Venga, libertad. Pero la puntita nada más, ¿vale?

«En esto consiste entonces la libertad externa en la vida del Hombre – en su independencia del poder arbitrario de sus congéneres.» Ludwig von Mises

«Los derechos individuales no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a votar la derogación de los derechos de una minoría.» Ayn Rand

«Son pocos los que prefieren la libertad, la mayoría sólo quiere un amo justo.» Salustio

«El extremismo en la defensa de la libertad no es ningún vicio. Y dejadme que os recuerde que la moderación en la defensa de la libertad no es ninguna virtud.» Barry M. Goldwater

«En esto consiste entonces la libertad externa en la vida del Hombre – en su independencia del poder arbitrario de sus congéneres.» Ludwig von Mises

«La tolerancia es el clima óptimo para la aparición de la verdad» Carlos Alberto Montaner

«El objetivo de la ley no es abolir o restringir, sino preservar y aumentar la libertad.» John Locke

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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17 comentarios

  1. Por cierto, no se si es general, pero llevo varios días que me sale «error» cuando he querido publicar algún comentario:por si sirve de algo para averiguar el por qué, me sale el mismo error en todos los hilos y si los hago desde el mismo email, incluso en distintos ordenadores y distintas conexiones a la red. Lo pego aquí pq no se otro sitio.

  2. Estoy con Capella:
    la libertad no solo es compartimentable (se puede tener libertad para unas cosas y no para otras) sino que tb es perfectamente graduable: hablando de la misma cosa se puede ser más o menos libre.
    Ejemplos:
    de lo 1º: Un chino tiene libertad económica pero no política. Un cubano tiene libertad de movimientos dentro de Cuba pero no pasa salir al exterior.
    de los 2º:
    Un norcoreano es menos libre que un chino y este a su vez es menos libre que un estadounidense.
    Una mujer afgana es menos libre que una marroquí y esta a su vez es menos libre que una libanesa.
    Lo anterior puede plantearse en forma de pregunta: ¿Dónde preferirías vivir: en Corea del Norte, en China o en Estados Unidos?
    Y si fueras mujer ¿en Afganistán, en Marruecos o en el Líbano?.
    Pero es que además esas preguntas ya las responde la gente que puede, aun a riego de su vida: por eso la gente que puede se va de Corea del Norte a China, y de China a USA.
    Haciendo un símil biológico, la pretensión de que la libertad, o la prosperidad o casi cualquier otra “aspiración” humana, no es graduable, me recuerda al “argumento” con que los creacionistas intentaban cuestionar la evolución darwinista: “¿Para que sirve medio ojo? El ojo, o está completo o no sirve para nada, por lo tanto no ha podido evolucionar paso a paso”. A primera vista, parece un argumento “razonable”, hasta que a uno le explican y cae en la cuenta de que incluso un ojo defectuoso o simplemente primitivo, capaz por ejemplo de tener una capacidad visual de solo 1% de la del ojo humano, y que apenas distingue una forma obscura sobre un fondo claro, es mejor que no tener vista en absoluto: esa diferencia de apenas 1% puede representar la diferencia entre la vida y la muerte.
    De la misma forma y por las mismas razones, algunos norcoreanos se juegan la vida intentado emigrar a China: no porque crean ingenuamente que en China van a ser ideal y completamente libres, sino porque “simplemente” van a poder vivir algo mejor. Tres cuartos de lo mismo para los chinos que emigran a USA o a Occidente.
    Me cuesta mucho trabajo pensar en situaciones en los que funcione el «todo o nada».

  3. Pues, perdonad la irrupción, pero La Libertad en abstracto es un concepto vacío. Como El Amor, o La Igualdad. Lo que viene a proponer (por ejemplo) el Liberalismo de Hume o de Adam Smith es un determinado modelo de prohibiciones centrado en defender el derecho de las personas a intentar cambiar la sociedad en su propio beneficio, aunque pueda haber consecuencias negativas para terceros, frente al derecho de aquellos que son felices con la vida como está, de cojer al cabronazo que le ha puesto un motor de vapor a su barca de pesca, y que ahora mismo se lo lleva todo, y pedirle al César que lo despeñe y destroce ese cacharro infernal……

    • Hola. Para empezar, el comentario casi-duplicado se debe a problemas con mi móvil. Si puede eliminar el primero, se lo agradecería.
      Por otro lado, lo que quiero decir es que cualquier liberalismo lo que defiende no es la libertad de actuar cada uno como quiera.
      Eso no es un derecho, es un hecho que eres libre.
      Lo que se defiende es un determinado modelo de restricción de esa libertad para aquellas personas que viven en una sociedad determinada.
      Decidir que los liberales (me voy a incluir) nos limitamos a defender La Libertad de todos, queda muy bonito, pero no es cierto.
      Lo que defenderemos, cada uno, es nuestro modelo de Estado, y quizás tengamos en común, como toda oposición, el rechazo a la situación actual. Situación que, aprovecho para comentar, yo considero una mera continuación de las instituciones franquistas cubierta con un disfraz democrático y (afortunadamente) fragmentado por las comunidades autónomas.
      Un saludo

      • Vale, ahora sí lo he entendido 🙂 gracias!

        Efectivamente, no sólo estamos ahí para defender la libertad de todos, que también. Se trata de buscar una forma de organización que permita la máxima independencia del individuo y la mínima intervención en los ámbitos personales posibles.

  4. Yo solamente sé que aquellos países donde la libertad, en todos los aspectos, no sólo el económico, es mayor, gozan de mucha más prosperidad. Y donde la presencia del Estado aumenta, no solo hay más pobreza, sino que los conflictos y la arbitrariedad, están a la orden del día. Soy partidario de que el Estado vaya menguando y el individuo recuperando espacios de libertad cada vez mayores. Esto no es nada utópico, todo lo contrario, lo utópico es seguir pensando que millones de seres profundamente idiotizados por el colectivismo (conservador o socialista) van a ser capaces de conseguir prosperidad y bienestar para todos, sólo por votar a los mismos que luego van a explotarlos y engañarlos, cada cuatro o cinco años. Eso sí es utópico.

    • Juan Antonio, si lo que dices fuera cierto, aun no sabrías cuál es la causa, y cual la consecuencia.

      Y ni siquiera es cierto. Por ejemplo, en Finlandia, entre 1800 y 2012, el estado ha aumentado o ha disminuido? Y el caso es que los países más pobres no son los que tienen menos estado. Ni de lejos. ¿Haití tiene mucho estado?

  5. No son necesarios varios argumentos, pues basta con uno.

    Una cosa es conceder la necesidad de convivir desde el compromiso, otra bien diferente es aceptar que otros sean los que dicten qué compromisos han de regir mi vida. Que a tí el argumento no te vale? Claro! Eres diferente! Piensas diferente, buscas cosas diferentes en tu vida.

    Yo negocio esas ideas, de las que al final sólo podré llevar adelante X, pero a las que nunca renunciaré como mi meta personal. El grado de libertad, tal y como yo a entiendo, que pueda alcanzar será fruto de esa negociación.

    Llámame idiota. O avísame cuando te haga daño con mi forma de entender cómo debe ser mi vida.

    🙂

    • Una cosa es conceder la necesidad de convivir desde el compromiso, otra bien diferente es aceptar que otros sean los que dicten qué compromisos han de regir mi vida.

      Lo veo contradictorio. Si aceptas la necesidad de compromisos, aceptas que al menos en parte deben de venir del dictado del otro – y en parte del tuyo. Si no, serían imposiciones tuyas, que no solemos llamar compromisos.

      A partir de ahí, es fácil deducir que si el número de elementos es muy grande, los compromisos (ya aceptados como necesarios) no pueden ser bilaterales. Por ejemplo, no podemos establecer en cada cruce entre dos coches el compromiso de si se circula por la izquierda o por la derecha. ¿Estoy exagerando? Sin duda; pero eso es culpa de los absolutos. Obligan a la exageración para que se vea su absurdo.

      • Cuando consideré que los compromisos que me exigían los otros eran inaceptables para mí abandoné el país. Estoy exagerando? Mira si es absurdo 😉

      • Luis, es imposible que consideres siquiera la posibilidad de que puedes vivir entre más de uno, sin que haya o (a) compromisos o (b) esclavitud. Que una vez (o muchas) no aceptaras unos compromisos exigidos, no quiere decir que alguna vez puedas vivir en sociedad sin compromisos (o esclavitud). Sí puedes decir que en unos sitios / circunstancias encontrarás compromisos aceptables, y en otros no. Y para unas personas puede que el asunto resulte más fácil que para otras. Pero compromisos impuestos (no elegidos) tienes ahora mismo un carro enorme. Como todo Dios.

        • Exacto, es imposible. De hecho no lo hago. El compormiso, la negociación, son indispensables para la conviviencia. Yo no adquirí ningún compromiso de defensa con ningún estado nacional, luego no veo que deba cumplirlo.

          Precisamente por la ingente cantidad de compromisos absurdos que se imponen, sobre los que no puedo decididr y que afectan seriamente mi vida sin que yo obtenga por ello beneficio alguno, precisamente por eso hago lo que hago, escribo lo que escribo e intento eliminar todos los posibles. Cuantos más, mejor.

          • A partir de ahí, es fácil deducir que si el número de elementos es muy grande, los compromisos (ya aceptados como necesarios) no pueden ser bilaterales. Por ejemplo, no podemos establecer en cada cruce entre dos coches el compromiso de si se circula por la izquierda o por la derecha.

            Lo que te impulsa lo entiendo muy bien. Es más, lo comparto. El impulso, no la conclusión. La cuestión es que si quieres evitar «compromisos sobre los que no puedo decididr y que afectan seriamente mi vida«, solo lo puedes hacer cambiando radicalmente el tipo de sistema, hacia uno muchísimo menos complejo. Y por tanto hacia uno (a) menos especializado, (b) con menos mercado, (c) con menos gente, y (d) probablemente incapaz de defenderse de ser comido por otros sistemas más eficaces.

            No quieres mirar el sistema, y por eso no lo ves. Pero no quiere decir que no exista. La historia de la humanidad no es la historia de los hombres, sino la historia de los sistemas de los humanos. Einstein no es Einstein sin todos los precedentes de Einstein, y sin los elementos principales del «ambiente» científico de la época de Einstein. Compromisos o circunstancias, todos ellos, sobre los que no ha tenido la menor capacidad de decisión.

            No sé, piensa por ejemplo en el paso, dentro de nuestra misma especie, de vivir en comunidades entre 25 y 80 individuos, a vivir en grupos de centenares a miles. ¿Crees que es un paso voluntario? Ni de broma.

            Vale, puedes soñar una sociedad que proporciona el esquema que te gusta. Soñar es libre. Pero seguirás sin saber si es posible hasta que no la lleves a cabo, o lo hagan otros. Y por otra parte deberías de tener la sensatez de darle importancia al hecho de que no se conoce ninguna sociedad diseñada desde cero, y que haya resultado operativa.

            La mentalidad contraria, pero partiendo del mismo impulso, es tratar de acercarse a lo que ves como ideal, paso a paso, prueba a prueba. Y aceptando de antemano que ni puede tratarse de un absoluto, de un todo o nada, y además, que puede ocurrir que no todo todo lo que imaginas posible, lo sea.

            Es algo parecido a lo que pasa con el P-Lib y que discutíamos el otro día. Hay un número de gente que quiere soluciones tipo liberal para muchas cosas, y desde luego muchas más soluciones de las que se aplican hoy. Pero a los que esas posturas absolutas nos suenan a chino. No es que no las entendamos; es que no nos parecen de este mundo. Podemos estar equivocados. Pero hace falta algo más que meras afirmaciones biensonantes para convencernos de que estamos equivocados. Y si no nos convences ni siquiera a los «no alegres», pues … ¿un poco crudo, no?

            Ese es el problema que yo veo. Que no es un problema si se trata de «yo pienso así, y esto es lo que hay», pero sí es un problema si que quiere llevar algo a cabo. Porque, una vez más, en el sistema que vivimos, el sistema no se cambia individualmente.

            • Comparto la mayor parte de lo que dices, Plaza.

              Se trata de difundir ideas, de aunar voluntades, de intentar socavar lo que de negativo, mastodóntico y liberticida tiene el sistema. Que no se puede eliminar todo de un plumazo? Que ha de haber un proceso de adaptación? Por supuesto! Pero no por ello hemos de desistir de tener siempre en la mochila un ideario de máximos. Luego, en la negociación, se pondrán en práctica estas o aquellas medidas que el sistema pueda digerir … hasta que reviente 😉

              Un sistema de libertades no ha de ser menos complejo. De hecho creo que sería más complejo que el actual. Pero no necesariamente menos efectivo en lo que realmente interesa: bienestar, seguridad, libertad de elección. Por ello será más especializado, más ramificado, con mucho más mercado y sí, cada grupo tendrá menos gente.

  6. A ver, que llega Atila.

    Yo cuento:

    – Afirmaciones 6
    – Argumentos 0

    Si hilamos más fino, podemos ver que algunas son demostrablemente falsas, otros inocuas, otras problemáticas (que pueden ser o no ser) a menudo por indefinidas, y una auto-contradictoria (conduce a lo contrario de lo que propones).

    Y al final, se queda uno pensando: ¿Y bien?

    Venga, libertad. Pero la puntita nada más, ¿vale?

    Pues ni vale, ni no vale. No sabemos qué es «la puntita». Pero sí sabemos que la libertad absoluta no puede llegar a existir en sociedad (más de uno), y por tanto no es un objetivo racional. ¿Cuánta libertad? es una pregunta tan vieja como el mundo, y nunca ha tenido una respuesta de validez universal.

    Por dar cancha a discutir, digo. Porque con el rosario de afirmaciones a pelo, poco se puede hacer.

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