Ostracismo: el voto negativo

La primera democracia de la historia fue la ateniense. En ella había una fórmula sencilla pero sumamente eficaz de quitarse de encima a los líderes, legisladores y gobernantes que no gustaban: escribir su nombre en una pieza de cerámica, llamada ostrakon. La suma de ostraka (ostrakon en plural) o piezas de cerámica determinaba, si superaba cierto número, el exilio de aquel cuyo nombre apareciese escrito en ellas.  Con ese ingenioso método se quitaron de encima los atenienses a muchos de sus peores gobernantes, así como a algunos de los mejores, en los peores momentos. La palabra ostracismo deriva de esta ya perdida costumbre de los atenienses. Sin embargo su democracia (o gobierno del pueblo) sigue existiendo, si bien ya no es tan directa como lo era entonces (ni puede serlo, a pesar de lo que crean algunos utópicos). Nuestras democracias representativas modernas son un imperfecto apaño político para evitar las guerras por el poder y para canalizar éste del modo que menos desbordamientos populares produzca.

La institución del ostracismo nunca, que yo sepa, ha sido aplicada en nuestras modernas democracias. Existen fórmulas como la moción de censura, pero eso no tiene nada que ver con un voto negativo de cada ciudadano individual contra el gestor de lo público.

Bromeaba yo hace tiempo con unos amigos sobre la posibilidad de recuperar esta institución para nuestras democracias de una forma apropiada a las mismas: el voto negativo en las elecciones. Y es posible que por aquí lo haya dicho mi bocaza en algún comentario. El voto negativo no sería otra cosa que un voto no a un candidato o partido, sino CONTRA ese candidato o partido en particular. No contaría en positivo, sino en negativo. Así, si un partido, llamémosle PPSOE, recibiera 100 votos positivos y 50 negativos, su resultado neto serían 50 votos. Ganaría las elecciones aquel partido que tuviera un resultado neto positivo mayor (o uno neto negativo menor, en el peor de los casos). Quien votara en negativo pondría su ostracon en la urna, y no podría votar en positivo. Podría decir qué representante o grupo de representantes NO le representan en modo alguno, pero entonces NO podría decir que sí a ninguna otra opción política.

Creo que la restauración de la vieja institución democrática ateniense del ostracismo de esta forma podría contribuir positivamente, con su negatividad, a la profundización de la democracia en nuestro país, y en cualquier otro que se aplicase. Las consecuencias de recibir la ostraca no serían tan graves para el candidato o grupo de candidatos como un exilio, simplemente perderían las elecciones, y seguramente mucha más gente se animaría a votar, para ver las caras largas de sus políticos más odiados.

Propongo que se recupere la institución del ostracismo a través de la inclusión de la posibilidad del voto negativo en las elecciones políticas. Este sería un divertido y POSITIVO modo de recuperar el aroma a autenticidad de la democracia, tanto tiempo tapado por la halitósis de corruptelas e intereses partidistas que exhalan los discursos de nuestros….¿representantes?

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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61 comentarios

  1. Solamente añadir unas últimas cosas a modo de conclusión, pues creo que es mi deber de «proponente» de la chorrada de la semana: el voto negativo parecer ser un instrumento de destrucción más que de creación, por lo que puede resultar más atractivo al votante de izquierdas y marginal. La ideología de izquierdas, en la medida en Mises tuviera razón, se basa en la envidia. Esto  nos lleva a que muchos de sus electores se inclinan más por el voto negativo que por el positivo. Por otro lado se cumple mi predicción, al menos en esa muestra que digo que quizás no sea representativa, de que aumenta el número de votantes. La gente que no suele ir a votar, si se ve incentivada con la posibilidad de destruir, tiene mucho sentido que lo haga para destruir a un partido de derechas, pues mucha de ella es ignorante, pobre, desencantada pero sin criterio político alguno…los, digamos, «liberales» entre ellos serían, como entre la población en general, o incluso más, muy minoritarios.

  2. Creo, de todas formas, que lo que nos trae Cara de Palo es suficiente para abandonar este divertimento. Yo, por lo menos, me doy por vencido.

  3. No obstante no sé si los votantes de ese blog serán o no una muestra «representativa». ¿Qué clase de gente entra en él? ¿Son de izquierdas? ¿De derechas? ¿objetivos?….eh, oh, uh….haajaaaaaaaaajajaajajaajaa. 

    Lo que serán es principalmente jóvenes y jóvenas con acceso a internet que aprovechan para votar con toda la energía de la adolescencia y la rebeldía, aún las anteriores a la edad legal de votar, para echar al PP. Pero bueno, esto que digo es lo que creo. No lo sé.

    • Como en este país a muchos la adolescencia les acompaña hasta la senescencia, puede que hasta sí resulte ser una muestra representativa, después de todo.

  4. ¡Vaya! Ya imaginaba yo que una idea tan poco original ya tendría que haberla tenido otro antes. De todas formas no es la primera vez que me pasa. Gracias por traerlo a colación, Cara de Palo.

    No votar mola más. Un país gobernado por Cayo Lara es demasiado para mi, por mucho que me digusten las cosas tal y como están ahora.

  5. La idea de Germánico no es nueva. En este blog se hizo el experimento y el resultado es…  Bueno, comprobadlo vosotros mismos.
     
     

    • Ciertamente, parece que no es una muestra muy representativa (está muy escorada a la izquierda), pero la cuestión es que, al menos, ya se ha hecho un experimento con esa idea.

      • Parece lo que se podría esperar de antemano. Los votantes del PP y del PSOE que no pueden cambiar de voto, por el problema psicológico que sea, pero que sí pueden abstenerse si su partido lo ha hecho rematadamente mal, pasarían al voto negativo, que siempre motiva.

        Parece que favorecería especialmente a los partidos marginales y nazionatas.

        En todo caso, y más en general, tiene pinta que haría partidos más «timoratos» y demagógicos, al intentar no enfadar a nadie. No veo nada claro que eso favorezca gobiernos mejores. Tampoco peores.

        Le veo más sentido al ostracon clásico. Usted, señor, ha alcanzado demasiado poder, y le tenemos miedo. ¡Fuera de la polis!

  6. Todo lo que no imponga límites al ejercicio del poder conduce al poder absoluto que  corrompe absolutamente, de Lord Acton.

  7. En cuanto a sistemas electorales y demás mecanismos para designar y controlar la función política, la República Constitucional propuesta por Trevijano me parece un muy buen documento de partida bastante desarrollado.  Personalmente la mayor pega que le veo es la total ausencia de límites al ejercicio del poder, que siendo un pecado capital y un suicidio para el sistema, no deja que quitar mérito a la propuesta…

  8. Eso de «simbólicamente» es lo interesante de verdad. recuerda a la doctrina y práctica medieval del segundo cuerpo del Rey. Sin duda, no mueres.Ahora bien, si Germánico fuera condenado en símbolo, por Internet y TV, para que todos lo odiasen y despreciasen, y en todas las plazas apareciera su imagen con sambenito…el efecto sería aún más devastador que la simple muerte física.Por siempre, más allá de su muerte, Germánico sería un nombre odiado y detestado.
     Cuidado con pensar que lo simbólico es solamente algo más light, un simple «como si fuera»…

    • No me pongas como ejemplo, por favor. Me aterra la idea. Pero un voto negativo a un partido simbolizaría que no quieres que gobiernen, nada más.

  9. Pues entonces no sé si he entendido bien lo que es el impeachment, porque, la verdad, yo lo que he entendido me recuerda a la iniciativa legislativa popular, pero ampliada, que por cierto en nuestra democracia apenas surte efecto y si no gusta la propuesta a los Sres Imputados del Congreso se aborta con cualquier pretexto legal ad hoc y punto.

    Dios me libre -si es que existe, Pgas- de proponer nada que acabe con nadie colgado, salvo que sea simbólicamente. Ni siquiera un Mussolini.

  10. pgas:
    Sí, es muy curioso, en teoría la «gente naranja», con su «todas las cosas son intrínsecamente buda», tenía todas las papeletas para generar un orden social de igualdad, etc. como el occidental. Por qué no ocurrió, ni idea, pero ni en la India donde nació, ni en China, ni en el Japón donde más creció surgieron esas ideas, normas y principios, sin los cuales, por ej. el liberalismo jamás habría existido.Y nada autóctono parecido ha existido jamás en esas áreas.

    Germánico: El ostracismo que propones no anda lejos del «impeachment» ni, algo más allá, en el estilo homicida habitual de las izquierdas, de Benito Musolini colgando cabeza abajo. 

  11. Si, estaría bien, en la medida en que pudiera hacerse de forma económica y rápida.

  12. El sistema que propones, si no lo he entendido mal, es para castigar una mala gestión mientras esta está en curso. Yo propongo una declaración de principios, desde el comienzo mismo del ciclo electoral, sin tener que interrumpir este, y extremadamente sencillo y poco costoso de establecer.

    • No solo reprobar una mala gestión, sino cualquier iniciativa: proyecto, ley, enmienda. Piensa lo que ahorraríamos de mamandurria en 4 años.

  13. ¡¡¡Troll!!!

    Esos métodos propuestos me parecen muy complicados. El voto negativo ahorraría costes y además haría que aumentase el número de votantes -que no de electores.

    • Complicada es la declaración de hacienda si la haces tú mismo, para eso está la informática, un anexo más a la declaración y solucionado. Reconozco que el sistema sería lento pero tiene todas las garantías.

  14. Hombre ‘hermano’ Dhavar, se dice que hace 2500 años, cuando se iniciaba la democracia ateniense, en un confín del mundo un hombre alcanzó la iluminación. Como eso sucede muy raramente sus seguidores fundaron una religión naranja sin ayuda de Dios, basada en la fraternidad universal, ¿seguro que no los ha visto por ahí?

    Germánico, como no me he leído todo el artículo he pensado que era mejor hacer de troll con conciencia atea. Una pérdida de tiempo, asi que no me andaré por las ramas:
    El ostracismo es otro de los derechos políticos que el sistema niega a sus gobernados, y solo se reconoce a los políticos en algunos países, el ‘impeachment’. Simplemente, cualquier iniciativa legal de los representantes políticos debiera poderse llevar a cabo por el mismo nº de electores que los eligieron, y ser refrendada a su vez por todo el cuerpo electo, y si no por todos los electores.

    Saludos

  15. ¿Escaños en blanco? parece interesante.

    En general todos los post que tienen varios comentarios suelen ir poco a poco convirtiendo el hilo de comentarios en una digresión del tema, como en el juego del teléfono estropeado se pierde el mensaje inicial y se convierte en otro que, a veces, nada tiene que ver con el original. Esto para que los teóricos de la información y la racionalidad humana tomen nota.

    Yo de griegos y romanos tuve mi época de entusiasmo. A mi lo que me sorprendía bastante es lo diferentes que eran de nosotros, que SON aún, leídos, de nosotros. No hablo de otra naturaleza, por supuesto, pero en efecto esa idea de un Dios único parece haber cambiado muchas cosas en la mente de las personas. Incluso el ateísmo podría considerarse una derivación natural del mismo. Si lo pensamos bien, cuando imperaba el politeísmo, la gente creía y no creía. Elegían en el mercado de dioses su marca, y los usaban para celebraciones y actos sociales. Con un Dios único tenemos a un dictador, y el ostrakon del ateísmo aparece en muchos bolsillos.

  16. Colegas, me parece a mi que Germánico ha propuesto una idea, mejor o peor, pero interesante, y más bien no le estamos haciendo ni puto caso al asunto. Y el caso que es que da juego, y hay de donde tirar.

    A mi me hubiera apetecido, en la línea de otra alternativa civilizada de expresar el descontento con el sistema, o con «la casta», la propuesta de Escaños en Blanco. Es un ejemplo. Y seguro que hay otras muchas cosas que pueden caber dentro del tema propuesto. Pero si nos vamos, nos vamos, aunque me parece una descortesía con el autor que se ha molestado en hacer una entrada, y en darnos conversación.

  17. Pgas:
    Es completamente irrelevante si Dios existe o deja de existir.En cuanto a su presencia y producción de efectos en las sociedades humanas, es absolutamente brutal, como es obvio.No contar con dicho factor y darse la torta es todo uno.
    Respecto a lo que dije  de que la idea de que todos tienen la misma dignidad, y pueden participar, un hombre un voto, los «derechos naturales» tan del gusto de los liberales y toda las pesca, es un simple hecho histórico incontrovertible que son producto de las civilización cristiana, que parte del axioma, a partir de Pablo – no antes, por cierto- de la hermandad universal de todos los hombres bajo un Padre-Dios. Esa idea fuerza ha producido las ciadas antes, te guste o te disguste.
    Y son casi abrumadoramente exóticas. Jamás el mundo antiguo las conoció, y ninguna de las otras fuentes de civilización-China, India, etc.- ha engendrado nada semejante .
    Esto es , simplemente, un hecho. Si a tu conciencia atea le repugna deber sus fundamentos morales a ideas teísticas, pues se siente. Esto es así, qué le vamos a hacer. Los hehchos, primero.

    • Dhavar, un matiz.
       
      Has escrito «los “derechos naturales” tan del gusto de los liberales «. …Y me rechina.
       
      ¿Los liberales consideran el derecho como la aplicación de unos «derechos naturales» previos e inmutables? ¿O más bien un constructo resultado de la interacción humana? Yo apostaría por la segunda: http://bit.ly/ddq1tA

  18. Germánico:
    No es una idea, se trata de ver los hechos desnudos como son. El Monarca , el Dictador, El Presidente electo, sólo es un primus inter pares.
    Por ej., ese país donde se dice que cualquiera puede llegar a Presidente es la prueba viva de lo que digo: El 90% de sus Presidentes están emparentados y pertenecen y han pertenecido a las mejores y más poderosas familias del país.
    Respecto a «mejores», me imagino las sonrisas de complicidad con las que le dieron un toque moral a lo que siempre ha significado «los más fuertes» – y ricos, por eso la etimologóa de «rico» es la misma que la de Reicht y Rey. 
    El discurso que recibe Barry Lindon cuando se le abre el círculo del poder Inglés, recién tomado por la casta de truhanes financieros que entronizaron la casa holandesa de Hannover y arrebataron el poder monetario es magnífico, cuando le dice: No somos los más nobles ni los más ricos, ni siquiera los más bellos. Somos, simplemente, «los mejores», es decir, los que contamos para todo, y los demás son simples capataces.
    Ésa es la cosa.
    Es de lo más infantil pensar en un mundo «regido» por señores que saben mucho y son muy buenos, o, como aquí se ha dicho con bastante arrogancia, qué horrible es la oclocracia en la que vivimos. 
    Eyes wide shut, vamos. 

  19. Lo de igualdad esencial será en espíritu evangélico, supongo. Desde el primer momento que aparece la aspiración al reino de Dios hay una teocracia jerárquica al mando de la ‘Iglesia’, término que significa asamblea en democracia, el cual se apropian para representar al rebaño y sus pastores. Enfín, dudo que haya una ‘cultura cristiana’ digna de tal nombre sin ‘cultura griega’ detrás.

    • No soy yo quien lo dijo, luego no debería responder. De todos modos, lo hago:
       
      «Igualdad esencial» en tanto que hijos de Dios. Y, en efecto, el cristianismo es judaísmo+Grecia+Roma.

    • Aquí el pueblo no puede tratar como apestados a los poderosos, cuando está él mismo inmerso en un relativismo moral que niega los cimientos de nuestra civilización.

    • Plazaeme, aquello era propio de una sociedad fundamentalmente agraria. A medida que la sociedad romana se fue haciendo más compleja, más urbana, y más cosmopolita, con influencias de Grecia y de Oriente, esas buenas y recias costumbres se fueron evaporando. Los romanos, poco a poco, fueron perdiendo el respeto por las virtudes de sus antepasados.
       
      Por cierto, no son pocos los conservadores norteamericanos que ven un paralelismo entre ese fenómeno y la historia de los EE.UU. Yo creo que no les falta razón. El equivalente de las influencias helenizantes sería ahora el contagio de la decadentes europeos. Los focos del inexorable proceso de corrosión moral serían los campus universitarios, los medios de comunicación y el estilo de vida de las grandes urbes.
       
      La reserva moral de la nación estaría en las pequeñas ciudades del interior, en las familias tradicionales, trabajadoras y creyentes, las que ponen la bandera nacional junto al garaje, y tienen una foto enmarcada del hijo mayor (o de la hija) con el uniforme de los Marines.
       
       
       

      • Cara de palo, teniendo en cuenta que Cicerón era un gran defensor del mos maiorum, me parece muy dudoso considerarlo propio solo de una época particularmente «agraria» de Roma. En todo caso solo pretendía señalar que sí es posible ser al mismo tiempo poderoso y apestado, pero no dedicarme a hacer esgrima con la historia.

        • Lo que digo, Plazaeme, es que se fueron perdiendo las virtudes clásicas. Naturalmente que hubo firmes defensores y partidarios de las viejas costumbres y virtudes en épocas tardías, como los hay en nuestros días, en medio de la telebasura, las rayas de cocaína y las comisiones por contratos con las AA.PP.

          • Estamos mezclando dos cosas diferentes, aunque relacionadas, y una de ellas no me interesa. La «virtudes» es un asunto muy subjetivo. Las mores son formas: reglas.

            Una de nuestras aberraciones es la virtud. Que hemos convertido en «ser». Ser de los buenos.  Por ejemplo  Cayo Lara demuestra sin el menor rubor que es un peligro público al decir, hoy mismo: «Tendremos dificultades al explicar a nuestros hijos por qué los buenos fueron condenados».

            Con ser de los buenos (virtud) ya da igual lo que hagas (mores). El pèligro es el abandono del mos maiorum, y no de la virtud. Porque los «buenos» (virtud) pueden robar a mansalva, o cargarse alegremente el derecho de defensa, sin mancharse. Porque son de los buenos. En cambio, si valen los mores, quien atenta contra ellos, sea quien sea, y tenga el poder que tenga, es un apestado. De eso es de lo que hablo, y me paree que tiene que ver con la idea del ostracismo, aunque en otra vertiente. No tiene más importancia.
             

  20. No sé si la idea es buena, habría que darle unas vueltas. Pero es, en principio, «apetecible».

    Y tiene otra virtud más importante. Señala un síntoma de una enfermedad de la que no nos atrevemos ha hablar con mucha claridad. El tipo de democracias que conocemos, mientras nacieron y se fueron haciendo, demostraron que creaban unas sociedades de eficacia espectacular. Pero tienen toda la pinta de haber alcanzado hace tiempo un nivel máximo, y de estarse degradando hasta convertirse en un sistema de gobierno francamente incompetente. Por eso hay germánicos imaginativos y valientes que buscan cambios radicales, sistémicos. Ven que no funciona.

    • Gracias por lo de valiente e imaginativo, Plazaeme. Quijotesco es otra forma más castiza de decirlo. Toda la valentía e imaginación que tenga nacen de la desesperación. Una desesperación efectivamente producida por la contemplación inerme y maniatado de cómo se pasean por la platea los demagogos, los sicofantas y los tiranos sin que nadie desde el público pueda tirarles un tomatazo bien fuerte.

      • En la misma línea del ostracismo, pero a nivel social, yo siempre propongo que se haga el vacío a «la casta». Tratarlos como a apestados. No sé, hacer por ejemplo una norma del club que impida el acceso a políticos, y la expulsión de los socios que se conviertan en tales. Protestar en el restaurante si en la mesa de al lado te tocan unos políticos reconocibles. -¡Oiga, que esto no es una pocilga!- Cosas así.

        Pero me temo que es una propuesta tan poco realizable como la tuya. No lo entiendo, pero a la gente se le hace el culo mantequilla en cuanto se le acerca el poder. Debe ser autodefensa, para que la sodomización vaya más suave. 

        • Si fueran apestados no serían poderosos, los parias no entran en la élite en un sistema de castas.

          • Por ejemplo, un mafioso ruso de Marbella, con mucho dinero, rubias espectaculares de alquiler, y un Rolls Roy rosa, jamás sería admitido en el club. Es muy poderoso, pero es un apestado.

            Posiblemente estoy hablando de un mundo que se acaba. Por ejemplo, Javier del Rosa era el rey del Mambo en Barcelona, gracias a Pujol. En mi pueblo, y entonces, nunca le hubieran recibido en un sitio respetable.

            Sí, se puede ser muy poderoso, y ser un apestado. Al menos antes se podía; pero se están perdiendo las mejores costumbres. Tus amigos, los romanos, le llamaban mos maiorum.

  21. Germanico, a veces me pregunto si es posible una democracia verdadera cuando tenemos un gran número de votos con el nivel de desinformación y/o ignorancia que hay ahora mismo en España. O si esto es democratitarismo y democracia es otra cosa. El problema es que una mayoría ignorante siempre impedirá hacer lo necesario. Aunque tampoco creo en las dictaduras, ni en una medida mágica de la razón. Pero quizás lo mejor que nos podía haber pasado era un pase, vuelta y vuelta, por la tecnocracia como en Italia y Grecia. No estaría mal institucionalizarlo de vez en cuando.  

    • Como las dictaduras en la antigua roma, Sefuela, que se establecían para un propósito concreto y por un período de tiempo limitado. El ejemplo más egregio de dictador fue Cincinato, si no recuerdo mal. 

      Nuestro demo-cretinismo o, como dices, totalitarismo democrático, impide los cambios a largo plazo, los estructurales, los más necesarios. Los partidos están atrapados en el llamado ciclo electoral y miran por el voto y el logro del poder, pero no por poner los cimientos de una sociedad más justa y libre.

      • Bueno, hasta que se pusieron de moda (el poderoso era el que creaba el problema que luego su dictadura solucionaba). Y acabó llegando el imperio, claro. Para estar todo el día con guerras civiles entre dictadores to be, era mejor.

        • Ninguna solución es por siempre satisfactoria, y ni la mejor  ley, en manos del mal legislador dispuesto a interpretarla a su antojo, sirve para nada.

  22. Esa es una de las ideas centrales de tu discurso. Pero deberíamos quitar todo su esplendor al término, que a fin de cuentas reflejaría el «gobierno de los mejores». Ese gobierno «de los mejores» no se ha dado en nuestras democracias modernas salvo en contadísimas ocasiones y siempre con la feroz oposición de la gente. Sí que ha habido aristocracia de la que sale tras ungir convenientemente con heces a la clase aristocrática.

  23. En definitiva, el único  sistema político real, más allá de disfraces verbales, que ha habiado, hay y habrá siempre es: La Aristocracia. (Que es justo el que todo el mundo pasa por alto)

  24. Eso es. Pero Platón no tuvo nada de «Platónico» en su vida.Y toda la gente que debate con su Sócrates es exclusivamente la aristocracia de entonces, gente bien únicamente, las élites de toda la vida.Ellos querían volver a los buenos tiempos en que ellos y sus familias reinaban tranquilamente. De ahí su desprecio por el compromiso con los «demos».

    • Ni en su vida, como amigo de los tiranos siracusanos, ni en sus escritos, en particular su República. Y su maestro Sócrates, protagonista de sus diálogos, era considerado más bien proespartano.

  25. Bueno, Dhavar, nunca están de más unos apuntes históricos matizantes. Se agradecen. Casi todo surge de pugnas y luchas. Los tipos ideales quedan para…platónicos.

  26. No daña tu argumento, ya que sólo es un «topos» retórico, pero señalo, aunque supongo que lo sabes que:
    -El tipo de organización que los griegos llamaron democracia fue universal, en absoluto ni inventada por ellos ni única ni ninguna de esas sandeces de prestigio. 
    -Cualquier parecido con nuestra idea de «todos» participan, sufragio universal, pueblo entendido como todos y cada uno, etc. y lo de los griegos es pura coincidencia. Eso sólo fue posible concebirlo a partir de la idea única de la cultura cristiana de la igualdad esencial de todos, completamente desconocida o bien detestada, en todo el mundo antiguo. 
    -Lo que hicieron fue una alianza del campesinado pequeño propietario y los artesanos frente a la nobleza – Paltón, Aristóteles y sus amigos-, para exigir a la Nobleza tener su voz y voto en las asambleas.
    Y se les dió, con el resultado previsible, entonces igual que ahora: Los aristócratas pasaron a ser los monarca electos y legitimados por dicha alianza fundamental.
    Eso mismo significaba la fórmula Senatus Populusque Romanus que, tras la monarquía antigua, articuló la Res-Pública Romana.
    En Grecia, por otra parte, eran sólo los campesinos con ciertas propiedades y los artesanos propietarios los que tenían esa «voz» más formal que otra cosa. Ni trabajdores, ni mujeres, ni metecos, ni esclavos, ni pobres participaban. Sólo un 5-6% de la población, además totalmente dominado por las grandes familias, lo mismito que ahora y que siempre. 

  27. Idea simpática, pero impracticable.  En los casos extremos produce situaciones ridículas o incongruentes:  Si todos los votos van a un solo partido y el saldo sale negativo…  Si los partidos mayoritarios quedan con un saldo menor que fuerzas secundarias…

    Además, ante una norma así los partidos grandes sacarían franquicias para blindarse contra la concentración de votos en una sola marca.  Sólo tendría cierto sentido en un esquema bipartidista, pero sería ridículo entonces, pues el voto negativo a una opción sería exactamente lo mismo que uno positivo a la otra.

    Creo que infinitamente más importante que el sistema electoral es la limitación del poder.  Primero sacando de las competencias gubernamentales la emisión de moneda y el control del sistema financiero -más que nada por lo sencillo que es conceptualmente y ser algo concreto sobre lo que sumar apoyos-.  Ya luego lo de explicitar en la constitución qué es función de quien y dejar fuera todo lo que no esté en la lista sería el remate.

    No suena bonito, pero prefiero una dictadura pequeña que una democracia grande.  El que se escandalice es que no ha entendido nada, pues ambas son formas de tiranía arbitraria. 

    • Yo creo que serviría al menos, Juano, para saber por dónde van los tiros. Pero de tus palabras no deduzco que sea impracticable, sino que los resultados que saldrían de que existiera esa posibilidad te parecen, en el mejor de los casos, irrelevantes, y en el peor pésimos. Yo creo no obstante que se abrirían posibilidades insospechadas y daría una mayor transparencia al proceso de decisión de los electores. Pero al margen de que sea practicable o no, no se va a practicar ni nadie va a platicar sobre ello, así que queda como un divertimento de los que participamos o pasamos por DEE. 

      Por cierto que lo que propones sobre el dinero tiene pocos defensores, y quizás fuera muy bueno. Pero va contra las intuiciones y los miedos de casi todo el mundo. ¿Una dictadura pequeña? ¡¡Eso no tiene entidad ya para escandalizar a nadie!! 

       

  28. Además ten presente que si votasen contra el PP dejarían de votar a sus partidos.

  29. Como dicen los chinos, «ten cuidado con lo que deseas».
     
    Si esa práctica electoral se implantara en España, todos los votantes potenciales de izquierdas, junto con los nacionalistas catalanes, vascos o gallegos, unirían sus fuerzas para votar contra el principal partido de sus odios: el PP.
     
    Los potenciales votantes del PP, por el contrario, no podrían concentrar sus votos negativos en un solo partido. Es probable, por tanto, que el invento acabara favoreciendo a la izquierda y a los nacionalistas. 
     
    Juzga tú mismo si eso es lo que le conviene a España.

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