Recordando a Adam Smith

Ensayo de: Mack Cleinm Peña

Adam Smith es uno de los personajes en la historia del pensamiento económico del que ningún economista debe olvidarse al momento de profundizar algún trabajo o propuesta de investigación. No solo es el economista clásico más importante, es también – en mi opinión- el primer filósofo que logró conectar el campo de la moral con la economía.
Adam Smith ha iluminado al mundo y a la humanidad con dos grandes obras las cuales analizaremos brevemente. La primera de ellas titulada “La teoría de los sentimientos morales” publicada en el año 1759. Y la segunda – la más reconocida de todas- “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”, publicada en el año 1776 en Londres. No debo olvidar hacer mención de aquel tercer libro que hasta el día de hoy no ha alcanzado un alto reconocimiento. Resulta que se logró encontrar 2 cuadernos de apuntes de dos ex estudiantes de Smith en el cual tomaban apuntes de las clases impartidas en la Universidad de Glasgow. Como bien sabemos, Smith era un gran jurista de Derecho Civil, y sus clases eran acerca de jurisprudencia. «Lecciones sobre Jurisprudencia«, es quizás, el libro más apasionante para todo abogado y jurista del Siglo XXI.

La teoría de los sentimientos morales
Cuando Adam Smith empieza a escribir este estupendo y magnífico libro era ya profesor de Filosofía y Jurisprudencia en la Universidad de Glasgow. Smith observa y reconoce que el ser humano, como individuo, tiende a tener un sentimiento propio de egoísmo. Para Smith, éste egoísmo no representaba maldad alguna. Al contrario, es el egoísmo y amor propio el que permitían al ser humano desarrollar la empatía hacia el prójimo. Así, las personas suelen darle mayor importancia y valor a su entorno inmediato. Esto explica el amor del individuo hacia la familia en mayor medida que hacia personas desconocidas o recién conocidas. Ocurre lo mismo cuando el individuo aprecia más su ciudad que su país y el mundo en general. La preferencia del hombre a su ambiente inmediato es un secreto para entender mucho de las conductas sentimentales del individuo en su desarrollo personal. La simpatía que brota del amor propio del individuo, nace la empatía para con los demás. Así Smith afirmaba que era innato en la naturaleza del hombre la afección y preocupación por los demás. Esto sin dudas explica por qué el hombre tiene cualidades caritativas para con su prójimo. El hombre siente también pena y angustia por el dolor del vecino. Pues reconoce en su naturaleza, aquella simpatía hacia los otros seres como él.

La riqueza de las naciones
El libro de la riqueza de las naciones es sin duda todo un placer a los ojos de cualquier economista en búsqueda de la verdad de la prosperidad. Smith parte su análisis desde la observación de sus tiempos. Él nota que en aquel entonces, en el que el mercantilismo estaba presente, los pueblos se encontraban en un estado natural y puro: la pobreza. Los hombres nacen con la pobreza entre las manos – decía Smith. Entonces, para él, la investigación sobre la riqueza no estaba en analizar
las causas de ese estado natural. Sino- por el contrario- analizar que causas o sucesos generaban la riqueza de las naciones. En un mundo pobre, lo que se debe buscar debe ser como llegar a la riqueza- proclamaba Smith.

Esta magnífica obra cuenta con 5 libros estudiados como capítulos. Estos son:
1. Producción y distribución.
2. Capital.
3. Desarrollo Económico.
4. Historia de la Economía.
5. Finanzas públicas.
El primer y más importante aporte de Smith a las ciencias económicas es la “División del trabajo”. Para Smith, la división del trabajo es un proceso espontaneo. Por lo tanto, no fue un ente o gobierno que de manera centralizada la creó. Fue la natural propensión a trocar y permutar del hombre lo que genero se origine la división del trabajo.
El más grande beneficio que genera la División del trabajo, es que aumenta la productividad. Y es esta el que genera la riqueza. A mayor cantidad de bienes o servicios produciéndose, la riqueza de las personas será mayor al disponer de mayor oferta para la satisfacción de sus necesidades.

Además, la división del trabajo permite a que los individuos puedan desarrollar sus destrezas y sus habilidades en aquellos campos en los que mejor se desempeñan, aumentando también la productividad mientras reduce el tiempo. La división del trabajo, tiende también al mayor uso de las maquinarias y la tecnología para mejorar la calidad de los productos reduciendo el trabajo de los individuos.

Así, para Smith, la secuencia lógica de la riqueza seria intercambio, división del trabajo, especialización y productividad. Sin embargo, para promover el intercambio, debe necesariamente reducirse los costos de transacción. Smith advierte también de que la división del trabajo tiene un límite: el tamaño del mercado. Es por ello que los Gobiernos deben necesariamente abrir sus mercados al mundo para promover un mayor desarrollo de la división del trabajo.

Entre otro de los aportes de Adam Smith, se encuentra la distinción que hace entre el trabajo productivo y el trabajo improductivo. El trabajo productivo es aquel generador de riqueza al producir los bienes y servicios que la gente desea y necesita. Mientras tanto, el trabajo improductivo, sería aquel ocasionado por el Gobierno y su enorme burocracia y reglamentación.
Sin embargo, Adam Smith, poseía un grave error respecto a la teoría del valor que años más tarde sería refutada y corregida en la revolución marginal por Jevons, Carl menger y Walras. Los economistas clásicos caían en el círculo vicioso de pensar que era el costo el que determinaban los precios. En realidad, es todo lo contrario, son los precios los que determinan los costos.

Adam Smith también analiza el precio del trabajo, entendido como el salario que ha de pagar el empresario al empleado por su productividad. Enfatiza en el nivel del salario con relación al nivel de los gastos que debe incurrir toda persona para solventar una vida digna. Así, Smith analiza que si los salarios son superiores a los gastos que se incurren para una vida digna, esto es señal de una economía fuerte. Por el contrario, si los salarios son inferiores al nivel de gasto que requiere todo individuo, esto significa de que estamos frente a una economía en pobreza.

Respecto a las rentas, Smith manifiesta de que el crecimiento económico incorpora necesariamente tierras de menor calidad y la productividad más baja de éstas es la que establece el precio. Por lo tanto, como los precios tenderán a subir, las tierras de las rentas también lo harán.

Smith también reconoce de la importancia del Dinero y de los problemas que genera el papel moneda al ser de fácil impresión. Para Smith, el dinero papel moneda representaba ya una constante inflación y pérdida de poder adquisitivo. Defendía el patrón oro como moneda y medio de intercambio debido a que éste era menos manipulable y tendía a una mayor estabilidad monetaria.

La mano invisible, es sin duda alguna, el mayor aporte a la historia de las ciencias económicas por parte de Smith. En él, Smith analiza y advierte de que el progreso social surge en el interés y progreso propio. Son los hombres persiguiendo su propio y egoísta interés quiénes crean la prosperidad. Por lo tanto, más hacían por el bien común aquellos quienes se dedicaban a perseguir sus intereses que a quienes buscaban el interés social.

La mano invisible debe entenderse como el sistema de cooperación social que permite que los hombres se beneficien los unos a los otros en busca de su propio interés y beneficio. Esto debido a que para que todo empresario u hombre quiera aumentar sus beneficios, debe antes satisfacer las necesidades del consumidor. Haciendo así todo una maquinaria empresarial y estratégica que incluye contratar a más empleados. Todo esto ocurre única y exclusivamente en una economía en la que esté presente la división del trabajo, los precios y el libre intercambio.

Por lo tanto, Smith jamás se refirió a la Mano invisible como un sistema de autoregulación como algunos economistas piensan. No es la mano invisible la varita mágica que soluciona los mal llamados fallas de mercado. La mano invisible es la explicación del porqué el perseguir los interés propios termina siempre sumando o colaborando con la sociedad.

Por último, Smith era un fiel defensor de los Gobiernos limitados, a quienes les atribuía las funciones de: defensa, Justicia y seguridad y Obras públicas. Para ello- Dice Smith- se requiere de un nivel de impuestos muy bajo para que la recaudación sea justa sin perjudicar la economía en general.

Y Culminando la primera parte Smith es y será por siempre el filósofo más importante en la materia económica que todo intelectual debe reconocer y recordar en donde quiera que éste.

Autor: Mack Cleinm Peña

 

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