A continuación les voy a mostrar tres artículos periodísticos que aparecieron el mismo día (19 de Enero del 2011) en La Nueva España el diario de más tirada de Asturias y el octavo o noveno de toda España. Aparecieron tanto en la versión impresa como en la electrónica.
.

«Público y privado»

Dice el sr Manuel Herrero Montoto:

«Un funcionario nunca se hará rico con su sueldo.»

¿Y por qué iba a hacerse rico? Para hacerse rico hay que ofrecer a la gente algo que sólo unos pocos puedan ofrecer y desde luego trabajando treinta y cinco horas a la semana en un trabajo más o menos rutinario no es ofrecer a la gente algo extraordinario.

Por cierto ¿Los jubilados también cuentan como funcionarios?

«Los trabajadores por cuenta propia, el empresariado, y con especial mención al sector de la construcción, expolió a los de la cosa primera (los funcionarios?) vaciándoles los bolsillos..»

La realidad es que ningún trabajador por cuenta propia ni ningún empresario puede obligar a nadie a comprar sus productos. Ese privilegio sólo lo tiene el Estado es decir los funcionarios.

«La banca a lo suyo y ni patacón de crédito.»

¿Le parecen pocos los créditos que concedieron durante los años dorados de la burbuja? ¿Y luego se queja de los embargos?

«Políticos apijotados y cumpliendo órdenes de emperadores europeos y de USA.»

Los políticos, léase ZP, podrían haber hecho lo que hubiera querido pero entonces los ahorradores del mundo no nos hubieran seguido prestando dinero y estaríamos en quiebra, es decir usted no cobraría ni poco ni mucho.

«Es una ingenuidad zapateril, otra más, la de pretender reflotar la economía de este país recortando en los chuscos, cuando la hogaza permanece entera y con un chorizo dentro, véase la banca.»

Los chuscos, sr Herrero, cobran más de 250.000 M€ al año y la hogaza está llena de pisos y terrenos sobrevalorados.

Segundo artículo: «Tijera y educación»

Dice el sr. Francisco García Pérez:

«Mientras más grandes son las escuelas, más chicas son las cárceles, más chicos los hospitales»

¿ ?

«A la vista de los datos, la medida radical para que los profesores nos sintamos respaldados por la sociedad y podamos educar e instruir con autoridad, paciencia y vocación consistió en bajarnos el sueldo»

Vaya así que al final todo se trata del maldito parné. Las «escuelas más grandes» en realidad son sueldos más grandes para los profesores. Los profes se sentirán más respaldados por la sociedad si cobran más, ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

«Las principales fortunas españolas se olvidan de la crisis y atesoran 6.800 M€ más que en 2008»

Claro, sr. García, porque las grandes fortunas españolas son millones de acciones de empresas y en el año 2009 la Bolsa subió, aunque ni de lejos recuperó lo perdido en 2007.

«Los tipos de más pasta de este país habían ganado en 2009 un 27% más que en 2008; y el año pasado un 8,6 % más que en 2009, es decir 2.708 millones de euros en plena crisis…»

¿Y cuánto ganaron menos en 2008 respecto a 2007?
Aunque a lo mejor se trata de que las empresas no ganen dinero para salir de la crisis.

El sr Francisco García quiere dar la impresión de que el dinero que ganan los empresarios se lo quitan a los profesores. Pero la realidad es muy distinta. Los profesores han visto reducida su jornada de las 40 a las 35 horas y a cambio han visto incrementado su salario con la famosa «carrera profesional» unos 200 € al mes. A cambio la calidad de la enseñanza pública está bajo mínimos.

Hay un profesor por cada 10 alumnos, los costes de la educación pública en primaria y secundaria son equivalentes a las del más exclusivo colegio privado… y el 30 % de fracaso escolar. Dinero hay, y de lo que se trata es de quitárselo a las empresas y dárselo a los funcionarios aunque el sistema público fracase lamentablemente.

Y el tercero: «El hombre indignado»

«… adquirió la militancia socialista, apela al espíritu de la Resistencia en su llamamiento a la insurrección pacífica contra el consumo masivo y la dictadura internacional de los mercados financieros que, según él, amenazan la paz y la democracia»

Resulta irónico que llame ni más ni menos que a la insurrección contra el consumo masivo a alguien que ha vendido un millón de libros y que a la vez está en contra de la austeridad y los recortes sociales.

Que un socialista esté en contra del mercado no debería sorprendernos, ahora eso de que los ahorradores amenacen la paz y la democracia por no querer prestar su dinero a Estados despilfarrafores creo que es el colmo.

Y luego toda la retórica del igualitarismo de baratillo. Parece que el mundo se arreglaría simplemente quitándole a unos para dárselo a otros, es decir eliminando el derecho de propiedad.

Pues estas o parecidas son las cosas que se leen en los periódicos y en internet un día sí y otro también. Ningún análisis serio, repetición de las mismas cantinelas de siempre: más impuestos, más Estado, menos libertad. ¡¡Pero, es que es tan fácil hablar de Economía!!

Estoy viendo un debate en Intereconomía sobre China, uno de los contertulios dice que el gran éxito de la economía china es la gran productividad de sus trabajadores… y los demás participantes del debate no dicen ni pío, qué desolación!!!

Arturo Taibo
Arturo Taibo

Economista. Liberal. Cansado de ver como se engaña a la gente y como se desperdician las posibilidades de desarrollo económico. Intentando que la gente aprenda un poco de Economía.

Artículos: 292

15 comentarios

  1. Ejem, después de releer mi comentario parece una amenaza , ja, ja.

    Que noooo, no me voy a convertir a nada que sepa de antemano que es una ruina, pero claro, no nos quejemos luego de que estas ideologías  tengan éxito, y tienen más de lo que deberían,  si les planteamos un panorama como el que he descrito.

    🙂

  2. @MILL

    Cuando llega el momento en el que comienzan a repretirse los argumentos es sintoma de que es mejor dejar la conversación y meditar algo más sobre el tema.

    Alguien dijo que el veneno no mata, lo hace la dosis. Bien, en cualquier caso está demostrado que el tabaco y los componentes utilizados en su fabricación son dañinos en las dosis habituales a las que el comercio, la moda, y la publicidad, provocan  su administración por los usuarios. Para mi creo que es OBJETIVAMENTE MALO en la medida en que esto ocurre sin que sean conscientes y sean manipulados. Que se altere la fabricación de un producto sabiendo que produce este efecto, sólo por que es más barato me parece irresponsable y cercano a lo delictivo. Algo que mata no debería ni distribuirse con tanta facilidad como se hace con el tabaco en mutliples máquinas expendedoras por doquier. No digo prohibirlo, pero por el amor de Dios, tampoco fomentar su consumo. Por mucho dinero que se gane ni por lo bueno que para la economía sea. Busquense otras vías.

    Yo también insisto en decirle que no hablo de economía, hablo de la moral de las personas y de la sociedad, que ha de ser protegida y no ocultada por intereses comerciales. Por supuesto que la economía no tiene nada que ver con la moral ¡jamas he defendido tal cosa!, pero ¡¡las personas que la llevan a cabo si!!!

    Es decir, ¿ser empresario significa abandonar toda moral, principios e ideas personales para sacar el máximo beneficio, dañe a quien dañe y perjudice a quien perjudique hasta incluso matarlo, aprovechando todos los vacios legales que pueda o, en los paises donde puede hacerse, sobornando a sus políticos para beneficiarse?

    Sea lo que sea lo que me conteste estoy completamente convencido de que hay alguna forma de lograr que el empresario no sea un ser sin escrupulos, avaricioso hasta limites insospechados, tramposo y amoral, que está dispuesto a aplastar a quien sea con tal de lograr sus objetivos financieros. Perfil al que la actual forma de ver no la economía, sino la forma de desempeñarla de sus empresarios, lleva irremediablemente.

    Creo que hay una forma en entender el mercado libre, como una consecuencia de la libertad de las personas, que crean un mercado en igualdad para tener trabajo y para lograr todos un beneficio común, unos para ganr dinero y otros para lograr aquellos bienes que les satisfacen. En donde las trampas, las mentiras y el mercadeo de sustancias dañinas son perseguidas,  penalizadas o convenientemente advertidas.

    Creo en ello ya que de lo contrario, empezaría a plantearme mi conversión al comunismo.

    Saludos cordiales

  3. Lino:
     Las cosas no son «buenas» o «malas» las cosas satisfacen necesidades
    o no las satisfacen.
     Para mí, que no soy fumador, el tabaco ni siquiera es un bien.
     Para un fumador no es un veneno es un bien que satisface una
    necesidad más importante que los riesgos que conlleva su consumo.

     Insisto la Economía no tiene que ver NADA con la moralidad o inmoralidad.
     La Economía se dedica a satisfacer necesidades. La publicidad lo que
    intenta es crear una necesidad sobre un bien, esto no quiere decir que
    existiese o no existiese previamente la necesidad misma. Simplemente
    se trata de que la gente satisfaga la necesidad con un DETERMINADO
    bien.

      Pero la cuestión es si la gente puede decidir comprar o no comprar
    ese bien libremente. Luego puede haber de todo:
     Gente que quede satisfecha, gente que no lo quede y no vuelva a
    comprar el bien, gente que pregunte a otra gente si el bien satisfizo
    su necesidad, organizaciones que analicen los bienes y informen sobre
    sus cualidades, empresas que ofrezcan otros bienes alternativos…

      Pero SIEMPRE va a haber engaños y fraudes, porque está en la
    Naturaleza Humana.

      Saludos cordiales.

  4.  No estoy en absoluto de acuerdo con Cara de palo. La Economía es una
    Ciencia dura y aunque hay mucho tarugo sentando cátedra se les
    desmonta fácilmente.

     Me gustaría que criticases mi «Comprendiendo la Economía».

     Saludos cordiales.

  5. La economía es un campo del conocimiento que se distingue de otros en que cualquiera se permite sentar cátedra, por muy tarugo que sea. La historia es otro. Todos los campos del conocimiento que estén estrechamente relacionados con la política presentan esa característica. El motivo es que la política es la bombilla en torno a la cual revolotean las ideologías; y, quien tiene una ideología, ¿para qué necesita el conocimiento?
    Resulta paradójico y chocante que muchos de los tarugos que en materia económica no pasan de la demagogia, las consignas y las supersticiones, se indignen porque haya quien defiende las tesis creacionistas frente a las teorías evolucionistas, pues la demagogia rancia de estos plumillas es el equivalente, en economía política, al creacionismo en ciencias naturales. Es más: diría que, en comparación, el creacionismo resulta bastante más inocuo, puesto que no condiciona la organización de la sociedad.
     
     

  6. «no sólo se reconoce que el tabaco mata, sino que en las propias cajetillas lo dice… pero el Estado sigue permitiendo venderlo y además bajo el monopolio estatal de los estancos, luego saca miles de millones en impuestos… y luego ¡¡¡¡Prohibe fumarlo donde la gente quiera!!»

    Parece como si, corrigame si estoy equivocado, se admitiera que esta práctica comercial de vender algo que se conoce que es MALO, es hipocrita y por lo tanto inmoral, pero ¿solo si lo hace el Estado?, si lo hace una empresa ¿no será igual de malo, denunciable criticable y llegados al extremo, regulada yvigilada?

  7. @Orcish

    Diga lo que diga el código penal o el civil, me sigue pareciendo incorrecto e inmoral, que ciertas empresas lleven hasta ciertos límites su afan crematísitco.  Más aún si como en el caso de España, la confección de las leyes está vetada para la sociedad que la padece, y su aplicación es desigual e ineficaz. Podemos hablar de cuales son esos límites y como se pueden establecer, pero no de obviarlos y mucho menos, de aplaudir todas esas prácticas que PERJUDICAN a los individuos.

    @MILL

    No se si lo he dejado claro: no propongo las prohibiciones de nada para solucionar esto. Es más, creo que las leyes cuanto menos tengan que ver en esto mejor. O sea todo lo contrario a la Ley Seca. Veo que al menos en lo del tabaco empezamos a estar de acuerdo: la ley, que según Orschid es lo que vale, confeccionada por unos políticos a su antojo, prohibe fumar porque es malo, pero solo en unos sitios, por lo que el fumar en otros está aparentemente legitimado como si no fuera dañino en absoluto. Si el tabaco es malo, no son prohibiciones lo que hace falta, sino educación, información y regulación sobre los elementos invloucrados en su confección y en efecto, control de propaganda manipuladora, que se limitaba a decir que el tabaco mataba o causaba impotencia. Es como vender veneno en los kioskos y quedarse tan ancho solo con poner una advertencia. A esto precisamente es a lo que me refiero.

    ¿ Confiamos tan poco en el libre albedrío que porque alguien anuncie un coche al lado de una chica sexy pensamos que la gente lo va a comprar?

    ¿Por que lo hacen entonces? si se emplea esta técnica es porque funciona. Está demostrado que el ser humano es manipulable, si no está prevenido. Si obviamos y justificamos todas estás técnicas comerciales manipuladoras y festejamos la amoralidad en el comercio, dificilmente se va a poder advertir a al gente.

    Saludos

  8.    Pues lo de la Prohibición del alcohol en los años 20 sí tiene que ver y mucho.

      Con la Ley Seca se pensaba que se evitaría el alcoholismo que hacia que la gente consumiese bebidas «contra su voluntad» y que se evitarían los daños que el alcohólico causaba a la sociedad y su familia.

       Pero como SIEMPRE que se intentan estas ingenierías sociales se obviaron las consecuencias no deseadas y los deseos de la gente. Al final se consumió más alcohol que nunca, con menor calidad que nunca y a un precio más caro que nunca. Y además surgieron las mafias.

       Parece que no aprendemos nada y la prohibición de las drogas hoy en día ha supuesto la práctica destrucción de paises como México sin que se atisbe ningún avance en la «guerra contra las drogas».

        El caso del tabaco es de una hipocresía superlativa: no sólo se reconoce que el tabaco mata, sino que en las propias cajetillas lo dice… pero el Estado sigue permitiendo venderlo y además bajo el monopolio estatal de los estancos, luego saca miles de millones en impuestos… y luego ¡¡¡¡Prohibe fumarlo donde la gente quiera!!

        Todos hemos de morirnos alguna vez, puede que unos lo quieran hacer a los 90 años en perfecto estado de salud y puede que otros prefieran sacrificar 30 años de vida por el placer de fumar, beber, practicar parapente, escalar ochomiles, trabajar 80 horas a la semana, comer fabada o cualquier otra conducta de presunto riesgo que nos imaginemos, la cuestión no es nunca si algo es bueno o malo adictivo o no adictivo sino si: Y si nos prohiben hoy esto ¿Qué nos prohibirán mañana?

        Llevamos un siglo con prohibiciones y regulaciones que nos iban a proteger de nosotros mismos en nombre del bien común y nunca ninguna de esas prohibiciones han conseguido sus resultados, es más han conseguido daños colaterales mucho mayores, porque simplemente se trata de ir contra la Naturaleza Humana.

      Hubo un tiempo en que los socialistas consideraban la homosexualidad como algo malo y que había que prohibir, ahora opinan todo lo contrario.
    ¿Qué es moral y qué inmoral?

     ¿ Confiamos tan poco en el libre albedrío que porque alguien anuncie un coche al lado de una chica sexy pensamos que la gente lo va a comprar?

    ¿Qué se entiende por obsolescencia programada?

    ¿Que la ropa se pase de moda? ¿Que los alimentos caduquen? ¿Que mi televisor LCD de 32″ que me valió 750 € hace tres años sea una porquería con los nuevos de LED que gastan menos electricidad, se ven mejor, son más estrechos y dentro de poco más baratos? ¿Los muebles de IKEA? ¿Que el ahorro en electricidad de una lavadora moderna sea mayor que el precio de una antigua (por no hablar de la eficacia en el lavado, el ahorro en agua, la reciclabilidad de sus materiales, el menor ruido que produce?

    ¿Dejamos de innovar?

    Además yo es que tengo muy mala suerte y las cosas me duran una eternidad.

    ¿Tan poco confiamos en el ser humano como para creer que no sabe donde está el botón con el que se quita el sonido o con el que se cambia de canal cuando aparece la publicidad?
        ¿Seguimos comprando productos que no necesitamos, que son de baja calidad, que se estropean a los dos días?

      En definitiva: ¿Acaso no sabe usted cuales son sus deseos?

    Saludos cordiales.

  9. Hola Simón,

    Ni pretendo que cierren los gimnasios ni pretendo prohibir, en principio nada. Que la solución no esté a mi alcance no significa que no exista el problema. Puede que otros más cualificados si que tengan soluciones. La cuestión es que la vigorexia no es la base de los gimnasios sino la salud, y la vigorexia es mala, se mire desde donde se mire, es un problema, e insisto, no me parece moralmente aceptable que alguien pretenda sacarle provecho. No creo que sea este el caso de los gimnasios, aunque evidentemente, habrán casos en los que el gimnasio, debería estar prohibido por prescripción facultativa unicamente a dichas personas. Según lo que Vd propone debemos ignorar el problema. Y perdone si no le he entendido.

    Creo que si, que unos vendedores o empresarios se exceden en su ansia de ganar dinero, no se porque le sorprende esto ¿acaso Vd cree que son todos una maravilla? Lo que quiero decir es que el ser «rentable» no es válido siempre.

    Así que sigo opinando que aprovecharse de las debilidades de la gente para enriquecerse, en lugar de satisfacer sus necesidades sin crear otras inexsistentes, o incluso dañinas científicamente hablando, es reprobable. Si Vd me permite. Opino que el mercado libre ha de servir para cubrir las necesidades de las sociedad, no para esclavizarla.

    Me alegra que me confirme que SI que existe la obsolescencia programada. MILL me había puesto en duda ;-). Si en este caso dicha obsolescencia es útil, pues adelante con ella, pero en otros casos creo que no es así, aunque estoy dispuesto a revisar este asunto.

    Sobre los principios personales, desde el momento en que se fomenta la amoralidad en el comercio, entiendo que existe una tendencia proactiva a sofocar los principios morales personales en los temas comerciales. estoy en contra de ello. Simplemente.

    De momento es todo. Tengo que irme. Saludos

  10. @Lino
    No trato de decirle a nadie lo que ha de hacer, pero un vicio es un vicio.
    Un vicio es, según tengo entendido, un comportamiento o consumo que se realiza de forma compulsiva y sin que el sujeto en cuestión reciba la recompensa psicológica que obtenía en un primer momento del mismo. ¿Y?
    Cualquier consumo o comportamiento susceptible de generar satisfacción en el individuo es susceptible de devenir en un vicio. ¿Y? ¿Acaso prefieres prohibir TODO aquello que te reporta satisfacción, por si acaso? ¿O prohibir todo aquello que personalmente no te reporta satisfacción, por ser susceptible de vicio por parte de otros?
    No encuentro justificable desde ningún punto de vista que alguien solo por querer ganar dinero, utilice las modas sociales y la debilidad de adicción de cuerpo humano para enriquecerse.
    Luego el dueño del gimnasio deberá cerrar, no vaya a ser que accedan vigoréxicos a su establecimiento. O quien vende agua porque existe la anorexia. O chocolate porque existe la bulimia. O acaso estás suponiendo un comportamiento malvado y torticero a unos vendedores… y no a otros.
    Y si, me he «tragado» lo de la duración progamada.
    La obsolescencia programada es uno de los mayores avances de la técnica en los últimos cien años. Puedes preguntar a nuestros padres cuántos sueldos medios mensuales les costó el primer SEAT 600, hacer la cuenta y ver qué coche se podría comprar hoy en día con el mismo “esfuerzo de compra”. En parte gracias a la obsolescencia programada hoy puedes comprar un producto infinitamente superior (salvo en duración)… y la mayor parte de la población lo prefiere (añadiría, y esto es lo único que importa).
    No pretendo que los políticos decidan por nadie, yo defiendo justamente lo contrario. Los economístas tampoco. Lo que digo es que los economistas han de seguir sus propias creencias como personas.
    ¿Acaso no lo hacen (hacemos)? ¿Quién nos pone la pistola en el pecho? ¿Quién nos obliga? Dicho de otra manera (y desde el total desconocimiento de tu persona), ¿quién te impide (me impide) crear y gestionar una empresa según tus (mis) propios principios?
    En cuanto a la propaganda, creo que se pueden poner límites sensatos y objetivos. O al menos, se pueden discutir.
    Eso mismo es lo que estamos haciendo (con permiso de MILL), pero no veo qué propones que supere a la simple libertad de acción y decisión de las personas.
    Pero si de entrada se permite cualquier cosa sea cual sea su efecto en el individuo y en la sociedad, no vamos a ninguna parte.
    Creo que a eso se le llama código penal. La moral es propia de cada cual e intransferible a los demás. La ética es un código de conducta de voluntaria adscripción en un entorno concreto. El código civil y el penal son las únicas referencias al respecto del conjunto de la sociedad.
    Un saludo,
    Simón

  11. Pero si de entrada se permite cualquier cosa sea cual sea su efecto en el individuo y en la sociedad, no vamos a ninguna parte.

    Y añado: y su efecto en el medio ambiente, sea cual sea, pero cuya suciedad pueda evidenciarse.

  12. @MILL

    Si nadie decide, me atrevo a asegurar que lo que si que hacen ciertas firmas es conocer con gran exactitud cuales son esos vicios y obsesiones que a pesar de estar demostradas lo dañinas que reusltan, continuan comerciándose y aprovechándose de ello con gran «libertad de mercado»

    No trato de decirle a nadie lo que ha de hacer, pero un vicio es un vicio. Hay una definición objetiva de ello que permite delimitar lo que es, si bien su aplicación puede resultar difícil en algunos casos ya que cualquier cosa podría ser un «vicio»

    Por ejemplo, el tabaco. Asumo que todos conocemos que el tabaco produce adicción no sólo física, sino también sicológica. También diría que está demostrado que es dañino. Son dañinos sobre todo los productos aditivos que las tabacaleras, en su afan por «ganar dinero», añaden a l tabaco en forma de baratos y enormemente rentables cigarrillos. No encuentro justificable desde ningún punto de vista que alguien solo por querer ganar dinero, utilice las modas sociales y la debilidad de adicción de cuerpo humano para enriquecerse. El deber de toda persona, sea empresaria o no, no es solo «ganar dinero». El deber es ser mejor persona. Espero no tener que decir que es lo que hace falta para ser mejor persona. Un empresario es persona antes que empresario.

    Y si, me he «tragado» lo de la duración progamada. Mejor dicho, ya lo intuía antes de ver el documental de La Dos. Los productos están construidos cada vez con materiales menos duraderos. Tal vez lo de programada sea un poco «conspiranoico», pero que es intencionadamente provocado que el usuario tendrá que reponerlos, es para mi evidente desde el simple punto de vista de «ganar dinero». Con esta premisa es practicamente inevitable que gente con esta carencia de escupulos no tarde en seguir esta filosofía mercadotécnica.

    Este es precisamente el problema al que me refería, la total amoralidad en la que está fundamentada la libertad de mercado hoy en día. Prácticamente se puede decir que la moral está prohibida, que se debe dejar en casa por el bien «de la empresa». Me parece patético.

    Respecto a la propaganda, aunque no se muy bien que tiene que ver aquí la Ley Seca de los EUA (en ningùn momento pretendo que se prohiba nada, sino que no valoremos igual cualquier acción comercial. Una cosa es el problema y otra cómo se solucione), si que estoy razonablemnte seguro de que el consumismo en la que la economía de occidente se basa en su gran parte, está fundamentado a su vez en el aprovechamiento de los anehlos del subsconsciente. Volviendo al tema del tabaco, en los años 20 precisamente se consiguió que la mujer fumara, aumentando la clientela, relacionando el acto de fumar con el de la «mujer liberada». Visto ahora resulta absurdo, pero así es como se entendía lo de las «mujeres que fuman». Igualmente patético resulta el tema del sexo. Constantemente se utliza el sexo para relacionarlo con cualquier producto: automóbiles, helados, chicles, lociones anticaída, desodorantes, ropa, etc.

    «<i>Ni los economistas ni los políticos son dioses que deben decidir por la gente. La única moral correcta es la que la gente adopta libremente sin perjudicar a nadie.</i>»

    No pretendo que los políticos decidan por nadie, yo defiendo justamente lo contrario. Los economístas tampoco. Lo que digo es que los economistas han de seguir sus propias creencias como personas. Que la libertad de mercado no cercene la suya propia, ni se aproveche de las debilidades de los demás. En cuanto a la propaganda, creo que se pueden poner límites sensatos y objetivos. O al menos, se pueden discutir.

    Pero si de entrada se permite cualquier cosa sea cual sea su efecto en el individuo y en la sociedad, no vamos a ninguna parte.

    Saludos cordiales

  13.   Lino:

    ¿Quién decide lo que son los «vicios», las «necesidades obsesivas» o las «necesidades inexistentes»?

        Ni los economistas ni los políticos son dioses que deben decidir por la gente. La única moral correcta es la que la gente adopta libremente sin perjudicar a nadie.

       Por favor no me digas que te has tragado eso de la «duración programada»!!

      La gente olvida los resultados de uno de los mayores experimentos económicos realizados jamás: la prohibición del alcohol en USA en los años 20 del siglo pasado.

       El único deber social y moral de los empresarios es ganar la mayor cantidad posible de dinero. Llegaré a ello en «Comprendiendo la Economía.»

       Saludos.

  14. <i>Pues estas o parecidas son las cosas que se leen en los periódicos y en internet un día sí y otro también.</i>

    Bueno, Mill, al menos en internet también leemos las tuyas. El que no se consuela …

    😉
     

  15. En el tercer punto discrepo ligeramente. Este tema en donde más puntos en común hay entre el liebralismo social y la llamada progresía que yo denominaría más «sincera», allá donde esté ;-).

    La economía necesita del consumo, pero basarlo en el consumismo entendiendo este como el aprovechamiento de todos los vicios y necesidades obsesivas de la sociedad, creando en ella necesidades inexistentes a través de propaganda manipuladora, es la ruina moral, ademas de fabricar productos de un calidad límitada y de duración programada, para asegurar la recompra manteneniendonos a todos atados y sosteniendoles su futuro mientras el nuestro desaparece. Si no se lleva cierta decencia a la filosofía empresarial y ecónomica, y al contrario, se deja que los más especuladores sin escrupulos tengan más poder que los gobiernos limitando los servicios y la oferta por la que ellos más ganancia tienen, hace inútil la lucha para que los estados sean democráticos.

    Saludos

    🙂

Los comentarios están cerrados.