¿Qué diantres pasó ayer en Cataluña?

Este intento de referéndum ha sido un intento de ataque directo al ordenamiento jurídico, a los derechos y libertades y al estado de derecho de los catalanes. Concretamente, los de circulación, nacionalidad (europea) y la seguridad jurídica.

Esto también ha sido un intento de ataque al ordenamiento jurídico, a los derechos y libertades y al estado de derecho del resto de los españoles, así como el de la unidad de la nación. Me explico: Supongamos que “aquí no pasa nada” y se reconoce la independencia. ¿Quién garantiza a los catalanes que no se les va a prohibir el vascuence siguiendo el mismo procedimiento? ¿Quién puede garantizar que no va a ocurrir lo mismo en Navarra, el País Vasco, Valencia o Baleares? ¿Quién garantiza una educación o una sanidad pública? ¿O la libertad de credo? ¿O la libertad de enseñanza? ¿Puigdemont? ¿Junqueras? ¿Ada Colau? ¿Anna Gabriel? ¿Pablo Iglesias? ¿Alberto Garzón? Me van a permitir que me fíe más de un mono borracho. Lo que pasa con el ordenamiento jurídico y con los derechos y libertades más básicos (y la Constitución española los contiene) es que son para todos, y para aquello que no le gustaría que le quitaran. ¿O usted quiere un procedimiento similar al del 1-O para prohibir hablar en catalán? Ah, que lo que a usted le gusta es intocable, pero lo demás no. Pues lo siento, pero las sociedades modernas no funcionan así. Acéptelo, comprenda que se ha equivocado, rectifique y siga con su vida. Y si quiere cambiar las cosas, siga los procedimientos establecidos. Que los hay.

A los catalanes, especialmente a los independentistas, les han timado de muy mala manera. Esto no era simplemente votar si Cataluña debía seguir en España, o no. Era imponer a todos los españoles una legislación y unos derechos. Lo que ha ocurrido hoy, con policías recogiendo las urnas, es lo normal en cualquier democracia. Requisar las urnas no es un capricho de Rajoy, sino la orden directa del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

El referéndum del 1 de octubre no tiene ninguna validez. Ni para declarar la independencia de Cataluña, ni para poner en cuestión los derechos y libertades de los españoles. No se dan las mínimas condiciones para ello. No tengo porqué fiarme de los datos de la Junta Electoral, si es que pueden darlas, ni de las garantías anunciadas, si es que las hay. Poner unas urnas que no son transparentes, en las que la gente puede meter papeletas a puñados, donde no hay un censo oficial o en el que se pueden saltar las normas y cambiarlas según la conveniencia es tomarle el pelo a la gente.

El objetivo del 1-O no era enseñar la represión del Estado español contra Cataluña. Era un referéndum de independencia, que careció de valor. Otra cosa es que aprovechen de que haya habido centenares de heridos leves e imágenes espectaculares para llamar la atención internacional. Si fuese independentista, no sería motivo para estar orgulloso, sino para estar avergonzado.

A título personal, estoy muy contento con la intervención de la Policía y de la Guardia Civil. En esta historia, ellos son los buenos. ¿Por qué? Pues porque ellos han protegido los derechos y libertades de 46,5 millones de personas de un Gobierno regional que se ha fumado un puro con la ley y los procedimientos. Tanto la Policía como la Guardia Civil han hecho su trabajo, habida cuenta de que los Mossos d’Esquadra se inhibieron ante las órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

¿Quiere usted no ser agarrado y sacado a rastras por dos amables guardias civiles? No se interponga en el camino de los policías y guardias civiles. Usted no es el objetivo. Lo son las urnas que han puesto ahí para recortarnos a todos nuestros derechos y libertades. La actuación fue proporcionada y mesurada. El número de muertos ha sido de CERO, y el número de heridos leves, habida cuenta de la violencia con la que actuaron los protestantes, ha sido superior al 99%. Respecto de los heridos, lo lamento profundamente y deseo de corazón que no se vuelva a producir. Especialmente por los más graves. Por cierto, esto es mucho más que la comprensión que recibirán los españoles de Cataluña que son constantemente acosados física y psicológicamente por independentistas y por los que ninguno de ellos dice una palabra o mueve un dedo.

La Generalidad de Cataluña es a día de hoy una tiranía. Lo es por proponer un referéndum ignorando todo ordenamiento jurídico, pasando por encima del reglamento del Parlamento catalán y de los derechos de los partidos que estaban en contra del referéndum. Así pues, me es completamente indiferente lo que diga esta panda de tiranos. Pueden mencionar el número de votantes, los resultados, declarar la independencia unilateral de Cataluña, reconocer al  Barsa mejor equipo del universo y nombrar a una cabra mascota oficial de la Comunidad Autónoma. Me da igual. Al ser una tiranía, no tiene ninguna credibilidad. Que afirme, tras haberle puesto una pistola a los derechos y libertades de los catalanes y españoles, que está dispuesto a dialogar dónde y cuando quieran es un acto de cinismo que sólo comprarán los suyos. Sólo queda por saber cuándo acabarán sus dirigentes en la cárcel.

Por muy disgustada que esté la gente, Rajoy ha hecho lo que tenía que hacer. E hiciera lo que hiciera, Rajoy perdía. Supongamos que los jueces o la fiscalía hubiesen decidido meter a Puigdemont en la cárcel. ¿Creen que no habrían elevado la tensión? ¿Creen que habrían detenido lo que ocurrió ayer? ¿No habría sido otra muestra de opresión? Sí, lo habría sido. ¿Y si se hubiese dejado votar a la gente? Pues que en Cataluña no habría existido el Estado de Derecho y que habríamos tenido a Puigdemont proclamando hoy mismo la independencia. ¿O qué creen? ¿Qué se iba a detener ahí? Vamos a ser serios: Nada ha cambiado. Lo que se ha producido se habría producido con o sin cargas policiales. Lo único que sí se ha producido es la existencia del Estado de Derecho, capaz de impedir que cualquier referéndum ilegal carezca de valor. A mí me basta.

Esto no ha terminado. Puigdemont va a declarar en unos días la independencia de Cataluña. ¿Qué pasará si actúan la Policía y la Guardia Civil y le detiene? Que va a haber una gran tensión social, habrá más independentistas y que el máximo culpable será Rajoy. ¿Y si se aplica el artículo 155 de la Constitución y se suspende la autonomía catalana? Que habrá una gran tensión social, habrá más independentistas, y que el máximo culpable será Rajoy. ¿Y si no se hace nada y simplemente se actúa como hasta ahora? Pues que habrá una gran tensión social, habrá más independentistas y que el máximo culpable será Rajoy. Ése es el mayor problema. Nada de lo que haga Puigdemont removerá su conciencia o la de quienes le apoyan. Sin embargo, todo lo que hagamos nosotros nos da miedo, por la tensión social y el mantra de que creará más independentistas. A ellos, saltarse el orden jurídico, los derechos de los diputados catalanes y los de la mayoría de sus compatriotas en su libertad de circulación o su nacionalidad ni les crea tensión social ni crea más españolistas. Hasta hace dos días, lo único que hemos hecho los españoles ha sido ceder. Y eso sólo nos ha llevado a esta situación. De modo que dejemos de fustigarnos por algo que los independentistas habrían hecho más tarde o más temprano.

Burrhus el elefante neocon
Burrhus el elefante neocon

Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

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18 comentarios

  1. a lo dicho anteriormente…
    Siempre me he opuesto a hacer una reforma de la constitución que implique romper el país. Pero llegado a este punto, yo no descartaría que se proponga un nuevo modelo constitucional en el cual se considere que los distintos territorios que componen España tienen derecho a la autodeterminación.
    Pero eso sí, ese modelo de constitución debería ser sometido a referendum entre todos los Españoles, y para aplicarse debería tener el apoyo de 2/3 del censo (no de votantes).
    Esa nueva constitución incluiría que, para que un territorio pueda declararse independiente, debe tener el apoyo de 2/3 del censo. Y un territorio sólo puede solicitar un referéndum cada 30 años (para evitar que cada 4 o 5 años se esté repitiendo el juego).

    No obstante, estoy seguro de que esa reforma constitucional no saldría adelante. Pero no podrían decir que no se han tomado las medidas democráticas que tocaban

  2. No se si vosotros tendréis la misma percepción que yo respecto a la dualidad entre vida real y redes sociales. En mi «timeline» o «storyboard», si me fijo en los mensajes y publicaciones de «particulares» (dejo a parte las páginas y personas influyentes), parece que haya un estado de opinión radicalmente opuesto al que estoy percibiendo en las conversaciones privadas que escucho en la calle, y las que mantengo con gente o conversaciones que escucho entre desconocidos. Hay dos mundos paralelos (y para lelos)
    La gente de la que me rodeo no es precisamente gente que haya escogido en base a su perfil ideológico, y de la mayoría de ellos puedo decir que no son para nada sospechosos de simpatizar con Rajoy ni ser «de derechas». Además vivo en un pueblo en el cual el PSOE ganó las últimas elecciones por mayoría aplastante, por lo que no creo que un porcentaje elevado de la gente de la calle sea muy de derechas.
    Estos días la gente está calentita y siente la necesidad de sacar el tema aunque no venga a cuento, e incluso caminando por la calle o sentado en una terraza de bar acabas escuchando conversaciones sobre el tema.
    Pues bien, en la calle la inmensa mayoría de la gente tiene clarísimo que lo de los independentistas es indefendible se coja por donde se coja. La postura mayoritaria se ajusta bastante a lo que se comenta en este artículo. La mayoría percibe que lo que hay en Cataluña es una especie de golpe de estado a cámara lenta, y que lo que pasó el domingo en cuanto a violencia fue demasiado poco teniendo en cuenta la gravedad de los hechos.
    La gran mayoría coincide en que la generalitat se ha ganado a pulso que le suspendan la autonomía, y toda la plana alta de la generalitat tendría que acabar en la cárcel como le ocurriría a cualquier golpista. Y la población civil que se obstaculicó activamente (y activamente incluye interponerse en el camino y no apartarse) también debería pagar penalmente, aunque sea inviable identificarlos a todos. Hay que mandar la señal de que enfrentarse al estado y al orden constitucional no puede salirle gratis a nadie.

    Sin embargo, en las redes sociales, pocos de los que mantienen esta postura se mojan y quieren que su postura quede «en público», debido a esa mierda de corrección política basada en lo emocional y alejada de lo racional. Quizás porque mi tierra natal está a pocos kilómetros de la «frontera» con Cataluña, y la mayoría tenemos amigos y familiares en esta comunidad, y queremos evitar que nuestras opiniones choquen con ellos.

    Creo que todo el mundo coincide en que a corto-medio plazo no hay una solución que resuelva el conflicto. Lo mejor que podría pasar a hora mismo es que, tras suspender la autonomía y convocar nuevas elecciones, haya un nuevo gobierno en Cataluña y poco a poco se enfríen un poco los ánimos. Pero el conflicto seguiría latente y no tardaría mucho en volver.

    La única posibilidad de reconducir el independentismo pasa por medidas imposibles: romper la burbuja en la que viven muchos catalanes desde que nacen, que les priva de cualquier vínculo afectivo con el resto de España.
    Quitar las competencias de educación no serviría de nada, porque un porcentaje muy elevado de los maestros son gente joven que están contaminados y muchos de ellos son activistas, y nadie puede controlar lo que cuentan en clase.
    Sería tan necesario como inviable de poner en práctica, como hacer obligatorio que todos los estudiantes, desde primaria hasta bachillerato, pasaran largos periodos de tiempo estudiando en otras comunidades de España. Como un trimestre al año, o un curso completo en cada ciclo.
    Y con esto quizás tendríamos un efecto positivo dentro de 25 años. O tal vez no.

    • Lo que consideras inviable es precisamente lo que el nacionalismo inicíó hace más de 30 años: nacionalización progresiva de la enseñanza, reemplazo de profesores (más de15000 salieron de Cataluña y el Estado les facilitó «el traslado» con sólo pedirlo) y una campaña sistemática de creación del sentimiento nacional catalán y de rechazo (luego odio) a lo español en todos los ámbitos. Colocación de nacionalistas en las cúpulas de todas las instituciones catalanas, etc. Fueron pacientes y hasta aquí hemos llegado. 30-40 años, a nivel histórico no son nada. Subvertir todo eso exige un tratamiento inverso, que esta vez no tiene por qué ser oscuro ni subterráneo ni tan largo para una vida humana. Creo que en el fondo, el nacionalismo es tan insostenible racionalmente que puede caer, simplemente, no ya con una campaña en contra, sino dejándolo de alimentar. En cualquier caso lo que es suicida es dejarles que sigan haciendo lo mismo.
      Y vaya por delante que aspiro a una Cataluña donde los hoy independentistas puedan sentirse a gusto, sin lo cual yo tampoco podría estarlo totalmente, como no lo están ellos ahora aunque dominen el escenario. Y eso es posible, si aprendemos la diferencia entre lo que se puede exigir a los demás y lo que se ha de respetar, aunque no nos guste, si queremos considerarnos ciudadanos demócratas y respetuosos con los demás.
      Y lo que necesitamos es políticos que sepan llevarnos en esa direrección, aunque ocasinalmente tengan que apretar el clavijero a alguien que se está extralimitando.

      • El nacionalismo no basta con dejarlo de alimentar, ya que está en un bucle de retroalimentación. La alimentación que procede de las instituciones a estas alturas no es indispensable para que éste siga creciendo. Es posible que en una ciudad cosmopolita como Barcelona, una persona tenga más posibilidades de salir de la burbuja nacionalista, ya que allí es más fácil que se tope con gente procedente de otros lugares y que no compartirán ese sentimiento. Pero en las poblaciones de pequeño tamaño se respira un ambiente independentista en todos los rincones desde hace ya muchos años. Cualquier asociación culturar de la cual alguien quiera formar parte, tendrá un trasfondo nacionalista.
        Puedo hablar de dos personas muy próximas a mí que han sido destinadas a sendas pequeñas poblaciones de la «Cataluña profunda» y otros conocidos pero menos cercanos en similar situación, y te aseguro que tienen el cerebro lavado.
        Sin embargo, me consta (aunque no tan de cerca) de varios catalanes que llevan unos cuantos años viviendo fuera de Cataluña, y tienen una visión mucho más abierta.

        Cuando te dicen «tú que no estás en Cataluña, no entiendes nada» es una manera de reconocer que están en una burbuja irracional.

  3. Dices, Burrhus, que, hiciera lo que hiciera Rajoy, «habrá una gran tensión social, habrá más independentistas, y que el máximo culpable será Rajoy»… Entonces, mejor un día rojo que ciento amarillo.
    1.- Detención inmediata de todos los responsables del golpe de estado: Puigdemon, Junqueras, Forn, Forcadell, Clara Ponsatí, al consejero de sanidad, etc.
    Se debe «visualizar» de forma inmediata que los que hacen y dan un glope de estado se van a la cárcel de inmediato.
    2.- Inmediata instauración dele estado de excepción o del artículo 155. Tomando el control de la seguridad ciudadana, la educación y la sanidad.
    3.- Detención inmediata de los mandos de los mossos (Trapero y unos cuántos cargos más abajo)… se manda a unos guardias civiles a dar dos opciones a los mossos: cumplir la órdenes y ponerse a trabajar para cumplir las sentencias o expulsión imediata del cuerpo.
    4.- Inmediata toma de las TV regionales para que dejen de ser altavoces de propaganda.
    5.- ¿quieren referendums? Pues se propone un referendum en TODA ESPAÑA de si se quiere retornar al estado la educación, la sanidad y la seguridad interior. Tres preguntas separadas.

    Para ser culpable de todo y que haya más independentistas, mejor haz algo y que se pueda arreglar la cosa.

    Lo que realmente creo que va a pasar es que seguirán las algaradas, negociaremos, les dareos otro cupo, les pondremos una federación, esperaremos unos años y les concederemos la independencia y con entrada inmediata en Europa o doble nacionalidad… y después vendrán el País Vasco, Valencia, Baleares, Galicia y todo en un goteo incesante y acelerado

  4. Salgo esta mañana. Por la calle me cruzo con gente de a pie (voluntaria), con paquetes de banderas independentistas que van a sus puntos planificados. Un piquete frente al Mercadona (que ayer anunció que no haría huelga), amedrenta a la gente que quiere acceder (Mercadona ha cerrado a las 14:00, evidentemente, no por su voluntad). Frente al Ayuntamiento, un grupo numeroso de personas protestando por «la violencia» de la GC el 1-O. Muchísimos adolescentes, con pancartas perfectamente dibujadas con mensajes «de libertad» o directamente ofensivos: «El último en salir de España que tire de la cadena», por poner uno de los más finos. La TV3 en retransmisión permanente de las manifestaciones en múltiples puntos de Cataluña caldeando el ambiente. Se repite hasta la saciedad el mantra de la «violencia policial». Decenas de cortes en carreteras y autopistas convenientemente retransmitidas en directo por las TVs. La sensación de los independentistas, en medio de tanto estímulo desde un solo punto de vista, es de que dominan la situación y son los más fuertes. Las televisiones «nacionales» ditrayendo y disimulando cuando no echando más leña al fuego, como la Sexta. ¿Alguien cree que todo esto no estaba planificado mucho antes del 1-O? ¿Han abastecido y coordinado a tanta gente sólo desde que vieron «los abusos» policiales de la víspera o ya contaban con ellos desde hace tiempo?
    Tienen pensado hasta cuando se aplicará el 155 y la respuesta a dar.

    El gobierno está cayendo en todas las trampas que los golpistas le han preparado como si fuera una colegiala. Y esto es porque están acostumbrados a actuar sin crítica ni oposición en su habitual hacer, recitando siempre los mismos latiguillos. Sólo contando escaños. Carecen de cintura y de reflejos, y en medio, tanto el viscoso Pedro Sánchez, como el resentido extremista de izquierdas Pablo Iglesias, como el pusilánime Rajoy sólo hacen cuentas de cómo ganar más, o perder menos, o que el otro pierda más o gane menos. Y otros pececillos, de otros grupos, también rondan por ahí intentando sacar tajada de la situación. Es lo que saben hacer y vienen haciendo durante décadas. El país es secundario.

    ¿Y hay que apoyar a Rajoy, PVL? Pues sí. Mal que me pese, no me queda más remedio que alinearme en esta situación a su lado. ¡Y que Dios nos coja confesados!

  5. Pues siento no estar de acuerdo en que no se podían hacer más cosas. Y quien me conoce ya sabe que desde los 80 que ya proponía agarrar el toro por los cuernos, pero sin ir tan lejos, no hace mucho que aquí ya propuse otra salida. En la situación de Rajoy, yo hubiera respondido que las solicitudes del gobierno catalán exigen un cambio constitucional, y que por tanto se habría de plantear a los españoles una sencilla pregunta como mínimo: -¿Esta usted de acuerdo en que cada Autonomía posea el derecho de autodeterminación? Si / No. Y alguna pregunta más, ya puestos, como por ejemplo, si se quiere, o no, la recentralización de la Enseñanza. Y con eso, simplemente, les habría tapado la boca invocando su sacrosanto «derecho a decidir» PARA TODOS, obligándoles a que sean ellos los que se lo nieguen a «los otros». Y de paso, se hubiera podido conocer, con todas las garantías, como «late» Cataluña, y otras regiones, al margen de lo que diga el conjunto.

    Pero eso sólo hubiera sido el principio, porque puestos a elegir, habría que explicar claramente qué es lo que se elige (ahora de eso nada), antes del referendo, y con esa excusa, hubiera iniciado una campaña de desenmascaramiento de la política racista cultural y sectaria del gobierno catalán desde el mismo principio (recomiendo, para el que quiera conocerla desde el lado de los oprimidos, el libro de Antonio Robles: «Historia de la resistencia al nacionalismo en Cataluña», se sorprenderán). Y en ese debate y campaña publicitaria, al mismo tiempo, es cuestión de inteligencia el dejar al nacionalismo con el culo al aire (no hace falta mucha inteligencia en realidad, se han creído tan impunes que han cometido muchos errores).

    Y llegado el momento del referendo, la posición del independentismo debería estar como chupa de dómine. Y eso sin olvidar que hay en Cataluña, al menos dos millones de personas que real o imaginado, tienen un problema que hay que solucionar por uno u otro medio.

    Incluso ahora, previa dimisión de Rajoy y Puigdemont, interlocutores ya no válidos, podría irse por ese camino. Pero dado que somos como somos, y si la razón y la inteligencia han fracasado y no hay otro remedio, cuando se llega a la confrontación soy partidario de pegar sin complejos porque ya sólo es una cuestión de poder. Y lo que digan los observadores internacionales, pues como quien oye llover. Al final se quedarán con el campeón. Y ya sé que muchos piensan que somos los buenos y tenemos la razón, pero se olvidan que este conflicto se debate hace tiempo en el plano emocional. Sólo veo consignas sin argumentos. Así que menos quijotismo y pisemos la realidad. La razón ya no cuenta y decidirá el poder. A menos que surja de la nada un mirlo blanco que sea capaz de traernos a todos a un diálogo que hoy nadie, de los que deciden, parece querer más allá de la boquilla (conocerlos por sus obras). No lo veo por ninguna parte.

    • Te comento, JJI. Creo que buena parte de tus soluciones se debieron resolver en 1978. La pregunta que podríamos hacernos es: Con lo que tenemos, ¿cómo arreglamos este entuerto?

      El café independiente para todos no creo que lo acepte ningún partido. Tal vez Podemos… pero a mí esa gente me da pánico. Sí estoy de acuerdo en que el tema de la educación es fundamental. Yo me conformo con que todos los alumnos tengan el mismo libro de historia.

      No estoy de acuerdo en la cuestión emocional. Quien está convencido, no va a prestar atención a nada que discrepe de su punto de vista. Ni tampoco se ha tratado de argumentar. Decide quién la tiene más larga. Puigdemont se ha meado en toda la legislación española y catalana (incluyendo en los derechos de sus ciudadanos) y eso no ha afectado a las emociones de nadie. Todo lo contrario: han seguido adelante, y les ha sido completamente indiferente. A pesar de la inacción del Gobierno, que no ha movido un dedo hasta ayer por la mañana.

      • ¿Cómo arreglamos este entuerto? (Preguntas.) Pues admitido que tenemos un conflicto en el cual la racionalidad sólo se usa si favorece mis
        intereses, hay que aceptar el reto con todas las consecuencias, y ello exige, al menos, cuatro criterios de acción claros:

        1.- De ninguna manera se puede permitir que el nacionalismo golpista gane algo en esta situación. No debe haber premio. Al contrario, al final el nacionalismo tiene que haber retrocedido.

        2.- Esto es una lucha de propaganda. A la larga ganará el que consiga “el favor del público”, así que es preciso desacreditar públicamente al nacionalismo. En esto nos pueden dar clases, pero aprendiendo de ellos, hay que empezar a destapar y publicar todas sus maneras insidiosas de actuar, tan eficaces, que siendo los agresores consiguen aparecer como víctimas. Ejemplos:

        – Debe verse, con la mayor proyección (lo contrario que hasta ahora), la discriminación que sufre el ciudadano de a pie no nacionalista. No sólo temas como la imposibilidad de elección de la lengua, sino la presión permanente que sufre el que se significa: pon una bandera española en tu coche o tu casa y pronto verás las consecuencias. Con respaldo institucional los testigos surgirán como setas. (Eso hay que airearlo).

        Pero sin ir tan lejos en el tiempo, la GC debería llevar cámaras que gravasen los insultos, escupitajos, agresiones con objetos o de cualquier tipo y sobre todo, las caras de odio de los que “pacíficamente” los acosan. Y eso tiene que verse en las TV de todo el mundo insistentemente, de modo que el ciudadano se llegue a sentir en la piel del policía. (Ellos al revés lo hacen muy bien.) Ayer, por ejemplo en Calella, se podrían haber servido una buena ración de esa medicina. Debería haber un ejército de reporteros a la búsqueda de “la foto” desacreditadora (ellos lo tienen).

        Pero no sólo se trata de tirarle al nacionalismo su sucia verdad a la cara. Además hay que ser impecable e inteligente vendiendo nuestras razones (que las tenemos en su mayoría). Y en este sentido, no se puede tener un ministro de asuntos exteriores que ni siquiera domine el castellano. (Dice, por ejemplo, “la GC permanecerá en Cataluña HASTA que sea necesario -es decir, que de momento no lo es- en lugar de MIENTRAS sea necesario. O que se quede mudo ante la pregunta insidiosa de un periodista, como mínimo alineado, en lugar de ensartarlo como a una aceituna, que no era tan difícil. Y lo siento, no es personal, pero es que aburre sólo con verlo y más con oírlo. La imagen es importante. ¿Cómo ha llegado a ministro?)

        Y ni a Rajoy, que hace poco visitó a Trump (dando un poquito de pena mendicante), ni a sus ¿asesores?, se les ocurre aprovechar la ocasión, que ni pintada, de soltar algo allí como lo que sigue: -Este espléndido país de ustedes, ciudadanos americanos, no existiría si en su día no hubieran sabido afrontar una gravísima amenaza de secesión que asumieron con todas las consecuencias. Si España se viera ante esa amenaza, Dios no lo quiera (hay que mentar a Dios en USA), estamos seguros de contar con la comprensión y el apoyo de su gran país. Muchas gracias. Y mejor si se lo aprende en inglés.

        Y hay que preparar las comparecencias en prensa con gente pagada o alineada que actúe a conveniencia. (Ellos la tienen, ¿o creéis que es casualidad que sólo se destaque, machaconamente, en las TV la violencia policial mientras se esconde la propia? Ya en la universidad se aprende a manipular una asamblea: tú dices esto en tal momento; tú preguntas aquello, vosotros jaleáis o abucheáis a tal señal, etc. El ABC de la manipulación. ¿O vamos de monaguillos?

        3.- Ya no valen blanduras. Hay que hacer manifiesta la voluntad de golpear de modo indubitable, porque la certeza de que se va a recibir el golpe casi siempre lo hace innecesario y como mínimo posibilita darlo más suave. En una lucha, quien duda pierde. Y desde luego, hay que golpear en la cabeza, no en la cola (al revés de lo que se ha hecho). La cola pronto dejará de moverse.

        4.- Por último, no hay que olvidar que somos conciudadanos, muchos amigos a nivel personal. Hay que ofrecer, sinceramente, una salida digna. Y eso sin olvidar el punto 1 que cito. Estamos ante una situación de desbordamiento emocional. Esos estados no se pueden sostener mucho tiempo. Hay que diluirlos y ablandarlos (tiene que hacérseles sentir el precio que les costará su arrebato) hasta que comiencen a ver las cosas de otra manera. En ese momento aceptarán lo que ahora no asumirían a ningún coste (cueste lo que cueste, me dice mi amigo, pero es que todavía no ha empezado a pagar). Y esto es posible porque sabemos que tenemos razón. No tienen derecho moral a hacer lo que llevan treinta años haciendo con los ciudadanos no nacionalistas. Ya se sabe: firmes en la lucha pero generosos en la victoria. Les haremos un favor si los libramos de sus obsesiones identitarias.

        Ahora compárese con lo que hacen en la práctica. O tontos o felones. No veo más que el cálculo de intereses privados.

        • Completamente de acuerdo y sobre la incompetencia y/o cobardía de Rajoy y los suyos te doy toda la razón, pero no olvidemos, que hoy por hoy Rajoy es lo UNICO que tenemos para dirigir a los nuestros, porque a su izquierda no hay más que traidores.
          Puede que sea malo, cobarde e incompetente (tonto o felón en tus propias palabras) pero es a quien los españoles hemos puesto al frente de nuestro bando.
          Pero para ser ecuánimes, en su primera legislatura se encontró un país arruinado y al borde del colapso económico y con todos los peros que se quiera, mal que bien, ha resuelto la situación económica.
          Después de eso los españoles le premiamos quitándole la mayoría absoluta y dejándolo en una posición política muy débil con la que tiene que hacer frente a un desafío separatista que lleva 40 años de democracia engordando y al que ninguno de sus «sapientísimos» antecesores, desde Suárez al nefasto ZP, pasando por Felipe G. y Aznar plantaron cara.
          Así que como mínimo es justo reconocer que Rajoy no es más tonto o felón que el resto de sus antecesores que los españoles elegimos democráticamente, luego algo de responsabilidad tenemos como sociedad al elegirlos.
          En resumen, que aceptando y estando de acuerdo con lo que dices, mientras no tenga un candidato mejor y REAL al que votar, apoyo a Rajoy y confío en que haga lo que tiene que hacer para derrotar a los indepes que es simple y llanamente llevarlos ante la justicia para que respondan por sus delitos.
          Si además hiciera todo lo que propones me afiliaria al PP y le juraría amor eterno.

          • Se me olvidaba recordar algo importante:
            El anterior capo de la rebelión indepe catalana, el otrora todopoderoso Arturo Mas, hoy está inhabiltado y con muchas probabilidades de quedarse en la puñetera ruina porque la justicia española le reclama un montón de pasta por sus andanzas, hasta el punto de que el fulano anda mendigando la solidaridad de sus acólitos porque en sus propias y lacrimógenas palabras «no puede ser que unos pocos paguemos todo».
            Lo anterior aparte de explicar en parte el salto mortal del movimiento indepe, también nos debería ser un poco más optimistas y confiados en nuestras propias fuerzas, que son las de la Ley y la Justicia, por desesperantemente lentas que a veces resulten.

  6. Magnífico artículo.

    La evolución de las demandas de los independentistas catalanes y la progresiva claudicación de España es como cuando a Hitler le dejaron quedarse con los Sudetes a ver si con eso se daba por contento y dejaba de tocar las narices; pero no, el objetivo de Hitler era Europa si es que no el mundo, al igual que el objetivo de los políticos independentistas es la independencia. No importa cuanto terreno se les haya dejado «comer» (las competencias en educación, en sanidad, los mossos …), su objetivo no son esos «pequeños» logros, su objetivo es comerse todo el terreno, es decir, la independencia.

    El grado de reivindicación de la independencia es una bola de nieve que no ha parado de crecer, en especial espoleada, desde mi punto de vista, desde un sistema educativo catalán convertido en máquina de adoctrinar contra España desde hace una generación. Ahora es imposible parar la bola de nieve sin hacerse daño; daño que en cualquier caso hará si nadie la detiene.

    • Tengo pendiente un artículo sobre los culpables de esto, Arturo.

      Una cosa que se me ha olvidado escribir: SOMOS LOS BUENOS EN TODA ESTA HISTORIA.

      • Sí, pero no todo el que está en el bando de los buenos ha cumplido con su deber. Estoy de acuerdo contigo en que hubiera hecho lo que hubiese hecho Rajoy, hubiera sido usado por los independentistas. Daba igual. Por esa razón no entiendo, sinceramente, su inacción a la hora de impedir el delito.
        Mandar a los policías a por las urnas el día de la votación era lógico, pero era no sólo insuficiente, sino un acto que sabían tardío e inútil.
        Y ahora, tras la consumación de varios delitos graves de forma notoria y flagrante (delitos con penas superiores, en algunos casos a los 8 años de prisión, lo que justificarían medidas de aseguramiento) que no haya detenciones entre, al menos, la cúpula del gobierno catalán para mi es incomprensible. Y mucho más sabiendo cómo se las gasta la Justicia penal en España.
        Además hay que tener en cuenta que declarar la independencia, así sin más, no es un delito. ¿Están esperando a que se cometa rebelión (que es posible apreciar ya)? Y si es así ¿Qué van a hacer? ¿Volver a pedir por favor a los independentistas que cumplan la ley?

  7. Absolutamente de acuerdo con el art. Si fuera un examen la nota que le pondría sería un 10.

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