Las políticas de género como instrumento de poder

En Europa, la representación de los intereses de las mujeres se ha convertido en uno de los asuntos primordiales de la acción politica. La Comisión feminismoEuropea decidió el pasado noviembre de 2012 por iniciativa de Viviane Reding, comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, que en las 5.000 empresas europeas que cotizan en Bolsa se imponga, a partir de 2020,una cuota del 40% de mujeres en puestos de dirección. Reding ve la ley como un gran avance, esperando provocar con ella una reacción en cadena en la economía y la sociedad. El Parlamento Europeo aún no ha aprobado definitivamente la nueva ley y 11 Estados miembros de la UE han mostrado serias reticencias. En España la ley Orgánica de 2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, incluye en el artículo 75 una recomendación a las sociedades obligadas a presentar cuenta de pérdidas y ganancias, para que “intenten alcanzar un presencia equilibrada de hombres y mujeres en su consejo de administración, en un plazo de ocho años a partir de la entrada en vigor de dicha ley”. Esa ley convertía a España en una de las pioneras europeas en materia de legislación por la igualdad. Sin embargo, los resultados son apenas apreciables y las críticas cada vez más notorias.

Permítanme que llame su atención sobre el hecho de que la disputa sobre la política de cuotas ya no nace “desde abajo”, sino que se alimenta de y en la propia élite política: las políticas de igualdad actuales no giran en torno a facilitar por igual el acceso de hombres y mujeres a los puestos de control del poder político y económico, sino que refleja el conflicto entre sistemas de valores diferentes, que se atribuyen a los sexos.

 

Sigan leyendo la versión actalizada: Las políticas de género son un instrumento de poder, no de igualdad

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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6 comentarios

  1. interesante……NUESTRAS QUERIDAS MUJERES, nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, vecinas….
    el hombre se ve sustituido por el estado en la proteccion de las pobres y desvalidas mujeres. esta es la version oficial no explicitada, pues quedaria como lo que es, un subterfugio para esclavizarlas.
    pero… veamos un poco de historia… anteriormente, en la denigrante constitucion primera ( la pepa ) la proteccion y tutela de la mujer se le confio a los hombres de su familia ( maridos, padres, hermanos, incluso etc…), y debe ser porque, al igual que hoy en dia, las mujeres no son desvalidas, y antes lo heran menos, y tuvieron que utilizar a los mas debiles para romper las defensas naturales y legitimas de las familias, nos usaron a los hombres (junto con una buena dosis de soberbia en muchos hombres )crearon una situacion de desigualdad dentro de las familias. eso es porque no existia, aunque en nuestro sistema de enseñanza nos cuenten mentiras.
    si en el pasado nos utilizaron a nosotros como opresores dentro del ambito familiar ( opresores potenciales que mayormente no ejercieron como tales, y me refiero a mi propia experiencia e historia )hoy en dia somos el objeto de la opresion. pero siempre el poder se ha vehiculizado en el ambito privado, intimo y sagrado de la familia mediante la mujer. logico, sin mujer no hay familia, como mucho una pandilla de amigotes haciendo fechorias, el ejercito, ya sabes… con esos codigos tan interesantes de lealtad y servidumbre… por encima de las familias, sin mujeres.
    con esta ley mas que nunca utilizan a nuestras mujeres ( y lo digo desde el clan, la familia y la tradicion y religiosidad mas respetuosas y sagradas ) como proyectiles que nos destruyen y evidentemente no se espera que retornen sanos y salvos, pero… ¿quien lo hace? ¿cuales son sus intenciones, a donde quiere llegar?
    ¿quien?
    esos clanes familiares que se han eternizado y se eternizan en el poder, que no cumplen con las prerrogativas que difunden y jamas han hecho lo que pregonizaban sino todo lo contrario, nunca han distinguido en derechos ni obligaciones en sus familias, nunca han ejercido un control de natalidad (mas bien al contrario), y siempre han estado en el vortice de la piramide de poder.
    ¿intenciones?
    evidentemente la de tener un ejercito de zombies, u hormigas, o abejas, ciegos y bien dispuestos a trabajar en fabricas, en extensiones inmorales de propiedad de recursos, en ejercitos agresores a su servicio…
    ¿a donde quiere llegar?
    no oposicion ni dentro ni fuera de nosotros mismos a sus interes y a su TERRIBLE MIEDO a perder su FRAGIL seguridad, pues un agresor es siempre un agredido potencial.
    y por fin… ¿como curarnos? no creyendonos sus mentiras, cosa cada vez mas dificil (como expongo en mi comentario de hoy en otro articulo tuyo).
    y acabo deseandoos libertad, salud y buenos alimentos.

  2. Yo veo un tremendo machismo subyacente en el feminismo beligerante. Se preocupan porque las mujeres no ocupen los puestos tradicionalmente masculinos, porque la idea que tienen es que si las mujeres no hacen lo que hacen los hombres es porque no les dejan, porque son las cosas realmente divertidas e importantes. Sin embargo no les preocupa que no haya hombres en puestos tradicionalmente femeninos porque consideran que es porque los hombres no quieren hacer «cosas de mujeres» que son despreciables…

  3. La Ley establece las reglas del juego. Cuando la «ley» pretende establecer el resultado el sistema ha fracasado, no funciona y sólo degenera. Es tan ridículo e simplón el pretender hacer que la realidad se amolde a la arbitrariedad política que la fe en la humanidad hay momentos en los que se tambalea con violencia.

    No deja de asustarme ver gente que pretende controlar el clima vía impuestos y leyes. Da pavor una sociedad que se cree estar eliminando incertidumbre, accidentes, violencia y todo lo que incomode o resulte antipático -ya sea por naturaleza o por conveniencia-, ¡¡sólo juntando letras en el BOE!!!

    El que piense que esta crisis es económica está muy perdido…

  4. Estupendo Pablo; me has ahorrado escribir lo mismo que tú. Añado que el feminismo beligerante me tiene harto, especialmente tras padecerlo en mi trabajo.
    Saludos, Ángel

    • Gracias Ángel por tus palabras de apoyo a mi opinión, pero no estaría mal que expusieses tu caso de mobbing feminista que estás viviendo en tu trabajo. Ya va siendo hora que los hombres denunciemos toda clase de “violencia institucional” feminista en todos los ambientes que surjan.

      Por supuesto que la mayor “violencia institucional” feminista que sufrimos los varones (y nuestros hijos) es en el ámbito familiar; pero está creciendo y mucho en el ámbito laboral. Hoy no quise alargarme en mi comentario (ya de por sí bastante extenso), pero otra día que saque el tema Luís, hablaré de la “violencia institucional” que el feminismo está haciendo en el ámbito de la empresa con la excusa de los derechos paritarios de las mujeres.

      No es porque sí que el paro femenino crece en paralelo al intervencionismo de las leyes feministas en el ámbito laboral. ¡Hasta hay empresarias que en la medida que pueden, evitan contratar mujeres!… y por supuesto, al igual que tu caso, cada día hay más hombres que no quieren trabajar al lado de mujeres.

      Hace ya cerca de una década que las víctimas de las políticas y leyes feministas (yo prefiero llamarla “violencia institucional” feminista) no solamente somos los hombres, cada vez hay más mujeres víctimas de la ideología feminista.

      Saludos cordiales.

      Pablo el herrero

  5. Ya he comentado en otras ocasiones mi oposición total al discurso feminista, por sexista (en este caso no de carácter machista, sino hembrista), por ser el brazo armado del socialismo en su objetivo de reingeniería social de destrucción de la familia. De hecho, el feminismo ya desde sus orígenes tuvo como objetivo prioritario, en paralelo a imponer la mujer en el ámbito público, expulsar a la hombre del ámbito privado de lo doméstico.

    De facto, con las leyes feministas, el hombre no tiene ningún derecho de paternidad sobre los hijos. La familia feminista es jurídicamente una familia matriarcal de carácter monoparental (para la feminista de turno, los hijos son de las mujeres y del estado). La igualdad de derechos paternidad-maternidad ha sido completamente abolida en la jurisprudencia feminista.

    Indudablemente en los países occidentales sin la hembrista ideología feminista, el socialismo por si mismo no habría llevado tan lejos la destrucción de la familia heterosexual como institución básica de la sociedad.

    El problema es que para la mujer actual, adoctrinada en los dogmas feministas a través de toda la estructura mediática y educativa socialista (desde las guarderías a la universidad), es que ha anulado su capacidad individual analítica, no sólo de las que se consideran feministas, incluso en no pocos casos de las que critican los excesos y abusos del feminismo ante toda clase de leyes de discriminaciones positivas que de facto son verdaderas leyes de “violencia institucional” contra el varón, muy en concreto en el ámbito de la familia.

    El movimiento feminista está cayendo en las mismas actitudes perversas que en otrora vimos en los diversos movimientos comunistas y socialistas en general. Cuando a un comunista o socialista de mi generación le recuerdas que Lenin en su construcción de la Unión Soviética ya había matado con sus guerras civiles, a tantas personas como Hitler en la II Guerra Mundial (el libro “La historia criminal del Comunismo” denuncia más de diez millones de muertos, la mayor parte no en actos de guerra); cuando les recuerdas que Stalin supero con creces en crímenes a Lenin; cuando les recuerdas que Mao Supero a Stalin (sólo en cinco años mato a cincuenta millones de chinos); cuando les dices a los socialistas que Pol Pot, proporcionalmente a la población de Camboya fue el más grande genocida, etc., etc. … entonces te contestan “que esos no eran verdaderos comunistas, que los comunistas buenos son ellos”.

    Claro, los socialistas son así, ellos se hacen su propia oposición. Pero la realidad es que durante todo el siglo XX gracias a los comunistas “buenos” en defensa del comunismo, los comunistas “malos” se sintieron legitimados para realizar con toda libertad sus genocidios en nombre de dicho comunismo.

    Salvando las distancias, cuando me encuentro a alguna feminista que comienza afirmando que ella no es una feminista colectivista, no es una feminista igualitaria, es de las “otras feministas”; les recuerdo que con su actitud el feminismo está permitiendo que se legitimen todos los abusos, discriminaciones positivas y construcción de leyes de clara “violencia institucional” contra los varones (nada más y nada menos que contra media humanidad masculina).

    ¿Os imagináis a una esposa y madre expulsada de su propia casa porque el marido quiere divorciarse de ella? ¿Os imagináis además que sea ella la que tenga que pagarle al marido la hipoteca de esa casa hasta que los hijos cumplan un mínimo de 25 años, hijos que además, si el padre no quisiera podría no dejárselos ver?

    Creo que no es necesario seguir por esta línea argumental, todos conocemos de cerca algún familiar, compañero o vecino pasado por esa experiencia de “violencia institucional” pues hay más de dos millones de padres separados (y sus hijos) que han pasado y están pasando por ella (no pocos de ellos con denuncias falsas han pasado también por la cárcel, por supuesto, todos los casos están silenciados por feminismo mediático institucional). Pues dando como se dan tantos casos, no veo a las mujeres en masa luchando contra dicha violencia institucional. Más bien veo todo lo contrario, gracias al adoctrinamiento feminista recibido, ellas por ser mujeres se seinten legitimadas para expulsar a los hombres cuando quieran de sus familias y explotarles económicamente durante décadas.

    …y es que cuando una ideología se fascistiza, ya no es creíble legitimidad alguna en su nombre. Eso es lo que le ha pasado al feminismo.

    Gracias Luis por tu denuncia del feminismo, pues de facto en su nombre los varones hemos dejado de ser iguales ante la ley.

    Pablo el herrero

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