¿Green Living o Pink Living?

huella_ecologica_verdeComo ya no se publica el TBO –y uno es un nostálgico-, de un tiempo a esta parte he de conformarme con leer otras publicaciones que, en algunas ocasiones, rozan el esperpento más absoluto, dejando a la altura del betún la famosa columna de “Diálogos para besugos”.

Una de mis favoritas es Mundo-Geo. Disfruto enormemente con algunas de sus secciones, pues suelen publicar fotos absolutamente espectaculares. Un ejemplo son las que aparecen estos días en torno al mundo de los volcanes.

Pero tiene otra sección sumamente divertida: Green Living. Así, en inglés, que suena como que más chachi y actual…

Dicha sección, en muchas ocasiones, es una muestra palpable del buenismo reinante, en el que ser ‘ecológico’ es un target –así, en inglés, que también suena más chachi- para cualquiera que desee ser ciudadano comprometido. Y de vez en cuando te sueltan un decálogo de cosas que deberías hacer para que tu vida sea más green. Al final te quedas como estabas, y hasta quien redactó el texto te dice que todas esas ‘medidas’ que adoptes realmente no van a tener efecto ninguno a nivel global, pero que lo importante es la intención y lo bien que te vas a sentir contigo mismo y blablabla…

Pero entre col y col, en ocasiones se descuelgan con artículos como éste: Energía solar: ¿cómo reducir la huella ecológica? No voy a entrar en el manido tema de la huella ecológica, su forma de calcularla, y los factores a incluir para llegar al resultado final. Ni siquiera entraré a hablar de lo complejo, y en la mayoría de los casos imposible, que es determinar dicho factor. Simplemente definiremos “huella ecológica” tal y como lo hacen sus ‘padres’:

El área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta área.

Lo que aquí me interesa es poner de manifiesto las propuestas que hacen para reducir dicho impacto, que en el caso de España es negativo: consumimos recursos a un ritmo muy superior al que los producimos.

Supongo que los países que nos proponen como modelo a seguir son aquellos cuya huella ecológica es más baja, como Haití, la RDC, Paquistán o Sierra Leona. O aquellos en los que huella ecológica y biocapacidad coinciden, como son Camboya, Somalia o Gambia. Ciertamente, si Europa fuese como África o Asia estaría el asunto solucionado. Atractivo, ¿no?

Y claro, con estos mimbres sólo se pueden elaborar ciertos cestos:

El uso del automóvil, la calefacción, así como la electricidad utilizada en el hogar, en la oficina o en un restaurante, son suficientes para causar casi 2/3 de nuestra huella ecológica. Si lográramos, por tanto, borrar de nuestro consumo tales emisiones, llegaríamos a igualar la huella ecológica y la biocapacidad existente, reduciendo a cero nuestro déficit ecológico personal y contribuyendo, así, a la sostenibilidad de nuestro estilo de vida.

Es decir, dese de baja de su compañía eléctrica y de gas, no use el transporte que funciona con derivados del petróleo, tampoco encienda la luz en su oficina. Es más, no use el ascensor, ni el fogón, ni la lavadora, y mucho menos el inodoro. Tampoco utilice el ordenador, ni la TV o la radio, olvídese del agua corriente, y de las caras máquinas de los hospitales. Renuncie a viajar más allá de donde le lleven sus pies o, como mucho, una bicicleta –ecológica, of course-. Deshágase del móvil, del iPhone y de la Blackberry. ¡¡¡Y el aire acondicionado y la calefacción ni tocallos!!! ¿Qué vives en el Pirineo y hace un frío que pela? Pues lo siento, haber nacido en Hawaii. En definitiva, coja a su familia y corra a okupar la primera cueva que encuentre libre. Regresemos a la tribu cuanto antes. Imitemos a Somalia, a la República Democrática del Congo o a Haití, y así seremos ecológicos, así podremos ser auténticos Green Living.

¿Y qué significa, en el fondo, todo esto? Renunciar a la lucha y la revolución que como homo sapiens hemos llevado a cabo durante las últimas decenas de miles de años, regresar a Altamira, a cazar conejos con piedras talladas y a cubrirnos con taparrabos.

Pero no se preocupe usted, mi buen ciudadano, no se nos agobie, que tenemos la fórmula mágica para que no tenga que renunciar a su cómodo sillón ni a su mando a distancia, a su cervecita bien fresquita mientras ve la final de la Champion. Tenemos el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura, el Ariel que elimina cualquier tipo de sucias huellas ecológicas:

A día de hoy, la alternativa más accesible dentro de esta opción es el de la energía solar fotovoltaica. […]

Por este motivo esta pequeña promotora apuesta por el concepto de Huerta Solar Urbana, para acercar la energía solar fotovoltaica al ciudadano común con (sic). Esta propuesta busca así dar respuesta a las inquietudes medioambientales de pequeños ahorradores que desean frenar su huella ecológica. […]

La democratización de la generación eléctrica es el fin último de nuestra empresa.

Ya sabe, ponga una placa solar en su vida y todas sus huellas ecológicas serán borradas del mapa. ¿Ves qué fácil y reconfortante? Democratice la generación eléctrica. Y sin renunciar a nada. Y después democratice, también, sus reservas de carne vacuna: mate en su terraza su propio ternero, su lechazo o su cerdo, criados en la habitación de los niños. Democratice su consumo de pescado, salga a altamar y capture su propio bacalao o un buen bonito del norte. Democratice su vestimenta: cultive su propio algodón en las macetas del balcón y confecciónese sus propias camisas y faldas. Plante robles en su terraza para poder democratizar su mobiliario…

En definitiva, regresemos todos al democrático sistema de autosubsistencia.

Sobra decir que este artículo huele de principio a fin a producto cocinado por la empresa fotovoltaica que aparece en el mismo. Desde el primer párrafo:

El equipo de Ecoºº , una promotora de energía solar fotovoltaica, nos alerta […].

Al último:

Ecoºº es una promotora de energía solar fotovoltaica, que pone en funcionamiento […].

El que la publicidad que nutre económicamente esta publicación sea, precisamente, de un coche generador de venenoso CO2, a la vez que en el interior del artículo nos recomiendan que prescindamos del uso de éste no es más que otra incoherencia más de esto del green living.

Lo decíamos al principio. Este tipo de artículos van muy en la línea del buenismo reinante. Al menos un servidor no encuentra mala fe en ellos. Simplemente pretenden tranquilizar conciencias sin que nos supongan grandes esfuerzos ni renuncias a nuestro modo de vida. ¿Que no solucionan el problema? ¡¡¡Pues claro!!! Pero… ¿y lo a gusto que te quedas cuando apagas una hora al año todos los aparatos eléctricos de tu hogar?

Si hasta el todopoderoso Google se ha unido al Día Mundial de la Tierra, cambiando su logo habitual por uno al uso. No me dirán que no es bucólico, con su selva, sus plantas y sus pajaritos de colores… Todo un sueño a lo Avatar. ¿Quién quiere recordar que la esperanza de vida en la selva para cualquier ser humano es mínima, que las enfermedades te devoran y que los peligros acechan tras cada árbol?

Pero del buenismo del Pink Living de Geo pasamos al Fuck Living de Público. Ya el título por sí solo es toda una declaración de intenciones. “Negacionistas”. Ahora resulta que aquel que se resiste a creer que el ser humano sea el causante del cambio climático si la ciencia no lo demuestra está a la misma altura que aquel que afirma que el III Reich no gaseó a millones de judíos. Creo que sobra cualquier comentario al respecto.

En enero de 2009, en una planta de montaje de generadores eólicos de Ohio, Barack Obama anunció que quería copiar el modelo español en energías renovables, impulsado por las «valientes inversiones» del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El discurso sonó como música de violines en Moncloa. Pero la alegría duró muy poco.

¿El modelo español?¿Este modelo español?¿Por ”valientes inversiones” se refiere a éstas? Pero alma de cántaro, si hasta el gobierno ha reculado tras la enorme cagad* de dimensiones planetarias… ¿Qué me están contando?

Greenpeace presentó hoy los primeros pasos de una investigación que pretende destapar el entramado de intereses petroleros que, según la ONG, se esconde detrás del informe Calzada.

El panfleto aclara que Gabriel Calzada es el presidente de un think tank ultraliberal, el Instituto Juan de Mariana. Ojo, es fundamental poner siempre el adjetivo “ultra” delante de las palabras a menospreciar. No es que Gabriel sea liberal, es que es ‘ultraliberal’, vamos un neocon de cuidado, un peligro andante. Hayek a su lado es una nenaza.

¿Y cuáles son esos primeros pasos que ha dado la intachable e infalible Greenpeace? Acusar. ¡¡¡ Qué más da que no tengan pruebas de ningún tipo!!! Se acusa y punto. Ya se sabe que donde hay voluntad para condenar, las pruebas acaban apareciendo.

Espero ansioso a que Greenpeace nos muestre todas esas pruebas que dice poseer, y no se quede en la mera descalificación a la que nos tiene tan acostumbrados.

Y es que claro, cuatro profesores de la Universidad Rey Juan Carlos publican un estudio y la mejor forma de rebatirlo es diciendo que lo han pagado las petroleras. ¿Para qué vas a aportar contraargumentos? ¿Para qué te vas a molestar en aportar datos que contradigan lo que defiende el informe? ¿Para qué vas a hacer ciencia cuando es más eficaz apelar a la demagogia?

Conozco la sede del Instituto Juan de Mariana. Quien haya estado en ella [modo ironía ON] habrá podido comprobar que nada tiene que envidiar a la que posee Greenpeace en Amsterdam [modo ironía OFF].

Y aunque así fuera, aunque Exxon, Total, Shell y la familia en pleno del Jeque Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahayan hubiesen metido paladas y paladas –perdón, bidones y bidones, en este caso- de dinero en ese informe… ¿eso restaría fuerza a los datos objetivos que en él se muestren? La ciencia se desmiente con ciencia, los análisis con análisis, no con demagogia. ¿Está dispuesta Greenpeace a ello o se encadenarán a las puertas del IJM?

El problema es el de siempre en todo “progre sandía” (verde por fuera y rojo por dentro) que se precie: son incapaces de imaginarse –siquiera- que alguien haga algo sin llevarse una buena tajada, sin que intereses ocultos les llenen la buchaca por detrás, en traicionar lo que sea con tal de incrementar los ceros de su cuenta corriente. No pueden pensar que exista gente que actúe de forma diferente a como lo hacen ellos.

El peligro del buenismo del Pink Green Living es que acaba siendo un caballo de Troya para la invasión a traición, con nocturnidad y alevosía, del Fuck Living de unos cuantos…

hurssel
hurssel

Acumulador de conocimientos inútiles

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10 comentarios

  1. (*) , XDDD

    foton cósmico, manténgase atento y coja un buen bol de palomitas, que en cuanto la vida nos dé un respiro seguimos. Esto no ha hecho más que empezar… ;-P

  2. Muy buen artículo, me he reído un rato.

    Por cierto Hurssel, ¿quién les da las subvenciones a tutiplén a los de la PazVerde? dices que es un ejercicio sumamente clarificador, pero algunos no sabemos ni por dónde empezar a buscar…

    saludos

  3. Si, Hurssel, tienes razón. Estoy muy disperso últimamente. Posiblemente sea el que menos duerma tras el Sr. Mill

  4. Pues sí, Luis, ecolojetas sandías. El problema es que la gente traga mejor estas pídoras cuando son verdes…

    (*), lo malo es pensar que esta gente simplemente es incoherente. La experiencia me dice que los que mueven el cotarro son muy muy coherentes con lo que están haciendo. El ecologismo, para ellos, es un nuevo nicho de mercado que les permita forrarse hasta las patas. No estoy hablando de pequeños productores o distribuidores, sino de gente cuyo paradigma es nuestro bienamado Al Gore & Co.

    EOF, los de Greenpeace deberían cambiar su nombre por RedWar… les va más al pelo. ¿Alguien se ha parado a ver quién les da subvenciones a tutiplén? Es un ejercicio sumamente clarificador

    Ijon Tichy, tú dales ideas… XDDDDDD

    Dhavar, es que cuando ves la sede del IJM se te caen los palos del sombrajo… Claro, que entonces entiendes que las cuatro perras que tienen las gastan como deben, y no en grandes edificios u oficinas como hacen nuestros queridos ecolojetas

  5. Pues tienes razón Dhavar. La sede del IJM es un pelín más modesta que, por ejemplo, alguno de los palacetes de los del clan de la Zeja.

  6. Buen resumen.No he podido evitar sonreirme con lo del Juan de Mariana.Yo también estuve una vez y me quedé fascinado con la desproporción entre el local y la página web.Como no sé nada de esos mundos de la acción intelectual, desde entonces, cada vez que oigo «think thank», en vez de un enorme y temible edificio, veo un localillo de barrio a lo IJM.

  7. Buen artículo Hurssel. Me queda una duda.

    No sé aclara si la recomendación de instalar placas fotovoltaicas en el tejado incluye también, para ser verde del todo, consumir los kWh así generados en lugar de venderlos a la red y cobrar la jugosa diferencia mientras sigues importando sucios kWh fósiles y nucleares para consumo propio.

  8. El informe de Greenpeace contra el «informe Calzada» ya ha sido publicado en su web. No he tenido oportunidad de leerlo. De hecho, he empezado a leer otro de sus informes titulado «el negocio de la incertidumbre», en el que, como su nombre sugiere, pretende desacreditar el «escepticismo sobre el calentamiento global» (expresión de John Cook, citado en la portada del informe) o «negacionismo» (término empleado por Greenpeace). En la penúltima página, hablan incluso de «guerra negacionista», lo que es una errata, digo yo, porque una guerra es siempre entre dos.

    Por incordiar: Greenpeace critica a Lord Monckton por no ser científico (tercer párrafo de la Introducción, p. 2). Creo que no es necesario recordar que Greenpeace no es exactamente una organización científica: cito de la última página: «Greenpeace es una organización independiente que usa la acción directa no violenta para exponer las amenazas al medio ambiente y busca soluciones para un futuro verde y en paz». Por cierto, el informe no está firmado por nadie.

  9. Alguna vez he pensado en irme a vivir a un cámping en Castilla León, cerca de donde me ofrecieron trabajo. Por menos de cien mil euracos, tienes tu vivienda ecológica y todo tipo de amenidades. Se puede pastorear ovejas sostenibles, cultivar tolerantes hortalizas y vivir, en general, de forma progresista y alianzadora (et in arcadia tienen su mafia marroquí: muy integrados los chicos hasta que álguien repara en ellos y los llama al orden en la mezquita o a casarse en su país).

    Es una solución.

    Lo que no tiene nombre son las vesanias pijoprogres de ir a trabajar sin corbata y después volar a Suiza en un velero solar, digoooo en un contaminante motorcito con alas para darse el n-ésimo revolcón en polvillo blanco. ¿Dónde guardarán sus ahorrillos esos Entrecanales, March, Borbón y compañía? Pero bueno.

    A menudo cometemos el error de suponer malicia en los que son simplemente gilipollas. Por otra parte, todos tenemos días tontos y hasta años. El progreso a tope. Las vacas gordas, y tal. Todo eso estaba cargado de implícitos, los ya supersabidos y megamencionados, ossea. La fe ciega en la virtud sanadora del mercado -con ignorancia de la amoralidad de sus agentes-, por ejemplo; la confianza en que la visión de los teóricos, la vigilancia de quién corresponda y la buena voluntad de los demás serían el abracadabra resolutorio de todo enigma -con evidente irrealismo que sólo cabe cuando de sociología joputil, ni papa-; la seguridad de que para desasnar humanos basta saber de números -ingenuidad que cometen los que no saben que no sólo saben de números aquellos que saben de números-; el otro y el de más allá. Que me pierdo.

    Alicia en el País de las Maravillas. Una tremenda hipervaloración de la experiencia de uno con menosprecio de la de los demás. Cuando la realidad es que ni a engendrar nos atrevemos.

  10. Complementando un poco el post de Hurssel, no dejen de leer esto:

    … Earth Day is naked communism.

    To begin, it substitutes a worship of the Earth, Gaia, for the worship of God, creator of the universe and the instructor of moral behavior for mankind.

    The Earth does not demand a moral code of personal behavior. Indeed, the lesson it teaches is “the survival of the fittest “and an indifference to suffering. The “natural events” mankind fears most all involve the potential for significant loss of life and for injury.

    …Just as communism failed the former Soviet Union and just as Red China abandoned communism as the model for its economy, environmentalism continues its relentless quest to deter economic growth and security in America. It is the infrastructure of a New World Order.

    Do not celebrate Earth Day. Denounce it.

    El artículo completo de Alan Caruba aquí.

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