Fundado el "Asociación de jóvenos exiliados"

Hoy queda fundado el «Asociación de Jóvenos exiliados». El acto, que tuvo lugar en el ciudado de Leipzig, contó con el afluente de numerosísmos personos. Entre los asistentes se encontraban destacados personalidados del blogosferio sajón y aledaños. Su recién nombrado presidente, Don Luiso Gómez, afirmaba que «de este modo queda patente nuestro decisión de hacer frente al creciente presiono del lobby feministo en el vido político y sociolo de nuestro naciono»

Entre los propuestos más llamativos se encuentra el exigencio de masculinizar todos los vocablos del castellano, para evitar así el influencio negativo del feminismo opresor que ha ido infiltrándose en nuestro lenguo durante los últimos tropecientos años. El luno lunero cascabelero, el semano o el persono serán pronto tan habituales en nuestro uso del lenguo como lo son el sol, el coche o el nabo verde. El nación pasará a llamarse Españo, que se articula en comunidades autónomos. El Constitución recogerá los cambios en el próximo legislaturo. Los escuelos comenzarán a impartir enseñanzo no sexisto a partir del 2010. Se abrió un interesante debate sobre los contenidos en el asignaturo de historio.

Otros reivindicaciones son los de aumentar el sueldo a los amiguetes de Don Luiso (por que sí, nos dijo), rebajar el edad de pensión a los 45 para los hombres y multar con 100 mil eurones de vellón a todo aquel que no rotule sus productos o escaparates en masculino. El presidente de la asociación de alevines, Don Lutecio Gómez (lo del apellido es casualidado, sólo coinciden en el págino del registro civil), propuso adoptar el modelo germano: los niños son niños (der Junge), las niñas son neutras (das Mädchen). Como Dios manda!

Rompamos los caenos del latín!

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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7 comentarios

  1. Hombre Luis, la asociación puede incluir la palabra «jóvenes» perfectamente 😉 Por algo las feministas se llaman así mismas «jóvenas». «Jóvenes» es la versión masculina, según ellas.

    Por cierto, ¿el enlace a LD es a una noticia? ¿Una columna de opinión? ¿Una columna de opinión revestida de noticia? Porque si es lo primero, tela marinera con el lenguaje objetivo.

    Elentir… ¿feminazis?

    PD: ¡Viva! I’m a Human!

  2. Luís estupendo tu post de respuesta masculinista al hembrista discurso feminista. Y no es que yo defienda el masculinismo (feminismo a la inversa), pero hay algo positivo que siempre les agradeceré a todas las feministas: nuestra toma de conciencia como hombres a partir de la misándrica ideología feminista. Conciencia que nos está permitiendo redescubrir en proporción directa al poder de su discurso político, el orgullo de ser varones en contraposición directa a la definición que de nosotros hacen ellas.

    Esta redefinición por parte de los hombres de lo masculino como entidad y valor indiviual y social, se ha ido haciendo en las últimas décadas de manera soterrada. Hace menos de un lustro, era dificilísimo encontrar medio de comunicación alguno, crítico con los dogmas feminstas al respecto de la imagen que del hombre daban. Hoy es dificil el día que no hay en algún medio una crítica abierta al feminismo. Los hombres estamos recuperando la voz… nuestra voz. Proceso éste justamente inverso es el que les está sucediendo a las mujeres en general; pues el feminismo las ha robado su voz.

    Nosotros los varones somos víctimas de un concepto misoándrico que el feminismo nos ha impuesto (consecuencia de ello es la ley de violencia de género); pero también las mujeres son vícitmas al imponerles unos modelos de relación con los hombres, que están basados en unas leyes que las privilegian por el sólo hecho de serlo (repudio del varón, explotación económica, rapto de hijos a los padres en caso de separación; más pena por el mismo delito si eres varón, consentimiento total a las mujeres en las denuncias falsas, no responsabilidad alguna en los abortos de más de siete meses con lo que se saltan dichas mujeres toda legalidad, pero también toda legitimidad ética, etc.)… ya que con tales políticas y jurisprudencia sexistas han conseguido una ascendente desconfianza de los hombres hacia las mujeres. Dificil lo tienen para encontrar la confianza y felicidad con nosotros partiendo de una realidad de privilegios sociopolíticos.

    Y es que el feminismo, allí donde ha tenido poder para imponer su jurisprudencia hembrista, ha tirado por tierra doscientos años de lucha por la igualdad real entre individuos, existente en aquellos paises con un estado de derecho moderno.

    Cierto, los hombres estamos recuperando nuestra voz, porque estamos redifiniendo nuestro propio concepto como varones. Nunca las feministas, por más que en el presente disfruten de las mieles del poder político, nos impondrán a nosotros nuestro concepto como tales… y nunca las mujeres serán felices sentadas sobre la infelicidad de los hombres.

    Nosotros los hombres, más que les pese a las feministas, estamos comenzado a recuperar nuestra voz en el postfeminismo que se avecina; ahora les toca al resto de las mujeres recuperar la voz que el feminismo les robó. Confío en ellas.

    Pablo el herrero

  3. Este tipo de gilipolleces solo las defiende aquel Schwärmer progre que atribuye virtudes miríficas a cualquier originalidad de su partido. Espero que hayan dejado de fumar y que su huella de carbono no exceda de 6.78 veces la raíz cuadrada de la alianza de civilzaciones.

  4. Elentir, uno se sienta a «celebrar» su merecido pauso con los periódicos online, en el confianzo de que ya nada puede superar el absurdo de lo leído el día anterior,y zas! aparecen estos «jóvenas» batiendo récords.

  5. Jajaja, muy bueno, Luis. 🙂

    Lo que nos faltaba ahora es que las feminazis cargasen contra el latín. Casi mejor: ya era un orgulloso latinista, y ahora lo seré más todavía.

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