Al-Qaeda sigue usando discapacitados en Irak como terroristas suicidas

Hace meses los buscaba en los sanatorios para enfermos mentales, infiltrándose de modo que pudieran conocer los síntomas del paciente. La última ha sido Rania Al Ambaki, a la que su propio marido y demás familia, ató la bomba a la espalda (que era accionada por control remoto) y después la esposó a la puerta de un control.

A la chica, que tiene un bajo cociente intelectual, le hicieron creer que el chaleco suicida era un remedio para el dolor de espalda.

4 comentarios

  1. Y no son los Al Quaidistas los mas repugnantes sino sus compańeros de ruta en la mal llamada izquierda occidental.

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