La Batalla por la Ciencia Macroeconomica de finales del Siglo XX: RBC vs NMK

En una entrada anterior (Los ciclos económicos y su análisis teórico reciente) hablaba del surgimiento en los 70 y 80s de una nueva Ciencia Macroeconómica como reacción a las dificultades de los modelos macroeconómicos existentes (especialmente keynesianos) para explicar lo que acontecía. En esta entrada ahondaré en los modelos que surgieron de esa “revisión” y dejaré planteado el camino seguido por la Macroeconomía a partir del cambio de milenio.

ciclo-economicoComo contaba en la entrada anterior, la Macroeconomía de los años 70 se enfrentó al reto de explicar las causas y consecuencias de la crisis del petróleo. Entre muchas de sus consecuencias, una de las más importantes fue la incapacidad de los economistas y de los gobiernos de elaborar y diseñar políticas económicas que dieran como resultado la estabilización de la economía, en particular el desempleo y la inflación. Esta incapacidad tuvo dos derivaciones. La primera de ellas fue la famosa crítica de R. Lucas, que en 1973 expresaba la necesidad de modificar los modelos macroeconómicos para que recogieran las expectativas de los agentes como un elemento más. Lucas argumentaba que al existir tales expectativas, los agentes adelantaban las consecuencias de las políticas económicas, y en consecuencia hacía imposible de usar los tradicionales modelos macroeconómicos estructurales. Al crearse estas expectativas en el ámbito del individuo, exige que los nuevos modelos macroeconómicos se basen en fundamentos microeconómicos. En segundo lugar, la tradición keynesiana resultó herida de muerte, permitiendo que la escuela neoclásica contraatacara después de varias décadas de ostracismo haciendo suyas las prescripciones derivadas de la Crítica de Lucas.

R. Lucas
Robert Emerson Lucas, Jr. economista estadounidense profesor de la Universidad de Chicago. Recibió el Premio Nobel de Economía en 1995. Principalmente conocido por ser uno de los autores de la Teoría de las expectativas racionales

El contraataque de la Escuela Neoclásica se materializó a principios de los ochenta en los modelos de ciclos reales (Real Business Cycles, RBC). Atendiendo a la Crítica de Lucas, estos modelos se basan en la existencia de expectativas racionales de los agentes. Sus acciones se basan en el análisis de cómo los agentes esperan el futuro y cómo les afectará, condicionando tanto el consumo como las horas de trabajo que los individuos ofrecen al mercado. En particular, estas expectativas son óptimas y “racionales” es decir, no se cometen errores al crearlas. Además, se supone que los precios y salarios se ajustan de un modo flexible, por lo que shocks de demanda y monetarios no generan cambios, siendo todo cambio motivado por los shocks de oferta (tecnológicos).

Dicho de un modo más simple, los modelos de RBC suponen que los ciclos son causados por shocks tecnológicos, o reales, y que afectan a la oferta agregada. Cuando uno de estos shocks aparece, los consumidores deciden modificar su estrategia de consumo no sólo hoy sino además en los siguientes períodos, además de modificar la cantidad óptima de horas en función de los salarios reales esperados. Este reajuste en las expectativas en función de los shocks reales son los determinantes del ciclo económico. Un detalle importante es que el ciclo se puede definir como un ajuste óptimo a unas condiciones cambiantes, lo que tiene una derivada importante: el ciclo no es resultado de un desequilibrio, sino el equilibrio en sí mismo en movimiento. Como la economía está en todo momento equilibrada, las políticas económicas no son necesarias, más si cabe cuando se supone que el desempleo viene motivado por una caída de las horas ofertadas por los individuos, es decir, es voluntario.

El hecho de que sólo los shocks tecnológicos generen ciclos económicos es una de las mayores críticas que se le hizo a los modelos RBC ya desde sus inicios, pues no hay evidencia de que tales shocks adquieran tal protagonismo. En segundo lugar, al suponer que el desempleo es consecuencia de un ajuste en la preferencias de los trabajadores y no de una caída de la demanda de empleo por parte de las empresas, se aleja de la realidad. En tercer lugar, los RBC consideran el dinero neutral y los precios y salarios perfectamente flexibles. Dado que los datos y la evidencia muestran que en el corto y medio plazo esto no es así, rápidamente surgieron nuevos modelos que integraban tanto rigidez en los precios como el dinero en el análisis de los ciclos económicos y que consideraban la posibilidad de nuevos tipos de shocks, como los de demanda. A pesar de esta gran debilidad, los RBC han tenido una difusión extraordinaria, aportando además a la nueva macroeconomía varios elementos hoy imprescindibles: los nuevos modelos macroeconómicos tienen su base en los RBC y el análisis de política económica se fundamentan en este nuevo modo de entender la macroeconomía.

Los nuevos modelos “New Keynesian” (NKM) aportan a los RBC varias novedades, de las cuales comentaré tres. En primer lugar se supone que los precios, y salarios entre ellos, no se ajustan automáticamente, retomando la tradición de los keynesianos sobre este asunto. Esta hipótesis tiene dos consecuencias. Una primera implica que va a existir una relación inversa entre cambios en los precios y en el output. Un shock de demanda que eleve la misma sobre un nivel previo sin ajuste rápido de precios generará un aumento del ouput pero también, un aumento de la inflación.

NKPCEn segundo lugar, y asociado a lo anterior, los modelos NKM resuelven el problema del ajuste de precios mediante la introducción de la hipótesis de Calvo, según la cual en cada período sólo un porcentaje de empresas pueden modificar sus precios ante un cambio en las condiciones económicas. Una de las implicaciones más sorprendente de esta hipótesis es que la inflación actual va a depender tanto del output gap como de la inflación esperada. Surge así la llamada New Keynesian Phillips Curve (NKPC) diferente a las usadas en modelos anteriores, como la curva de Phillips adaptativa, y que suponía que la inflación actual dependía de la inflación pasada y del output gap.

En tercer lugar, la relación inversa entre output-gap e inflación es la herramienta que utilizan los bancos centrales para estabilizar la economía, siendo el modo en cómo este organismo se introduce en los NKM. Su actuación se formaliza a partir de una función de reacción del tipo de interés, Regla de Taylor, y según la cuál el tipo de interés, verdadero instrumento de política de los bancos centrales, se determina en función de la desviación de la inflación de un nivel de objetivo y del output-gap. Las preferencias del Banco Central se introduce también en el modelo, bajo la hipótesis de que éstos desean reducir de forma conjunta tanto la variabilidad del output-gap como de la inflación.

Durante al menos una década y media ambos modelos rivalizaron por explicar los ciclos económicos observados. Una de las mayores diferencias en el método de ambos modelos es que los RBC eran más deductivos (se basaban en el razonamiento de un modelos y posteriormente en comprobar si reproducía la realidad) mientras que los modelos NKM tienen un carácter algo más inductivo. Este hecho, quizás, ofreció una ventaja a los segundos para que, unido a que las críticas a los RBC eran más graves, se terminaran imponiendo en el mainstream de la Macroeconomía del cambio de milenio. Por otro lado, esta ventaja es la definitiva para que tanto gobiernos como bancos centrales hayan usado los modelos NKM para diseñar los efectos de sus políticas económicas.

En la siguiente entrada comentaré cómo a principios de siglo ambos modelos terminan convergiendo en un mismo programa científico para la Macroeconomía. Hablaremos de los modelos DGSE así como de un nuevo consenso macroeconómico, aunque éste tuviera una vida relativamente corta.

Autor: Manuel Alejandro Hidalgo Pérez
– Profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide.
– Licenciado en Economía en Sevilla en 1996, es también Master in economics y PHd por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, 2008.
– Experiencia en varios campos de la economía: encargado de crear la Contabilidad Trimestral Regional de Andalucía en el instituto de Estadística de Andalucía, análisis y el estudio de la misma como investigador, analista y comunicador.
http://www.upo.es/econ/hidalgo/
@manuj_hidalgo

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