Ya estamos otra vez… (Act.)

Hoy, a las 7 de la madrugada, un grupo de hombres (y mujeres, supongo) que forman parte del grupo ecologista dirigido por el ex-presidiario Juan López Uralde han entrado en el recinto de la central nuclear de Cofrentes para dibujar unos grafitis en la torre de refrigeración de la central.

Constituye ésta una maniobra más de la irracional campaña del mundo del ecologismo contra la fuente energética más segura, fiable y competitiva que tenemos en nuestro país. Maniobra orquestada de cara a la opinión pública porque, allí donde van, se llevan a sus periodistas puestos. No en vano, media hora después de entrar en la central ya estaban (con fotos y vídeos) en las primeras planas de los diarios más importantes de España.

Como parte de su discurso siempre destructivo y que nunca aporta soluciones (reales, viables e implementables, entiéndanme) llaman a este atentado contra la propiedad privada: «acción pacífica». No hay más que ir a la RAE para saber que pacífico significa: «Tranquilo, sosegado, que no provoca luchas o discordias», que es precisamente lo contrario de lo que han hecho esta mañana.

Estas acciones no son más que los últimos coletazos de una asociación radical abrumada por la evolución social y económica de los últimos años. A sabiendas de lo inútil de sus anacrónicos principios que no tienen cabida ya en nuestra sociedad, se resisten a abandonar el buque insignia de su histórica lucha para no quedarse sin razón de ser. Sufrieron el primer golpe cuando Finlandia (país bandera del ecologismo) comenzó la construcción de una nueva central nuclear. El siguiente golpe se lo dio Francia, luego el Reino Unido, luego Italia, luego Alemania…se quedan sin salida, se quedan sin sentido, se quedan sin futuro. Únicamente les quedan respuestas violentas como ésta, como invadir una propiedad privada para llamar la atención, como llevarse al periodista con ellos para salir en los medios, como mentir una y otra vez sin demostrar nada. Déjenlos, son como un niño al que se le ha roto el juguete.

Hay dos formas de entrar en una central nuclear, estudiando muchos años o saltando una alambrada. Algún día podrán contarles a sus nietos que una vez fueron héroes y consiguieron entrar en una central nuclear, lo malo será cuando los nietos les pregunten cómo funciona una central nuclear…

EDITADO a las 16:20: Según el Consejo de Seguridad Nuclear (y publicado en El Mundo) hay 3 guardias de seguridad de la central heridos por contusiones. O se pegaron entre ellos o lo de acción pacífica….

Manuel Fernández Ordoñez
Manuel Fernández Ordoñez
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10 comentarios

  1. Que pena que no hayan hecho el asalto a una central nuclear en USA!!!. Allí el asalto a la propiedad se resuelve más contundentemente. Y si además es un tema de seguridad nacional.

  2. Yo no entiendo cómo no se llama a las cosas por su nombre. Los grinpiseros son unos terroristas de pacotilla, pero terroristas al fin y al cabo. La violencia psicológica (y con intenciones mediáticas) puede ser peor que la física.
    ¿Qué tal si raptan a una niña? Al fin y al cabo, todos esos colegios no son seguros y cualquiera puede hacer una fechoría, hay que prohibir los colegios.  Luego devuelven a la niña al cabo de una semana y dicen que todo era una broma pacífica, que la niña no ha sido abducida ni «nada de eso».
    Pero, estamos tontos o qué?

  3. Por si le interesa a alguien, las dos torres de refrigeración (por que hay dos) de Cofrentes están como a unos 500m del reactor, es decir, los ecolojetas se han encaramado a una de las torres que están como a medio km de la planta, físicamente separada de las torres por una valla antiintrusiones para evitar pantomimas como la de esta mañana. Lo digo porque si se da esta información, lo de la seguridad de las instalaciones nucleares se explica solo.
    También se explica solo el «pacifismo» de los intrusos con las lesiones a los seguratas, cuyas fotografías, por cierto, no he visto en los medios de desinformación…
    Imagino que Iberdrola estará ya calculando los daños y perjuicios de la intrusión para meterles a GreenPis la correspondiente demanda en el juzgado, ¿no os parece?.

  4. De la versión digital del panfleto de Pedro Jeta enlazada en la actualización:

    «Durante la acción, un vigilante de seguridad ha resultado herido leve y otros dos han requerido atención médica por contusiones,»
     «Con esta acción de protesta pacífica…»

    ??????????????????
    ¿Quien escribe esta noticia? ¿Greenpeace?

    ¿Que tienen que hacer para que la «prensa seria» no califique de «pacífica» la protesta? ¿Pasar a cuchillo a un par de operadores de sala de control?

  5. Lo triste es que a los directivos de Greenpeace poco o nada les importa la energía nuclear, la términa o la reproducción del gambón de Huelva. Lo importante es hacer ruido, salir en los medios, porque eso hace que la gente siga ingresando dinero en sus grandes arcas. Ya publicamos aquí en su día cómo a Greenpeace no le importa recibir grandes donativos de los lobbies americanos del petroleo y los medios de comunicación. Ya publicamos los sueldazos que se embolsan estos paisanos (los directivos, porque los pobres currantes idealista que se suben a la torre no ven ni un duro), ya publicamos que cada sede nacional de GP tiene que dar un 20% de lo recaudado a la sede central como pago por usar la marca (sí, la marca).
    Qué más da que sean focas, delfines o en este caso las nucleares. Lo importante es que los billetes fluyan y fluyan a sus arcas.

  6. La noticia ha salido inmediatamente destacada en la prensa digital.

    Cuando la he visto (en el mundo.es) «casualmente» había otras dos noticias en la columna de al lado. Una explicaba el aumento del IPC «gracias» al incremento en el recibo eléctrico y otra anunciaba la convocatoria de protestas, en forma de apagón, a causa de dicha subida.

    Parece que a nadie (bueno, casi nadie, «habemos» cuatro locos por ahí) se le ocurre ligar ambas cosas.

    Una central amortizada como es Cofrentes puede generar kWh a un coste inferior a 20 €/MWh (probablemente en torno a 15 MWh) incluyendo todo, personal, combustible, consumibles, procesado de residuos, aportación al fondo para el desmantelamiento, etc. Compárese la cifra con los 450 €/MWh que nos cuesta lo producido en las simpáticas huertas solares instaladas al abrigo del RD 661.

    Eso, eso, cerremos Cofrentes y luego protestemos del precio del recibo.

  7. Lo que quieras, pero cuando hablas es porque ha tenido repercusión. Esto sin tener en cuenta lo que la «energía nuclear es segura», nada ponte una al lado de caso (oh wait, que valen una pasta)…

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