Cartas a Godiva: literatura de la confusión

Milady,

libros-amontonados_1.gifEsta es la última carta de este año, mi primer año de exilio. Ayer me dediqué a buscar algo de lectura para ojos ajenos y queridos, esperando la llegada de los Magos de Oriente. Tal vez las sociedades somos lo que leemos. Y en nuestro caso, la visita a las librerías me demostró la pasta de la que estamos hechos.

Los más vendidos son los libros de pócimas para conseguir la eterna juventud, conjuras para alcanzar la riqueza permanente, recetas de felicidad, bálsamos contra el esfuerzo. Charlatanes, indocumentados y todo tipo de gañanes exhiben en los estantes de lo más vendido su ignorancia con toda la desfachatez del mundo.

Los economistas que escriben dorando la píldora al poder y sancionando nuestra dependencia y su abuso pueblan la sección de Economía explicando la crisis que ellos mismos provocaron con su indolencia y su falta de previsión.

La esperanza del 2009, 1er año del exilio, es la propia crisis de valores, de dinero, de esperanza. El famoso mecanismo del muelle: acción-reacción. De momento seguimos comprando duros a pesetas, pero cuando pase la confusión, cuando cese la tormenta y no nos quede una moneda que palpar en los bolsillos, tal vez busquemos algo más real. Tal vez redescubramos el significado de la belleza, la bondad, la palabra.

Quiero pensar que, trás una etapa de fusión y confusión, de recetarios y charlatanes, los que trabajamos para que otros vivan de la sopa boba aprenderemos a negarles el saludo, el esfuerzo, la confianza, dejaremos de prestarles nuestro oído, y nos decidiremos a recuperar poco a poco nuestra capacidad de decisión, a la que renunciamos en aras de un espejismo.

Y esa es una de las razones por las que estoy relegada en este exilio: mientras que para la mayoría la utopía es la libertad, para mi la utopía es el Estado controlado (por controlado). Pero en los (malos) tiempos que corren, eso es una minucia, y vale con tratar de aflojar la soga para respirar un poco… en eso estamos unos y otros.

Milady, no sé qué desear para vos en este año que comienza, probablemente deseo que nos escribamos más, deseo lo mejor para el noble señor astur-leonés que me acoge en este destierro (don Luis), y libros que remuevan las mentes de todos nosotros y aprendamos a separar el grano de la paja, a frenar esta fusión que conduce al atontamiento colectivo, al adormecimiento del pueblo, a la narcotización de la sociedad que pide más cadenas, más deuda, más dependencia…

Siempre a vuestro servicio,

María Blessing

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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10 comentarios

  1. Yo deseo seguir leyendola y aprendiendo Milady, así como a Don Luis y he de confesarle que aunque puede que más tarde de lo que debería ya he aprendido a negar el saludo y dar mi esfuerzo a quien no lo merece.
    Saludos.

  2. Pienso que somos lo que leemos, lo que vemos, lo que admiramos, lo que deseamos. Somos un poco nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestros héroes de ficción. Somos lo que nuestros referentes dicen, lo que callan, lo que hacen y lo que dejan de hacer. Por supuesto que también somos genéticas; esto es, somos lo que somos. Seres únicos e irrepetibles con una peculiar e innata forma de responder la entorno.

    Desconozco el ranking de venta de libro, pero creo que no habría que caer en la simplificación de analizar una actividad sin tener en cuenta la actitud con que esa tarea se desarrolla. Es posible que se puedan extraer algunas conclusiones peregrinas y establecer una dirección aproximada con esos números, pero no mucho más. En algunas ocasiones es más importante como se hace y para qué se hace algo, que realmente lo que se hace. Que leas un libro no significa que comulgues con lo que dice. Cuando tus actos están motivados por un deseo activo y crítico de explorar, de aprender, de superarte, hasta la lectura del más descarado vendedor de “pócimas crecepelos” puede convertirse en algo didáctico y apasionante. Puede ser una oportunidad para intentar rebatir sus argumentos falaces, descubrir las estrategias que sigue para persuadir al lector… analizar la manipulación que hace de los silogismos para convencer. Puede tornarse, si vas más allá de lo explícito, en una interesante partida de ajedrez.

    Reflexivos exiliados, deseo para este 2009 sigáis revistiendo vuestras aportaciones con el mismo arco iris de ilusiones que de ordinario os gastáis: todos sabemos que no es lo mismo una tarta, que la misma tarta hecha con amor. Y a todos los que frecuentáis esta página os deseo para este año que comienza, no abandonéis jamás al aventurero que lleváis dentro. No os dejéis engañar, al gato no lo mató la curiosidad, lo mató la apatía. Si os interesa un tema, no prejuzguéis; experimentarlo con actitud crítica anteponiendo en todo momento los interminables porqués del niño que lleváis dentro.

    Un lector.

  3. Por ello no van en absoluto descaminados los utópicos que militan contra El Estado, sólo que pecan de otra absolutización, la de únicamente tener en cuenta aspectos personales como la realización de proyectos y deseos, no teniendo en cuenta los colectivos o administrativos. Parece que no, la solución no va a ser acabar con El Estado en cualquiera de sus formas posibles, tampoco me refiero a ninguna forma de estado determinada, sino sencillamente el evangélico dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Todo lo que se mezclar las churras con las merinas es cometer extrapolaciones que, por ser prácticas, resultan más peligrosas todavía.

    Es una ilusión causada por la indigestión de percebes suponer que con el cese de las estructuras estatales todo ese juego de montajes y manipulaciones que tanto aborrecen los utópicos vaya a cesar. Ese juego es absolutamente endémico en cualquier grupo de bichos humanos y emerge de la dinámica misma de las cosas: el choque de intereses, inevitable, y las líneas de fuerza que dimanan de lo más colectivo a lo más particular motivarán siempre diversas estrategias de manipulación y, además, la misma ideologización espontánea, tanto más intensa cuanto menos controlable sea, de cualquier tipo de información, producirá siempre montajes y tergiversaciones, tanto menos controlables cuanto menor sea la organización jurídica de aquel campo.

    Cualquier forma de organización estatal, entiéndase como se entienda, es un sistema de controles que se opone a la proliferación de estrategias y de montajes manipuladores de tantos grupos “informales”: todo está en como funcione. En esto tiene razón el Dr Coderch, MITico troll de liberalismo.org. Por supuesto, si funciona mal, los controles se vuelven agobiantes y tergiversadores y el pez se pudre desde la cabeza.

    Uno tiene la impresión de que nuestras generaciones utópicas y libertarias han sido lamentablemente predeterminadas por aquel atentado al sentido comín que fue el nacional catolicismo, y que esa empanada gallega de creencias, ideología y estructuras socioeconómicas se reproduce en ellos cambiado designo, pero no acab de salir del malentendido.

    Los totalitarios, en cambio, se sienten reconfortados cuando sus creencias, sus concepciones de cómo el hombre debe ir por la vida, y me refiero tanto al cristianismo como al epicureísmo – “Marius the Epicurean a Red Liberal”- recibe el fuerte y coactivo respaldo del Estado. Esto parece ser indicio, y aquí acierta Smith, de debilidad en las convicciones y un residuo de mentalidad de tribu o de horda. En la tribu no hay lugar alguno a opciones personales y los estados teocráticos de la antigüedad, prácticamente todos los grandes imperios protohistóricos, heredan de la etapa tribal, intacta, esa actitud. Pero hoy todavía hay muchos que no parecen haber superado históricamente la protohistoria o quizá la prehistoria tribal. También los que recurren al terrorismo, intelectual o del otro, para avanzar su ideología.

  4. Lo peor del caso es que cuando más interviene la colectividad, los poderes públicos, lo que parecería dar más trascendencia a la cosa, y medios más seriamente constrictivos entran en juego, más se banaliza el tema y más en superficie y más folclóricamente se enfoca y se cultiva.

    Es trágico que en sociedad o de forma estatalmente organizada se impongan medidas coactivas, serias, quizá terribles, para salvaguardar aspectos triviales de una determinada concepción humana y aun en contra del mismo hombre. En toda sociedad hay unas virtudes y unos vicios “folclóricos”, más bien de folclóricas, que suelen ser las menos fundamentales y los menos graves, pero que se sancionan a garrote y con una desproporción evidente respecto de otras cualidades y comportamientos mucho más básicos.

    Tradicionalmente el dos de enero se celebra en nuestro país la festividad del Fariseísmo, fenómeno endémico en todas las sociedades, en todas las comunidades religiosas, en todos los grupos políticos, en casi todas las familias y en algunos clubs de furbo. “Se” tolera ampliamente a las malas personas, a los logreros, a los embaucadores y a los hideputas con tal de que sepan guardar las apariencias, pero “se” hunde y aniquila, moral y socialmente, al menos, a algunos de los mejores, a buenas personas, como descuiden lo más mínimo aspectos marginales.

    Aquella turba de bienpensantes londinenses que abandonó la ciudad para no coexistir con un julandrón convicto como Wilde, preso en la cárcel de Reading, fue un caso límite de hipocresía colectiva. Más o menos como quitarse de Red Liberal porque haya cristianos. Y ocurre lo mismo cuando se mira para dar una columnita, una plaza o un alto cargo administrativo, al estado civil o la religiosidad del candidato: a Buttiglione le vetaron para comisario UE por ser católico. Por. Ser. Católico. Está también la mitificación de la castidad o de la virginidad, -recomendables los primeros «flins» de Kevin Smith- como si la calidad moral del fulano o de la fulana se redujese a lo observable, al número polvos, gayolas o revistas apiladas.

    Todos los que van de «científicos sociales… son lo que más se prestan al espionaje, al chivateo y al escándalo periodístco.

  5. Hablaba en el mitin que enlacé a la cartita anterior de que el «aborto» es un peligro a lo largo toda la vida, y esto se debe a siempre se está naciendo, y tal vez dolorosamente; como diría el Valls, la vida de este bicho va de esto, y hay que pasar por una serie de filtros y de crisis para superar las propias inepcias y tantos mecanismo inerciales y solapados: es que por cada “codec” que pedimos, nos meten diez “troyanos” y la desinfección del sistema parece prolongarse laboriosa e interminablemente durante toda la existencia, y quizá sea el acabar de hacerlo y así “alumbrarse”, lo menos insatisfactorio de ella.

    Pero no deja de ser paradójico y bastante ridículo que el administrador, adopte la forma que adopte en cada sistema político, venga a dictarle al bicho humano, a veces con coacción y lesión de derechos, cómo precisamente deba hacerlo, ese error de las políticas con una fuerte base ideológica, casi “mística”, de derecha o izquierda. Algo tan enormemente complejo y sutil, tan difícil de enjuiciar a simple vista y tan personal e intransferible, como el propio alumbramiento, percolado cual café para todos. O todavía más ridículo, cuando sabemos, por experiencia que ni siquiera los padres conocen a sus hijos, que venga un cultivador de repollos o una fracción política a dictar cómo deban formarlos, por ejemplo, no defendiendo sus derechos políticos más básicos o resignándolos a vivir como el otro determina, desde su propio punto de vista y desde su círculo de intereses; o como determinen los ideólogos de turno, instaurados en sus vigencias sociales colectivas … o cuando un “pacifista“ como Carter determina que la única manera de ser americano es muriendo en el campo de batalla para defender acceso a fuentes de energía … o por defender al cuñaaaaao, que es lo que hacían los Borbones en sus años buenos.

  6. Berlin, es cierto! Y la envidia también es algo de siempre… pero alguien tiene que decirlo :))

    Noel, ese comentario es una de mis comeduras de cabeza. La paradoja de que un sistema electoral pueda autodestruirse… un pueblo pueda elegir libremente un tirano… un hitler, o tiarse por un barranco. Lo primero que me molestan es tener que financiar yo ese salto al vacío de manera coactiva. Por lo demás, no pudo sino con todo el respeto tratar de exponer las razones que me hacen pensar que ese camino puede ser contraproducente para el que lo elige y para todos los demás. Y además, escuchar quienes opinan eso de mi elección y sus razones. Y te aseguro que las analizo. Muchas veces tienen razón.

    Amor, lo mismo 🙂

  7. Pues Noel, no estoy con usted; pienso que mentes no ilustradas leen lo que se le ofrece; y se le ofrece aquello para lo que previamente han sido educadas; y han sido educadas para consumir productos que se fabriquen como rosquillas, libros incluidos; la televisión también adoctrina con programas de altura, paradigma de los cuales fue «Aquí hay tomate»; así no se entiende si el ciudadano solitario que toma decisiones lo hace: ¿por propia voluntad? o ¿no será influido por lo que machaconamente le indican ‘otros’?
    Ciertamente los socialistas no se distinguen por defender el mercado, pero menos la cultura en general; son expertos en Nomenklaturas que controlan lo que hemos de leer y de saber.
    Y ciertamente a mucha gente, más de la que yo mismo pensaba, les encanta vivir como borregos en un pesebre.
    A mí, no.

  8. ¿Es compatible creer en la libertad y despreciar de esta forma el uso que hacen los ciudadanos con ella?

    Se empieza por despreciar los resultados del mercado, y se acaba por deslegitimarlo. La mente socialista, prepotente desde el principio hasta el final, siempre pasa por esa etapa. Claro que María no tiene porque llegar a caer en ese camino… seguro que es una simpe critica (legítima, faltaría más) hacia las decisiones de una gran cantidad de individuos (crítica que no significa querer negárselas en ningún momento). Lo que María no sabe, creo, es que hay decisiones que sólo tienen sentido para quien las toma, haciendo que el observador quede confundido y no pueda llegar a comprender el porque de dichas decisiones. Lo que ofrece un charlatán puede que no te sirva a ti, o a mi… pero eso no quier decir que no sea útil para otras personas. Hay gente que se burla de otras por creer en un Dios.. ¡estúpidos!

  9. «Los más vendidos son los libros de pócimas para conseguir la eterna juventud, conjuras para alcanzar la riqueza permanente, recetas de felicidad, bálsamos contra el esfuerzo. Charlatanes, indocumentados y todo tipo de gañanes exhiben en los estantes de lo más vendido su ignorancia con toda la desfachatez del mundo.»

    Pero, esto, querida amiga, ha ocurrido siempre: siempre se ha querido postponer la muerte, siempre se ha querido parecer joven, siempre ha habido charlatanes. Pero ahora se pone en libros de consumo masivo. Y el consumo masivo siempre es el mínimo común denominador, ¿o no ha visto a lo que llaman jamón por ahí? El vendedor de crecepelos, es muy antiguo, el creador del bálsamo de fierabrás, recurrente. Y mire por donde uno nos dio la Coca-Cola. No hay mal que por bien no venga.

    (ah, los economistas y los periodistas que le doran la píldora al poder, tampoco son nuevos ni singulares. la cosa ha sido siempre así de tonta. celebre, celebre el mundo. que es más abierto de lo que se piensan todos: lo popular y la cultura de masas, con su mal gusto y mediocridad, en el fondo nos hace más inteligentes, créame)

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