El mundo es nuestro

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En Libertad Digital.

El hombre es el único animal del que, con propiedad, puede decirse que tiene propiedad, que crea propiedad, y al hacerlo da luz al derecho. El resto de los seres pugnan por el espacio, procurando en la medida de sus desiguales fuerzas y destrezas, de las que les dotó la selección natural, comer y no ser comidos. Como Thomas Hobbes afirmaba en su Leviatán, en principio, «cada hombre tiene derecho a todo».

Germanico
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No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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5 comentarios

  1. Siempre nos vemos arrojados, a la hora de intentar explicar ciertos comportamientos (acciones o palabras) a la disyuntiva entre el malo y el tonto. Pero este ZP es un Zoquete Perverso.

    Saludos navideños, Ijon.

  2. Yo creo que en realidad es más simple. Tan simple como el mismo ZP.

    Tras ver 500 veces «Bambi» (sin entenderla) se le cascó el DVD, se puso el de «Pocahontas» y le gustó. El más listo de sus 666 asesores le propuso entonces remedar el famoso discurso del jefe Seattle…y el intento se le quedó en la estupidez del viento.

  3. Decía Stephen Jay Gould, el famoso paleontólogo, que el creía que lo que había que hacer con la naturaleza es «dejarla en paz». Por desgracia eso no es posible, salvo que por dejarla en paz entendamos dejar sin tocar algunos reductos y explotar de forma eficiente y eficaz el resto (haciendo de esta manera el menor daño posible a los equilibrios ecológicos). Tampoco es factible conceder derechos, salvo nominalmente, a otros animales que carecen de la subjetividad humana, con su dignidad inherente. Es una forma de paternalismo que equipara cosas inequiparables para mayor gloria del que ejerce el papel de tutor o «padre».

    Lo que dices de los huevos de buitre leonado podría decirse de la tala y quema de selva tropical para cultivar la tierra y alimentarse. Lo primero que hay que erradicar es esa necesidad imperiosa, esa miseria, para lo cual bastaría una sociedad en la que los derechos de propiedad estuvieran adecuadamente asignados y no se vieran interferidos estos, en su carácter de señales, por los vientos de las arbitrariedades estatales.

    Desde luego ZP tiene la mente de un jefe tribal y el cuerpo de un Leviatán. Bueno, al menos mientras las urnas no separen esa cabeza de ese cuerpo.

  4. Creo que es peor aún. La frasesita de nuestro prezidente responde a una visión de corte panteísta según la cual el hombre queda subyugado a la naturaleza, la cual defiende y representa el estado, que es quien sabe cómo hacer las cosas (¡faltaba más!). Así pues ya no es el hombre el que domina la creación y obtiene beneficio de ésta, sino que debe someterse a los intereses de la naturaleza en un plano de igualdad con las demás criaturas y elementos del planeta (piedras incluidas).

    Así se explica que en este país de chiste tengamos una ley que protege los derechos de los monos (¿para cuando las obligaciones o impuestos?). O que la pena por hacerte por necesidad una tortilla con huevos de buitre leonado sea mayor que la de matar por comodidad a un ser humano no nacido. O que el estado nos quite a la fuerza parte de nuestra riqueza con el supuesto objetivo de salvar al planeta de nosotros mismos…

    Es un motivo más por el que la Iglesia molesta. Eso de sostener que la creación está al servicio del hombre es pecado en la nueva religión en la que el universo es dios y el estado su único profeta…

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