La turba antifascista perdió las papeletas de votar

La agresión sufrida ayer por la presidenta del partido VOX en Cuenca, Inma Sequí, presenta un deleznable componente psicopatológico. Definir esta agresión sólo en función de la víctima no es suficiente para alcanzar a comprender del todo la amargura vomitiva que se esconde tras la misma.

Desconocemos los verdaderos motivos de los agresores -serán los juzgados quienes se encargen de dilucidarlos- pero sabemos que se liaron a mamporros con una joven conquense al grito de ¡»fascista»! De ser ese el motivo, ello otorga al acto vandálico una nueva y tenebrosa cualidad. No, los agresores de Inma Sequí no salieron a la calle en busca de una cartera llena de euros, no salieron a la calle en busca de una mujer débil a la que golpear, tampoco lo hicieron con la pretensión de defenderse de un ataque, ni para lanzar un comunicado en defensa de sus creencias religiosas… los agresores salieron a la calle a golpear a una persona porque piensa diferente.

Es una fascista, y merece la paliza.

No teníamos suficente con lamentar las víctimas de la delincuencia, de los hombres frustrados, de los creyentes fanáticos, ahora debemos preocuparnos por lo que pensamos y decimos, no sea que nos convirtamos en víctimas de los vigilantes del pensamiento veradero. Sólo desde la rotunda certeza del agresor de estar en lo cierto o desde su grave enfermedad psíquica es posible entender su deseo matinal de golpear en la calle a alguien porque piensa diferente.

Estigmatizar. Señalar con el dedo. Generar frentismo. Ponga usted en la mente de un ignorante la imagen de un enemigo, sus puños se encargarán del resto. La táctica ha funcionado siempre, pues siempre habrá pobres diablos apenas capaces de articular sus deseos más allá del grito y la amenaza. Todos los totalitarios de nuestra historia han aplicado esa máxima con éxito … momentáneo. Pero con muchas víctmas. Con mucha sangre. Mientras durarn. El emisor del mensaje necesita un vehículo de transmisión. Necesita de los medios para crear la crispación y el odio necesarios hasta que la aparición de los violentos es inevitable. Dar pábulo a los mensajeros frentistas, editorializar cualquier noticia que se produzca, presentar la anécdota abominable sin tamizar, convirtiéndola en paradigmática: esos son los pecados de nuestros medios de comunicación haciéndole el juego a quienes necesitan de la crispación para agrupar un montón de votos … en busca de un trocito de poder.

Cuando la discusión de las ideas abandona la palabra para instalarse en los puños, salimos de la civilización para adentrarnos de nuevo en nuestra caverna. Cuando la lucha por el poder político abandona las urnas para instalarse en la calle bajo amenazas y palizas, volvemos a ser los monos recién bajados del árbol que los violentos nunca debieron abandonar.

Y no se trata de gritar «¡cuidado! que vuelve el Frente Popular», tampoco «¡cuidado!, que vuelven los fascistas» No, se trata de gritar ¡Cuidado! que vienen los otros. Donde, si de las ideas se trata, los otros son, para casi cada uno de nosotros, casi todos los demás. Es una línea demasiado gruesa para que la crucemos sin temor.

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Hace ya bastante tiempo que expuse públicamente en otros foros de Internet la evidencia de que en España, la violencia la practican fundamentalmente los siguientes tipos de colectivos aparte de la los lumpen- vulgares delincuentes: los fanáticos deportivos (los conocidos como ultras) y los fanáticos políticos, en sus dos variantes extremas (izquierda y derecha) y los fanáticos independentistas (desde los asesinos de la ETA hasta los «moderados» de ERC y cía.
    Una cuestión inquietante es que numéricamente la suma de violentos extremistas de izquierda e independentistas es abrumadoramente mayor que la de los violentos de extrema derecha, con lo cual en vez de sacudirse entre ellos y dejarnos en paz al resto, lo cual sería el mejor regalo que podrían hacernos, los ultras de izquierda tienen la asquerosa tendencia de agredir (desde verbalmente los «moderados» como el lider de Podemos, hasta físicamente los más tarados de sus seguidores) a cualquiera que consideran o se manifiesta de derechas, como la militante de Vox, ya que para todos ellos, sin excepción, ser de derechas es sinónimo de «fascista» y por lo tanto de enemigo del pueblo, que ellos representan, encarnan y aspiran a dirigir, por las buenas o por las malas, en exclusiva.

  2. De todas formas no olvidemos que bestias o cafres (que diría Plaza) los hay en todos lados…

  3. Denuncio el ataque a Inma Sequí por parte de la totalitaria y genocida izquierda. Sí, esa que calienta
    motores con frases : “»Pido disculpas por no romper la cara a los fachas con los que discuto en tv» y “Nos vamos de cacería a aplicar la justicia proletaria” (https://www.youtube.com/watch?v=OAPiODOuxC0).

    Hay que decirlo alto y fuerte, estamos ante verdaderos genocidas intelectuales (de momento sólo intelectuales). Esa clase de “intelectuales” que sólo respetan a los de su ideología y por tanto, cuando tengan poder se convertirán en genocidas políticos.

    No olvidemos que a pesar de la ocultación que hace la “Memoria histórica” de zp, el Pablo Iglesias de la república amenazó de muerte al mismísimo Presidente de la República y mando asesinar a un diputado de la derecha desde su asiento del Congreso. Pasar de ser un genocida intelectual a un genocida político, el Pablo Iglesias del Psoe fue un claro ejemplo de libro.

    No necesitamos más reencarnaciones de Pablos Iglesa´s…. y no es imposible que ocurran (más bien es muy probable) que los tengamos nuevamente con la inevitable alianza del Psoe del histórico Pablo Iglesias con la extrema izquierda de Podemos.

    Por otra parte la violencia sufrida en la persona de Inma Sequí, es de ese género de violencia que nunca denunciarán las feministas del género. Esa otra ideología no sólo violenta, sino feminazi.

    Por tanto, en mi defensa de las libertades individuales, representadas en este caso por Inma Sequí, ella no sólo tiene todo mi apoyo, no sólo tiene toda mi admiración, también tendrá mi voto.

    Fernando Nogales

      • No sé si es un montaje, pero no lo parece… la voz yo juraría que es la de él, no se notan cortes en la misma y, ¿qué quieres que te diga?, el mensaje y actitud también…
        También es un montaje el escrache a Rosa Díez en «su» universidad?

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