El mito de Malthus

I

El error de Robert

El erudito británico Thomas Robert Malthus enunció en 1798 que los alimentos crecían en progresión aritmética (2, 4, 6, 8, …) mientras que los seres humanos lo hacían en progresión geométrica (2, 4, 8, 16, …), por lo que llegaría un momento en que los seres humanos acabarían luchando entre sí para evitar la muerte por inanición.

Tal teoría se extendió enormemente, formando un popular movimiento económico: el maltusianismo. Cuando Malthus enunció tal teoría, la población mundial contaba con 900 millones de habitantes aproximadamente, y el mundo se encontraba en plena revolución industrial.

Hoy, más de dos siglos después, la población ha alcanzado más de 7.000 millones de habitantes creciendo no ya geométricamente, sino exponencialmente (2, 4, 16, 32, …). Pero es que la pobreza relativa ha descendido enormemente, y la riqueza se ha incrementando ostensiblemente. La producción de alimento (y también la producción en general) aumenta hoy día más de lo que lo hace la población (aproximadamente el doble).

Como afirman los teóricos de la Escuela Austriaca, “la historia sólo muestra qué teorías económicas no son las correctas”, la teoría malthusiana es un ejemplo de ello.  Aún así, todavía hay partidarios de las teorías de Malthus, los neomalthusianistas y los partidarios de la teoría del decrecimiento, como Serge Latuche, que defienden una vuelta al campo, y la relocalización de las industrias en sus respectivos países, renegando del comercio internacional. Para Latouce, no tiene sentido que unos yogures los compre un país desde 9.000 kilómetros de distancia, cuando puede producirlo él mismo. Pero no tiene sentido, porque no comprende el comercio internacional, ni la teoría de la ventaja comparativa, que son las leyes por las que se rige la economía internacional.

Veamos como lo expresa el libro revolucionario Poor economics, que estudia la pobreza en el mundo de forma minuciosa:

“Despues de todo, hay muchas veces más gente en el planeta hoy que cuando al principio Malthus formuló su hipótesis y la mayoría de nosotros son más ricos que los contemporáneos del Malthus. El progreso tecnológico, que no figuró en las teorías de Malthus, tiene una manera de hacer aparecer recursos de la nada; cuando hay más gente, hay más gente buscando nuevas ideas, y entonces quizá las revoluciones tecnológicas son más probables. De hecho, a lo largo de casi toda la historia de la humanidad, las regiones o países que tuvieron más gente estaban creciendo más rápido que el resto”

Poor economics, A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty. 

Esa es la clave. En la economía normalmente se producen dos fenómenos: uno que es visible a los ojos y otro que no lo es. Malthus se centró en lo que se ve: que al aumentar la población, aumenta el número de consumidores de recursos. Pero se olvidó de lo que no se ve: al aumentar la población, crece el número de personas que pueden aportar al proceso productivo, el número de inventores, el número de ideas, el número de trabajadores, etc. Si el segundo efecto es mayor que el segundo, el aumento de la población es una buena noticia para los que quieran vivir mejor.

El economista español Jesús Huerta de Soto afirma que la teoría malthusiana es válida para seres que consumen recursos, pero que no aportan nada a su especie, ni poseen creatividad empresarial. Por ejemplo, el caso paradigmático es el de las ratas. Por eso, en zoología cuando una especie incrementa el número de sus individuos enormemente, tiende a extinguirse, excepto en el caso del ser humano (que vemos que se verifica empíricamente), que un incremento del número de hombres no solo implica un aumento de la demanda de recursos, sino un aumento de la oferta de los mismos.

El literato y filósofo Sánchez Dragó ha señalado que la causa de la crisis económica es la expansión del número de seres humanos, lo que llevará a su extinción como ocurrió en otras especies, no dándose cuenta de todo lo que argumentamos en este artículo.

II

Los recursos y la energía

La energía es el punto de partida de la economía, como afirman importantes expertos en energía. Sin energía, no hay acción humana, no hay producción, y no hay economía. Por ejemplo, el alimento está formado también por energía, que nos permite nos hace falta para vivir, en forma de calorías.

Gran volumen energético implica gran volumen económico, y viceversa. Toda etapa de la historia económica ha contado con su fuente de energía característica. Durante cientos de miles de años el hombre utilizó fundamentalmente su musculatura y la leña para hacer fuego. Hace varios miles de años comenzó a aprovechar el viento y la energía muscular de los animales. Mucho después, comenzó a utilizar corrientes de agua como fuentes de energía. Pero hasta la primera  revolución industrial no empezó a utilizar los combustibles fósiles: primero el carbón y luego el petróleo, que según algunos expertos, como Steven Cowley, quedan suficientes para cien años más. Luego, hace nada, empezarían a utilizarse la energía nuclear de fisión y las energías renovables como la termosolar y la eólica.

La energía es el recurso que nos permite transformar, y por tanto crear nuevos productos. Y como afirma la primera ley de la termodinámica: “La energía ni se crea ni se destruye: sólo se transforma”. Por tanto, la energía está ahí inagotable, sólo hace falta la tecnología suficiente para apropiarnos de ella. Esto ha llevado a numerosos expertos a afirmar que, en el futuro, la energía no dependerá de los recursos, sino del conocimiento, de nuestra capacidad y creatividad.

De hacerse realidad el proyecto de la fusión nuclear, con una fecha estimada hacia el 2030-2040, con la cantidad de agua necesaria para llenar media bañera y la cantidad de litio existente en una batería de un portátil convencional bastaría para proveer las necesidades energéticas de ciudadano medio europeo durante 30 años. Es decir, con un kilogramo de fusión se obtiene la misma energía que con 10 millones de kilogramos de combustible fósil.

En este caso, la energía eléctrica se abaratará inimaginablemente, no sé si hasta el punto de convertirse en un bien libre (como el oxígeno) o no. Así, la economía ya no será tan dependiente del petróleo, y seamos más prósperos que hoy. Esto será muy probablemente la próxima revolución tecnológica.

En definitiva, no existe un límite físico a nuestro bienestar económico, pues mayormente viene determinado por nuestra capacidad creativa y energética, la cual puede todavía incrementarse exponencialmente, si somos capaces de desarrollar la tecnología necesaria para ello. Lo mismo se podría decir de la tierra. Aunque la tierra sea constante, esté dada, sea escasa, y los metros cuadrados sean fijos, lo cierto es que la productividad de la tierra sí que puede incrementarse sin límite, como ya se vio en la revolución industrial primero, y en la revolución verde segundo, con innovaciones tales como fertilizantes, insecticidas y los productos transgénicos.

III

Los servicios y el tiempo

La economía no solo trata de bienes materiales, como defendía la doctrina de Marx. La economía trata de como unos ciertos medios sirven para satisfacer unos objetivos. Da lo mismo si ese medio es material o inmaterial, que si sirve para satisfacer los objetivos de alguien, será estudiado de la misma forma por la ciencia económica.

Cómo puso ya de manifiesto Abraham Maslow, el ser humano suele tener una escala de necesidades, que a medida que se van satisfaciendo, surgen otras nuevas más complejas. Las primeras que busca satisfacer el ser humano serían las fisiológicas: comer, dormir, etc. Luego vendrían las necesidades de seguridad, como el asegurarse un sitio donde vivir, etc. Posteriormente vendrían las necesidades sociales, como la pertenencia a un grupo, la amistad, el amor, etc. Más tarde, vendrían necesidades o deseos ya más complejos, como buscar el prestigio, el reconocimiento de los demás, etc. Y, ya estarían las necesidades de último nivel, o autorrealización, que son los sueños que busca cumplir la persona, y por lo que lucha toda su vida; por ejemplo, tener hijos, escribir una gran obra, tener un buen trabajo, etc.

Hay una premisa y es que el hombre siempre estará descontento, da igual en la posición de la pirámide de Maslow que se encuentre, que siempre buscará conseguir algo más elevado. El hombre siempre quiere mejorar si situación actual, por muy bien, mal o regular que se encuentre. Lo que ocurre es que unas necesidades se sustituyen por otras, pero el hombre siempre buscará satisfacer unas necesidades.

Por este motivo, en las sociedades más desarrolladas el grueso de la actividad económica está constituido por los servicios, que son actividades más elevadas. Por ejemplo, los servicios de limpieza, el ocio y el entretenimiento, la enseñanza, el cuidado al medioambiente (por ejemplo, Greenpeace), etc.

Paradójicamente el mayor límite que la economía puede llegar a encontrar no se encuentra en los recursos físicos, pues ya hemos visto que estos pueden multiplicarse en función de la mejora tecnológica y/o energética, sino que se encuentra en el recurso inmaterial por antonomasia: el tiempo. Efectivamente, el proveer un servicio (por ejemplo, un concierto de música) requiere tiempo, y no puede un mismo grupo dar dos conciertos al mismo tiempo, ni tampoco durante más de una vida, ni aunque ese grupo sean los Rolling Stones. En ese caso, hay un límite en el número de conciertos, por ejemplo, que viene determinado por el tiempo disponible. Igual ocurre con la enseñanza, y con cualquier otro servicio que sea provisto por personas que tienen un tiempo limitado.

Los Rolling es una empresa de servicios (ocio) especializada enormemente en la música, ya que, a parte de tener una capacidad innata, han dedicado mucho tiempo de su vida en ello.

Como ya afirmó mises en su gran obra La acción humana, una cosa es la administración de los bienes y servicios, que pueden multiplicarse en función de la capacidad productiva o tecnología, y otra es la administración del tiempo. El tiempo es oro, goza el famoso refrán español. Es vox pópuli que el tiempo es muy valioso, está limitado para todos los seres humanos, en todas las circunstancias. Salvo que seamos inmortales, tenemos que rechazar unas actividades para realizar otras que valoremos más.

Sin embargo, existe una forma de superar este límite temporal a nivel social (que no a nivel invidual). Simple y llanamente consiste en que haya más seres humanos. Si hay más personas, habrá más gente dispuesta a ofrecer su tiempo para realizar servicios que satisfagan las necesidades de otros. Unas personas se especializarán en unos servicios haciéndose muy productivos, y produciendo en un día lo que una persona normal no podría producir ni en una vida completa (por ejemplo, los ingenieros informáticos en producir aplicaciones informáticas que nos resulten mejores; los historiadores habiendo leído durante toda su vida muchos libros de historia, y publicando sus investigaciones; los cantantes habiendo entrenado su habilidad durante muchas horas; etc.). De esta forma, a mayor especialización, se podrán satisfacer más necesidades en menos tiempo.

IV

Teoría austríaca de la población

La Escuela Austriaca de Economía compuesta por Carl Menger, Von Mises, Hayek, von Böhm-Bawerk, Huerta de Soto, entre otros muchos, que pone el acento de la economía en la subjetividad de los individuos, afirma que los deseos de las personas son infinitos, mientras que las posibilidades de satisfacerlos todos están limitadas.

Sin embargo, a medida que aumenta el número de seres humanos, estos van intentando buscar las necesidades insatisfechas de los seres humanos, e intentando satisfacerlas mejor que la competencia, para obtener un beneficio. Cualquier estudiante de marketing comprende esto.  Por tanto, a más individuos, más probabilidad de satisfacer los deseos y necesidades de todos.

Se argumenta que dado que la capacidad de la mente humana tiene un límite, y que el ser humano no tiene ni la capacidad de la omnisciencia ni de la ubicuidad, se necesitan un mayor número de seres humanos, para expandir el conocimiento de la humanidad, conocimiento que será necesario para establecer nuevas empresas (grupos de música, empresas de comida, empresas de conservación de la naturaleza, ONG’s, entidades bancarias, empresas armamentísticas, etc.).

Asimismo, a medida que aumenta el número de seres humanos, aumenta la especialización en el conocimiento, proceso que podemos denominar como división del trabajo o división del conocimiento. Como ya argumentamos antes, esto hace que cada persona se haga muy productiva en una tarea determinada con respecto a los demás. Y, así, en lugar de producirnos nosotros mismos todo, toda la sociedad produce cosas para nosotros. Y como resultado, podremos acceder a más cantidad de cosas que si nos lo hiciésemos todo nosotros. En definitiva, uno no se lo hace todo porque sea pobre, es pobre porque se lo hace todo.

Como vemos en el gráfico de arriba, al principio hay unos cuantos hombres, ninguno especializado en nada, y todos hacen lo mismo: A, B, C y D. Por ejemplo, cazar, recolectar, construir cabañas y luchar contra el enemigo. Luego se descubre que merece la pena que uno cace siempre, otro construya las cabañas y otro recolecte, así se especializarán, se harán mejor en su trabajo, y se hará lo mismo en menos tiempo. Así habrá lugar a nuevas actividades: E y F. Más tarde aumentará el número de individuos y ocurrirá el mismo proceso pero a gran escala, mejora de la productividad, ahorro de tiempo y expansión de la actividad económica.

V

Conclusión

En definitiva, podemos encontrar millones de ejemplos que demuestran que el hombre es el ser más creativo de todo el mundo animal. En el paleolítico ya se reflejaba esto al producir armas y utensilios a través de la piedra. A medida que aumenta el número de personas, aumentan los creadores potenciales, la división del conocimiento, la productividad, y en definitiva se satisfarán más necesidades o deseos.

Los seres humanos se ha reproducido de la misma forma durante toda la historia, ¿por qué el volumen de la población siempre ha permanecido prácticamente constante, y ahora sin embargo hemos alcanzado los 7.000 millones de personas? Simple y llanamente, porque la economía ha mejorado lo suficiente como para mantenerlos con vida a todos ellos, alargarles la vida y mejorar su calidad de vida.  Si no hubo antes tantos seres humanos, es porque la economía no lo permitía.

Como afirmó Hayek: “Hemos llegado a ser hombres civilizados precisamente como resultado del aumento del número de seres humanos que, por otro lado, la civilización ha hecho posible: podemos ser pocos y salvajes, o muchos y civilizados”.

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Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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Un comentario

  1. me deja usted más tranquilo, yo ya estaba haciendo acopio de alimentos y gasolina en mi garaje. Y ya empezaban a quejarse los vecinos. Lo venderé todo y daré la paga y señal para
    un mini reactor de fusión. Además si al final acabamos con los recursos o crece
    demasiado la población siempre podemos salir del planeta….que se ve que el
    universo es muy grande.
    un saludo y gracias

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