Justicia, divino tesoro

Leyendo uno de mis blogs alemanes favoritos, Die Achse des Guten, me encuentro un comentario inteligentísimo de Klaus Ostermann a propósito de la justicia.

Les dejo la «chicha» para que puedan discutir sobre ello en los comentarios.

Resulta que Ostermann lee el bestseller de uno de los psicólogos de moda en Alemania, Rudolf Dreikurs, titulado «Kinder fordern uns heraus», que viene a ser algo así como «Los niños nos retan» y encuentra lo que hoy es la línea maestra de acción en la mayoría de los centros educativos germanos:

„Was auch der Anlass für die Auseinandersetzung der Kinder sein mag, Eltern machen die Dinge nur noch schlimmer, wenn sie sich einmischen […].  Immer wenn Eltern sich in einen Kampf einmischen, berauben sie die Kinder der Gelegenheit zu lernen, ihre Konflikte selbst zu lösen. Kinder, die auf sich selbst angewiesen sind, schaffen eine viel gleichwertigere und gerechtere Beziehung unter sich, als wir sie ihnen je hätten aufdrängen können. Durch den Einfluss der Wirklichkeit lernen sie Diplomatie, Gleichberechtigung, faires Spiel, Gerechtigkeit, Rücksicht und Achtung voneinander zu entwickeln. Wir können ihnen dabei am besten helfen, indem wir uns zurückziehen und ihnen Platz lassen.“

«Cualquiera que sea la razón del conflicto entre los hijos, los padres sólo empeoran las cosas si interfieren […]. Siempre que los padres se involucren en una disputa, privan a los niños de la oportunidad de aprender a resolver sus propios conflictos. Los niños que dependen de sí mismos crean una relación mucho más igualitaria y equitativa entre ellos que cualquier otra que pudiésemos imponerles nosotros. Es  la influencia de la realidad la que les permite aprender diplomacia,  igualdad,  juego limpio,  la justicia, consideración y respeto por los demás. Podemos ayudarles mejor retirándonos y dejarles a ellos su sitio. «

Y ahora, queridos lectores, busquemos una explicación por la que esto, que sirve perfectamente para los niños, deja de ser útil si cambiamos, en el mismo texto, niños por ciudadanos, padres por estado. Algo así:

«Cualquiera que sea la razón del conflicto entre los ciudadanos, el estado sólo empeora las cosas si interfieren […]. Siempre que el estado se involucra en una disputa, priva a los ciudadanos de la oportunidad de aprender a resolver sus propios conflictos. Los ciudadanos que dependen de sí mismos crean una relación mucho más igualitaria y equitativa entre ellos que cualquier otra que pudiésemos imponerles desde el estado. Es  la influencia de la realidad la que les permite aprender diplomacia,  igualdad,  juego limpio,  justicia, consideración y respeto por los demás. Podemos ayudarles mejor retirándonos y dejarles a ellos su sitio. «

Ya les adelanto que yo no veo diferencia alguna.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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6 comentarios

  1. Con mis nietos mellizos, de 3 años, sí que da resultado, que ellos solos se reparten los libros y los juguetes, deciden entre los dos si ponemos primero al Capitán Garfio, a los siete enanitos, o lo que sea ( en su casa no tienen televisión, así que cuando nos vienen a visitar, tienen el programa planeado, y sacan ellos mismos los DVDs , y saben qué capítulos quieren ver… )

    Con adolescentes, no estoy segura de que la justicia de los pares fuera a funcionar, porque en esa etapa, mandan mucho las modas, las consignas, y los prejuicios. Y el chico o chica que sea diferente, sobre todo si es más inteligente que los demás, y un solitario, con sus propias ideas, lo llevará más que crudo.

    Y, ya siento, con los adultos pasa lo mismo que con los adolescentes.
    Pero el Estado tampoco protege a los solitarios. El Estado, pretende que se haga lo que manden las mayorías. Y cuida un poquito, en el mejor de los casos, de las minorías significativas, pero a los individuos sueltos, los pobres , les ignora.
    Por eso a mí me gustaría que hubiese un Estado fuerte y unitario, sí, pero pequeño, y que dejara la mayor libertad posible a las personas

  2. La justicia impartida por tus iguales es la institución básica en el derecho anglosajón, y tiene origen medieval, con antecedentes germánicos. Supongo que por eso gusta tanto en Alemania. Con nuestra mentalidad jurídica afrancesada choca un poco. A mi, que soy partidario de un sistema más parecido al británico, sigo viéndolo como algo digno de estudiar y de adaptar. Muy interesante.

  3. No se de qué grupo de niños habla el psicólogo de moda alemán, pero desde luego ni habla de mis hijos, ni habla de mí y de mis hermanos cuando éramos niños, ni habla de los niños de mi clase cuando era un crío, ni habla de ningún grupo de niños que yo haya conocido en mi vida, porque mi experiencia personal es que en los grupos de niños existen exactamente las mismas tendencias que existen en los adultos: tanto las positivas como la empatía y la cooperación pacífica como las negativas como el egoísmo exacerbado o la envidia malsana o la agresividad como mecanismo de imposición.
    Y a eso hay que añadirle que el único mediador que existe en la relaciones de jerarquía entre niños es la agresividad de la fuerza física pura y dura: o dicho de otra manera, si hay un grupo humano en el que la fuerza física es determinante para establecer jerarquías y liderazgos es el de los niños.
    Un ejemplo perfecto de lo anterior: el abuso escolar tan común entre adolescentes, se produce generalmente porque los adolescentes no comunican a ningún adulto, incluídos sus padres, el infierno de abusos a los que sus compañeros (sus teóricos iguales) les someten; es decir, porque sufren el acoso en silencio, en vez de buscar la ayuda y el apoyo de los adultos que podrían defenderlos.
    Pero ese tipo de comportamientos por parte de los abusones se pueden vislumbrar ya desde las guarderías o en el seno de las propias familias, solo que a esas tempranas edades, el llanto de las víctimas suele poner en guardia a los adultos (padres y profesores) que generalmente intervienen para detener y corregir esas actitudes agresivas.
    Por supuesto eso no significa que los adultos deban intervenir a la mínima ocasión en cualquier mínimo conflicto que se da entre niños: de hecho, los que tengáis hijos, sabréis que a menudo los padres, ante esos conflictos de «baja intensidad», sabiamente, nos lavamos las manos como Pilatos: «Mirad niños, no me volváis loco y resolved entre vosotros si vais a ver Harry Potter como quiera Fulanita o si vais a ver La Guerra de las Galaxias como quiere Menganito».
    Pero una cosa es esa situación y otra muy distinta que los adultos no deban intervenir cuando la «sangre llega al río», que entre niños es igual o más habitual aun que entre adultos. Al menos, como dije al principio, entre los que yo he conocido.

    • En las escuelas alemanas, en casi todas y desde primaria, la mayor parte de los conflictos (también los más serios) se resuelven en «tribunales de mediación» compuestos exclusivamente por escolares. En la de mis hijos funciona perfectamente.

      Gente aprendiendo, en lugar de imponiendo parches a los problemas 🙂

      • Si se refiere al ámbito escolar el art., entonces estoy de acuerdo y me parece una idea genial eso que comentas sobre los «tribunales de mediación» formados y gestionados por los propios niños.
        Pero eso no es aplicable a las relaciones entre niños y adolescentes, en general: ni en un parque público ni en una pandilla ni en general en ningún espacio público que utilicen niños y adolescentes existen, ni creo que puedan existir, ese mecanismo de los «tribunales de mediación», sencillamente porque al contrario de lo que sucede en la escuela, en esas situaciones no existen los adultos (que en el caso de las escuelas alemanas, supongo que son los profesores) encargados de instaurar, supervisar y respaldar el funcionamiento de los «tribunales de mediación».
        Ojo, que insisto en que me parecen una idea estupenda, pero lo que yo criticaba en mi 1ª intervención era que demos por sentado, (como interpreté que hacía el psicólogo al que aludes en el art. (quizás erróneamente por mi parte)) que sin intervención de los adultos, esos «tribunales de mediación» o algún tipo de «orden espontaneo moralmente aceptable» surgen de manera natural de la propia interacción entre los niños, por el mero hecho de ser niños los que interactuan.
        Me sonó a las famosas teorías pedagógicas tipo Summerhill, que si no estoy mal informado, han sido cuestionadas por los resultados obtenidos.

        • A ver… sí es aplicable, y de hecho se aplica. En la escuela de mis hijos el tribunal de mediación se encarga muy especialmente de las relaciones entre escolares de primaria y escolares de secundaria. Los niveles de violencia en los patios de las escuelas alemanas entre adolescentes y menores han disminußido sensiblemente desde que se instauró el sistema de mediación escolar.

          Estimado PVL, una de las condiciones de funcionamiento de estos tribunales de mediación es la de la voluntariedad. Esta tarde te describo cómo funciona el asunto en la mayor parte de las escuelas de Sajonia. Ni adultos, ni obligatoriedad … es tal vez sorprendente, pero es así.

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