Estado sí, estado no. ¿Y si Huerta de Soto no se equivoca?

La meta del liberalismo – tal y como yo lo entiendo – es garantizar la libertad y la mejora de las condiciones de vida de las personas, no necesariamente la eliminación del  estado. El estado debe ser entendido como una  unión de ciudadanos bajo unas leyes  que faciliten y garantizen la misma libertad para todos.

A lo largo de la historia son incontables los diferentes sistemas de estado bajo los que los humanos nos hemos organizado. La calidad y cualidad de esas formas de organización “estatal” casi nunca ha dependido de la voluntad de quienes a ellas se acogían (por lo general debido a la residencia en  una zona geográfica y/o el hecho de haber nacido en ella) sino del cuerpo legal bajo el que se regían esos estados. Y éste a su vez dependía en la mayoría de los casos de la voluntad e intereses de la clase dominante.

 

No, no se trata de propugnar un regreso a la caverna medieval-feudalista, escenario probable en caso de que desapareciesen los estados que hoy conocemos de la noche a la mañana. Se trata de poner en perspectiva si los estados actuales cumplen con el objetivo principal de garantizar nuestras vidas, nuestra libertad, nuestra propiedad y nuestros contratos y si el precio legal (los límites a nuestra vida, nuestra libertad, nuestra propiedad y nuestros contratos) que pagamos por ello está justificado o es excesivo. Permítanme utilizar para ello el epílogo de la obra de Ken Schoolland “Las Aventuras de Jonathan Gullible” (que pueden leer completas en Mises Hipano aquí). En la columna de la izquierda lo que debe pretender para sí mismo un “liberal” (según Schoolland, con quien coincido al 100%), en la de la derecha lo que nuestros estados nos ofrecen hoy:

 

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El estado liberal se basa en:

… el prinicipio de propiedad sobre uno mismo.

Uno es dueño de su propia vida. Negar esto implica que otra persona tiene un mayor derecho sobre tu vida que tú mismo. Ninguna otra persona, o grupo de personas, es dueña de tu vida ni tú de las vidas de otros. 

Existes en el tiempo: futuro, presente y pasado. Esto se manifiesta en la vida, la libertad y en el producto de tu vida y de tu libertad. El ejercicio de las decisiones sobre la vida y la libertad es tu prosperidad. Perder tu vida es perder tu futuro. Perder tu libertad es perder tu presente. Y perder el producto de tu vida y de tu libertad es perder la porción de tu pasado que lo ha producido. 

El producto de tu vida y de tu libertad es tu propiedad. La propiedad es el fruto de tu trabajo, el producto de tu tiempo, energía y talento. Es esa parte de la naturaleza que conviertes en un uso valioso. Y es la propiedad de otros la que se te da voluntariamente y por consentimiento mutuo. Dos personas que intercambian propiedad voluntariamente se benefician mutuamente, de no ser así no harían el intercambio. Sólo ellos pueden tomar esa decisión.

Ha habido épocas en que algunas personas utilizaron la fuerza y el fraude para sacarle algo a los demás sin el consentimiento voluntario. Normalmente, el inicio en el uso de la fuerza para tomar la vida es homicidio, para tomar la libertad es esclavitud, y para tomar la propiedad es robo. Resulta exactamente igual si estas acciones las realiza una persona, muchas personas contra unos pocos, o incluso si la realizan funcionarios públicos con sombreros elegantes. 

Tienes el derecho de proteger tu vida, libertad y propiedad correctamente adquirida, contra la agresión violenta de otros. Así que tienes el derecho de pedirle a otros que te ayuden a defenderte. Pero no tienes el derecho de iniciar el uso de la fuerza contra la vida, la libertad o la propiedad de otros. Por ende, no tienes derecho a designar a ninguna persona a que inicie el uso de la fuerza contra otros en tu nombre. 

Tienes derecho a escoger tus líderes, pero no tienes el derecho de imponer gobernantes sobre otros. Sin importar cómo se elijan los funcionarios, sólo son seres humanos y no tienen derechos superiores a los de ningún otro ser humano. Más allá de los creativos títulos que se le ponga al comportamiento o al número de las personas que lo alientan, los funcionarios no tienen derecho a asesinar, esclavizar, o robar. No puedes darles ningún derecho que tú mismo no tienes.

Como eres dueño de tu vida, eres responsable de ella. No alquilas la vida de otros que exigen tu obediencia. Tampoco eres un esclavo de otros que exigen tu sacrificio. Eliges tus propios objetivos en base a tus propios valores. El éxito y el fracaso son ambos incentivos necesarios para aprender y crecer. Tus acciones en nombre de otros, o sus acciones en tu nombre, sólo son virtuosas cuando derivan del mutuo consentimiento voluntario. Dado que la virtud sólo puede existir cuando hay decisiones libres. Ésta es la base de una verdadera sociedad libre. No sólo es el principio más práctico y humanitario para la acción humana, sino que también es el más ético.

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Los problemas surgidos del inicio en el uso de la fuerza por parte del gobierno tienen una solución. La solución es que las personas del mundo dejen de pedirle a sus funcionarios de gobierno que inicien el uso de la fuerza en su nombre. El mal no sólo surge de la gente mala, sino también de la gente buena que tolera el inicio del uso de la fuerza como un medio para sus propios fines. De esta manera, la buena gente ha dado poder a la gente mala a lo largo de la historia.

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Confiar en una sociedad libre es centrarse en el proceso de descubrimiento del mercado de valores más que centrarse en alguna visión u objetivo impuestos. Utilizar la fuerza gubernamental para imponer una visión sobre otros es una pereza intelectual y generalmente resulta en perversas consecuencias indeseadas. Para alcanzar una sociedad libre se necesita del valor para pensar, hablar y actuar; especialmente cuando es más fácil no hacer nada.

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Los estados actuales se basan en:

en el principio de las acciones de compromiso social.

Eres dueño de tu vida, pero a veces el gobierno puede usar tu vida para alcanzar metas  más altas que tus metas personales, como la defensa de los intereses nacionales en el mundo.

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Tú disfrutas de libre albedrío, pero el gobierno puede restringirlo y guiarlo para que tus acciones  sean socialmente justas  y redunden en  el bien general. Eres  dueño de tu propiedad, pero el gobierno puede disponer de una parte ilimitada de tu propiedad o lo obtenido por el uso de la misma.

Al mismo tiempo, tú puedes influenciar la acción de gobierno con el fin de utilizar la propiedad y las acciones de los demás, incluso en contra de su voluntad,  por el bien común o para el beneficio del estado. ¡Propiedad obliga! La propiedad pública es una forma justa de propiedad. La propiedad privada es importante, pero sólo con moderación y regulada por los límites legales. La redistribución de la propiedad es socialmente justa. El intercambio privado de propiedad se basa principalmente en la codicia y por lo general convierte a una de las partes en perdedora. Otros, aunque no participen en el intercambio, y de manera especial el estado, saben mejor que tú cómo utlizar tu propiedad o parte ella.

La restricción de tu libertad y la restricción del uso de tu propiedad se llama estado social de bienestar. El estado de bienestar es democrático. La acción democrática es buena. El estado de bienestar te protege, te da seguridad social y garantiza la igualdad de oportunidades. Por lo tanto, el estado de bienestar es la forma más moral de sociedad en la historia de la humanidad. Los representantes del interés público siempre buscan el bien común, mientras que tú persigues sólo tus intereses personales. Tú puedes, sin embargo, legitimar democráticamente a otras personas  para que usen la coerción para imponer tus intereses sociales, especialmente si es sobre personas que no actúan como la mayoría opina que deben hacerlo. Personas elegidas democráticamente tienen derechos especiales y legítimas necesidades que no tienen los demás. Los miembros del parlamento se han ganado una pensión vitalicia si han contribuido a la aplicación de la voluntad popular; también gozan de inmunidad judicial. Así se compensa su gran responsabilidad política.

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Tú no eres completamente responsable de tu vida a  menos que haya igualdad de oportunidades. Por lo tanto, tú  tienes una serie de derechos, cuyos costes son asumidos por el Estado. Si fallas alguna vez, el Estado te ayudará. El gobierno busca extender estos derechos y conseguir así que todos sean tan iguales como fuere posible. A cambio, tú  debes, como ciudadano obediente, respetar las leyes, aunque no siempre te parezcan plausibles o justas.  Tus acciones son virtuosas si son políticamente correctas, si eres altruista y si actúas de una manera social aceptable, socialmente responsable y socialmente equitativo. Sólo entonces eres parte de un estado realmente justo.

Para todos los problemas en el mundo hay una solución. La solución es que el Estado protege a las personas en casi todas las situaciones, procura reparación de daños y la paz social y siempre que sea necesario lleva a la gente al camino de la virtud. Pilares importantes para ello son las políticas sociales y la legislación. Los gobiernos europeos y la UE se esfuerzan por alcanzar normas sociales de igualdad en Europa. Otro objetivo es lograr la igualdad de derechos y condiciones de vida para todas las personas en la tierra.

Una sociedad libre tiene muchos peligros. Uuna economía de libre mercado es en realidad una economía de mercado sin límites que sólo beneficia a los ricos a expensas de los pobres. El capitalismo conduce a las crisis económicas. Los expertos en el gobierno, la burocracia y la ciencia saben mejor lo que debes hacer tú para el bien público. Orientarse en sus propuestas y seguir sus metas, produce el bien y genera  una convivencia armoniosa.

 

 

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Ignoro lo que ustedes piensan. Ignoro lo que piensan los anarcocapitalistas seguidores de Huerta de Soto. Lo ignoro casi todo, pero creo que entre la marabunta de ideas que resuenan en nuestros días se esconden las calves de nuestro futuro. Ni idea de cómo será. Sí puedo decirles que cualquier acción premeditada es libre y, por lo tanto, no puede ser regulada apriorísticamente por el gobierno, ni sus consecuencias pueden ser gravadas o penalizadas, a menos que se pueda demostrar que es criminal. Mi tesis moral básica es que las leyes que incluyen la obligación de obediencia política deben ser rechazadas. La sumisión involuntaria a una voluntad política, a menudo formulada por una minoría y prácticamente nunca por unanimidad por un colectivo, es moralmente inaceptable.

¿Soy entonces anarcocapitalista y deseo el fin de los estados? No lo sé. No necesariamente. Como siempre me piden más «carne» y menos «humo» (olvidando que, sin ahumar – o preparar, trocear, librar de huesos o piel vamos- , no se puede comer la carne) les dejo algo de carne ahumada:

  1. Tarea y razón de ser del Estado es proteger la vida, la integridad física y los bienes de los ciudadanos que lo han creado con este fin. El Estado de Derecho y sus leyes son también aplicables al estado y sus funcionarios/gerentes. En otras palabras: eliminación de cualquier privilegio legal tanto de políticos como de funcionarios, ya sean cargos electos o «nombramientos», eliminación de toda subvención a la actividad política y/o social.
  2. No interferencia: la no-acción como acción y la no injerencia en los asuntos de otras naciones son máximas indiscutibles de cualquier Estado. Pero también está la no-injerencia en los asuntos de las personas. Eliminación de las leyes que regulan las familias, el matrimonio, las adopciones, el consumo de cualesquiera substancias, la libre circulación, la creación de empresas, …
  3. La guerra como último recurso, sólo para restablecer la paz: la política exterior liberal no tiene por qué ser pacifista, pero nunca será iniciadora de violencia. La violencia sí puede ser respondida con violencia.
  4. El capitalismo, entendido como economía de libre mercado, es el mejor garante de la paz: los mercados abiertos, la libertad contractual, de propiedad privada, el libre comercio y la seguridad jurídica permiten el intercambio a través de las fronteras políticas, y por lo tanto la colaboración entre diferentes personas y entre los pueblos. En otras palabras: eliminación de las leyes que regulan los mercados (también el laboral), eliminación de aranceles aduaneros, eliminación de la intervención estatal en los contratos privados, eliminación de las leyes que regulan la propiedad privada y sus usos, eliminación de toda carga impositiva a las transacciones comerciales (IVA, por ejemplo), …
  5. La concesión de un derecho ilimitado a la secesión  es un principio profundamente liberal, consagrado en el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Si aplicásemos todos estos cambios, seguiríamos teneindo un estado, pero no lo reconocería ni la madre que lo parió. Y estaría, sin duda, más cerca de lo que piensa Huerta de Soto que de lo que piensan en la PPSOE. Seguiría habiendo jueces  y leyes y policía y ejército, pero muchos menos políticos, funcionarios y vividores cuya única razón de ser es vivir a costa de nuestro trabajo vendiéndonos el espejismo de la seguridad. Los jueces podrían dedicarse a juzgar delitos reales, la policía a perseguir delincuentes de verdad y el ejército a defendernos de los ataques que de fuera pudiesen venir.

El individuo libre no debe ser socializado, pues ya lo es. El individuo libre intercomunica (muestra un comportamiento social) con las otras personas sin perder de vista el contexto en el que se produce tal comunicación. Para ello no es necesaria más instancia que los mismos individuos. No es necesaria una orientación desde afuera para poder actuar de forma conjunta. El secreto es muy sencillo: “El Libre no exige de sus conciudadanos “coincidencia en los fines”, pero la sabe cierta, pues nos es común a todos los humanos” (Die Philosophie der Freiheit; Steiner, Rudolf. Berlín 1891).

Porque, no me dirá que le han obligado a venir aquí y leer esto. ¿O acaso está leyendo usted esto para hacerme daño a mí?

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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32 comentarios

  1. Excelente artículo. Un punto para explicitar: la condición de «criminal». No basta con decir que nadie puede ser convicto por una «acción criminal», sino que debe delimitarse estrictamente ese crimen, ya que los astutos progresistas pasan a criminalizar todo aquello que enfrente a su dogma. En ese sentido, lo «criminal» debe ser aquello que afecte física, directa y claramente la vida, la propiedad, la integridad y las libertades individuales de los individuos afectados; nada más.

  2. Luis…. Don Luis…. El Estado…

    25 de setiembre de 1948 (http://bastiat.org/es/El_Estado.html)

    Léaselo, despacio, le diría que incluso en voz alta, declamando…. y verá cuanta razón tenía.

    Es mas. Explica muy bien que el problema no es de «el Estado» de si existe o no, sino de la gente que pide todo, algunos lo prometen a cambio de nada y al final sólo al final, cuando el problema estalla…. la gente, lo mismo, si hay suerte….. recapacita…

    En Grecia han elegido seguir herrados.

    Si, con hache.

  3. Me recuerdan bastante (sobre todo ese del derecho de secesión) a los planteamientos liberales utópicos que llevaron a la proclamación de la I República española. Yo no creo que los seres humanos sean más o menos inteligentes ni honrados (ni ninguna otra característica propia de nuestra especie) dependiendo de la época en que les haya tocado vivir. En resumen, no creo que seamos mejores ni más listos que nuestros antepasados. Si acaso nuestra única ventaja respecto a nuestros antepasados sería que podemos aprender las lecciones de la Historia, que, desgraciadamente, demasiado a menudo se olvidan.
    Por eso, no veo la manera de que repitiendo los planteamientos liberales utópicos del pasado el resultado vaya a ser distinto del catastrófico resultado cosechado en tiempos de la I República Española.
    Por lo tanto, más allá de la teorías, que tanto nos satisfacen intelectualmente, si da la casualidad de que son las nuestras, yo exigiría que alguien que defiende el derecho de autodeterminación me explicara cuales son los mecanismos concretos que propone y que lo diferencian de aquella experiencia histórica para que la cosa no termine como el rosario de la aurora, tal y como históricamente sucedió.
    Esa es mi exigencia para «comprar» cualquier planteamiento que da la casualidad que ya se ha probado, al menos en buena parte. Es la misma exigencia que les haría a los neocomunistas de Podemos o a los neonazis de Amanecer Dorado. Ante tal exigencia lo habitual es recibir este tipo de respuestas, por ejemplo por parte de los Podemos:
    1º «Es que nosotros no somos comunistas».
    2º «Es que la URSS no eran comunistas de verdad».
    3º La culpa de la caída de la URSS fue de USA. (o del cha-cha-chá).
    4º Vaaaale; somos comunistas igual que los de la URSS, pero nosotros triunfaremos porque somos más listos, más honrados, estamos mejor preparados y hemos aprendido de los errores del pasado.

    • Vale, prometido un artículillo con propuesta real de cómo es posible en un estado liberal la secesion sin cortapisas, ni trampas, ni violencia. Ya en su día había escrito el humo de la cosa (el enlace anda por ahí en comentarios), toca bajar al suelo 🙂

  4. Parece que estamos más o menos de acuerdo en que no podemos prescindir del Estado, y que a lo que deberíamos aspirar es a que ese Estado nos quite la menos libertad posible.

    Pero la inmensa mayoría de la población asocia libertad a democracia, y el hecho de poder votar para decidir algo como «pueblo» lo consideran como un ejercicio de libertad. Sin embargo, ya se ha dicho por aquí que la democracia no deja de ser una dictadura en la que las mayorías someten a las minorías.

    Suena paradójico pero, para tener el estado utópico liberal, sería necesario «evitar» la democracia. Evitar que, en cualquier momento los individuos con iguales preferencias se consideren legitimados (como mayoría) para imponer determinados criterios sobre el resto. Así que, para tener un estado libertario, ¿necesitaríamos de una especie de dictadura que nos proteja de la democracia?

    ¿Cómo se decide quién gestiona ese estado? Se me ocurren algunas opciones:

    – Mediante votaciones. Aquí ya estamos con el dilema democrático. Se empieza votando un simple gestor, y se termina votando una reforma constitucional que anula el estado libertario para aumentar el poder de «el pueblo» sobre el individuo.

    – Mediante una oposición. Pero aquí surgirían varias cuestiones. ¿Quién decide qué examen y cómo se valora? Este método sería muy sensible a la corrupción, pucherazos o como se le quiera llamar.

    • Sirves en pocas palabras el verdadero dilema del asunto. Cuantas menos leyes rijan una sociedad, más fácil es que la «mayoría» se acerque al 100%. Para el resto, está el derecho de secesión, con pérdida de la garantía de los demás derechos que daba el «estado» del que se secesiona, claro.
      Votar? Jueces, jefes de policía, gestores de sistema de defensa … y poco más. El marco legal debe quedar definido en un contrato que se debe conocer, entender… y firmar!
      Lo sé, son propuestas vagas…

  5. Estoy de acuerdo Luis, enhorabuena por el artículo. No sabemos o al menos yo no lo sé si el Estado es necesario o no, pero por lo que yo lucho es por un Estado que proteja la libertad individual y no busque el bien común.

  6. Ah, bueno, esto debe ser un poco especial:

    En la columna de la izquierda lo que debe pretender para sí mismo un “liberal”

    No sé si soy liberal, ni me importa. Lo que sí sé es que no hay Schooland ni Luis en este mundo que me vayan a impresionar diciéndome «lo que debo pretender para mi mismo». Vaya, que sólo la amistad puede inducirme a seguir leyendo. 😉

  7. Para ir por partes.

    Se trata de poner en perspectiva si los estados actuales cumplen con el
    objetivo principal de garantizar nuestras vidas, nuestra libertad,
    nuestra propiedad y nuestros contratos y si el precio legal (los límites
    a nuestra vida, nuestra libertad, nuestra propiedad y nuestros
    contratos) que pagamos por ello está justificado o es excesivo.

    ¿Y de dónde sale que el objetivo principal de los estado sea ese? Yo creo que si le preguntas a la gente, no sería esa la respuesta principal. Yo creo que la mayor parte de la gente respondería algo en la línea de que el estado me facilite (o directamente proporcione) una «buena vida». O a sus hijos. Donde, normalmente, «buena vida» es algo mejor que lo que tiene el que responde.

    • Es que yo hablo del estado liberal, del que defende la libertad, y la propiedad y los acuerdos entre las personas. Los otros estados son dictaduras de las mayorías profundamente corruptas por el maluso del poder de sus gobernantes y funcionarios-

  8. Don Luis

    Me encanta lo de El Lado en Azul , a la izquierda desde mi vista , aunque a la derecha, desde el interior de la pantalla .

    Pero, en cambio, estoy en total desacuerdo con el punto final 5 de sus conclusiones :

    La concesión de un derecho ilimitado a la secesión es un principio profundamente liberal, consagrado en el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

    Porque

    – ¿ Quienes son los Pueblos ?
    – ¿ Tiene derecho una minoría, o incluso una mayoría, por aplastante que fuere, a imponer la secesión a toda la gente que viviera en una parte del territorio de un país ?¿ Y a la que hubiera nacido allí pero, por las razones que fueran, viviera fuera de esa zona en el momento de la consulta ?

    Ese derecho de autodeterminación, sólo lo aceptaría en casos especiales, como para colonias lejanas ( nunca para islas o archipiélagos, como Baleares o Canarias, que forman parte de España, por mucho que en algún momento, como en el caso de Menorca, hubieran estado bajo dominio inglés ). Y además, sólo lo aceptaría en caso de que se aprobase En Referendum y Por Unanimidad

    Porque, no es por nada, que los países de África que eran colonias inglesas, están mucho peor desde que se independizaron totalmente. En cambio, Australia, por ejemplo, que sigue teniendo a la Reina Isabel II como soberana, y no ha necesitado hacer grandes gestos de ruptura, está muy bien. A pesar de los gobiernos políticamente correctos y progres que estaban hundiendo su economía con la fe en el IPCC y sus dictados…

    • Mujer, es normal que no podamos coincidir en todo 🙂

      Sobre a secesión ya había escrito un algo hace tiempo, que tampoco gustó mucho a los unionistas, pero no son ideas para que gusten, sino para ser discutidas. Entonces decía:

      «No olvido que muchos de nosotros abominamos de conceptos como segregación, separación, individualismo… sin duda acostumbrados como estamos a defender Nación, Derecho, Orden Legítimo, … y temerosos de que en nuestra “alegría teorizante” pongamos en peligro las bases mismas de la civilización, el estado de derecho, la paz social o el bienestar de todos. Sin embargo debemos reconocer que la de “bajarse del tren” es una opción absolutamente natural, profundamente humana y que su negación es precisamente negar algo que nos es profundamente íntimo y propio.»

      Una cosa sí está clara: si 50 vascones deciden constituirse en «pueblo», tienen perfecto derecho a hacerlo y a la secesión, pero claro, sólo ellos, los 50. Los otros, los que no quieren, no deben. La secesión -tal y como yo la entiendo- es un derecho de las personas, no de las instituciones. Y en ningún caso es una acción que unos puedan impostar a otros. Simplemente, si se quieren ir, que se vayan.

      • Voy a empezar por esta parte, antes de leer el artículo. Porque yo creo que es clave. Esa idea de «irse». Afecta a eso de la «autodeterminación de los pueblos», que no entiendes, y a lo de la libertad, que te tomas con algunas «alegrías».

        1. La «autodeterminación de los pueblos» es un principio exactamente contrario del que estás proponiendo. Porque es «de los pueblos», no de las personas que decidan erigirse en separables. No es un derecho que tengas tú y tus amigos (correligionarios, etc).

        Si quieres buscar un efecto, como la libertad de «irse» el que quiera, no busques como precedente un derecho que no consiste en la libertad de irse el que quiera. Yo creo que es de cajón.

        Dejamos para más adelante el pequeño detalle de dónde pueden irse esos que quieren irse, y qué pasa con los que no quieren irse, pero ya están allí donde los otros quieren irse.

        2. Que yo sepa, nadie ha refutado cabalmente esa idea inquietante de Marvin Harris de que la civilización empieza justamente cuando ya no queda ningún lugar al que los «libres» podrían irse. Su idea, seguro que la conoces, era que mientras hay caza y territorio que permiten a unos descontentos «irse», el abuso de los jefes de la tribu tiene límite. Si abusa demasiado, la gente se puede «ir». Cuando no hay esa opción, el abuso puede crecer, y empieza el prolegómeno del estado. Que a todos nos parece muy mal, pero resulta que acaba produciendo eso que llamamos civilización.

        Eso no quiere decir que aquel pasado remoto deba de obligarnos ahora a nada, claro. Pero es un elemento de nuestra naturaleza que no debemos de olvidar.

        Ahora leo la cosa. Pero sospecho que eso de poder «irse» es clave en el asunto. Veremos cómo lo planteas.

        • No lo planteo, Plaza, ya lo hice en su día. Lo enuncio, porque sin derecho a la secesión, no existe el estado liberal. Será un estado socialdemócrata, «civilzado», nacional, futurista, evolucionado, como lo quieras llamar, pero no será un estado liberal.
          El de ahra es mejor que el que yo propongo? Más viable? Menos salvaje? Lo ignoro, pero nunca más libre.

          • Luis, metafísica y derechos (leyes) no son lo mismo. Y estás haciendo metafísica. Ya he leído la parte azul, y es metafísica.

            Por ejemplo. Derecho de secesión. ¿Quién es el sujeto de ese derecho? ¿Los habitantes de un territorio? ¿Dónde está delimitado ese territorio? ¿O son las personas de un color, lengua, idea, u otra característica? ¿Tienen el «derecho de expulsar» a los que no tienen la característica? Si es que no has dicho nada. Pero probablemente provocarás guerras.

            • 1. Los individuos
              2. Nada que ver con un territorio, sólo con su propiedad (su finca)
              3. En los límites de su propiedad
              4. Unos qe deciden cambiar de papeles y ordenación legal
              5. No, porque no pueden agredir la propiedad de otros
              Guerra? Los que quieren secesionarse son violentos? Entonces tal vez. Y si no lo son? Entonces no.

              No se si os dais cuenta de que no hablo de la secesión de este estado que sufrimos ahora, hablo de la secesion en un estado de libertades, el que propongo.

            • Pues entonces llámale a las cosas por su nombre. Porque lo que describes no se parece ni papa a lo que la gente entiende por «derecho de autodeterminación», ni por «derecho de secesión». Tú hablas de un «derecho individual de secesión». Y no sé si te das cuenta de que suele ser el argumento que se usa para ridiculizar el «derecho de secesión», llevándolo al absurdo.

              ¿Que no te das cuenta de que es absurdo? Vale, empecemos el juego. Yo, Manolo Manolez, me declaro independiente en mi caserío y las dos hectáreas que lo rodean. Estupendo. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos con la carretera que lleva a tu caserío. No es tuya. ¿Le ponemos una tapia? ¿Y cómo vas al trabajo? ¿O te ponemos un portazgo para pasar? Igual te sale más caro que los impuestos, y el precio no va a depender de ti, sino del capricho de la «dictadura» que te rodea. Supongo que no vas a pretender que el precio esé garantizado por una ley de la «dictadura» o algo. Eres extranjero, no tienes las leyes de la dictadura. Y supongo que te vas a armar hasta los dientes, porque al saber los delincuentes de la zona de que tú estas fuera del amparo de la ley, eres pan comido. ¿Y qué haras cuando tengas que salir a trabajar? ¿Alquilas un ejército de defensa?

              Etc. Supongo que se entiende. Pero no hacía falta. Es el rosario que salta automáticamente cuando se pronuncia «derecho individual de secesión».

            • Efectivamente, todo eso es absurdo en el estado en que vivimos, donde existen cosas como propiedad pública, territorio nacional y similares. Si eso no te lo niego. Lo primero que deberíamos hacer es privatizar todo lo público, incluídas las carreteras.

              Nunca he dicho que fuese posible pasar de la noche a la manana a un modelo liberal… y si empezamos por los puntos 1 al 4?

              También olvidas que no propong secesionarse de una «dicadura llena de delincuentes al acecho del «no protegido», hablo de secesionarse de un estado que ya cumple los puntos 1-4… donde los delincuentes saben que no basta con mirar a ver si hay policia cerca, la abuelita también lleva un revólver.

            • No, perdón. El estado en el que vivimos te puede gustar o no, pero no es absurdo. Y se nota en que funciona. Que no te guste sólo es tu problema. Pero todo el mundo tiene problemas; eso es normal.

              Lo que sí es absurdo es tu «derecho de secesión individual», porque no puede funcionar. ¿Privatizando las carreteras? ¿Y eso como va? ¿La «dictadura» se la vende al mejor postor, y ese te pone el portazgo que se le ocurra? No, porque si es muy caro, la competencia mejorará el precio. ¿Pero, qué competencia? ¿Donde está el mercado que organiza esa competencia, si ya no hay «dictadura» ni leyes?

              Tienes el problema de siempre. Ves personas e interacciones entre ellas. Pero no ves que todo ello depende de un sistema en el que funcionan. Supong que imaginas que puedes quitar el sistema que hay, y que surgirá espontáneamente un sistema liberal. Y no te das cuenta de que toda la historia de la humanidad indica lo contrario. Que los sistemas (vagamente) liberales surgen de la liberalización de sistemas anteriores, nada liberales. Pero el liberalismo, por si sólo, nunca ha producido el sistema que pueda permitir el liberalismo. Salvo que pienses que el paleolítico es liberalismo. Pero eso solo significa que nunca has estado en el paleolítico.

            • No, perdona, no he dicho que el estado en que vivimos sea absurdo, he dicho que es una dictadura. Absurdo es pretender, como bien apuntas, aplicar en él un derecho de secesión que está pensado para que funcione en otro tipo de estado, el liberal.
              Eso no es complicado de entender, creo.

              No, no se puede quitar el sistema que hay y esperar que surga uno chupigüay. Se deben ir aplicando medidas de liberalización de la acción individual por un lado, y de restricción del poder del estado por otro, paulatinamente y despacio. Tal vez incluso, al principio, en competencia unas con otras: eliminar la obligatoriedad de contratar los servicios sanitarios y sociales al estado, por ejemplo. EL que quiera, sigue pagando su SS, los otros no. Pero claro, con todas sus consecuencias! Si yo no pago, no voy a ir de gratis a que me operen en la SS la hernia. El que quiera que deje de pagar su seguro de desempleo, pero que luego no venga al INEM a que le den del dinero de los que sí pagan…. Eso sí, si dejo de pagar a la SS y no tengo seguro, en mi bar se puede fumar y beber alcohol, si yo lo decido así. Y si decido trabajar para alguien que me paga 5 euros la hora, nadie puede obligarme a mí a quedarme en casa porque debo cobrar 8,5

            • Ah, vale. Es el «derecho de secesión individual» el que resulta absurdo «en este estado». Pero es que llo que tenemos, de momento, es «este estado». O sea, el conjunto de estados que no son «Mi Estado Liberal». O sea, la puta realidad. O sea, el «derecho de secesión individual» es absurdo en la puta realidad. Estamos de acuerdo.

              El «derecho de secesión individual» puede que no sea absurdo en Mi Estado Liberal, cuando exista Mi estado Liberal, si puede llegar a existir, y si se confirma que el funcionamiento que imaginé es como realmente funcionaría. Un rosario de tres condicionales. Si se dan tres churros seguidos, el «derecho de secesión individual» no será absurdo. Pero ahora lo es. De acuerdo.

              Bien, lo que sigue tiene sentido. El paso a paso y tal. Pero no tiene nada que ver con el artículo. Y yo desde luego me apunto. En cuanto le pongamos unos números y una sistemática a la metafísica, y lo presentemos de una forma que puedan entender los animales que me rodean. Así, sí.

            • Es que te has quedado con el punto 5, olvidando leer, por orden, los 1, 2, 3 y 4… lamentablemente. Que son los que sientan las bases de todo lo demás.

              El derecho de secesión indvidual es el que garantiza en último término que nadie ni nada es propietario de mi cuerpo, mi vida o mi propiedad, excepto yo mismo. No es en absoluto absurdo. Recordemos que la abolición de la esclavitud en su día no fue otra cosa que la secesión de los esclavos frente a sus «amos». Ellos no tenían propiedades, pero sí tenían sus vidas y el fruto de sus acciones (trabajo)… y vaya si se secesionaron! Que dejaron de ser esclavos del amo para pasar a serlo del presidente? Sí…

              No discuto contigo sobre si es necesario estructurar la sociedad en que vivimos para vivir mejor, considero que la estructura actual no es la mejor posible, pues es dictatorial, atribuyéndose potestades sobre mi vida, mi cuerpo, mi propiedad y mis acciones a las que nada ni nadie tiene derecho.

            • Usando los puntos que dices:
              a.- usando el capitalismo y la libertad individual que el Estado protege en tus puntos 1 y 4 se reunen en una sociedad y compran todas las tierras costeras de, pongamos, Lanzarote y de alrededor del aeropuerto.
              b.- usando el punto 5 se deciden a independizarse
              c.- en uso de su libertad deciden que no permitirán pasar mercancías ni agua por su «país» si no se paga lo que ellos deciden… puro capitalismo.
              d.- el resto de la población pagan lo que quieran… hasta llegar a perder la libertad por no poder hacer nada, ya que:
              1.- No deben comenzar la violencia
              2.- No es aceptable comenzar una guerra
              3.- «el Estado es proteger la vida, la integridad física y los bienes de los ciudadanos», pero si pagan lo que piden los del otro territorio tendrán vida, integridad física y bienes (pocos, ya que se los tendrán que dar a los del otro Estado)
              4.- No deben interferir… y menos en las decisiones de otro Estado
              5.- No hay necesidad de «devolver la paz», ya que los del otro Estado no han hecho la guerra…

              Al final siempre pueden irse los individuos, nadie se lo impide… a otro lugar… si lo que quieren es quitar el territorio que mis antepasados también defendieron, no es que se vayan, es que me quitan parte de mi pasado…

              Como han dicho: ¿y si cada uno decide independizarse? ¿Qué hacemos? impuestos cada vez que pases al «territorio» del vecino? ¿quién fija esos impuestos? ¿cada uno el que quiera? ¿en función de la necesidad que tengas? ¿el que tiene el rio puede pedir lo que quiera por el agua?

            • … con lo sencillo que es ponerse de acuerdo para:

              1. no vender el aereopuerto o
              2. construir uno nuevo, más competitivo y económico.

              Los usuarios eligen quién les presta el servicio de aereopuerto.

              El agua: la de Menganez a 0,45 €/L, la de Fulanez a 0,47€/L, la de Citánez a 0,42€/L …. espera! pero si eso ya es así! O el agua en tu casa en gratis?

            • No sé a qué puntos te refieres. Si son los cinco de este comentario …
              https://desdeelexilio.com/2015/02/06/estado-si-estado-no-y-si-huerta-de-soto-no-se-equivoca/#comment-1839987535
              … entonces he usado los tres primeros.

              Pero da igual. Señalo el absurdo de un punto, porque si me meto con todos ellos, te suicidas. Y yo quiero a Luis bien vivo. 😉

              Y creo que lo de «irse» es clave en tu planteamiento. Que yo resumiría así. En una sociedad digamos democrática, ¿hasta dónde puede la sociedad quitar la libertad y propiedad de los fulanos? O, ¿por qué no dejamos que los fulanos que quieran se desmarquen en algunos aspectos de la sociedad, y no participen de su conjunto? Eso es «irse». Y por eso necesitas el «derecho de secesión», que confundes con el ·»derecho de secesion individual».

              A mi ese problema de «irse» me parece apasionante. Pero lo plantearía con menos metafísica. Por ejemplo: El permitir «irse», permitiría la busqueda de nuevas soluciones, de nuevos sistemas. Que pueden fracasar o triunfar. Los que fracasen, es una putada para los que se metieron en ellos. Pero no perjudican a los demás. Los que triunfen, pueden servir de modelo para el resto, si quieren usarlos. Es una situación ventajosa para todos.

              Y es algo en lo que cabe ir a pasitos. O sea, al final es información, y no es peligroso.

              Pero planteado en plan de lo que conviene «a los liberales», o el ideal de Mi Estado Liberal, a nadie le va a importar un carajo.

      • Pues, Don Luis, no me ha convencido.

        Que como sé que soy muy brutita, y que me falla el vocabulario, me acabo callando, pero sigo pensando para mí lo de «eppur…». Que a terca, no me gana ni Plazaeme…

        El caso es que, en el lado ideal azul dice:

        tienes el derecho de pedirle a otros que te ayuden a defenderte. Pero no tienes el derecho de iniciar el uso de la fuerza contra la vida, la libertad o la propiedad de otros. Por ende, no tienes derecho a designar a ninguna persona a que inicie el uso de la fuerza contra otros en tu nombre.

        Pero, ¿ Quien decide cual ha sido el que empezó ? Porque los ganaderos del Oeste Americano, ( al que siempre nos muestran como los malos de la película ), que habían vivido en un mar de hierba, abierto a todos, y donde convivían hierros diferentes, y lo único que se castigaba era el robo de ganado, o el intento de camuflar los hierros que hubiera antes, superponiéndoles otros, consideraban que los que habían empezado eran los agricultores recién llegados, con sus alambradas…
        Pero es que estos campesinos habían comprado sus poquitos acres de tierra al Estado… O sea, que era el Estado quien había decidido que los ganaderos eran cosa del pasado.

        Si es el Estado el que decide quién ha empezado, ( los ganaderos, cortando alambradas en el caso del Oeste ), y contra quién se puede ejercer la violencia, ¿ Será entonces ese Estado una dictadura totalitaria de la que sería lícita la secesión ?

        A mí me caen mucho mejor los ganaderos con sus rebaños libres, y sus enormes extensiones de tierra, que los pequeños agricultores con sus alambradas y sus desdichas sin fin , pero estos son muchos más, y también tendrán derecho a que se les defienda…

        Por eso, me gusta el ideal liberal de la columna azul, pero como simple ideal. Y siempre que haya una red de mínimos, para que los que han tenido mala suerte, o los que están locos, o los que no sirven para trabajar, no se mueran de hambre, ni de frío, y puedan ducharse cada día y llevar ropa limpia. Y que haya el gobierno más pequeño posible, para garantizar estas cosas, que nadie que no sea el Estado ejerza la violencia, etc etc.
        Pero nada de derecho a la secesión, porque los que quisieran imponer esa secesión serían probablemente los más ricos, que querrían seguir disfrutando de toda su riqueza , sin ayudar a los que los dioses no hubieran favorecido.

        Ya siento

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