El federalismo que nadie quiere: federalismo liberal

La bancarrota del Estado Español es fruto exclusivo de la debilidad de sus administradores. Debilidad humana y debilidad política. Y del paulatino distanciamiento – por desidia resignada – de sus administrados ante todo lo que tenga que ver con la labor de aquellos. Ningún partido político español en el Gobierno ha sido capaz jamás de transmitirnos con certeza que gobernaban para todos. Mientras los grandes partidos nacionales siguen empecinados en una absurda lucha ideológica hace años caduca, prisioneros de la autocomplaciencia y servidores de la más rancia endogamia política, los partidos nacionalistas gobiernan aferrados a sus principios decimonónicos, nostálgicos en la mayoría de los casos de una historia inexistente, opresores de voluntades con la palabra (la lengua) como arma.

¡Y ahora todos quieren ser federalistas!

¡Y los hay que se quejan de que no tienen “estado”!

¿Y que innovaciones en la estructura de los “nuevos estados” nos han propuesto? Ninguna. Más de lo mismo.

Cuánto me gustaría autoengañarme llamando al robo y la expropiación “redistribución social”, olvidando mi conciencia; cuánto me gustaría salir a la calle gritando “fascistas” y “asesinos” a cualquiera que ose manifestar una opinión distinta de la mía; cuánto me gustaría retozar en mi sofá mientras libo de las consignas telediarias hasta alcanzar un estado de amnesia perfecto, casi de anestesia.

La disciplina y el mérito son artilugios del diablo, pues sólo vive bien quien deja que otros trabajen para él. Quiero ser progre de derechas o de izquierdas, siempre en pos de la solución rápida, el camino intelectual más corto o simplemente la inactividad, pues basta la fe en la utopía y la obediencia al dictado estatal para entrar en el reino de los buenos. Maravillosa la lógica por la que el dinero es de todos y los frutos del mérito de unos terminan pagando la desidia de otros. El estado lo hace posible. Es dogma de fe.

Se dicen demócratas. En 2.500 años la democracia no ha pasado de ser un concepto teórico debido a nuestra incapacidad para ponerlo en práctica y, sobre todo, a la falta de escrúpulos de una clase dominante que, consciente de que cuanto mayor la masa, más amorfos los conceptos, ha sabido mantenerse en el poder gracias al engaño contínuo de quienes piensan y la explotación del voto de quienes no lo hacen. Justificar un acto político (tal y como hacen nuestros próceres) y darle legitimidad en nombre de una mayoría no cualificada, de una cifra de votos procedentes de una masa amorfa y malinformada es falsario y atenta contra los principios de la ética tal y como la entendía Pericles. Estos políticos se sirven de la palabra DEMOCRACIA vaciándola de su sentido último, obteniendo ante todo provecho propio y para el grupo que representan en un ejercicio puramente matemático de recuento de papeletas tras haber manipulado y lanzado al aire promesas paradisíacas como quien lanza caramelos a los niños. Es más fácil recoger promesas pronunciadas en un mitin que doblar la espalda para  colectar los frutos del trabajo y el esfuerzo personal.

Democracia, tal y como hoy se ejerce, es un farsa verbal, una patada intelectual en el cerebro de cualquiera que tenga dos dedos de frente y los utilice. Casi una ofensa.

Me niego a considerar, como hace Hegel, al Estado(Nacional) como la cumbre final y perfecta del proceso de socialización del ser humano. Me quedo con la versión de Franz Oppenheimer según la cual el Estado es una institución inventada por una minoría de invasores nómadas agresivos para avasallar indefinidamente a la mayoría de los habitantes cultos de una región determinada. Tal vez por eso sean precisamente los inmigrados e hijos de inmigrados en Cataluña los nacionalistas más interesados en no perder las riendas del estado. Tal vez por eso la izquierda abertzale tenga tanto interés en ampliar las fronteras de su nación. Tal vez por eso resulta tan sencillo imponer una política lingüistica excluyente. Tal vez por eso a buena parte de la clase política de derechas española le asuste tanto cualquier medida que ponga en tela de juicio la “integridad” de la nación-estado española.

No tengo ni la más remota idea de cuál será la forma de organización social que se establezca después de la etapa del Estado-Nación (lo más seguro es que no me toque vivirla). Lo más fácil es que surgiese de la libre competitividad entre pequeños experimentos descentralizados, para demostrar primero si el modelo “menos estado” funciona. Probablemente las dificultades de un modelo “ningún estado” serían mayores. Pero algo me dice que las dificultades, tanto en un modelo como en el otro, no vendrían dadas por los participantes en el experimento, sino por los acomodados en las “ventajas” del etatismo vigente. La prueba la tenemos en casa (España): la descentralización no ha servido para reducir el etatismo: lo ha fragmentado para endurecerlo. En realidad los “demócratas” de hoy lo único que consiguen con su voto cuatrienal es eternizar en el poder a un grupo (cada uno tiene su “favorito”) de retóricos engañabobos que entienden perfectamente cómo perpetuar, en nombre de sus “democráticos votantes” el robo, el chantaje, la amenaza y la limitación de libertades. La ley y el orden pierden su esencia conceptual en esta democracia donde el votante, adiestrado por decenios de supremacía estatal, pone en manos de los oligarcas no sólo sus buenas intenciones. También las más espurias.

¿Hay alternativas? Sí:

1. El mercado libre no es otra cosa que el conjunto de las personas en su calidad de sujetos económicos. Las relaciones de intercambio voluntarias entre ellos producen siempre mejores resultados que cualquier medida estatal o de gobierno.

2. Eliminación de cualquier forma de violación del derecho a la independencia individual: “The minimal state is the most extensive state that can be justified. Any state more extensive violates people’s rights.” Robert Nozick

3. Eliminación de la clase oligárquica privilegiada, políticos y funcionarios: “I think we have more machinery of government than is necessary, too many parasites living on the labor of the industrious.” Thomas Jefferson, 1824.

4. Eliminación de los sistemas de adoctrinamiento (libertad de enseñanza, educación, pensamiento):“Every function superadded to those already exercised by the government, causes its influence over hopes and fears to be more widely diffused, and converts, more and more, the active and ambitious part of the public into hangers-on of the government, or of some party which aims at becoming the government.” John Stuart Mill.

El Estado Español se convierte en una República Liberal. El Presidente es elegido de forma directa. La adhesión a la República Liberal es voluntaria. Los Municipios son el marco referente de organización territorial y social. Las decisiones en los municipios se toman en los Consejos. Si han de nombrarse representantes, estos accederán a sus puestos por votación directa, en función del número de votos de cada uno y bajo las ondiciones establecidas en un contrato de representatividad. Los Municipios se pueden unir en Federaciones de Municipios. La adhesión a la República puede ser formulada por un Municipio o por una Federación de Municipios.

El Gobierno de la República Liberal tiene las siguientes funciones (Ministerios):

  1. Asuntos exteriores. Representa a la República en los foros internacionales.
  2. Defensa. Ejército voluntario para la defensa ante agresiones directas.
  3. Interior. La Policía estatal es subsidiaria. Actúa solamente allí donde las capacidades de los servicios privados de seguridad alcanzan su límite de acción.
  4. Justicia. Rule of Law (and not of men) exige leyes generales y abstractas. Órgano principal serán los tribunales arbitrales. Se privatizarán las cárceles.
  5. Economía. Para financiar un estado mínimo basta una cuota de estado de, como máximo, el 10% de los ingresos.  El mercado será el encargado de la emisión de los medios de cambio.

Y ahora, lo ideal sería que ustedes nos contasen cuál es su propuesta, buscar puntos de encuentro, fórmulas nuevas.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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25 comentarios

  1. Lo que pasa que creo que vivimos en una democracia de tipo Partitocracia y aqui esta el problema. Debemos de reducir lo máximo posible el peso de los político. Mirar a Suiza, ¿quien conoce nombre de algún político Suizo? ¿vivo o muerto? NO — por eso viven en paz y prosperidad durante los últimos 300 años por lo menos.
    http://etrusk.blogspot.com.es/2013/08/la-constitucion-radical-del-siglo-xxi.html
    http://etrusk.blogspot.com.es/2014/12/espana-y-el-federalismo.html
    http://etrusk.blogspot.com.es/2014/12/exodos-una-interpretacion-en-terminos.html

  2. Es un modelo utópico, y para alcanzarlo hace falta una «seriedad» y responsabilidad personal que en estos momentos sólo las veo en tres o cuatro personas de los miles que me rodean.
    Me conformo con que si quieren un estado federal la pregunta tenga dos apartados:
    – ¿Quiere Vd, un estado federal o central? (Yo votaría por un estado central como Francia)
    – En el caso de optar por el modelo federal:
    ¿Como Alemania?
    ¿Cómo Estados Unidos?
    ¿Como Suiza?

    De ese modo evitamos futuros líos: que nos salga uno hablando de Estado federal asimétrico (que me recuerda al orate Maragall). Que nos salga otro con Estados federados con señas propias de identidad…; que otro nos quiera convencer de que no compares los garbanzos del Estado X con los del Estado Y.
    Experimentos ibéricos, ninguno más. Ya tenemos bastante con esta torre de Babel en que se ha convertido España

    Y ahora permitidme adjuntar esta carta de José Tarradellas, de 1981, en donde vaticina cómo íbamos a acabar con Pujol metido en la Generalitat:

    https://dedona.wordpress.com/2017/10/16/josep-tarradellas-carta-al-director-de-la-vanguardia-horacio-saenz-guerrero-16-de-abril-de-1981/

    • Un pueblo que elige a los peores gobernantes está condenado al fracaso: ya sean los alemanes apoyando el nazismo o los catalanes indepes.
      La carta de Tarradellas lo confirma de manera clarividente y premonitoria.

      • No existen los políticos buenos, no podemos esperar a un Salvador. La solucion esta en reducir su influencia a maximo y arrancar la Justicia de sus peludas manos.

        • Reducir el poder de los políticos y aumentar su responsabilidad han sido siempre mi objetivo político, pero… ¿Existen, por ejemplo, los médicos buenos? ¿Y los panaderos buenos? Por supuesto que sí. Sucede en todas las profesiones. ¿Entonces por qué no con los políticos?

          Algunos dirán que sí que los hay, pero así como en las demás profesiones el balance global es positivo, no lo es con los políticos, que gestionan muy mal, muy caro, con mucha corrupción y sin ninguna intención de someterse a auditorías, presentar resultados o concretar responsabilidades. Así que algo está fallando, y no lo podemos buscar en las personas que se dedican a la política -somos todos de la misma pasta, más o menos-, sino en la forma en que realizan su trabajo. Es evidente, para cualquier analista honrado del problema, que hay que replantearse una revisión a fondo de la manera de realizar la gestión política. Cuando una cosa no funciona hay que preguntarse por qué. Y diré más, cuando una cosa funciona, también hay que preguntarse si no se puede hacer mejor, porque lo que no avanza, retrocede.

          Pero cuando miramos la función política, pongamos desde la transición, vemos que todo sigue haciéndose de la misma manera (salvo que la gestión de la cosa pública se ha burocratizado muchísimo más, lo cual la ha hecho más cara e inoperativa, pero el poder se maneja de igual manera que entonces). El hecho de que no haya habido, ni hay, ningún interés en entrar a fondo en este problema por ninguno de los partidos (sólo de boquilla: ¡hay que luchar contra la corrupción, etc!, pero nada real), es la prueba de que ellos ya creen que están bien como están, y prefieren que nada cambie. Esto demuestra, al menos, dos cosas:
          1.- Que no son demasiado inteligentes, porque ignoran que como mejor se siente un profesional, no es cuando no se le cuestiona, sino precisamente cuando aprovecha la ocasión para demostrar su competencia y asegurarse la satisfacción de sus clientes (algo impagable).
          2.- Que no son demasiado honrados, pues temen que la verdad los ponga en evidencia.

          Da la casualidad de que pedir que se realicen estos análisis es función de los mismos políticos, así que ya podemos esperar sentados. Es una prueba más de su «voluntad» de mejorar las cosas. Lo que vemos es que cuando aspiran al poder, dicen que hay que cambiar esto y aquello, pero cuando llegan, ya no les parece tan oportuno.
          ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿El propio gato? Pues ahí está el nudo de la cuestión.

  3. Mucho me temo Luis que como suele ser habitual a la hora de hablar del Estado con un declarado Anarcocapitalista siempre ocurre lo mismo… No hay teoría del Estado sino sólo Teoría Contra el Estado.

    Pero veo que has dado un paso adelante y has comprendido que el territorio es la base de todo el escenario en el que se desarrollan todas las ideas. Y aunque las ideas no se aplican a los territorios si se aplican a las personas que viven en esos territorios. A todas. Aunque sean decididas por una mayoría simple, en un Parlamento y dependiendo para qué, según sus leyes, o absoluta… según sus leyes o por el deseo absoluto del poder instituido…. Porque todo esto va realmente del poder.

    Podemos, no el partido, el verbo,… desear establecer un sistema determinado dentro de un determinado territorio, pero como liberales no podemos aceptar la imposición, sino el convencimiento para aplicarlo. Pero para aplicarlo hay que llegar a ser mayoría, lo cual implica necesariamente que no todos desearán seguir nuestras ideas. De tal forma que igualmente habrá imposición sobre ellos. Y, además, como para evitar llegar a la imposición necesitaríamos el absoluto convencimiento por parte de todos…. ¿verdad que se complica la cosa?

    Porque, además, o bien aceptamos las reglas del juego político, es decir, los liberales, menos liberales y mas extremadamente liberales que casi ni lo parecen… porque para ser liberales hay que aceptar el Estado como concepto y las reglas del juego en democracia…. o bien, digo, participamos ya en política o simplemente estamos haciendo “castillos en el aire”.

    Visto tu programa sabes que andamos con él a vueltas desde hace ya tiempo. Pero las variantes que has incluido, la asociación a federaciones de municipios y la libre o no asociación a estados rompe el esquema…. El problema con Cataluña no está en los derechos individuales. El que no quiera vivir en España que se vaya. Es como el hijo que no quiere aceptar las normas del padre en la casa de este, de la casa familiar. Si no quieres te vas…. En este caso lo que ocurre es que el hijo quiere quedarse con su cuarto y tener libre acceso a la cocina y al baño…. Y eso no es posible.

    La casa, Cataluña, los municipios, no son dueños del territorio en virtud de quienes los ocupan, lo son en virtud de las leyes que rigen en el Estado que ha conformado esa distribución territorial dentro de sus leyes, dentro de una unión de tal manera que a mi me pertenece la parte alícuota de las Ramblas como a cualquier catalán le pertenece la parte alícuota de la plaza de Zocodover…. No somos dueños de lo mío nada mas que en virtud de las leyes que rigen en el estado.

    Pero además en tu distribución de funciones del Estado, no estoy de acuerdo en la letra pequeña… Y no lo estoy porque las funciones del Estado son las que son porque el estado tiene que tener el monopolio de la violencia para poder ejercerla en defensa de la libertad, la propiedad, y la vida de las personas que viven dentro de ese territorio. De tal manera que tanto la defensa, como la seguridad como la justicia han de ser parte inequívocamente definitorias de lo que ES ese Estado, de su estado de derecho.

    Y luego yo añadiría, a parte de la cuestión de la hacienda… claro… todo lo que haga el estado habrá que pagarlo de algún modo…. la ordenación del territorio y las comunicaciones, tanto físicas como telecomunicaciones… Un Estado ha de estar vertebrado… Los romanos lo entendieron desde el primer momento y de ahí su maravillosa red de calzadas….

    Por lo demás podríamos tratar de definir funciones, derechos de los municipios dentro de sus dominios territoriales y límites a dicho poder. Podríamos hablar de las responsabilidades de los ciudadanos para con la gestión… pero eso, no olvides, ha de partir, lo primero, del convencimiento por parte de la ciudadanos de que ello es lo mejor para todos, para garantizar los derechos fundamentales… no los emanados dizque del Estado… sino para lo que el Estado se crea….

    Pero para eso… hay que hacer… labor política….

    ¿Te acuerdas de la cantidad de veces que lo he dicho???

  4. La verdad es que el ideario que describes me gusta, y creo que lo comparto como faro en la lejanía, pero la realidad es muy prosaica, y la Historia demuestra que las unidades políticas cada vez son más grandes y su control sobre el ciudadano superior, aunque te llenen las orejas de palabras biensonantes: es por tu bien, es por tu seguridad, etc.
    Bajando al suelo, yo ya me conformaría con ir aumentando el poder del ciudadano poco a poco (creo que vamos al revés), y para ello no pretendo vender grandes ideas. Ya he dicho más de una vez que por el momento, un gran paso sería poner toda la contabilidad del Estado en internet (con la misma transparencia que Hacienda me exige), y elaborar un reglamento de obligaciones y responsabilidades para el ejercicio de la función política como lo tiene cualquier otro oficio.
    Si sabéis de algún partido que vaya por esos lares, me avisáis.

    • JJI: «la Historia demuestra que las unidades políticas cada vez son más grandes y su control sobre el ciudadano superior».
      Lo siento pero esto es absolutamente falso: tanto la primera como,más aún, la segunda parte de la misma, que es uno de los mantras liberales más populares.
      Respecto a la primera parte: a lo largo de la Historia y dependiendo del territorio al que nos refiramos en concreto, han existido periodos con unidades políticas grandes, enormes, incluso gigantescas (los imperios clásicos son un claro ejemplo) y otros periodos en los que esos mismos territorios se han fragmentado en unidades medianas o incluso pequeñas.
      Respecto a la segunda parte, basta recordar los derechos de un noble o un rey absoluto sobre sus vasallos y súbditos (que ni siquiera tenían la condición de ciudadanos) para darse cuenta de ello: podían incluso asesinarte públicamente por capricho, sin ninguna consecuencia. Si eso no es control, no sé a que le llamas control.

      • Reconozco que hay que matizar. Lo que quiero decir es que las unidades políticas tienden a crecer, y con el tiempo, como todo, acaban por morir, y sus partes forman nuevas unidades (que son el resultado de una destrucción, no de un movimiento constructivo -esto es fundamental-), más pequeñas, lógicamente, que comienzan el proceso de agregación. Si nos referimos a los tiempos modernos, en que el mundo se ha hecho muy pequeño, ese efecto se amplifica (USA, UE, Rusia, China), la tendencia se acentúa necesariamente (es, por ejemplo, como si el mundo se redujera a la Península Ibérica, de modo que zonas que antes podían existir sin conexión, hoy eso sea imposible). Lo que no es lógico, ni natural, es «un crecimiento» hacia lo menor o más pequeño como resultado de un proceso de desarrollo. Vuelvo a lo de siempre: crecimiento significa vida y esperanza, y a todos gusta. Decrecimiento lo contrario.

        Respecto a lo segundo, estaba pensando más en el aumento de poder de los gobernantes sobre los ciudadanos que la tecnología hace posibles. De acuerdo en que en las sociedades primitivas, al siervo no se le reconocía ningún derecho, pero en la práctica, la posibilidad del tirano de exigirle obligaciones era muy limitada, y en consecuencia, en su vida real, el individuo era más libre (respecto del tirano; otra cosa es respecto de sus prejuicios). La vida en un pueblo casi aislado, en la montaña, hace unas pocas décadas es un buen ejemplo. Es por esta razón, por ejemplo, que yo ya he dicho que con Franco era (no que me sentía) más libre (como casi todos, incluso sus detractores, pues los medios de persecución eran mucho más ineficaces), aunque formalmente mis derechos fueran menores que ahora. ¡En fin! Tampoco quiero sentar cátedra, pero no es un asunto para no pensar en ello, porque se dibuja en el horizonte una capacidad de control sobre el ciudadano, mediante la tecnología, que asusta. Eso sí, seguramente empapelados en derechos teóricos que la mayoría ni necesita ni usa.

        Y luego estas los ciclos históricos, frente a los cuales la vida humana (las que nos interesa principalmente a los que estamos vivos), es insignificante, y ahora vivimos en un período de agregación donde los que se queden fuera no decidirán gran cosa sobre su destino, aunque eso sí, en el papel tendrán muchísimos derechos.

        • JJI: «La vida en un pueblo casi aislado, en la montaña, hace unas pocas décadas es un buen ejemplo».
          Correcto, pero exactamente por las mismas razones por las que si le atacaban los bandoleros, porque hubiera algo de riqueza, que siempre había algo, aunque fuera comida, el del pueblo aislado lo tenía mucho más jodido para recibir protección del Estado que el de la ciudad: simple y llanamente porque salvo para cobrar impuestos, la presencia del Estado en la practica casi ni llegaba a esas zonas tan aisladas.
          Por eso, es justamente en esas zonas rurales tan aisladas donde el bandolerismo sobrevivió durante más tiempo y de ahí la creación por ejemplo de ese cuerpo represivo llamado Guardia Civil, gracias al cual, ya no existe ese tipo de bandolerismo.
          Conclusión: donde el Estado no llega, llegan, se instalan y mandan los seudoestados mafiosos: bandoleros, guerrillas, mafias, etc que son tan malos, o habitualmente mucho peores, que el propio Estado.
          Lo que nunca ha surgido en ausencia de Estado o poder establecido equivalente, es la Arcadia anarco-liberal.

          • Aunque en algún caso haya sido así, no ha sido lo normal. Los bandoleros y ladrones, los cobradores de impuestos, no aparecían por esos pagos (ahora mismo existen multitud de casas vacías, de segunda residencia, en las zonas montañesas que nadie toca, al revés que en la ciudad) por varias razones:
            -Nunca han sido tan numerosos como para afectar a un número significativo de habitantes de esas zonas (no estamos en el cine), y además, todo el mundo se conoce y enseguida se atarían cabos.
            -Todas las casas estaban armadas y sin complejos.
            -Y la más importante de todas: no resultaba rentable ni ir a cobrar impuestos ni a robar.

            De hecho, en mi infancia, yo he vivido de esa manera. Prácticamente hacíamos lo que queríamos con las costumbres y los recursos locales, que por otra parte, nunca estuvieron en peligro como ahora. ¡En fin! Todo esto es anecdótico. Lo que quiero recalcar es que un noble con derecho de pernada sobre 10000 mujeres, carentes de derechos, difícilmente podría violentar a unas pocas, y justamente entre las que tenía a mano. Hoy el poder nos tiene a mano a todos. Por eso, por término medio, trabajamos seis meses al año para él (con la excusa de la redistribución, algo perfectamente controlable, pero que no se controla), cosa que en otros tiempos habría hecho despeñarse a los recaudadores por cualquier barranco.

            Insisto en que lo importante, si sólo pudiera elegir una cosa en política, es que se pudiera controlar el dinero público fácilmente. Por su dueño, es decir, por todo el mundo se entiende. En que no suceda eso están de acuerdo todas las ideologías del espectro político, aquí y en Lima. ¿Por qué será?

    • Te aseguro que la ley de transparencia informa muchísimo. Es cuestión de tener tiempo.
      Es una de las leyes más revolucionarias que se han adoptado y su promulgación ha influido muchísimo para atemperar y sujetar la corrupción.

      • Gracias a tu sugerencia me he mirado por encima (todavía no he tenido tiempo de un estudio más profundo de sus posibilidades), la Ley de Transparencia y debo reconocer que es un paso en la dirección que propongo, pero que está a años luz de lo que debería ser. De entrada ya dice que «El Portal no contiene información de Comunidades Autónomas, Entidades Locales, Sociedades Estatales, Fundaciones y Órganos Constitucionales. Estas entidades publicarán su información en sus respectivos portales web y sedes electrónicas.» Esto, evidentemente, introduce dificultad y confusionismo, pues los formatos de información pueden ser miles, y cada entidad o autonomía introducir sus particularidades (como dice la ley), pero menos da una piedra.
        Existe un tipo de información genérica disponible, y se puede solicitar información más específica (una nueva dificultad), según determina la ley.

        Reconozco que mi propia desconfianza me había hecho no tomarme muy en serio esta ley, pero desde luego, puede ser un instrumento importante en muchos casos e indicar el camino. El ciudadano debería utilizarla, o al menos curiosearla, por si puede ser de su interés (la verdad es que no se le ha hecho propaganda alguna, como un nuevo servicio al ciudadano, pero ahí está).

        En cualquier caso, hay que creérse la información, y como ya he apuntado en algún sitio, lo importante es el control del manejo último del dinero. Para poner un ejemplo, es como si Hacienda me permitiera que sólo tuviera a su disposición la declaración de mis ingresos y gastos en sus diferentes partidas de modo global, y no necesitara tener respaldo documental de facturas emitidas y recibidas. Así que para mí, una buena ley de transparencia (sólo en el aspecto económico, hay otros) debería tener las siguientes características:

        -Igual soporte informático en todo el país, para facilitar su manejo por parte del ciudadano.
        -Facilidad de interacción, preguntando lo que quieres (como cuando compras en Amazon o en un portal inmobiliario, por ejemplo): entidad (Estado, Autonomía, Municipio), concepto (tipo de ingreso, gasto, etc.), nivel (desde los más general hasta lo más particular), y todo lo que se pueda desear para localizar rápidamente un gasto o un ingreso en todo aquello que no sea materia reservada, que debería ser la mínima (en Noruega, por ejemplo. la declaración de la renta es pública). Los impuestos deberían ser públicos y las nóminas de los funcionarios (al menos) también, puesto que el que paga siempre debe saber lo que paga. Esta claro que con algo así sería muy difícil la corrupción desde el poder.

        Ahora me toca ver en que queda la ley de transparencia en mi propio ayuntamiento, que en principio, es donde más de cerca me interesa.

        • He curioseado la realización efectiva de la Ley de Transparencia en mi Ayuntamiento (una ciudad importante de unos 80.000 habitantes), y tras mucho trastear, y perder tiempo en declaraciones varias de lo transparentes que quieren ser, al final acabas bajándote algunos pdf donde puedes ver resúmenes globales de gastos e ingresos. Una información de relativamente poco valor (supongo que con mucho esfurzo podrías sacar preferencias de gastos o tendencias). O sea, muy lejos todavía de una herramienta que permita tener la economía pública bajo el ojo de quien pone el dinero (lo más natural en la economía real, donde sin esa condición, nadie pondría un duro).
          Los políticos que quieran acabar con la corrupción, ya saben donde tienen que trabajar.

          • Se me olvidaba decir que los límites que pone la ley para permitir la transparencia son tan estrechos que prácticamente podría ocultarse casi todo. Estos límites están tasados en la Ley y son los siguientes (copio):
            La seguridad nacional.
            La defensa.
            Las relaciones exteriores.
            La seguridad pública.
            La prevención, investigación y sanción de los ilícitos penales, administrativos o disciplinarios.
            La igualdad de las partes en los procesos judiciales y la tutela judicial efectiva.
            Las funciones administrativas de vigilancia, inspección y control.
            Los intereses económicos y comerciales. (<< Un verdadero cajón de sastre.)
            La política económica y monetaria.
            El secreto profesional y la propiedad intelectual e industrial.
            La garantía de la confidencialidad o el secreto requerido en procesos de toma de decisión.
            La protección del medio ambiente.

  5. Hola. Difícil no, imposible. Municipios o Federaciones de municipios adheriéndose y separándose ad infintum, es una utopía. Además sigue anteponiendo la voluntad de una mayoría a la voluntad invidual y materialmente esos procesos crean constantemente inestabilidad económica y jurídica a los ciudadanos. La realidad es que las fronteras políticas se crean mediante la lucha de los Estados a través de la fuerza. Hemos nacido en este territorio y la nacionalidad es heredada, nuestro propósito ha de ser mejorarlo objetivamente, no desmembrarlo en 50 o 500 trozos, mientras haya un ejército eso no es viable. Este mi argumento, un saludo.

  6. Supongo que el mapa de España que encabeza el art. se correspondería bastante bien con ese mismo territorio antes de la llegada de los Romanos, o durante el Paleolítico o incluso mucho antes en tiempos del Homo Antecesor de Atapuerca.

    Periodos en los que ciencias como la Historia, la Arqueología y la Paleoantropología, nos muestran que las distintas tribus que los habitaban vivían en paz, amor y compañía en lo que se conoce como la Arcadia Paleoliberal Ibérica , en un régimen de verdadera democracia liberal y sin que existieran nada parecido a «clase dominante».

    Luego nos invadieron los romanos imperialistas y lo jodieron todo, en su propio y exclusivo beneficio: las calzadas, acueductos, alcantarillado, derechos de ciudadanía, código cívil, etc, etc, etc fueron simples sobornos para corromper a las pacíficas tribus íberas paleoliberales, que sin duda alguna habrían conseguido los mismos avances actuando de común acuerdo y según los más altos y puros principios liberales.

    El hecho de que antes de los romanos no lo hubieran conseguido es puramente anecdótico y no demuestra nada.

    Y a partir de invasión de Roma, el resto ya es historia: Estado, Estado y más Estado, siempre empeñado en joder al personal, hasta llegar a esta mierda de Estado español seudodemocrático, ya que España, a diferencia de USA, Francia, Alemania o Portugal, primero no existe y segundo allí no tienen nuestros problema ni parecidos.

    Estado español que padecemos hoy en día (especialmente las muy oprimidas tribus vascas y catalanas, de ahí su gallarda rebeldía), y que no se parece en nada a la VERDADERA DEMOCRACIA, que solo llegará en forma de República Liberal Federal de las neotribus Ibéricas.

    pd: solo a países tan atrasados, antidemocráticos y antiliberales como Reino Unido, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia o Noruega se les ocurre vivir en una monarquía parlamentaria. ¡¡¡Serán fascistas!!!.

    • Por cierto Luis, por mi parte y gracias a este art. ya me has aclarado cual es «tu» unidad mínima territorial en la que los ciudadanos son soberanos para acordar cuestiones por mayoría o como tu les llamas «marcos referentes de la organización territoria y social»: los municipios.

      Así que, por mi parte, no hace falta que elabores y publiques la esperada (al menos por mí) explicación de la organización territorial, desde tu concepción liberal, en la que se aplica derecho de secesión.

      Ya me ha quedado claro (a menos que me corrijas) que por debajo del municipio no existe el derecho de secesión unilateral, y por tanto sin acuerdo de la mayoría: es decir exactamente igual que en los Estados democráticos (como, por ejemplo España) solo que cambiando el territorio estatal por el municipal.

      Me tranquiliza que te alejes de las posiciones ultraliberales que defienden el derecho de secesión individual que entiendo se aplicaría territorialmente hablando a casas unifamiliares vulgares y corrientes, aunque sinceramente no calificaría como «pragmática» a tu propuesta.

      Lo que realmente me llama la atención de la misma, es que, por ejemplo y para no extenderme, no termino de ver que las fronteras y competencias municipales sean producto de algo así como el orden espontáneo de la Naturaleza humana, y que no tengan nada que ver con las «artificiales y opresivas» fronteras y competencias de los Estados (dado que son las fuentes de todos nuestros males, desde tu particular óptica liberal), como para justificar que deshaciéndonos de los Estados y quedándonos con los Municipios, vayamos a resolver los problemas que nos aquejan.

      En resumen y por si no ha quedado claro: me parece un auténtico disparate tu propuesta.

      • Es una propuesta que nace de la concepción tradicional de municipio: comunidad de propietarios (en León para eso hay una institución, que NO es el ayuntamiento, se llama concejo). Los propietarios son libres de adherirse o no a una estructura X. Las tareas de administración y los servicios públicos propuestos son de adopción voluntaria: puedo vivir (tener mi casa) en León pero pagar impuestos y acceder a los servicios de Villaquilambre… simplemente porque la división territorial no es administrativa. O puedo no pagar impuestos, y no poder acceder a servicios «públicos».

        El disparate es lo que tenemos, y lo que tuvimos, que nos ha traído hasta lo que tenemos 🙂

        • A ver Luis: caminar por una simple calle de cualquier pueblo es «acceder a un servicio público» dado que una calle es un espacio público y hay que mantenerla en caso de que exista (limpiarla, reparar las aceras y la calzada,etc, etc), lo cual se hace mediante impuestos.
          Por lo tanto es una quimera eso que » O puedo no pagar impuestos, y no poder acceder a servicios «públicos», dado que eso implicaría que si no pagas no puedes ni siquiera salir a la calle.
          Tres cuartos de lo mismo para que lleguen hasta tu casa esas menudencias sin importancia llamados abastecimiento de agua, energía, saneamiento etc, que mira tu por donde, tienen la extraña costumbre de discurrir por esas calles mantenidas con esos impuestos que según tú, puedes no pagar.

          Conclusión: si no pagas y no accedes a servicios «públicos» como calles, y los abastecimientos que discurren por ellas te mueres.
          Ni más ni menos.
          Eso a menos que me describas en un ejemplo práctico, como podría el habitante común y corriente que vive en el 3º C, del nº X, de la calle Y, del municipio Z, sobrevivir sin poder pisar la calle, sin agua, electricidad y saneamiento, porque el tipo decide que no quiere pagar impuestos y que acepta en consecuencia no recibir servicios públicos..

          Conclusión: si tienes la casa en León, por cojones, quieras o no quieras tienes que pagar los impuestos de León, ya que aun en el supuesto de que no vivieras en esa casa , el mero hecho de que se barra la calle y se mantengan los servicios ( es decir se mantenga) que pasan por esa calle, delante de tu casa, lo tienes que pagar. Además si quieres pagar los de Villaquilambre seguro que no te ponen ninguna objeción.

          Por cierto el principio anterior se defendió en esta misma casa al hablar del mal llamado impuesto al sol, cuando se especificó y argumentó (con absoluta claridad en mi opinión) que lo que se paga es por estar enganchado a la red de energía convencional, y no por la mera instalación de los paneles solares en una casa aislada de la red.

          Este caso es calcado al anterior pagas porque la calle y los servicios que transcurren por ella llegan hasta tu puerta, con independencia de que los uses o no, (que usaras a menos que seas un ermitaño, te alimentes del sol y no cagues).

          Y cuando en los pueblos españoles (hasta hace relativamente poco), no había ni mantenimiento de calles ni servicios, pagaban por las carreteras y caminos que llegaban hasta el pueblo, por las que llegaban en caso necesario a la capital o hasta el pueblo de al lado. Y por la protección que les brindaba la Guardia Civil contra los bandoleros y por la que les prestaba el ejército español contra los franceses, pongo por caso.
          Y así sucesivamente.

          Comprendo perfectamente que critiques y propongas limitar el alcance de las competencias y de servicios públicos que el elefantiásico Estado moderno se arroga. Yo también lo hago y ahí me tendrán a su/tu lado los liberales.

          Pero eso es una cosa y otra completamente distinta es la quimera que propones que, desde mi punto de vista, no se sostiene de ninguna manera.

    • El mapa es el de los ayuntamientos 🙂 el de ahora, vamos.

      Nada de tribus, control de instituciones municipales directo por los ciudadanos, libertad individual para adherirse (mediante mudanza o no) a uno de ellos. Separación efectiva de poderes, elección de representantes directos con contrato de responsabilidad, …. en fin, es «diferente». Prefiero mirar al futuro que quedarme cómodo añorando un pasado que pudo ser y no fue.

      • Luis: «libertad individual para adherirse (mediante mudanza o no) a uno de ellos».
        Me temo que caes una y otra vez en el mismo error de partida: obviar que todo lo que hacemos y poseemos está ligado a un territorio concreto.
        Volviendo al ejemplo del que tiene casa en León, es evidente que la casa no se la puede llevar a Zamora, con lo que mientras posea la casa en León está sujeto a los impuestos de León.
        Además para complicar más las cosas si el municipio de Zamora fuera soberano (es decir los zamoranos capitalinos, para que no haya malinterpretaciones) el leonés tendría que contar con el permiso de los zamoranos para mudarse (exactamente igual que sucede ahora entre Estados sin libertad de establecimiento entre ellos).
        Justo lo que sucedía en tiempos de las tribus y lo que sucederá en cualquier época: que para instalarte en un territorio en el que no eres soberano, necesitas el permiso de los que sí lo son.
        Conclusión: dime quien son los soberanos de un territorio y sus fronteras y yo te diré a quien le tienes que pedir permiso para instalarte en él. Y me da exactamente igual que le llames el territorio de la tribu X, el municipio soberano X, el Estado X o el imperio X.
        Por tanto una vez más lo de la «libertad individual para adherirse (mediante mudanza o no) a uno de ellos» en el sentido de «sin contar con los soberanos del lugar» no existe, ni ha existido, ni existirá más que en tu imaginación.

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