Quita y pon de caretas


El socialismo se alimenta de caras, de liderazgos. Dado que es la política su principal instrumento, son las personalidades las que le ponen cara, mientras le echan cara. El socialismo, verdaderamente, tiene rostro humano. El capitalismo, por el contrario, al no tener un rostro definido, no puede expresarse. Se trata de una sinfonía sin director, de una obra sin guión, de un proyecto no planificado. Despierta el terror del racionalismo de cortas miras al caos, el temor tribal a la impersonalidad. Pero es el único camino, que se hace al andar cada cual por su lado, y con el mercado por el de todos, hacia la prosperidad y la paz.

Zapatero remodela su gobierno: cambia las caras. La mascarada socialista se perpetúa bajo nuevos rostros pretendidamente prometedores. Quizás él o ella lo hagan mejor, quizás ellos arreglen este desaguisado, se dice el iluso votante socialista. Como si dependiera de sus ideas, proyectos y acciones políticos que las cosas mejorasen, como si la cosa dependiese de un cambio de caras o de caretas. Pero estos cambios vienen a ser como remover barro, no sirven para nada útil.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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11 comentarios

  1. Si, cuando se muerde un poco la manzana emponzoñada eso es lo que sale a la luz.

  2. Mas de lo mismo. Una justificación para poder lanzar otra media docena de medidas inútiles, que nos dejarán igual o peor.
    Pero esto no acaba aquí. Aún nos falta la tradicional revisión de las previsiones económicas (a la baja, por supuesto) que se produce todos los años en el periodo entre la aprobación de los presupuestos genereales y las Navidades

  3. Burrhus, el Estado socialista es la mafia mejor organizada.

    Bucan, ellos identifican los intereses del partido con los intereses generales.

    Ijon, quizás ahora la cara está más en sintonía con el espíritu, como sucedía en el retrato de Dorian Gray.

    Mill, todo es susceptible de empeorar. Te aconsejo releas las leyes de Murphy.

  4. Menudo gobierno para empezar la última década que tenemos antes de que la cosa no tenga remedio.

    Por muy pesimista que sea las cosas siempre son peores de lo que espero.

    Saludos.

  5. Pues a riesgo de ser arrojado a las tinieblas exteriores por machista cavernario yo lo digo.

    Si hablamos de caretos, y damos por hecho que son todos (y todas) maomenos igual de inútiles en su tarea, el cambio es a peor sin duda.

    Bibi no estaba mal y la Corredor tampoco (y tenía formación) y ahora… ¿soportar aun más el careto de la Pajina? arghhhh!

  6. Este no es un cambio de Gobierno pensando en abordar una crisis que nos tiene al borde de la quiebra. Es un cambio de Gobierno en clave de corrientes y necesidades del Partido.

    Todo por el Partido, que donde está el Partido, está el pesebre.

  7. Me vais a permitir, queridos amigos, que ponga un enlace a una de mis series favoritas: The Wire. Una parte de la trama consiste en que los mafiosos tienen problemas para conseguir una droga de calidad, de modo que se las ingenian de mil maneras distintas para seguir vendiendo un producto muy malo en un mercado agresivo. Recuerda, de un modo lamentable, lo que está ocurriendo ahora. Todavía están cambiando el nombre del producto. Nos queda la falsa competencia, el presunto rechazo a ZP desde dentro (Barrera), pero en serio.
    El acento es de negros de Baltimore, pero lo más importante se entiende.
    Larga vida a Stringer Bell. 😀

  8. Van cavando el hoyo keynesiano, ese que se supone que por sí solo crea la riqueza, ese de puro valor trabajo, ese de barro removido, y más bien son arenas movedizas en las que todos, poco a poco, nos vamos hundiendo y ahogando.

  9. Ya sabes, teatro, lo suyo es puro teatro. Toda la razón, de poco sirve cambiar las caretas si es papel a representar sigue siendo el mismo, idéntico guión.
    Seguimos cuesta abajo, y cada vez el hoyo parece más profundo…

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