La teología del Cambio Climático. Medievalismo preindustrial

Toda religión puede influir normativamente sobre la percepción de los valores, caracterizar el comportamiento humano, su acción, pensamiento y sentimientos, y en este sentido cumplir una serie de funciones económicas, políticas y psicosociales. Estas características inherentes de toda religión contienen en sí mismas el fundamento para la formación de ideologías religiosas.  A finales de la Edad Media,  el hombre occidental comenzó a emanciparse de la hasta entonces omnipresente ideología religiosa mediante el uso de su inteligencia y el desarrollo de la lógica.

De ese movimiento emancipador nace la Ilustración. Se declara a la razón como la fuente universal del juicio, con la que es posible liberarse de las ideas e ideologías tradicionales, rígidas y anticuadas. Aparecen nuevos paradigmas:  libertad de acción individual (Emancipación), educación, derechos civiles, derechos humanos universales y el bien común como obligación estatal.

Con la Ilustración, la ciencia logró, por fin, liberarse de la camisa de fuerza de la superstición  y comenzó a crear su propia visión del mundo.  Los descubrimientos de la ciencia finalmente condujeron a la industrialización, en la que los procesos técnicos y económicos generan la transición de la economía agrícola de subsistencia a la economía industrial.

Este camino de liberación propició el desarrollo económico individual.  Cada uno de nosotros dispone hoy de entre 3 y 4 veces más recursos que cualquier hombre preindustrial en la Edad Media. Y esa disponibilidad de recursos económicos y energéticos se manifiesta en nuestro nivel de vida técnico, en la disponibilidad y calidad de los alimentos, en la información y la comunicación, en el transporte y la logística, en nuestra atención de la salud y, por tanto, en nuestra esperanza de vida individual.


El desarrollo del nivel general de vida depende fundamentalmente de la energía disponible individualmente. El alimento  y los combustibles fósiles (que son los que nos han traído hasta aquí) son esa energía – y hoy disponemos en el primer mundo de  ambos de forma casi ilimitada. Cada uno de nosotros. Cada día. La limitación del hombre medieval al alimento disponible estacionalmente, la leña y unos cuantos molinos de viento y agua se describe correctamente como una economía de subsistencia. Aquellas sociedades ecológico-preindustriales dependían para su subsistencia del Dios de la lluvia.

Deberíamos estar felices e intentar que nuestra prosperidad alcanzase los últimos rincones del planeta, pero no es así: tenemos mala conciencia … porque nos va bien.

En nuestra prosperidad hemos olvidado lo que significa ser realmente pobre y tener que salir cada día a la naturaleza a luchar por la supervivencia; como si nuestro nivel de vida fuese un don inmerecido y misericordioso de algún ente sobrehumano. Abrazamos de nuevo viejas supersticiones y denunciamos nuestra cultura occidental, nuestra industria de valor añadido y nuestra efectivísima agricultura. Necesitábamos un nuevo tótem, un nuevo Dios, nuevos profetas.

Aparece el Cambioclimatismo. La nueva superstición nos promete un paraíso de sostenibilidad malthusiana, con una población mundial reducida que producirá, en última instancia, su alimento completamente ecológico con el sudor de sus frentes (de nuevo) y podrá cubrir sus necesidades energéticas más urgentes de manera esporádica mediante energía solar y el viento. Asistimos, acríticos, a un proceso de involución sin parangón:  la reconquista del medievo.

Dios: Gaia, la madre generosa

Fuego del infierno: el Calentamiento Global Antropogénico por emisiones de CO2

Bulas y penitencias: Impuestos, subvenciones ineficientes, desindustrialización, ecologización

La Salvación: El paraiso descarbonizado en 2100

En todos los ámbitos de la vida actual, los autoproclamados sacerdotes de la Verdad aparecen como la nueva salvación de la humanidad y ocultan la realidad de sus ideologías anti-tecnológicas detrás de cuestionables «hallazgos científicos». Y la acrítica mayoría silenciosa lo permite sin ningún escrúpulo, abandonando la lógica de la razón y la conciencia histórica.

Olvidamos que una administración pública funcional, las infraestructuras públicas, la educación, la salud y los servicios sociales, la protección del medio ambiente y la ayuda para el desarrollo no aparecen por arte de magia o de la generosidad del gobierno, sino que deben ser permanentemente financiadas mediante unos impuestos únicamente recaudables de quienes viven por encima del nivel de supervivencia. Para que lo entiendan: en la zona del Sahel, no encontrarán ni bibliotecas públicas, ni activistas de género, ni siquiera protección activa del medio ambiente, todos ellos fenómenos de lujo puro. Las transferencias sustanciales a proyectos sociales o ecológicos que conocemos en Europa sólo pueden ser realizadas desde una economía basada en el acceso a cuanta más energía y más barata mejor.

Todo parece indicar que la fase nacida tras la Ilustración,  la de las personas auto-responsables y las democracias altamente industrializadas, apenas será un breve episodio de la evolución cultural. Regresamos a la superstición y la dependencia de la generosidad del poderoso.

Sea como fuere, la triste conclusión es que los políticos y muchos científicos del clima han comido  secretamente del árbol prohibido del conocimiento religioso. El camino políticamente iniciado por el Tratado Climático de París hacia una descarbonización global alejará a la humanidad de este paraíso fósil que logramos construir y nos conducirá a un futuro incierto preindustrial.

Oremos.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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6 comentarios

  1. Tal cual lo has expuesto.
    Recalco una de tus frases, porque su desconocimiento es suicida:
    «Para que lo entiendan: en la zona del Sahel, no encontrarán ni bibliotecas públicas, ni activistas de género, ni siquiera protección activa del medio ambiente, todos ellos fenómenos de lujo puro».
    Lo anterior es de lo que los pijo-ecolojistas occidentales, con su Iphone ultimo modelo en el bolsillo, no quieren enterarse: que vivimos de lujo gracias justamente a todo lo que ellos en su majadería nihilista de niños ricos quieren cargarse.

  2. > A finales de la Edad Media, el hombre occidental comenzó a emanciparse de la hasta entonces omnipresente ideología religiosa mediante el uso de su inteligencia y el desarrollo de la lógica.

    Por Dios, Luis. Qué sarta de topicazos. La lógica es de mucho antes de la “Edad Media”. De hecho, era una de las materias de estudio entonces. Y si lees la historia de la lógica encontrarás que su desarrollo estuvo prácticamente detenido hasta el s. XIX.

    Por favor, dos lecturas:

    http://layijadeneurabia.com/2006/10/12/elogio-de-la-edad-media/

    Me temo que fue una «ideología religiosa» la que trajo todo eso:

    http://layijadeneurabia.com/2009/12/16/antiguedad-cristianismo-y-tecnologia-o-la-teologia-como-clave-de-la-tecnologia/

  3. ¿Y que vamos a hacer con los supremacistas del cambio climático antropogénico?

  4. Los «clima-científicos-alarmistas» han hecho el mayor daño:

    Han asustado a los ignorantes y aún cuando sus predicciones no se han cumplido no han dado explicación ni se han retractado, desprestigiando a aquellos que puedan tener mejores hipótesis, ahora no puedes estar enmedio – o crees ciegamente en que el cambio climatico es causado por el humano o eres un total «denier».

    Y, ¿es malo o es bueno?

    Pareciera que lo que dice Matt Ridley, basado en estadísticas y números en su lectura de octubre de 2016 (https://www.thegwpf.org/matt-ridley-global-warming-versus-global-greening/) es correcto: tenemos un planeta mas verde.

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