Libertad, releyendo a Goethe

Supongo que habrán leído  «Fausto» de Johann Wolfgang v. Goethe, así que les resultará familiar esta cita:

„Das ist der Weisheit letzter Schluss:

Nur der verdient sich Freiheit und das Leben,

Der täglich sie erobern muss.“

pobremente traducido:

«Ésta es la consecuencia última de la sabiduría:

Solo quien debe conquistarlas cada día

merece la libertad y la vida»

faustoEstas palabras de Fausto resuenan en mi cabeza desde hace muchos años como una llamada monitoria cada vez que siento la tentación de acomodarme en las circunstancias de mi vida. Estoy absolutamente convencido de que luchar diariamente, sin miedo y con firme voluntad por la libertad individual es uno de los pilares en los que se basa mi felicidad familiar y profesional. No soy más libre porque soy feliz. Soy feliz porque lucho a diario por conservar mi independencia.

En la lucha diaria por la libertad frente al Estado (o frente a las cadenas que nos hemos ido acomodando con el paso de los años) y sus promesa de felicidad gratuita solemos olvidar fácilmente algo muy importante:  la libertad está en nosotros! El Estado no regala libertad. La libertad ha de ser conquistada, en raras ocasiones nos viene regalada. No lo duden,  hemos de buscar la Libertad en  nosotros mismos – exactamente igual que la alegría y la felicidad.

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal «guerra de autodeterminación». La autodeterminación requiere en primer lugar la independencia interna. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. Ser uno mismo capaz de identificar y reconocer los propios errores. Darse cuenta que mantenerse en estado contínuo de aprendizaje es un paso esencial para garantizar la propia libertad. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Si el estado, derramando sobre nosotros la magia social y gratuita de su cuerno de la abundancia, nos sustrae la necesidad de contribuir en primera persona en la consecución de nuestros objetivos, no solo está derrochando sus recursos, también está convirtiéndonos en discapacitados obligatorios, adiestrados en el desaliento y la pasividad, incapaces de levantarnos por las mañanas y ponernos en la tarea que realmente nos hace felices:  la conquista de nuestra vida desde nuestra voluntad.

Libertad y una feliz jornada!

Nota-Dedicatoria: mientras escribía estas líneas no he podido dejar de pensar en una amiga a la que no solo aprecio, también admiro. María Blanco, gracias por todos y cada uno de esos momentos en los que has puesto tu voluntad y tu vida a tiro de las mías.

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

11 comentarios

  1. Comparto completamente la reflexión. Es difícil escuchar palabras como estas, y más complicado aún pronunciarlas sin que a uno se le tiren al cuello. La libertad es una meta por la que hay que luchar a diario, y en todos los ámbitos de la vida. Un saludo

  2. Siempre ocurre lo mismo: a medida que se va acercando la cámara al primer plano, a medida que la comedia empieza a convertirse en tragedia, desaparecen las respuestas claras y rotundas y empiezan las divagaciones sobre un mundo imaginario en el que estas cosas malas no pasan.. y todo va bien siempre… y no hay que preocuparse de esas cosas…

    Es curioso, con los comunistas y los actores malos ocurre lo mismo: no aguantan el primer plano.

  3. ¿Y si entre usted y los demas «voluntarios» no hay suficiente para dar de comer? ¿Los pobres se mueren de hambre?

    ¿Y si entre usted y los demas «voluntarios» no hay suficiente para que estudien los hijos de los pobres? ¿Los condena a la ignorancia y a la pobreza para siempre?

    ¿Y si entre usted y los demas «voluntarios» no hay suficiente para darles cuidados médicos? ¿Los deja en manos de la enfermedad y la muerte?

    • Dado que mis recursos son limitados, no puedo darle una respuesta. Si puedo decirle que, si el estado no robase el 40% de lo que generamos, si no impidiese el acceso al trabajo mediante legislaciones absurdas, el número de necesitados sería infinitamente menor. Lo que sí puedo asegurarle es que jamás le enviaría a su casa a mis agentes armados para robarle dos de sus 5 manzanas.
      La responsabilidad tampoco se compartimentaliza, igual que la libertad: se es responsable, o no se es. Pero yo puedo hacerme responsable de un número definido de casos en función de mis recursos, no en función de lo que otro cree que deben ser mis recursos disponibes. En su día intenté explicarlo: https://desdeelexilio.com/2010/10/04/a-la-felicidad-por-el-estatismo-o-no-ii/

  4. Dicen que la vida es como el cine: en plano general parece una comedia, pero en primer plano es una tragedia. Su panegírico a la «libertad» sólo sirve para el plano general. Acerquemos la cámara a ver que pasa:

    ¿Está usted a favor de que el estado alimente a los que no tienen para comer? ¿sí o no?

    ¿Está usted a favor de que el estado ofrezca educación a los hijos de los que no tienen recursos? ¿sí o no?

    ¿Está usted a favor de que el estado ofrezca cuidados médicos a los que no pueden pagárselos? ¿sí o no?

    Peros que el estado dé estos servicios obligando por la fuerza a pagar impuestos ¿le convierte a uno en un esclavo? ¿sí o no?

    Y entonces ¿existe realmente una frontera clara entre la libertad y la esclavitud, más allá de la simple retórica vacía? ¿o somos todos socialdemócratas, unos más y otros menos? Y si somos todos lo mismo y solo nos diferenciamos en grado ¿podemos arrogarnos la exclusividad de la «libertad» acusando a los que no comparten «grado» de no defenderla?

    • ¿Está usted a favor de que el estado alimente a los que no tienen para comer? ¿sí o no?

      No, estoy a favor de hacerlo yo. Junto con todos los que decidimos hacerlo, controlando nosotros el destino de nuestra ayuda.

      ¿Está usted a favor de que el estado ofrezca educación a los hijos de los que no tienen recursos? ¿sí o no?

      No, estoy a favor de hacerlo yo, junto con todos los que decidimos hacerlo, controlando nosotros el destino y efectividad de los recursos.

      ¿Está usted a favor de que el estado ofrezca cuidados médicos a los que no pueden pagárselos? ¿sí o no?

      No, estoy a favor de financiarlo yo, junto con todos los que decidimos hacerlo, a través de seguros privados de salud solidarios (voluntariamente), ayudas directas.

      que el estado dé estos servicios obligando por la fuerza a pagar impuestos ¿le convierte a uno en un esclavo? ¿sí o no?

      Es peor: no sólo te convierte en esclavo, abusa de tu estado de esclavitud. Es la mafia dotada de poder judicial.

      Creo que esas respuestas satisfacen también las últimas preguntas.

  5. Magnífica entrada, Luis. Mis felicitaciones por tu denodado esfuerzo en pos de la libertad individual.

    Pablo el herrero

Los comentarios están cerrados.