Los modelos de las maravillas de la física imaginaria

Dos enlaces. Para quien le interese saber algo sobre qué son y cómo funcionan los modelos climáticos.

La mayor parte de la gente que cree en el cuento del Calentamiento Global Acojonante, no sabe la función de los modelos climáticos en el esquema. Piensan que -como el resto de lo que imaginan “la ciencia”-, la teoría se trata de la aplicación más o menos inmediata de problemas físicos muy comprobados en el laboratorio. Y que por eso es algo probado y resuelto.

Otros, más informados, sí saben de los modelos. Creen que “están basados en leyes conocidas de la física“. Eso es lo que les repiten una y otra vez los científicos y las academias. Y saben que la parte “acojonante” de la teoría viene de que si en los modelos climáticos meten el efecto del CO2, los modelos reproducen el clima conocido (unos 100 – 150 años), y si no, no. Y que esos modelos predicen el achicharramiento del mundo. Luego … saca el talonario, que tenemos un problema muy grave y muy inminente.

Los críticos del IPCC suelen decir que esa idea de que los modelos se basan en leyes conocidas de la física es una broma grotesca. Que a esas leyes les añaden unos “ajustes” sacados de la gorra, y solo con los ajustes ocurre el achicharramiento. Y que, además, es mentira que reproducen bien el clima conocido. Mentira, tanto con, como sin el efecto del CO2.

Para el lego la cuestión es difícil. No puede coger el código de un modelo y ponerse a ver lo que hace. Hay que saber de demasiadas cosas. Aunque sí puede ver los resultados, y juzgar por sí mismo.

En el mar:

temperatura-global-mar-abril-2014

 

Y en el aire:

spencer-modelos-realidad

 

Nótese que en estos gráficos, la parte predictiva (no conocida por los modelistas) solo empieza hacia el año 2.000.

Para ver que van muy mal basta un vistazo. Pero entender que son conceptualmente aberrantes (como herramientas de predicción) es más complicado. Lo que traigo hoy son dos perlas que ayudan mucho en ese aspecto. El más rápido es un vídeo de un modelista y matemático. Chris Essex. Además es muy bueno como conferenciante.

 

Lleva más tiempo digerir esta entrada en WUWT, pero es excelente. Un comentario de Robert Brown elevado a entrada por Watts. Y Brown está tocado con la capacidad de escribir muy bien. Merece la pena leer, además, los comentarios siguientes del propio Brown en la conversación. Y, al menos, los de Roy Spencer y Willis Eschenbach. Dice justamente las mismas cosas que Essex en el vídeo, pero con más detalle y profundidad. Y Brown no conocía el vídeo de Essex – ni a la persona.

Y aunque es un poco repetición, conviene recordar esto. Hay muchos matemáticos entre los más escépticos del cuento del Calentamiento Global Acojonante. Fundamentalmente de tres campos:

  1. Econometras (análisis de series temporales), que dicen que estadísticamente no se ve el CO2 en los datos que hay del clima.
  2. Modelistas computacionales, que dicen que el cuento (de los modelos) no está basado en “leyes físicas” ni de broma. Ni pueden predecir nada.
  3. Estudiosos del caos, que dicen que ni siquiera existe la herramienta matemática teorica para digerir el problema del clima. (Essex también lo apunta en su conferencia).

Las dos perlas de hoy afectan al punto 2. Un buen ejemplo del 3 sería esta entrada, ya clásica, en el blog de Judith Curry:

Y un ejemplo del punto 1, muy reciente, este:

plazaeme
plazaeme

Negacionista. Que no se sabe muy bien si quiere decir que niego que exista el clima; que niego que el clima cambie; que niego que el clima esté cambiando actualmente de forma que no se haya visto antes; o que niego que hayan mostrado que se trata de un problema real, y no imaginario. Nunca me lo explican, y sigo esperando.

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21 comentarios

  1. «Repite la misma mentira 1000 veces y se hará verdad».

    Ese es el principio que sustenta la teoría del calentamiento global ahora. Quizá en un principio no fue así. Quiero creer que no fue así y que realmente creían saber de que hablaban. Pero ya no tienen una base sólida sobre la que sustentarse, así que recurren a la mentira descarada para fomentar el alarmismo y seguir adelante.

  2. Al final es lo de siempre: un medio para alcanzar el poder (para los ambiciosos), un medio de vida (para los espabilados, ni mucho menos tontos ni crédulos) o un medio de dar una «razón superior» a las vidas de los mediocres incapaces de encontrarla en sí mismos. El número aumenta exponencialmente en ese mismo orden. Y quedan cuatro gatos que más o menos se enteran. ¿Y quién va a rectificar de toda una vida de errores? ¿El psicólogo que pone nombre de enfermedad exculpatoria a lo que más fácilmente podría ser un defecto criticable? ¿El pedagogo que insiste en más de lo mismo aunque la realidad le dice que su sistema produce cada vez más ignorancia? ¿El político que…? ¿El pseudocientífico titulado que…? Y así, de sacerdote en sacerdote, hasta donde se quiera. Y cuando la realidad los desacredite mutarán a nuevas y prestigiosas formas de salvar la Humanidad. Así ha sido siempre, aunque el racionalismo (que no el sentimentalismo) va empujando adelante el progreso humano a trancas y barrancas (al menos mientras tengamos energía).
    Tengo curiosidad por saber cuántos votos recibirá el P-LIB en las próximas europeas.

    • Sí, viene a ser aquello de «Haz lo que digo, pero no lo que hago», o, dicho de otro modo, tú ocúpate del C.C. que yo seguiré con el fracking y extrayendo las energías fósiles que me de la real gana.

      Entiéndase el «tú» como Europa fundamentalmente.

    • Además de todo lo dicho, en EEUU tiene una gran ventaja que en Europa (¿Y el resto del mundo?) no tenemos. Allí, al menos, siguen teniendo unos medios de información/comunicación/opinión más libres e independientes que suelen dar cumplida réplica a las sandeces que diga el presidente/poder de turno. Lo que posibilita que un amplio sector de su población no se trague el cuento alarmista.

      Nosotros, aquí en «Hispanistán», asistimos al insólito espectáculo de ver a El Pais y El Mundo publicando al unísono la misma cantinela climática día sí y al otro, también…

  3. HADDOCK, la respuesta la tienes en tu propia reclamación: «¿Dónde hay por aquí una “autoridad científica” que corrija errores?» Pues no la hay. Y si la hay es sospechosa porque suele coincidir con la verdad oficial que en cada momento se intente vender.

    Es lo que hay. Pero sin embargo en el ser humano hay una necesidad biológica, psicológica anímica básica que es pensar que alguien superior puede protegernos. Y no nos va mal decir que lo malo que nos pase es porque hay comportamientos que nos son correctos que alguien, ese alguien superior, ha de corregir. Que ese alguien ha de imponer o decidir qué es lo bueno o qué no.

    Como ahora eso de Dios ya cada vez va calando menos, cosa que les viene muy bien a aquellos que siguen a pies juntillas lo de «la religión es el opio del pueblo», pero saben de ese mecanismo, hay muchos que lo estudian, vuelvo a recordar el artículo aquel de Germánico que precisamente el sujeto entrevistado estudiaba cómo conseguir que calara en los individuos mejor el mensaje apocalíptico y Algorero, están intentando hacer creer a cuanta más gente mejor la imperiosa necesidad de regularlo todo para conseguir que todo esté sujeto al dictado de un poder superior a todos y que a todos someta.

    Está en nuestra psique esa necesidad, la necesidad de protección superior. No queremos superar nuestros miedos porque si tenemos miedos tenemos excusas si algo sale mal. Si tenemos miedos tenemos algo que hacer en cuanto a cómo comportarnos y exigir a los demás igual comportamiento forma parte del mecanismo. Criticar aquel que no cree, la palabra negacionista implica necesariamente el concepto del no-creyente, el hereje, eliminable en algunos casos se ha llegado a decir, refuerza la conciencia grupal tan necesaria para que unos pocos controle a muchos, no necesariamente a todos, pero sí a una mayoría suficiente como para que la voz de los no creyentes, herejes o negacionistas quede sometida por los abucheos de la asamblea común. Si habéis estado en alguna asamblea universitaria sabéis de lo que hablo.

    Por ello es tan importante controlar los mass media, subvenciones, publicidad, licencias concesiones. Por eso van a intentar por todos los medios controlar internet. Por eso son las agencias oficiales o las subvencionadas las proclives al tema alarmista….

    Hay un mecanismo y se está usando.

    La pregunta, sin embargo para mi, es ….para conseguir qué…. ¿sólo todo el poder? ¿la dictadura perfecta que controle a todo el mundo? ¿Hacer realidad, como mal menor pensaran muchos, la sociedad dibujada en la novela “Un Mundo Feliz”?…

    Esa pregunta si me parece mucho más relevante. No sólo, como decía Poirot, seguir la pista del dinero, sino averiguar el objetivo final de todo esto.

    • Bastiat, tal vez no hace falta un «objetivo final», si los pasos que se ven se justifican cada uno por objetivos parciales. Un poco como la evolución darwiniana. Yo yo creo que se justifican sobradamente.

      Un investigador «senior» que ha dedicado toda su carrera a una tesis, no la va a tirar por la borda así como así. Un investigador «junior» que ve que si se abona a una tesis tiene financiación para investigar, y si no, no, se enfrenta a la decisión más facil y clara de su vida. Un periódico que puede contar una historia de terror, y fundada en un argumento de auoridad, o puede contar «no pasa nada», fundándose en la realidad, tiene una decisión tan fácil y clara como el investigador junior. Un empresario financiero que ve dinero público volando, siempre que exista cierta alarma, y ese mismo dinero se queda sin pasar por sus manos si se cancela la alarma, va a aplaudir y a empujar la alarma con todas sus fuerzas. Ningún político normal va a rechazar un cuento que proporciona más impuestos y más lugares donde colocar a los suyos, además de más poder por elegir a quién benefician las subvenciones públicas, simplemente porque la alarma se base en un escolastcicismo comparable a la astrología. Después de todo, le apoya «la ciencia». En el sentido posmoderno (escolástico) de ciencia. No creo que haga falta seguir con los ecologistas y todo tipo de «ongs» prodigiosas. ¿Y los enseñantes? Los enseñantes, en general, adoran el crecimiento de lo público. Hay muchos y muy enjundiosos estudios que lo explican. Y el Calentamiento Global Acojonante es la mejor disculpa jamás inventada para promover el objeto de su adoración. En fin, hay toda una ristra de estímulos para grupos bien diversos.

      Resumiendo. Nadie necesita un «objetivo final». Por eso yo creo que lo más probable es que no exista. Salvo en casos muy especiales y muy concretos, como por ejemplo el gobierno Chino. Su objetivo es obvio: la dominación mundial. La estrategia también: debilitar la competencia. El CGA viene como anillo al dedo; no se hable más.

      Pero China está muy lejos. Los nuestros, los asnos / jetas de andar por casa, no necesitan «objetivos finales». Les sobra con los estímulos presentes e inmediatos. ¿Que no?

      • Si Plaza… pero eso el el dónde está el dinero, es decir, los pequeños estímulos que muchas partes reciben para ir en una dirección….

        Pero qué dirección…. Y porqué.

        Y es que sí parece haber un alto grado de coordinación en los mensajes. si parece haber un alto grado de coordinación en los momentos, en las reacciones.

        Gramsci creo que es el que decía que con un puñado de fieles puede bastar para manejar a una gran población, sólo hay que saber mover los hilos. Y aquí el porcentaje que crea la opinión es muy pequeña. Los altavoces, el dinero, los estimulados a corto muchos, porque de eso se valen, del miedo y del otro factor, el qué hay de lo mio de mucho creyente que no sólo sigue la onda sino que saca beneficio para el mismo, el arramblador que yo llamo y que hay muchos, que te piden igual una entrada para los toros como un cursillo para un sindicato. Porque obtienen un beneficio para ellos y además remuneran igualmente su conciencia, su ideología, su religión.

        Insisto… pero sí creo que hay un porqué y un adónde.

      • Hombre, Bastiat, yo también creo que hay un por qué y un adónde. Lo que no creo es que haya un plan. Hay muchos. Mientras las estrategias coinciden, puede parecer uno. Pero no es así, no tiene sentido, ni hay indicio alguno.

        Mira el otro lado de la barrera. El «nuestro». Los alarmistas ven lo mismo sobre nuestro comportamiento. Un por qué, y un adónde. Hacernos ricos a costa de la salud del mundo. Unos por sus negocios sucios, y otros porque están pagados por los de los negocios sucios. Más los locos de la ideología liberal, esos peligrosos chiflados.

        Si uno se empeña en verlo así, lo acaba viendo. Pero no es real. Es lo mismo de no real en un caso que en el otro, y lo mismo de difícil de ver una vez que uno se ha embarcado en el tobogán. Lo fácil es ver que no es real en tu lado de la barrera, pero en cambio no ver que tampoco lo es en el lado de enfrente. No hay un «plan» «negacionista». Tampoco hay un «plan» alarmista. El plan del gobierno francés es distinto del plan del gobierno alemán. El plan de British Petroleum es distinto del plan de Westinghouse. Hay mucha gente que por unos u otros motivos se suman a uno o al otro «bando», y reman juntos. Cada uno con su plan. Pero somos animales de bandas, y aprovechamos naturalmente el movimiento del resto de la manada.

        Bueno, yo lo veo así.

        • Plaza… eso espero. Tampoco quiero yo pasarme de conspiranoico. Pero mientras los que dudamos de la causa, no de lo observable, medible y que ademas confirma mas nuestra postura, que no la alarmista, y no tenemos mas fin que el dudar para conseguir que sea la ciencia la que acabe actuando correctamente, sin impulsos de nadie en un sentido u en otro, para saber la verdad, los otros hacen juegos malabares, usan el poder del estado y sus dineros, nuestros dineros, en propagar una falsedad, (según nosotros) que tiene un fin claro como el crecimiento del Estado, el control y la intervención. Es decir, hay unos hechos y de ello se saca una consecuencia: hacer mas grande al Estado.

          Ese es un fin que se ha visto confirmado con las últimas iniciativas del gobierno Obama y que ayer me dejaron estupefactos cuando vi en «el tiempo» de T5 un panegírico, un publispot del mismo contado cómo sólo gracias a la acción de Obama fueramos a ser capaces de frenar el desastre que se avecina seguro.

          Eso no creo que se pueda negar. Otra cosa es si hay mas.

          No lo se.

      • Mario Picazo (el jefe del tiempo de T5) es un talibán alarmista. Lo mejor que se puede hacer es no ver tv, como Plaza, así nos evitaremos malas digestiones.
        No creo en conspiraciones sino en la imbecilidad y aborregamiento de unos medios de comunicación y (supuestos) periodistas que no saben (por ineptos) o no quieren (por vagos) buscar y contrastar información. Es mucho más cómodo adaptar las noticias/informes/notas de prensa que vomitan las agencias (fiables) que ponerse a trabajar. Además, como aquí en España/Europa, padecemos el Complejo Medioambiental, ese que nos hace sentir culpables de todos los males que afectan a nuestro entorno, expiamos nuestros pecados publicando y dando pábulo a cualquier homilía apocalíptica por muy absurda o anticientífica que sea.

        También es cierto que a la mayoría del «pueblo» le resbala bastante el tema, o le parece demasiado complicado para intentar comprenderlo en profundidad y dan por buenas las patrañas que sueltan políticos y (supuestos) expertos. La cosa puede seguir así hasta que salte algún caso importante de corrupción relacionado con el medioambiente. Porque lo que aparece ahora (subvenciones a energías renovables, déficit de tarifas y esas cosas…) dan como mucho para cierto nivel de indignación entre unos pocos que se coscan…el resto le sigue echando las culpas al gobierno o al capitalismo de lo caro que están las cosas.

        De esto se aprovechan los alarmistas y sus aliados mediáticos, de que la gente no va a ponerse a mirar de cerca si es verdad o mentira lo del calentamiento global. Es algo, además, que le pilla a trasmano y no hay nada que pueda hacer, así de inmediato, para remediarlo. Para eso están nuestros mandatarios, las ONGs, los científicos…que se ocupen ellos, que dispongan del dinero necesario, que a nosotros (el pueblo) nos parecerá bien…siempre nos parecerá bien.

        En otros asuntos, sanidad, educación, autonomías, fútbol, etc… miraremos con lupa cualquier decisión gubernamental y no nos fiaremos de ningún experto, científico que de la razón al ministro de turno si va en contra de nuestros intereses o ideología. Protestaremos, haremos huelgas, apedrearemos a policías, insultaremos, difamaremos, etc…para defender «lo nuestro»… Pero en esto del cambio climático, como lo dice el gobierno, la «ciencia», la tele…pues debe ser verdad.

  4. Abundando en la respuesta de Plaza afirmando que la Ciencia es la única autoridad que supervisa a la Ciencia, una verdad como un templo, habría que añadir que aunque las actividades científicas las realizan personas, y que algunas de ellas cargan las medallas de los avances, grandes o pequeños, la Ciencia en sí misma (su valor epistémico) está siempre por encima de esas personas, y sus hallazgos están siempre bajo la supervisión del propio Método Científico. Sabemos que todos los grandes científicos se equivocaban de alguna manera, desde Newton y su éter hasta Einstein y su universo estático, pasando por Darwin y su evolución sin genética. Esto no quita mérito a los (grandes) científicos, pero los coloca en su lugar, como meros arquitectos (peones albañiles en el caso del clima) constructores del enorme edificio que constituye el conocimiento humano. Y así debe ser y así será cuando el Alarmismo climático termine de caer, o cuando encuentren otro argumento menos chirriante que la apelación a profecías pseudocientíficas sin base sólida. Es decir, mi impresión es que jamás superaremos la imbecilidad humana, pero cambiaremos periódicamente de tontería (y de tontos).

  5. No lo acabo de entender Plaza, si ésta y las demás entradas que escribes sobre el tema están en lo cierto (y no tengo motivos para pensar lo contrario) ¿a qué estamos jugando?

    Por un lado tenemos un grupo (cada vez más numeroso) de científicos escépticos que se dedican a desmontar las hipótesis erróneas de otro grupo de científicos que, en lugar de corregir sus errores, persisten en ellos, y, con la complicidad de políticos, medios, siguen difundiendo, con mayor ahínco si cabe, su fantástico cuento apocalíptico.

    Tengo la impresión de que esto es un diálogo de sordos en el que, sobre todo, un lado no quiere oír nada que venga de la otra parte, por muchos argumentos sólidos que aporte, así ad infinitum.  Desde niño aprendí que si yo hago un trabajo mal sólo tengo dos opciones: corregirlo o tirarlo a la basura. Si no quiero hacerlo porque soy tonto y no me entero, o soy muy listo y tramposo, siempre estará ahí la autoridad de turno (padre, profesor, jefe…) para poner las cosas en su sitio. 

    ¿Dónde hay por aquí una «autoridad científica» que corrija errores? 
    Lo normal sería que si alguien demuestra, en este caso, que los modelos climáticos en los que se basa el IPCC, son una mierda,  primero, se hiciera público y notorio el error, segundo, se descartaran y a seguir trabajando. 
    Entiendo que entidades de nombre tan rimbombantes como la A.P.S. o la R.S.  tendrían que ejercer de jueces en estas lides, si no, no acabo de ver qué coño pintan. 

    Concluyendo, que al final me pierdo, no puedo comprender que, por un lado Obama suelte un panfleto alarmista del copón (cacareado por la prensa mundial) mientras por otro lado unos científicos (climatólogos, físicos o lo que sean) nos dicen que los modelos (en los que se basa esa alarma) no valen. 

    No lo entiendo. Algún día esta pesadilla tendrá que acabar ¿No?

    • Entiendo lo que dices. Pero hay que separar lo que dice Obama, o ese informe (es un organismo gubernamental), de lo que dicen unos y otros científicos. Para empezar, lo de Obama y el U.S. National Climate Assessment Report están en contradicción con el IPCC.

      Y con los modelos siempre pueden hacer la gimnasia de decir que necesitan un plazo mayor para mostrar una correspondencia con la realidad. Porque, por ejemplo, el “ruido” es de mayor plazo del que pensaban. De hecho eso es lo que dicen al agarrarse a los “ciclos oceánicos”, que ahora aseguran que se promediarán en -digamos- 30 años. Y cuando pasen 30 años puede que tengan que decir que en realidad hacen falta 300. El sistema es lo suficientemente complejo como para que siempre puedas sacar un conejo de la chistera, y una “explicación” a posteriori. Y de conejo en conejo, ir tirando. Lo hacen los economistas con sus modelos; no debería de sorprendernos. Pero, ¿cuántos pardillos creen en los modelos de los economistas? En realidad, muchos. Pero son los pardillos.

      No lo entiendo. Algún día esta pesadilla tendrá que acabar ¿No?

      Te lo dice Essex, al final:

      – Tratamos con humanos, y los humanos hacen cosas raras. Les lleva un tiempo superarlo, y mientras tanto, es como una locura kafkiana.

      😉

      • ¿Dónde hay por aquí una “autoridad científica” que corrija errores?

        La única «autroridad» que yo conozco en ciencia es la realidad.

  6. JJI, yo no veo la tele, pero seguramente eso viene del U.S. National Climate Assessment Report, recién publicado. Tienes una crítica muy sensata del mismo en el blog de Curry:

    http://judithcurry.com/2014/05/06/u-s-national-climate-assessment-report/

    Pero, a cuenta de los modelos que estamos mencionando, se podría resumir así. Los modelos, sin contar lo antropogénico, solo producen «ruido», no tendencias. Por ejemplo, si hay una erupción volcánica muy grande, producen un enfriamiento que en tres o cinco años se recupera y vuelve a la temperatura anterior. Lo mismo con el Niño / la Niña. Todo se promedia en la escala de décadas (en los modelos), y no existe «cambio climático» sin la acción del hombre. ¿Por qué? ¡Porque los modelos no saben producirlo, y los modelos *deben* de ser la verdad! O al menos es la *mejor* verdad que conocemos, y operamos con eso.

    Acojonante, porque si estás dispuesto a operar con una *verdad* que la realidad contradice con generosa amplitud, te puedes creer cualquier cosa.

  7. Ayer mismo, con toda seriedad, la locutora del telediario comentaba el calentamiento global y sus «catastróficas» consecuencias acompañando sus palabras de las correspondientes imágenes de tifones, tormentas costeras, tubos de escape y chimeneas. ¿Es que acaso son tontos los que le escriben el guión? (Sus intereses no son difíciles de imaginar, crean un medio de vida.) ¿Mienten los negacionistas? (¿Qué podrían perseguir?) En cualquier caso, el debate racional no existe en los media.
    El clima cambia (todo cambia), eso es innegable. No sé si eso es cíclico o aleatorio, bueno o malo. pero cambia. Recuerdo cuando era niño, invariablemente en invierno en mi pueblo montañés, ir a la escuela por senderos abiertos en la nieve más altos que yo, es decir, al menos un metro, y ahora, con suerte, no se pasa de 20cm. Cosas así son muy observables y actúan como pruebas de fe para el común. Después sólo hay que inventar una teoría y muñirla.

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