español».

      Desconocía por completo el número de funcionarios, así que me era imposible mencionarlo. Te agradezco el dato. Tampoco he mencionado el tema de la seguridad por conocerlo sólo de refilón.

      Lo de los coches te puedo asegurar que es cierto. Estuve dos horas indagando sobre el asunto, y viendo documentos, con una persona de allí que ha utilizado ese tipo de producto.

      En cuanto a lo de «pobres españoles», probablemente no lo hayas oído nunca. Yo sí. En las circunstancias que comento. Cuando iba relatando impuestos, tasas y prohibiciones en España. Si llevas fuera 8 años, te aseguro que se te pondrán los pelos de punta cuando vuelvas.

      Te invito formalmente, si quieres, a que escribas un post sobre la vida en Argentina y complementes o corrijas lo que estimes oportuno.

      Saludos

  2. Las fórmulas de financiación de coches con sorteos y listas de espera creo recordar que ya eran típicas en Brasil en la época del escarabajo. A los últimos de cada grupo les daban el coche cuando ya lo habían pagado del todo, de ahí supongo que surgiría el entrar -en la medida de las posibilidades- en múltiples grupos y comerciar con la posición según te tocara el sorteo o se acercara el vencimiento. El otro ingrediente que da congruencia al mercado de derivados en el sector financiero del automóvil de esos lares es que la programación de compras/producción se hace en torno a la dinámica de sorteos en los modelos más demandados, por lo que los excedentes ofertados -si los hay- lo normal es que tengan más extras y sean más caros.

    Mantener esa segmentación da solidez al sistema, puesto que atrae a inversores que esperan aprovechar el diferencial con clientes que no quieren esperar ni pagar los extras. También eso incentiva una cultura de diferenciación/ostentación en la clientela más marcada de lo que estamos acostumbrados aquí en Europa.

    Como bien indicas, bastaría que las haciendas de ahí entraran a inspeccionar estas operaciones para hundir el funcionamiento del esquema. Afortunadamente el coste político por ahora sería muy alto.

  3. Alucinado con el producto de las financieras de automoviles. Todavía no lo entiendo y llevo 3 lecturas.

  4. Querido Sefuela,

    muchas gracias por compartir con nosotros tu experiencia. Creo importante que la qente conozca las experiencias de quien se ha decidido a tomar las riendas de su vida en la mano. Tú lo has hecho. Admirable.

    Lo que nos cuentas de Argentina es esencial, más que nada porque son el tipo de cosas que no lees en la prensa «normal». Estoy deseando leer las siguientes entregas.

    Incides en lo de las fronteras, y en lo de la hiperregulación. Sin duda dos de los problemas serios a los que nos enfrentamos los «libres». Mientras no consigamos un sistema bidireccional de control del poder político/estatal seguiremos siendo víctimas de la arbitrariedad del «jefe de turno y sus amigos».

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