Falso, la luz en Alemania no es cada vez más barata

Hace tiempo que no escribo. Me van a disculpar si he perdido la «línea dialéctica», pero desde fechas recientes se están escuchando, viendo y leyendo tantas sandeces con respecto al panorama energético que me resulta imposible permanecer inmóvil al borde del camino mientras el falaz argumentario del «main stream» va calando en la clase política, con las eventuales consecuencias que los amantes de la libertad solemos predecir con tanta clarividencia.

Hace unas semanas llegó a mi teléfono móvil un vídeo de esos que se van reenviando de grupo a grupo de whatsapp, uno de esos vídeos de discurso fácil y ninguna referencia objetiva. Uno de esos vídeos con argumentos que la gente compra, de esos que no hace falta demostrar porque «todo el mundo sabe que es así». Ya saben ustedes, las empresas explotan a los trabajadores, el capitalismo es el mismísimo innombrable, el mercado el origen de todos los males que asolan la humanidad y la solución pasa por nacionalizarlo todo. El vídeo en cuestión se titulaba «¿Sabías que el precio de la electricidad en Alemania no ha dejado de bajar desde que sus políticos apostaron por las energías renovables y el autoconsumo?» y pueden verlo en este enlace. No tiene desperdicio, empezando por la siguiente gráfica en la que se fundamenta la «tesis» (disculpen la licencia) del vídeo:

Screen Shot 2017-01-28 at 20.08.35

Como pueden ver, se trata de un gráfico con precios de la electricidad en Alemania entre agosto de 2010 y agosto de 2015. Fiel al estilo propio de este tipo de comunicaciones, con el propósito único de confundir al que pasaba por allí, esta gráfica no dispone de ningún tipo de referencia. No podemos saber de qué precio se trata, ¿es mercado mayorista?, ¿es tarifa doméstica?, ¿es alguna de las tarifas industriales?, ¿para qué consumos?, ¿antes o después de impuestos?, ¿incluye primas y otras subvenciones? Etc., etc., etc.

Tentado a enviar un comentario al autor del vídeo preguntándole por ésta y otras triviales cuestiones, me pasé por su perfil de Facebook y cuál fue mi deleite al confirmar que ya otros lo habían preguntando previamente. El autor confirmó entonces que el gráfico no era de cosecha propia, sino que lo había extraído de un artículo de Bloomberg, concretamente el que pueden leer en este enlace. Si bien el artículo de Bloomberg tiene el mismo titular tendencioso, pone al menos la referencia de los datos y podemos confirmar que se trata de los precios mayoristas en el pool eléctrico alemán.

En un claro alarde de «oigo campanas pero no sé dónde» dedica uno su tiempo a montar un vídeo con una gráfica que se ha encontrado por ahí, le pone un título falso, lo aliña con el discurso cansino contra las eléctricas y lo adereza con el habitual buenismo ecologista que tanto gusta. Una vez hecho esto, ya es demasiado tarde para apearse del carro y tiene uno que dedicarse a combatir como pueda a las personas que pasan por el perfil de Facebook a sacarle las vergüenzas, incluyendo varios españoles que viven en Alemania que le afean la conducta y uno que le explica claramente con datos oficiales que no se entera de la misa a la media. Este último, por supuesto, no merece ni siquiera una contestación por parte del autor. Él a lo suyo, que a eso ha venido.

Por si fuera poco, el autor acusa a alguna de las personas que se pasan por su muro de tener algún tipo de problema de comprensión lectora porque no comparte su punto de vista. Lo cual no deja de tener su gracia porque si el autor hubiera leído (o hubiera comprendido) el artículo completo de Bloomberg del que extrajo la gráfica se hubiera ahorrado el ridículo. El último párrafo de ese artículo dice lo siguiente, de manera literal (las negritas son mías):

«Mientras los precios mayoristas han caído un 13% en el pasado año, las subvenciones para financiar el Energiewende han empujado las facturas alemanas a las segundas más altas de la Unión Europea después de Dinamarca. Los precios domésticos crecieron un 2% en 2014 con respecto al año anterior, según muestran los datos de Eurostat»

Obviando el hecho de que se cocine un vídeo a finales de 2016 con datos de 2014, vamos a ir a los datos oficiales de EUROSTAT para ver la evolución de los precios de la electricidad en los domicilios de Alemania en los últimos años:

precios-alemania

Es una buena costumbre hacer tus propios gráficos, no son tan bonitos como cuando los «extraes» de otro lado, pero te aseguras de ir a la fuente de los datos y tomar los correctos. En este caso particular, los datos están tomados de EUROSTAT, concretamente de la base de datos nrg_pc_204 que pueden ustedes ver aquí. Otra diferencia con los vendedores de humo es que  aquí aportamos los datos para que ustedes mismos elaboren sus gráficos y saquen sus propias conclusiones.

Y yendo al grano, en el período 2010-2016 (hasta el primer semestre) los precios en Alemania no sólo no han parado de bajar, sino que no han parado de subir hasta dispararse un 25% en el período completo. Se trata de los precios domésticos, para consumidores entre 2.000 y 5.000 kWh al año y se trata de los precios después de impuestos y otras tasas. Es decir, lo que los alemanes pagan de verdad en sus casas por la electricidad que es lo que realmente le importa a la gente.

Esta gráfica ya denota que el vídeo en cuestión destila toda la sarta de falacias propias del discurso eléctrico contemporáneo, comenzando ya por un titular falso. Lo cierto es que la electricidad en Alemania no ha hecho más que subir, en gran parte debido a las subvenciones o primas que reciben las energías renovables, haber expulsado del sistema unas cuantas centrales nucleares y dedicarse a quemar combustibles fósiles como si no hubiera mañana. El resultado de toda esta política de buenismo verde es que se han gastado desde el año 2000 casi 250.000 millones de euros en subvenciones, desde el año 2009 no han reducido las emisiones de CO2 en prácticamente nada y el diferencial de competitividad entra Alemania y EEUU se ha disparado. Todo esto pueden leerlo, más en detalle, en este artículo de Daniel Lacalle y en este otro de mi querido camarada Luis I. Gómez que, por cierto, también vive en Alemania y sufre los recibos de electricidad en sus carnes.

Para terminar, me gustaría mostrarles otro gráfico elaborado a partir de los mismos datos de EUROSTAT, donde comparamos los precios de Alemania y Francia en el mismo periodo:

precios-francia-alemania

De forma sostenida, los alemanes vienen pagando por la electricidad aproximadamente un 80% más que los franceses, con sus casi 60 centrales nucleares. ¡Ay, qué buenas son las renovables para la economía, los puestos de trabajo y el medioambiente… y qué malas son las nucleares! Pero no se preocupen, al batallón sandía (rojito por dentro, verde por fuera) todos los datos les dan igual, ellos han venido a otra cosa. Sigamos expulsando del sistema eléctrico a los eficientes para meter ineficientes, o sigamos apretando a los eficientes con impuestos insoportables, que así el precio de la electricidad va a bajar…. casi seguro.

Manuel Fernández Ordoñez
Manuel Fernández Ordoñez
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6 comentarios

  1. De 2013 a 2016 el precio en Alemania (según tus propios datos) no ha subido más de un 2℅ (a ojo). Es de entender que tras apostar por energías renovables el retorno no es inmediato, y teniendo en cuenta q hablamos de q se empieza en torno a 2010, me parece q es más realista tomar los datos precisamente y como mínimo desde 2013. Compara eso con los precios de la electricidad en España en ese mismo periodo y podremos ver si apostar por renovables funciona mejor o peor que no hacerlo. Todo eso sin tener en cuenta el peso ecológico de hacer una apuesta por energías limpias, pero eso a los «liberales» amantes de los contratos públicos os importa una mierda, solo sabéis ver números.

  2. Muchas gracias Manuel por tomarte la molestia. A mí me han dado ganas también estos días, pero me invade la pereza. Advertimos hace años de lo que iba a ocurrir y lo explicamos con claridad. La subvención masiva e indiscriminada era un suicidio económico. Ahora vemos los resultados, y se explican con absurdos. El precio de mercado de la electricidad multiplicado por el consumo lleva años siendo prácticamente constante en España (lo que sería «el coste» de la electricidad), en torno a 15.000 MM€. Los beneficios de las eléctricas también (en torno al 5-7%). Las primas anuales al Régimen Especial han aumentado de unos 1000 MM€ en el 2004 a 7.000 MM€ ahora, pasando por más de 9.000 MM en los años de auge (2009-2011) antes de los malvados «recortes» del 2012.
    No hay dudas razonables para cualquiera con dos dedos de frente y ganas de informarse del motivo de la subida para el consumidor final. Pero no se puede luchar contra los medios de desinformación masiva y el pensamiento débil generalizado. A la mierda.

    • Estimado camarada, no nos resignemos, sigamos alzando la voz. Por lo menos cuando seamos viejecitos y no nos paguen ni la pensión, cuando alguien nos pregunte: ¿y tú qué hiciste? Podremos decir: mucho más que todos vosotros.

  3. Me comenta un conocido que con motivo de alboroto que se ha montado recientemente con el precio de la luz, que ha llegado a rondar recientemente tarifas punta de 100€ el megavatio.hora (Mwh), se miró con detenimiento el precio del Mwh que le cobran en su casa y… ¡sorpresa!, en el recibo de enero a 237€/Mwh (potencia contratada 13.5Kw, para horario diurno –todo eléctrico-). Mira el precio del mismo mes en el recibo del garaje de la comunidad (potencia contratada 2.2Kw, tarifa libre, precio hora variable, sólo seleccionable por potencias inferiores a 10Kw), y resulta ser de 44€/Mwh. ¡5.39 veces más por el mismo producto en el mismo sitio! La subida a enero del año pasado es del 16.16%. Y así cada año desde el 2007. Y todos esos datos antes de impuestos.
    El por qué él, y todo su barrio, tienen todo eléctrico también fue un enredo de la compañía que ahora no viene al caso. Luego, con todos los pajaritos en la jaula, se cambia el contrato y ya está.
    Esto sólo es para dar una idea de cómo se maneja el precio de los servicios de los oligopolios en este país. Ningún sentido ético o proporcional, sólo se mira cuánto y dónde se puede robar y dónde no (porque no hay).

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