El P-Lib, Partido Libertario, los liberales y nuestros modismos

José García Palacios, blogger liberal a quien  pueden leer en su casa (yo lo hago), El Rincón de la Libertad, me preguntaba en twitter – supongo que a la luz de esta entrada en su blog – sobre el P-Lib y su línea de acción política:

josegarcia_pregunta

 

Estimado José, antes de nada, decirte que la confianza y la estima son mutuas y sinceras.

El P-Lib, antes llamado Partido de la Libertad, ahora bajo el nombre de Partido Libertario, no se ha apartado de ninguna de las corrientes del liberalismo que yo conozco. Al contrario, reconociéndose libertario, se abre aún más a cualquiera que defienda las ideas básicas de libertad. No puedo dejar de mencionar la paradoja que se esconde tras la denominación «partido lbertario», pues nada es tan antipartidista como un libertario que realmente lo sea. Sin embargo, y como bien apuntas en tu pregunta, hoy en día es imposible cambiar nada si no es desde las instituciones políticas de que nos hemos dotado. Y la nuestra es una democracia de patidos. La gente no ha sido enseñada en el voto a Fulano o Citano, sino en el voto al partido tal, o al partido cual. Sin embargo, a poco que nos entretengamos en destripar las entrañas del P-Lib descubrimos que no se trata de un partido al uso:

  • total transparencia de documentación, tanto económica como institucional,
  • financiación alejada de los presupuestos generales del estado, es decir, del bolsillo de los contribuyentes,
  • elección democrática entre sus afiliados de los órganos de gobierno del partido,
  • único partido que propone la reforma de la Ley Electoral reclamando el voto directo a personas, sin listas, garantizando el voto por prioridad.

No, no es el P-Lib un partido del montón ni un partido al uso. La defensa de las ideas de libertad no se realiza desde un «nombre» o unas siglas, se realiza desde el trabajo diario de denuncia de toda actividad liberticida y la coherencia interna necesaria para no caer en los mismos pecados que aquellos a quienes se denuncia.

Declararse «libertario» sólo puede ser motivo de susto para quienes no conozcan el verdadero significado de «libertarianismo»:

Libertariano
El otro no es tu propiedad

Es tan fácil… y a la vez ¡tan difícil! Efectivamente: las otras personas no son de mi propiedad. No tengo derechos sobre ellas, ni sobre sus cosas, ni sobre sus ideas. Y es precisamente esa renuncia a poseer a los demás la que me convierte en tolerante para todas las ideas, todos los modelos y todas las corrientes, liberales o no, que puedan darse en una sociedad. En este caso en un partido. ¿Hay límites? ¿Dónde están esos límites? ¿Vale todo?

Los límites están claramente delimitados por los principios de la acción libre:

  • Defensa de la vida y la autopropiedad
  • Defensa de la propiedad privada
  • Defensa de los contratos nacidos de la libre interacción entre personas
  • Estricta observancia del principio de no agresión

Y esos principios son la esencia programática del P-Lib.

Al ordoliberal le resultará discutible la negación del papel del estado como garante de de esas libertades. Y será la práctica real en sociedad la que determine la necesidad de determinadas instancias garantes, y no un partido libretario.

Al liberal austríaco le parecerá peligroso acercarse a los «abismos» del anarco-capitalismo, pero serán los agentes en un mercado libre los que decidan -lo harán todos, todos los días- qué forma de economía es la mejor para ellos, y no un partido libertario.

Al liberal conservador le parecerán abominables determinadas posturas morales de otras personas, pero son las personas en sociedad las que se decidirán por un código moral determinado, y no un partido libertario.

libertad_saboresLa libertad no entiende de valores occidentales o herencias culturales, pues tanto los valores, como las herencias, no son patrimonio de una sociedad, lo son de las personas. Vivimos, interpretamos nuestras vidas, a la luz de lo aprendido. Nos guste, o no nos guste. Es así. Y lo hacemos influenciados por el medio social en que vivimos, nadie es Crusoe en este mundo globalizado. La libertad entiende de voluntades, y las voluntades son siempre individuales. Muchas voluntades individuales juntas, unísonas, determinan nuestro contexto social. No un partido, ni una ingeniería social determinada. Y no para todos, pues -y ahí está el meollo de la cuestión- si defendemos la libertad, también hemos de defender la de quienes no piensan como nosotros y desean vivir un modelo social diferente. Esto no significa que debamos asistir mudos e inanes a la violación de los principios arriba mencionados en nombre de «otros modelos de sociedad». Manifestarse, informar, denunciar, socorrer a quien solicita ayuda son las tareas de todo amante de la libertad: no hacerlo, supone exponerse -como ha ocurrido- a la acción liberticida y  arbitraria de quienes consigan manejar los órganos de poder. Y es por eso también que debemos limitar y mantener bajo control ciudadano, en todo momento, las herramientas de poder del estado que garantiza nuestras libertades; y el P-Lib, en sus 80 propuestas de Gobierno, articula una serie de medidas necesarias para ello.

Un buen amigo, y colaborador en esta casa, decía que no se puede construir nada a base de ideas fabulosas, porque todas las ideas son, al mismo tempo, fabulosas e imperfectas. Ninguno de nosotros posee la piedra filosofal de la verdad, la fórmula mágica de la felicidad. Sin embargo sí podemos exigir que se nos devuelva la soberanía sobre nuestras vidas, que se nos devuelva la capacidad de decidir qué es lo mejor para cada uno de nosotros, cómo queremos vivir, qué no queremos delegar. Y como no podemos limitar estas exigencias al grupo de los ungidos por el pensamiento liberal, debemos hacerlo para todos. Y, ¿dónde cabemos todos, estimado José? En el libertarianismo, en la pluralidad que nace de la libertad.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

20 comentarios

  1. Creo que os complicáis en exceso. El P-LIB puede y debe dar cobijo a todos los liberales.
    Por otro lado, yo no he visto nunca a nadie del P-LIB pidiendo un carnet de pureza o haciendo un examen de «libertarismo» a cada potencial nuevo afiliado, es más, me resulta gracioso que critiquéis la supuesta «pureza» del P-LIB, pero no digáis ni una palabra sobre VOX que además de presumir de «liberales» están orgullosos de ser el estandarte de los buenos usos y costumbres de este nuestro país; ahí no véis pureza ,¿no?.
    ¿Qué pretendemos ser, cómo C’s? Donde tan pronto te encuentras con un exPP como con un exIU o PSOE. Para un partido que realmente tiene claro lo que es y en que quiere convertirse, que no es ni más ni menos que el pilar aglutinante de todos los votantes liberales; pero no aquellos que piden bajada de impuestos y al mismo tiempo exigen que papá estado blinde su chiringuito particular; no señores, si ser consecuente con uno mismo implica «pureza»… bendita pureza.
    Lo dicho, el libertarismo nos engloba a todos y no es excluyente pero si consecuente con lo que defiende.
    Menos mal que existe el libertarismo, sino tendríamos que inventarlo. Un saludo

    • Hola A.M.G. Vox no son los míos, me toca un pie sus prácticas y sus «colores». Así que critico el liberalismo ibérico porque me pilla mucho más cerca y me preocupa más.

      Muy de acuerdo con lo que dices de C’s.

      Yo también me alegro de que exista, y voté al P-Lib, pero criticaba (y critico) su falta de transversalidad, y la apropiación del concepto de «verdadero liberal», que es la actitud más anti-liberal que conozco.

      Saludos

  2. En un país en el que la mayoría de personas asocia el liberalismo con el PP, el liberalismo está muerto.
    Precisamente eso fue lo que ocurrió en EEUU donde la palabra «liberal» se alejó de sus orígenes clásicos y adoptó el significado de «progresista» o «de izquierda».

    De aquí surje esta nueva terminología, la de libertario, para distanciarse definitivamente de las más que edulcoradas o falsas modalidades de liberalismo que la mayoría de partidos políticos conocidos hoy en día aplica.

    El libertarismo, como tal, lleva popularizándose desde hace más de medio siglo en EEUU y con el P-LIB ha llegado de forma ordenada a España (ya era hora). Especialmente es necesario cuando existe un riesgo real de que un partido cambie su disurso debido a la influencia del actual liberalismo falso o edulcorado. ¿Qué ocurriría si con el paso del tiempo y la llegada de nuevos afiliados el P-Lib se convirtiera en una estela del PP o de Ciudadanos, ambos socialdemócratas?

    La terminología de «libertario» deja clara cuáles son sus orígenes, cuál su línea política y ayuda a alejar el fantasma de que algún día se devore por dentro tratando de moderarse para agradar al electorado. Pero no es así como debe funcionar un partido político: el propósito de un partido no es el de obtener votos a toda costa, si no el de representar su ideología. Si sale de su marco sólo para obtener un puñado más de votos, entonces habrá vencido su propio propósito de existir.

    Por otro lado recordemos que la labor de la propaganda (en el buen sentido de la palabra), la que hacemos todos hablando, escribiendo y debatiendo, es la de acercar más gente al libertarismo (o al liberalismo verdadero) y no lo contrario. No somos nosotros quienes nos debemos acercar a la gente, si no lograr que la gente se acerque a nosotros.

    • Pues, con los debidos respetos, me parece que este comentario es una síntesis perfecta de cuál es el principal problema del P-Lib: su caracter excluyente y reduccionista del liberalismo a favor de su componente Ancap, tan legítima como minoritaria.

      En España el liberalismo tiene una componente conservadora, histórica, que tiene perfecto derecho a considerarse liberal, y rechaza el reparto de carnés y los test de «pureza liberal» expedidos por algunos ancaps. Por ejemplo, y por no salir de la etapa democrática, el Partido Liberal se creó en 1976 y fue integrando la sensibilidad liberal de la época (gentes como Pedro Schwartz, José Antonio Segurado, Esperanza Aguirre…), bailando con diferentes «socios naturales» UCD, CDS, AP y finalmente integrándose en el PP de 1989, en el inicio del Aznarato. Conozco algo el asunto porque un familiar directo formó parte del proyecto desde sus orígenes, y aún recuerdo unas camisetas del partido que yo llevaba a diario («Yo voy por Libre» decían en letras de colores) en los primeros ochenta.

      Mucha de esa gente (o de sus votantes) probablemente no pasarían los estrictos controles de «pureza liberal», pero en su ADN estaba (y está) la reducción al mínimo del Estado y la liberalización de la Economía. Y ahí es donde está (debería estar) el caladero electoral de cualquier opción liberal que quiera algo más que, con mucha suerte, integrarse en un Grupo Mixto con nula capacidad de influencia legislativa.

      Porque puede que «el propósito de un partido no es el de obtener votos a toda costa», pero seguramente acordaremos que el propósito tampoco es el contrario (no obtener votos a toda costa), y desde luego si ha de ser un objetivo esencial «el de representar su ideología», pero esto se puede hacer de una manera excluyente y sectaria (exigiendo demasiada «pureza»), o de una manera integradora que acoja las diferentes corrientes liberales, tanto las «verdaderas» como las «falsas». Y el hecho de que el P-Lib haya optado por la primera opción es algo que aleja a muchos simpatizantes llevándole a otras opciones menos «liberales» pero más pragmáticas, o directamente a la abstención, que en última instancia es una opción más libertaria que cualquier otra.

      Por supuesto yo soy un simio del montón, es tan solo mi opinión, pero estoy razonablemente seguro de que es un sentir mucho más general de lo que el P-Lib quisiera.

      • Hola Eclectikus,

        En mi opinión, la estrategia de ir hacia la máxima integración, aun con partidos no liberales en todos los aspectos, es lo que nos ha llevado a la situación actual. Es decir, a una sociedad en la que, incluso fijándonos en aspectos puramente económicos, aproximadamente la mitad de lo que producimos acaba en las arcas estatales: http://www.civismo.org/es/investigaciones/informes/dia-de-la-liberacion-fiscal-2015

        Y esto ocurre con una mayoría absoluta del partido en el cual se integró el Partido Liberal. Partido que, por no liberalizar, ni siquiera ha liberalizado los numerosos medios de comunicación públicos. No es algo de lo que se pueda culpar en exclusiva a su actual presidente, porque tampoco lo hizo Aznar durante su mayoría absoluta.

        Por otro lado, el P-LIB incluye a diferentes tendencias como, por ejemplo, el objetivismo. Quiero decir que no es un partido ancap, aunque sí tenga una corriente de esa orientación.

        • Hola Escorpión,

          Cuestión de la visión estratégica que tengas, y de tu concepción del liberalismo. Vivimos en el mundo que vivimos, y el Estado es una parte esencial del sistema sociopolítico occidental, como en cierto modo lo es la (relativa) libertad de Mercado o el derecho de propiedad, que son estándares en cualquier «democracia liberal». Y en ese caldo político, las dos tendencias principales son a «más Estado» y «más regulación» en donde están todos los socialdemócratas, y muchos conservadores y algunos democristianos, y a «menos Estado» y «menos regulación», donde están, algunos conservadores y muchos democristianos.

          Obviando el ecomunismo, por extravagante, nos queda el «liberalismo puro», como los libertarios norteamericanos que oscilan entre el 0% y el 1% de los votos en las presidenciales de los últimos 40 años (en España por ejemplo el P-Lib no llegó al 0.08% del voto en 2011, no del censo). Por tanto, en mi opinión, cerrar las puertas a muchos liberales que hoy votan a otros partidos o no votan, es una estrategia cuando menos descabellada, hace falta una masa crítica para poder prosperar parlamentariamente, y ponerse tiquismiquis antes de ni siquiera rozar esa masa crítica es absurdo… A no ser que se tenga vocación extra-parlamentaria, estar de rebote haciendo pedagogía sobre la «pureza liberal» (algo que ya hace el JdM) y lanzando eslóganes y chascarrillos liberales… en cuyo caso, vaya objetivo más triste.

          Saludos

      • No creo que se pueda considerar que el liberalismo esté en el ADN de ciertas personas cuando son esas mismas las que nos han llevado a la actual situación. Y quizá debemos empezar por determinar qué es lo que consideramos liberal y qué no: en mi opinión lo que está haciendo el actual partido gobernante, fruto de esa mezcla entre supuesto liberalismo y conservadurismo, no puede llamarse como tal.

        Uno puede ser liberal y también conservador, pero debe aceptar que no puede imponer sus ideas conservadoras aunque ostente el poder (pues iría en contra del propio liberalismo). Precisamente eso es lo que no ha ocurrido. Incluso en aspectos económicos la realidad habla por si misma, pues nos encontramos hoy en día constantemente lamentándonos del excesivo intervencionismo del gobierno en los asuntos económicos y sociales.

        No creo que nadie esté pidiendo carnets de puerza liberal, pero sin embargo no podemos pretender que aquellos que actualmente ostentan el gobierno puedan llamarse como tal.

        Por esa misma razón me gusta el uso de la terminología»libertarismo», pues muy frecuentemente hace referencia a un conjunto de ideas más claras y definidas que se fundamentan en el «Principio de No Agresión». Entiendo que dentro del libertarismo se incluye tanto el liberalismo clásico, como las ideas ancap y muchas otras variantes, sin embargo si en algún momento, debido a la opinión pública, se considerara que liberalismo es equivalente a esa mezcla de «supuesto liberalismo» y «conservadurismo», entonces opino que no deberíamos tener reparo en hacer como en EEUU: abandonar la palabra «liberal» y reforzar el término «libertario» para seguir destacando aquellas ideas que tengan en su origen la libertad individual y el principio de no agresión.

        • Bien, es vuestra opción, aceptemos entonces que decenas de miles de personas, huyan del P-Lib como de la peste (¿o es que sólo había 2076 «liberales puros» en 2011? – 825 menos que falangistas), y voten a otras opciones o directamente no voten. En fin, suerte en cualquier caso, pero me da que la estrategia es pésima.

  3. “…único partido que propone la reforma de la Ley Electoral reclamando el voto directo a personas, sin listas, garantizando el voto por prioridad.”

    Pues va a ser que no. El PLIB quiere listas. Esto es lo dice en su último programa:

    “Al eliminarlo, no planteamos como alternativa sistemas de elección de una sola persona por circunscripción, ya que esto produce una injusta asunción de la representación total del electorado en cuestión por parte de un único partido, contribuyendo al bipartidismo.”

    Y a continuación propone un churro inextricable, pero listas al fin. Todo lo que no sea la circunscripción única anglosajona es un bodrio.

    Los siento por Ud. Pero el PLIB es más de lo mismo. Cuando encuentre un partido que proponga la circunscripción unipersonal podremos empezar a hablar de un partido liberal. Mientras tanto seguiremos atravesando el desierto.

      • «En el documento «80 Propuestas de gobierno para el avance de la libertad», que resume perfectmente las líneas de actuación del P-Lib hoy en día, podemos leer, en su punto 27, que PROPONEMOS LISTAS abiertas, circunscripciones pequeñas y Voto Personal Transferible. Ver:http://www.demopunk.net/sp/sp/…»

        Perfecto, reconoce que el PLIB sigue con las listas ¡pero abiertas oiga! como si eso fuese una mejora, al contrario son mucho peores que las cerradas.

        Lo del VPT es una ocurrencia que no hay por donde cogerla.

        No hace falta inventar la pólvora. La circunscripción unipersonal es, a día de hoy, insuperable. Todo lo demás es dar de comer a la partitocracia.

  4. Hmmm …

    Yo no estoy muy seguro de que hayas contestado a lo que te pregunta. Sí, si entendemos que te pregunta tu opinión general -sin contexto- de esa línea aparentemente nueva del PLib. Pero no, si se entiende que te pide tu opinión sobre lo que ve como problema principal: ¿No estará asustando a casi todos sus posibles votantes?

    Vale. Nos das tu opinión sobre cómo deberían reaccionar esos posibles votantes — si entendieran el libertarianismo como lo ves tú. Pero evidentemente ese no es el caso, ¡porque si lo fuera, serían libertarios! Y no lo son; se desprende de la pregunta sobre asustar.

    A ver, si necesitáis el término libertario es porque con liberal no os vale. Por el motivo que sea, pero la necesidad es obvia. ¿Cuál es la diferencia? Ni puta idea. Si procuro buscar explicaciones directas, ya sólo con Wikipedia me mareo. ¡Como para profundizar! Si os escucho a los -muy pocos- que conozco, y hago una síntesis, me sale una idea sencillísima. Ideología obsesivamente enfocada en la libertad, que satisface su monomanía prescindiendo con notable soltura de todo lo que le puede distraer. Por ejemplo, la evidente característica social del animal humano, y prácticamente todos sus empeños.

    Si no me he equivocado mucho, la pregunta se responde sola. Sí, y mil veces sí. Probablemente no diría tanto como asustar, porque lo irrelevante rara vez asusta. Pero sin duda, cuando menos alejar. Y no sólo del voto, sino de cualquier posibilidad de «pedagogía», o de convencer. Porque para convencer, vaya, incluso para comunicarse, hay que partir de un mínimo de asunciones comunes. Un humano le podría explicar a un chimpancé un partido de fútbol; a un tigre no. No habría forma de explicarle por qué no te comes al compañero de equipo, que lo tienes más cerca y más desprevenido. Tigres y chimpas no se comunican. No pueden. Las asunciones no son compatibles.

    Pero tiene arreglo. Define «posibles votantes». ¡Los libertarios! Entonces no va asustar a nadie. Que es, más o menos, como has «arreglado» el problema. 😉

    • No se que decirte.
      Creo haber explicado bien por qué la palabra «libertario» no debe dar miedo ni austar a nadie que se autodefina como liberal. Obvimente asusta a los socialistas, pero quien pregunta no lo es.
      Como la cuestión es si liberales de diferentes tribus se asustan (y tenen motivos para ello) del término y las ideas libertarias, me limito a explicar que no, en absoluto.

      • Y yo trato de explicarte que sí. Por ejemplo, si esto es libertario, debería alejar a la mayor parte de liberales:

        los valores, como las herencias, no son patrimonio de una sociedad, lo son de las personas

        No tiene sentido. Tus valores no pueden ser un patrimonio de tu persona. No hay nada que puedas hacer con tus valores; a ti no te sirven de nada. Sólo tienen utilidad para los demás. Son un fuerte indicio (apuesta muy razonable) de tu reacción en muchas circunstancias frecuentes. O sea que son, exactamente, patrimonio de un grupo (familia, clase, sociedad, etc).

        Entonces, si tu idea de los valores es la idea libertaria, cualquier no libertario (y entre ellos los demás liberales) se llevará las manos a la cabeza. Le acabas de quitar toda utilidad a los valores, y con ello haces muy disfuncional (o menos funcional) la sociedad (o el grupo que sea).

        Pero ya te digo que entre tigres y chimpas, poco rollo. No se entienden.

        • Buen, es lo que ocurre cuando no sabemos explicar (los alegres como yo, digo) que «valores» como esfuerzo, espíritu de superación, bondad, generosidad, solidaridad son sólo aplicables a un grupo social en función únicamente de si son vividos (puestos en realidad) por sus miembros.
          Las sociedades carecen de entidad para ser portadoras, sujetos o transmisoras de valores. Solo las personas pueden hacerlo.
          Nada que yo pueda hacer estará desnudo de mis valores, esos que me caracterizan a mí, no a mi grupo.
          Con mi esfueryo prospero, con mi generosidad ayudo a prosperar a otros. Los grupos no poseen nada, ni tienen patrimonio real, más allá del que sus miembros acuerden compartir por contrato. Y eso vale para los valores como para las propiedades.

          Tampoco debemos confundir la utilidad de los valores con su propiedad. Son cosas completamente diferentes.

          • Por patrimonio estás queriendo decir un conjunto de bienes. La característica de los bienes (lo que llamas propiedad) es que nos proporcionan algo que deseamos. Así que su propiedad no sólo se confunde con su utilidad, sino que son lo mismo.

            Tu bondad, generosidad, solidaridad, si las tienes, no sólo no son bienes (patrimonio), sino que son cargas. No te dan nada, pero te pueden obligar a mucho. En cambio para los que te rodean sí pueden caer en la metáfora patrimonio. Porque a ellos les puede aportar mucho. A todos menos a ti. Y como tus valores afectan a los demás, los juzgan los demás — no tú. Tu juicio sobre tus valores no le importa a nadie, y ni siquiera debería de importarte a ti,

            Por eso es un «patrimonio» social, y definitivamente un asunto social. Te parece que la sociedad no lo porta porque eres ciego al hecho social. Los mismo podrías decir que son céulas las que lo portan, y por tanto es un «patrimonio celular». No tiene sentido. Te los ha dado «la sociedad». Tu madre; tus tías; sus amigas; los cuentos que te contaban; los «westerns» que veías; y todo eso que llamamos «sociedad». Nunca podrías saber lo que es bueno o malo si no te lo ha dicho «la sociedad». O, si eres muy inteligente y observador, cuando has visto el efecto de lo bueno / malo en otros (al final, sociedad). De hecho, has elegido como ejemplo de valores actitudes que causan bien en otros, no en ti. Porque eso son los valores. Un indivuduo puede padecer valores; poseer, los posee (y juzga) la sociedad. Que se compone de individuos, lo mismo que los individuos se componen de celulas. De una manera mucho más suelta, es verdad; pero la metáfora vale hasta cierto punto.

            Si los libertarios no comprenden que su medio ambiente principal (como el 99%) es la sociedad, su obsesión monotemática tiene todas las papeletas para que descojonen nuestro medio ambiente principal. No lo ven; no lo sienten. O eso es lo que afirman. Y es muy difícil no estropear algo que no ves, pero con lo que inevitablemente estás interactuando todo el rato. Y por tanto sería bastante razonable que un liberal no libertario tenga muchas prevenciones ante esa ceguera.

            Paradoja malvada: ¿Por qué estás todo el día lanzando por Twitter valores, si los valores son asunto de cada cual?

            • El libetario no rechaza la sociedad, lo celebra. La sociedad son relaciones voluntarias.

            • Poco a poco, que me aturullas 🙂

              Mi bondad y generosidad son actos libres y voluntarios, propios míos, que me aportan muchísimo, tanto o más como a sus receptores. Soy bueno y generoso porque de esa manera consolido ms relaciones con quienes me interesa. Via oxitocinas profundizo en relaciones satisfactorias. Eso me hace feliz.

              Comparar las células de un tejido con los individuos de una sociedad no es lícito argumentalmente: las células carecen de voluntad, no tienen libertad de elección: o eres hepatocito o eres eritrocito. Los individuos humanos no somos siempre lo mismo: aprendemos y tenemos voluntad. Los límites que nuestra genética y nuestro entorno (aprendizaje) levantan entorno nuestro, son superables siempre: con esfuerzo y trabajo. Por eso, individuos genéticamente (o traumáticamente) no idóneos para la práctica del deporte llegan a ser grandísimos deportistas (por ejemplo). No veo yo a un hepatocito esforzándose por ser neurona.

              Los libertarios comprendemos perfectamente que nuestro medio, el único medio, es el social. Por eso el libre intercambio entre individuos en sociedad es una de las bases de nuestro ideario: cuanto más libre sea la posibilidad de intercambio, más dinámico, plural y rico será el resultado: una sociedad libre.

              En twitter propongo ideas. Los valores son cosa de cada uno. Y opino: para mí, es mejor trabajar que mendigar del dinero de otros, es mejor respetar, que imponer mis ideas a otros. Y reclamo mi derecho a vivir conforme a las mías…. con otros, sí, en sociedad. No es ésta una cuestión absolutista: muchos estarán en desacuerdo e intentarán (lo hacen) evitar a toda costa que viva según mis principios. Es espúreo manifestar mi malestar? Ilegítimo? Debo asumi que soy hepatocito cuando sé perfectamente que no es así? (Las pregntas siguen siendo legítimas incluso si estoy equivocado)

      • Creo que os complicáis en exceso. El P-LIB puede y debe dar cobijo a todos los liberales.
        Por otro lado, yo no he visto nunca a nadie del P-LIB pidiendo un carnet de pureza o haciendo un examen de «libertarismo» a cada potencial nuevo afiliado, es más, me resulta gracioso que critiquéis la supuesta «pureza» del P-LIB, pero no digáis ni una palabra sobre VOX que además de presumir de «liberales» están orgullosos de ser el estandarte de los buenos usos y costumbres de este nuestro país; ahí no véis pureza ,¿no?.
        ¿Qué pretendemos ser, cómo C’s? Donde tan pronto te encuentras con un exPP como con un exIU o PSOE. Para un partido que realmente tiene claro lo que es y en que quiere convertirse, que no es ni más ni menos que el pilar aglutinante de todos los votantes liberales; pero no aquellos que piden bajada de impuestos y al mismo tiempo exigen que papá estado blinde su chiringuito particular; no señores, si ser consecuente con uno mismo implica «pureza»… bendita pureza.
        Lo dicho, el libertarismo nos engloba a todos y no es excluyente pero si consecuente con lo que defiende.
        Menos mal que existe el libertarismo, sino tendríamos que inventarlo.

Los comentarios están cerrados.