¿Salvar el clima? Con eólica y fotovoltáica parece que no

Peter Heller es un físico y astrónomo que dedica algo de su tiempo libre al análisis de los resultados de la famosa «Energiewende» alemana. Ya saben que el gobierno alemán se ha propuesto unas metas muy ambiciosas de limitación en las emisiones de CO2, con dos fechas determinantes. 2020 y 2050. Se trata de reducir las emisiones en un 40% hasta el 2020, y en un asombroso 80% hasta el 2050. Para ello, el aparato estatal germano ha movilizado todos sus recursos en la promoción, subvención y protección de las plantas eólicas y fotovoltáicas de generación de energía. El Dr. Heller analiza los datos que sirve puntualmente el Ministerio de Economía y Energía alemán. Veamos lo que nos cuenta:

Según los datos del Ministerio de Economía y Energía (BMWi), las emisiones de CO2 en Alemania han dejado de descender (incluso a pesar de los inviernos suaves -6 de los últimos 10) para estancarse en valores alejadísimos de las metas fijadas:

CO2_emisiones_DE

Les explico un poco la gráfica. La línea superior muestra las emisiones de CO2 en millones de Toneladas en total: generación de electricidad, industria, tráfico, particulares…. La línea inferior muestra las emisiones de CO2 procedentes únicamente de la generación de electricidad. Esta sirve de referencia a lo que nos cuenta después: podríamos -deberíamos- esperar aquí una bajada espectacular tras los inmensos esfuerzos por generar electricidad mediante plantas eólicas y fotovoltáicas; pero no es así.

La línea superior, que es la que debería ir acercándose a los objetivos fijados por el gobierno alemán, muestra un obstinado estancamiento incluso tras el año 2000, fecha en la que se pone en marcha el aparato estatal germano de salvación del clima. Los redondelitos de la derecha establecen el punto en el que debe encontrarse esa línea (la superior) en los años 2020 y 2050 respectivamente. A la luz de estos datos, ¿alguno de ustedes se atrevería a pronosticar que se alcanzarán los objetivos fijados?

Nos cuenta Heller que buena parte del problema está en la ineficacia e intermitencia de las plantas de generación eólicas y fotovoltáicas. Ya saben, unos días hace sol, otros no, unos hay viento, otros no y otros sopla una brisa agradable que invita a pasear por el bosque. En esos momentos en los que la generación fotovoltáica o eólica no está asegurada, los alemanes encienden las centrales de gas natural y se ponen a emitir CO2 como locos. Además, la generación desde plantas que usan combustibles fósiles tampoco muestra signos de haberse reducido llamativamente. Vuelte Heller a darnos los datos del Ministerio:

Electricidad_fosiles_DE

La gráfica se explica por sí sola: reducción mínima del aporte total a la red procedente de plantas de gasóleo, gas natural, lignito y hulla. Y lejísimos de las metas fijadas (las dos columnas de la derecha).

Dicen las malas lenguas que no hay forma de demostrar ni los efectos de la ineficacia e intermitencia de las plantas eólicas y fotovoltáicas ni el mayor consumo que ello conlleva procedente de plantas convencionales. ¿No se puede? ¡Sí se puede! Basta con volver a mirar los datos que ofrece el Ministerio de Economía y Energía germano sobre la relación entre energía producida y electricidad que realmente entra en la red procedente de esas plantas convencionales (que debería ser cada año menor, claro):

Wirkung_Electricidad_DE

¡Sorpresa!

O no… creo que para el lector medio de «Desde el exilio» estos datos no son ninguna sorpresa.

Por cierto, si desean enterarse de todo lo que hay detrás de las políticas de salvación climática deben leer el artículo de Alberto Zaragoza:  No, the greenhouse effect does not justify your pet idea

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Si enfocamos la cuestión de las «energías verdes» como lo que realmente es, probablemente, la más popular de las nuevas «religiones», podemos anticipar que los «nuevos creyentes» se comportarán exactamente igual que los «viejos creyentes» en las religiones tradicionales:
    mucho golpe de pecho en público, mucha misa los domingos y demás fiestas de guardar, y por descontado cuanta más liturgia mejor, para al fin y a la postre comportarse, sobre todo en privado, como el resto de vulgares pecadores, herejes, escépticos y ateos varios.
    Y por descontado, los hechiceros de las iglesias de turno sacando pingües beneficios económicos del rebaño.
    Lo cual, dicho sea de paso, no debería extrañar a nadie, puesto que es obvio que «viejos» y «nuevos» creyentes, al igual que ateos, escépticos y herejes, son exactamente el mismo bicho biológico.

  2. ‘Basta con volver a mirar los datos que ofrece el Ministerio de Economía y Energía germano sobre la relación entre energía producida y electricidad que realmente entra en la red procedente de esas plantas convencionales’

    Será que estoy espeso, pero tengo que confesar que no pillo la última gráfica. Es la relación entre kWh en combustible (carbón, gas) y kWh generados en electricidad? Pero en ese caso no entiendo por qué tendría que ir descendiendo.

    • No los kWh generados, sino los realmente introducidos en la red, Alberto. Por eso deberían ser cada vez menores en el caso de las plantas de combustibles fósiles… al menos eso es lo que se propone el gobierno alemán… o se proponía, vamos.

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