El más reciente informe del IPCC dice:
«A nivel mundial, hay poca confianza en la atribución de los cambios en la actividad de ciclones tropicales a la influencia humana.»
El IPCC encontró que la evidencia proporcionada por las observaciones es insuficiente, que existe falta de comprensión con respecto a la conexión física entre el cambio climático causado por el hombre y las tormentas tropicales y que hay un considerable desacuerdo entre los estudios publicados al respecto, lo que justifica disminuir la importancia de la relación entre los cambios detectables en los ciclones tropicales y el calentamiento global.
Pues no importa. No importa porque a la prensa no le interesa hacer titulares no alarmistas. Y a los políticos, que son los que se gastan nuestro dinero gracias al tocomocho climático, tampoco.
Sin embargo, incluso después de Yolanda, la energía ciclónica acumulada de todos los ciclones en el Pacífico Norte occidental es inferior a lo normal, tal y como podemos ver en los datos del WeatherBell Models:
Estamos en los niveles más bajos desde la década de los setenta:
Según nos dice NOAA, no podemos ver la huella del calentamiento global en los ciclones hoy o en el corto plazo. Textualmente, NOAA dice que un «incremento puede no ser detectable hasta la segunda mitad del siglo».
Supongo que el empeño de algunos medios y políticos para arrimar el ascua «Yolanda» al fuego «Calentamiento Global Antropogénico y Catastrófico» tiene mucho que ver con la Conferencia Mundial sobre Clima que comienza hoy en Varsovia. Les traigo la reseña a la noticia de El País porque es muy curiosa. En ese texto se destaca la opinión de dos «expertos» con nombres y apellidos: Aída Villa de Greenpeace y Mar Asunción de WWF. Fantástico!
Luego no me extraña que los calentólogos se agarren desesperados al consenso famoso del noventaynosecuantos por ciento de los «científicos» mundiales. Consenso que, tal y como nos cuenta Plazaeme en su blog, apenas es del 52%.
Que sí, que la media de temperaturas globales ha subido. Pero no sabemos si eso significa mucho o poco. No sabemos en qué medida ello es causado en parte por la actividad humana. Es el alarmismo el que no me termina de cuadrar. El alarmismo que lleva asociado el accionismo político y activista que tantísimo dinero nos cuesta y proporciona nulos resultados.
Les mantendremos informados de la Conferencia de Varsovia en Desde el Exilio. No le pierdan, porque si sólo siguen lo que cuente la prensa de «kalidah» igual no se enteran de la misa la media. O terminan pensando que moriremos todos achicharrados. O peor: que podemos, a golpe de chequera, cambiar el clima del planeta.
Tremendo (por alarmista) la entrada de una tal Isabel Kreisler en un blog de El País: http://blogs.elpais.com/3500-millones/2013/11/sus-tifones-nuestros-gases.html.
Esta persona también aparece por aquí http://climatefinance.info/profile/IsabelKreisler207 . Supongo que debe ser otra más de tantos caraduras que viven a costa (pública) del cuento del cambio climático de los co……
Muy fuerte lo del artículo de El País. Visto que la autora va en contra del informe del IPCC, debe de ser negacionista, ¿no?