Explicando el feminazismo, el ecofascismo, el culto a Gaia, el socialismo del siglo XXI y otras desgracias de la Europa de hoy

Pensaba comentarlo, pero las frases de Wolfgang Reinhard en su obra [Geschichte der Staatsgewalt. Eine vergleichende Verfassungsgeschichte Europas von den Anfängen bis zur Gegenwart, München: C.H. Beck 1999, Sonderausgabe 2002] son tan preclaras que me limito a traducir:

«Hatte der bürgerliche Rechtsstaat des 19. Jahrhunderts nicht ohne Erfolg seine innenpolitische Zuständigkeit auf innere Sicherheit zu beschränken versucht, so bedeutet der moderne soziale Interventionsstaat eine Rückkehr zum früheren obrigkeitlichen Policestaat, der sich auch schon in alles eingemischt hatte. Die bewaffnete Vollzugspolizei … sollte ursprünglich nur die gesellschaftliche Freiheit durch Gefahrenabwehr sichern. Nicht ihre weitere Aufrüstung schafft einen neuen Polizeistaat, sondern die Ersetzung ihrer Repressionsaufgabe durch einen beliebig ausdehnbaren Präventionsanspruch im Rahmen staatlicher Sozial- und Kontrolltechnologie …»

Dado que el Estado de Derecho burgués del siglo XIX intentó, no sin éxito, limitar su ámbito de acción política interna a la preservación de la seguridad interior, el modelo de estado social moderno e intervencionista, ya inmiscuido en todos los aspectos de la vida,  sólo puede significar una involución hacia el estado policial de antaño basado en la absoluta obediencia. La policía ejecutora y armada … debía, originariamente, limitarse a asegurar la libertad social mediante la defensa ante el peligro. No a través de su crecimiento contribuye a la creación de un estado policial, sino mediante la substitución de su función represiva por otra, arbitrariamente ampliable, basada en la exigencia de prevención y desde el marco de las tecnologías de control y sociales del estado.

«Der liberale bürgerliche Nationalstaat, das goldene Zeitalter laut Hannah Arendt, wurde in einigen Fällen vom totalitären Staat abgelöst, in der Regel vom sozialen Interventionsstaat … Damit wird der säkulare Prozess der ‚totalen Mobilmachung‘ möglich, die auch im Frieden das ganze Volk erfasst … Neben formalisierte bürokratische Verwaltung tritt die befehlsförmige … Der Anspruch des Staates ist ein totaler. Wer sein persönliches Geschick nicht dem nationalen restlos unterordnet, wird zur Rechenschaft gezogen».

El estado nacional, burgués y liberal, la época dorada según Hannah Arendt, fué substituído en algunos casos por estados totalitarios, por lo general estados sociales intervencionistas … De este modo es posible el proceso secular de la «movilización total» (n.d.t: Hitler), capaz de afectar al pueblo también en tiempos de paz … Al lado de la Administración burocrática y formalizada aparece también la que imparte órdenes … La exigencia del Estado es total. Quien no sea capaz de subordinar sin excepciones sus asuntos personales a los nacionales, tendrá que atenerse a las consecuencias.

«Totaler Staat als totaler Krieg braucht den totalen Feind. Wenn er ihn nicht mitbringt, wie der Nationalsozialismus den Juden, muß er ihn erfinden, wie es in der Sowjetunion und in China mit der Produktion von immer neuen Klassenfeinden und Verschwörern erfolgreich geschah. Das ist mit der Formel von der ‚permanenten Revolution‘ gemeint, die bereits für den Terror der Jakobiner 1792-94 geschaffen wurde. In Russland und China lagen oft überhaupt keine ‚realen‘ Vergehen vor … Aber auf den fiktiven Charakter der Beschuldigung, der Tätern wie Opfern gleichermaßen klar gewesen sein dürfte, kam es dabei nicht an, … sondern schlicht um die Konstruktion des totalen Feindes».

El Estado Total como Guerra Total necesita un Enemigo Total. Cuando no lo traen de la mano, como el Nacionalsocialismo a los Judíos, deben buscarlo, tal y como se hace con éxito en la Unión Soviética y China produciendo siempre nuevos enemigos de la clase obrera y conspiradores. A esto se refiere la fórmula de la «revolución permanente» creada para fundamentar el terror de los Jacobinos en los años 1792-1794. En Rusia y China los delitos frecuentemente no existían … pero no es el caracter ficticio de la acusación, algo que debería quedar claro de igual modo para delincuentes y víctimas, de lo que se trata, sino simple y llanamente en la construcción del ENEMIGO TOTAL.

Y ahora coloquemos en el sitio adecuado los siguientes conceptos: hombre (no mujer), salud, clima, CO2, agujero de ozono, crisis, capitalismo salvaje, ricos/pobres, terrorismo, drogas, hambre, sequía, ….

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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6 comentarios

  1. Justo el tema que acapara mi interés. ¿Como manipular a la masa? Un libro clarificador sobre el tema aunque aparentemente no tenga mucho que ver: «Veo a Satán caer como el relámpago» de René Giraud. Sobre la construcción del «chivo expiatorio».

    • Muy interesante el enlace: PODER TERRENAL y CAUSAS SAGRADAS – Michael Burleigh. que viene a colación del art. de Luis.
      Personalmente estoy completamente de acuerdo con la síntesis del libro que aparece en el enlace:
      1º Efectivamente, las ideas en las que creemos son tan determinantes, si no más, que las condiciones socioeconómicas o materiales en las que nos desarrollamos, para determinar el devenir de individuos y por extensión de las sociedades. Así por ejemplo, a nivel material, USA y la ex-URSS son territorios y sociedades con unas condiciones «objetivas» muy similares (en el sentido de materiales: extensión, población riquezas naturales, etc, etc).
      Por tanto el devenir absolutamente contrapuesto entre una y otra, solo puede explicarse por las creencias-ideas generalizadas que han profesado o se han impuesto en ambas sociedades.
      2º Otra idea potente que aparece en la síntesis del libro es la necesidad humana en «creer en algo trascendente», lo cual ha sido explotado convenientemente por todos los «credos» (religiosos y laicos) y sus avispados «pastores», como demuestra la cita del nazi Goebels que aparece en la reseña del libro: «Casi es indiferente en lo que creamos, siempre que creamos en algo».
      Cuando hago el ejercicio personal de contabilizar el número de «creyentes» (en lo que sea, con la particularidad expresa de no cuestionarse la validez objetiva de la creencia o su ajuste a la realidad) que he conocido a lo largo de mi vida, y lo comparo con el de «descreídos», el primer grupo es abrumadoramente superior en número al segundo.
      Por poner un ejemplo concreto y que me perdonen las feminazis, de todas las mujeres que he conocido solo un par de ellas no estaban interesadas en el horóscopo, y de las primeras preguntas, la más numerosa que me han hecho el resto, ha sido «¿de qué horóscopo eres?».
      Como resumen y enlazando con el art. de Luis, el devenir de nuestras sociedades occidentales va a depender en buena medida de la «religión» que profesemos la mayoría de nuestras sociedades.
      En este sentido, tal vez la mayor debilidad «práctica» del bando de los «descreídos» es que la «religión» que profesamos carece de un «cielo-paraíso», terrenal o trascendente, que ofrecer como recompensa para atraer a nuestro campo al ingente bando de los «creyentes».
      Por poner un ejemplo concreto: si fueras el responsable de marketing publicitario de una empesa y tuvieras que elegir entre dos campañas publicitarias alternativas: la 1ª basada en la satisfacción personal que supone el supremo y trascendente objetivo de salvar Gaia del ser humano pecador.
      La 2ª basada basada en el modesto y mediocre mensaje de «hemos conseguido vivir como lo hacemos gracias a que entre otras cosas contaminamos y explotamos nuestro planeta».
      ¿Cual elegirías?

  2. «The old civilizations claimed that they were founded on love or justice. Ours is founded upon hatred. In our world there will be no emotions except fear, rage, triumph, and self-abasement. Everything else we shall destroy — everything. Already we are breaking down the habits of thought which have survived from before the Revolution. We have cut the links between child and parent, and between man and man, and between man and woman. No one dares trust a wife or a child or a friend any longer. But in the future there will be no wives and no friends. Children will be taken from their mothers at birth, as one takes eggs from a hen. … There will be no loyalty, except loyalty towards the Party. There will be no love, except the love of Big Brother. There will be no laughter, except the laugh of triumph over a defeated enemy. There will be no art, no literature, no science. When we are omnipotent we shall have no more need of science. There will be no distinction between beauty and ugliness. There will be no curiosity, no enjoyment of the process of life. All competing pleasures will be destroyed. But always — do not forget this, Winston — always there will be the intoxication of power, constantly increasing and constantly growing subtler. Always, at every moment, there will be the thrill of victory, the sensation of trampling on an enemy who is helpless. If you want a picture of the future, imagine a boot stamping on a human face — forever.»

    George Orwell

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