Museo holandés prohíbe de nuevo la exposición del "Mahoma gay"

Mohammed_Gay.jpgPor tercera vez en cuatro meses, el controvertido trabajo de una artista iraní ha sido suspendido de una exhibición de un museo holandés.
La artista, que expone bajo el seudónimo de Sooreh Hera y que vive en el exilio en Holanda, dijo que había recibido amenazas de muerte despué sde intentar mostrar una serie de fotografías tituladas «Adán y Edwald, los amantes del séptimo día».
Algunas de las fotografías incluyen dibujos del Profeta Mahoma y su yerno Alí en posturas que podrían entristecer a los seguidores de cualquier religión.
Las imágenes más controvertidas muestran a hombres homosexuales desnudándose con más o menos ropa. En una, un hombre lleva pantalones de cuero con aberturas que dejan las nalgas al aire, con una máscara de Alí, el yerno del profeta Mahoma. En otra foto dos hombres sin camisa llevan máscaras de Alí (izquierda) y de Mahoma (derecha).
Los directores del museo inicialmente planearon mostrar el trabajo de la artista de 35 años. Pero ahora, citando miedo a las represalias y presiones políticas, han cambiado de idea, para enfado de Hera.
En declaraciones a la cadena americana FOXNews.com, Hera dice que está luchando por la libertad de expresión en una nación que anteriormente ha sido conocida por su tolerancia y su paz, pero ahora es un semillero de tensión social y religiosa. «La libertad de expresión ha llegado a ser una ilusión en Europa«, declaró en una entrevista telefónica desde una casa en la que se encuentra escondida. «Se nos dice que tenemos libertad de expresión, pero en realidad vivimos bajo una especie de censura encubierta«.
Se da la casualidad de que cuando Fitna estaba levantando revuelo por su contenido, pasó desapercibida una exposición que tuvo lugar en Austria. En ella, se mostraban imágenes de La Última Cena en la que Jesús y los Apóstoles tomaban parte en una orgía homosexual. Eso, que no pasaría de ser un insulto muy burdo, levantó una polvareda de crítica por parte de los fieles católicos: la galería de arte en la que se exhibió depende de la Catedral de San Esteban de Viena, una de las más antiguas y emblemáticas de la ciudad. Pero, claro, nadie amenazó con matar al artista, al Obispo o al decorador, de modo que prácticamente nadie se enteró de que tuvo lugar.

3 comentarios

  1. Leo Borj lo ha dicho muy bien. El problema no es que a mí me guste o no una obra de arte (al fin y al cabo la percepción del arte es algo completamente subjetivo y a todos no nos gustan todas las obras de arte…). El problema es que mientras que unos pueden exhibir obras manifiestamente fuera de lugar sin que ni siquiera tengan mucho eco internacional, a otros se les prohíbe, porque hay miedo de lo que ocurra, ya sea porque se intente matar a la artista -que está bajo protección y en domicilio secreto- o porque se intente matar a todo el mundo que haya ido a la inauguración.
    Al final lo que impera es la ley del miedo: si amenazas, la gente te «respeta», si no lo haces, tampoco eres «respetado». Y eso es una enseñanza peligrosísima…

  2. Más escandaloso que la falta de libertad de expresión es la «libertad dirigida», a unos sí a otros no.

  3. Como obra de arte no creo que valga mucho, y probablemente sea una obra indecente y frívola, de esas más bien vulgares que se pretenden conceptuales. Pero la libertad también consiste en que lo indecente y frívolo, lo pedante y hortera, puedan tener sus canales de expresión.

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