Elecciones catalanas 2012. Abrimos el bar (20:00).

Queridos amigos de Desde El Exilio:

Nos complace anunciarles que, mañana, como es costumbre, abriremos el Bar este domingo a eso de las ocho de la tarde y nos daremos el gustazo de charlar un rato acerca del resultado electoral.

¿Por qué son estas elecciones importantes? Por dos razones:

1.- La fotografía. Realmente no se trata de ver qué partido gana, o de si CiU saca mayoría absoluta. La clave son las coaliciones, porque eso nos dará una fotografía real de la sociedad catalana:

Así, tenemos tres alternativas:

–          CiU + ERC + Solidaritat. Independentismo.

–          PP + Ciutadans + UPyD. Las cosas, tal y como están.

–          PSC + ICV + IU. Federalismo.

2.- La agenda. ¿Cuánto tiempo vamos a perder con el independentismo? Cada minuto es un minuto que no podremos dedicar a los problemas económicos, que son los que generan todo lo demás. Y no estamos para dilemas existenciales. Para unos análisis mucho más rigurosos de la situación pueden ver aquí, aquí, aquí o aquí.

Luego está por ver si la presunta corrupción afecta a Artur Mas, si el PP se consolidará como segundo partido o si el PSC se desplomará como vaticinan las encuestas.

Previsión personal: Mayoría absoluta para los independentistas.

¿Y la suya?

Burrhus el elefante neocon
Burrhus el elefante neocon

Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

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2 comentarios

  1. Estas elecciones, aunque no cambian el problema de fondo que es el de la mayoría independentista en Cataluña, han merecido la pena por el mero hecho de ver los caretos de funeral de los dirigentes de CIU cuando salieron al balcón tras conocerse el batacazo electoral, y el tono crispado con el que Mas regaño a los suyos por no estar suficientemente calladitos cuando se disponía a leerles la cartilla por no haber estado a las alturas de las circunstancias a las que habían sido convocados.
    Sé que es una satisfacción bastante futil, pero que gusto da ver, aunque sea por una vez y por un breve momento, en los rostros de los habitualmente orgullosos mandamases de la Cosa Nostra catalanista, el indisimulable rictus del que sabe que ha hecho el ridículo más espantoso.
    Por cierto, la otra imagen de la noche, fue el recibimiento de Albert Rivera por los exultantes simpatizantes de Ciudadanos al grito de ¡¡¡Libertad, Libertad!!!

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