Súmate a la última moda: los linchamientos en Twitter

“¿que ha dicho QUÉ?” – Perfil de @masaenfurecida.

Twitter es una herramienta maravillosa. Con ella, uno puede informarse en tiempo real de todo lo que pase en el mundo, discutir con un montón de gente interesante, cuando no gente de prestigio, desarrollar proyectos relacionados con la difusión del conocimiento… se puede hasta refrescar idiomas. A veces, se pueden dar situaciones en las que la misma gente que comenta un hecho relevante en algún lugar lejano del mundo da información bastante más fiable que lo que están retransmitiendo los medios españoles en ese momento.

Pero Twitter también tiene sus monstruos. Y no me refiero al típico brasas adolescente que no tiene ni idea de nada pero que te aburre a preguntas que cualquiera podría responder leyendo “La Economía En Una Lección” de Henry Hazlitt. Ni tampoco a los “faros del conocimiento” que puedes refutar con una visita al Instituto Nacional de Estadística. El problema de Twitter son los linchamientos y los linchadores. Eso da miedo.

¿Cómo puede ser alguien acosado en Twitter? Bueno, el “lobo solitario psicópata” de turno es fácil de controlar. Es un señor que ve algún tuit tuyo que “le ofende” y decide meterse contigo con tu foto de perfil, tu biografía o cualquier otro motivo insignificante. Alguno de ellos, particularmente enfermos (o no, la psicopatía no es una enfermedad), se dedican a saber qué más has escrito o publicado por ahí, y tratan de sacar aquello de lo que se puedan aprovechar.  Una vez, una cuenta trollera me sacó un tuit de hacía ocho meses. En otra ocasión, uno de estos psicópatas sacó un vídeo publicado hace años en Desde El Exilio. Mi estrategia con ellos es sencilla: Captura de pantalla y advertencia a todos mis lectores de que se trata de un psicópata para que le bloqueen, respuesta “de las mías” (Dios me dio un don para ciertas cosas) y bloqueo automático.

Lo complicado es cuando se trata de muchos acosadores. Por ejemplo, alguien dice algo con mala suerte (ya sea directamente una estupidez, un error, algo que pueda interpretarse de varias formas, un chiste desafortunado o una afirmación políticamente correcta pero cierta) y le asaltan jaurías. Se juntan alrededor de temas concretos: por ejemplo, el feminismo, la homofobia… Uno puede tener un día recibiendo comentarios en el móvil sobre lo x-fobo que eres, las estadísticas sobre el tema por cualquier chorrada peregrina. Suele suceder cuando un “tuitstar” se entera y te pone una captura de pantalla con una incitación al linchamiento. Algunos de ellos aprovechan para desearte una muerte rápida… otros por mostrar su superioridad moral o intelectual… algunos por las descalificaciones gratuitas… “Veraneo en Puerto Hurraco”, versión 3.0. Sí, puede haber gente que te critique de forma civilizada. Incluso hay momentos en los cuales haya gente que te haga la crítica “con arte”. Lamentablemente, el “arte” es un don muy mal repartido, y la gente va a lo que va. En los casos más extremos (si la persona es conocida) se puede llegar a ser trend topic. En estas situaciones, los comentarios pasan a ser miles.

Un detalle importante es que esto no va por barrios. Está extendido por toda la red. No se salva nadie, ni ninguna ideología. Pensarán que la hegemonía la tiene la izquierda chiflada y populista, habida cuenta de que casi siempre hay alguien «de derechas» como trend topic… Yo aún estoy recordando con bastante bochorno el ataque en masse que el libertario Milo Yiannopoulos desató hacia Leslie Jones, actriz en Cazafantasmas, que llegó a ser comparada con una gorila embarazada (con el agravante de que la señora Jones es negra). Jones, hasta los ovarios del tema, directamente cerró su cuenta en Twitter.

¿Saben qué nombre tiene eso? Se llama acoso. Cyberbullying en inglés. Les guste o no. Esto mata gente, por si no lo saben. Con diecisiete años, con quince y hasta con doce. La gente no tiene ningún sentido de la medida, y les importa un bledo a quién estén despellejando. Además, hay que tener la cabeza bastante bien amueblada para aguantar con 16 años más de 200 comentarios de 200 personas distintas soltando toda clase de crueldades.

El tema de los adolescentes, lamentablemente, no se queda en tres hechos “anecdóticos”.

“If it sounds like I’m exaggerating or trying to be dramatic to make a point, I’m not. I am convinced that we are facing a serious crisis. According to one study, 43 percent of teens say they have been bullied online. Another reports that 88 percent of social media-using teens have witnessed others being mean or cruel. Studies show that because of the shame and embarrassment kids feel from cyberbullying, they often remain silent, becoming even more isolated and humiliated. Eventually, for some kids the pain becomes unbearable, which is why cyberbullying victims are 1.9 times more likely to attempt suicide than those who have not endured such bullying, according to the Cyberbullying Research Center.”

Si esto es lo que pasa con los adolescentes, no se imaginan cómo pueden ser las estadísticas de los adultos. Supongo que esto no será noticia hasta que suceda.

He leído a gente decir que esta clase de linchamientos no le parecen mal. Francamente, no conozco a nadie que haya aprendido nada tras ser linchado. Eso, por no hablar de la crueldad si las víctimas del linchamiento son menores de edad. ¿Ustedes aceptarían el linchamiento por parte del profesor como una estrategia de enseñanza válida? Si aceptamos como real el aprendizaje vicario (el que se aprende viendo actuar a los demás), ¿consideramos aceptable que la gente descubra que se está equivocando llamándola de “imbécil” para arriba? ¿Cómo creen que actuarán luego en el futuro? Como suele hacerlo un hijo maltratado por su padre: convirtiéndose él en maltratador. En realidad, creo que mucha gente no quiere hablar, compartir o aprender… quieren la sensación de poder que da poder linchar a alguien desde el anonimato.

Ah, por cierto. Yo tampoco soy inocente. O un ejemplo a seguir. Soy consciente de que yo, a mi manera y con mis errores concretos, también he contribuido a crear esto. Por lo que a mí respecta, lo único que puedo decir es que era joven y estúpido, que siempre he tratado de cumplir con mi propósito de enmienda y que, al menos, el problema de la juventud ya está corregido (y no sé si acerté).

Burrhus el elefante neocon
Burrhus el elefante neocon

Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

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