En defensa de Juan Luis Cebrián

Nota previa: No tengo el menor interés en mofarme de la situación por la que está atravesando una plantilla que puede ver cómo casi 150 de sus compañeros tienen que buscarse otro empleo en una nación con un 25% de paro, con un severo riesgo de quiebra institucional y sin esperanza. Ni de hacer saña. Palabra de emigrante en paro.

Lo que está ocurriendo en el diario El País roza lo demencial. Básicamente, PRISA lleva bastantes años atravesando una situación económica realmente delicada, que ha incluido la entrada de un fondo de inversión como Liberty Acquisition Holding, y cuya última noticia ha sido el anuncio de unas pérdidas de 5,3 millones hasta septiembre.

Antes de eso, hemos tenido el anuncio de un ERE que afecta a casi 150 personas, una filtración de la lista anterior a la notificación a los propios interesados (hecha, además, por correo electrónico), excusas de mal pagador, correcciones con retazos de autocensura, cartas que nunca debieron publicarse, cartas de despedida con aroma a diatriba, cuchillos que vuelan de un lado para otro, reproches sin sentido, peticiones de sensatez, huelgas, lo que estaré dejándome por el camino y, aunque no se quiera reconocer, una pérdida de calidad que dura ya más de una década y una pérdida del valor de las acción de PRISA que ronda el 90%.

Internamente, la situación no puede ser peor. Por un lado, tenemos una plantilla que sigue una línea editorial basada en una ideología (la socialdemocracia y el intervencionismo económico) que la realidad contable se esfuerza en rechazar una y otra vez. Por otro lado tenemos a una empresa como Liberty que, cuando decidió entrar en el capital de PRISA, no lo hizo para ser guays o para salvar el piriodihmo de kalidah. Lo hizo para ganar dinero. Y PRISA no está ganando el dinero que ellos esperan, de modo que han decidido adoptar medidas que afectan al personal. Luego ha pasado lo que ha pasado.

Carezco de conocimientos sobre cómo está montado el sector de la prensa de papel, más allá de lo obvio: que se factura muchísimo menos por publicidad, que cada vez más la gente se está pasando a dispositivos móviles que hacen del periódico algo prescindible y que no hay medio de comunicación que esté escapándose de los EREs. Pero sí creo tener conocimientos suficientes de contabilidad para saber que, cuando tienes pérdidas de forma regular y el negocio es cada vez más decreciente, debes adoptar medidas severas.

¿Qué está haciendo Juan Luis Cebrián, en conjunto con los departamentos de contabilidad y recursos humanos? Lo único que puede hacer: poner a un montón de gente en la calle y buscar fórmulas para que la empresa sea lo más eficiente posible. Seguramente habrá sopesado diferentes posibilidades, tales como reducir el sueldo a todo el mundo en un porcentaje para intentar que no se pierda personal, u otras ideas. No tengo información alguna y no pretendo meterme en casa ajena. Pero es como normalmente se actúa en estos casos. Ya les digo que si alguno de ellos tiene alguna idea para aumentar los ingresos, les escucharán encantados.

Tristemente, dudo mucho que la plantilla entienda que la realidad contable no es una socialdemocracia a la que venderle humo, sino que, o te ajustas al presupuesto y a los objetivos, o cierras. Y si cierras, toda la plantilla acaba despedida, y no el 30%. Lo digo por una carta, ya (censurada) retirada, a Juan Luis Cebrián, por parte de los redactores de uno de los blogs de El País, en la que se rajaba a lo grande de él. No soy precisamente un admirador del personaje, pero creo muy interesante analizar los argumentos expuestos. Dicen mucho, no ya de las contradicciones entre la línea editorial y la realidad empresarial, sino del modo de pensar de nuestra generación prima. Algunas joyas son:

Salimos muy baratos porque tenemos muchas ganas de trabajar, aunque sea gratis. Como suponemos que ignora, desde Prisa solo nos llegan asépticos mails con el eslogan “inteligencia de mercado” debajo del logo de la empresa y con los visitantes que tiene este blog. Decenas de miles el último mes. Usted se aprovecha del capital simbólico que generan nuestras ideas y la imagen que da que El País, aunque sea en un blog, reconozca determinadas cosas. También se ha llegado a situar estratégicamente numerosos tipos de propaganda bajo nuestros nombres y caras y en la parte superior del blog, aunque nunca hayamos recibido retribución económica por ello.

Ya quisieramos tener en Desde El Exilio la posibilidad de difundir nuestras ideas en un medio de comunicación de la potencia de El País (o de cualquier otro de gran difusión). En este momento nos encontramos en la posición número 5 en el ranking de blogs más votados para el Premio a Mejor Blog Periodístico de Bitácoras.com, pero ni tenemos la difusión ni la repercusión que creemos que nuestro trabajo, gratuito, merece. No es para menos: Todo blog tiene un precio… de mantenimiento. Y, por lo caro que es, parece perfectamente comprensible que El País quiera un retorno por su inversión. Porque, puestos, me temo que «Tú ibas de azul» no es rentable ni en El País ni publicado de forma independiente. Por otro lado, no sé si es igual de «estructural» el trabajo del corresponsal en Washington o de Fernando Garea que, con el debido respeto, un blog cultural regional.

«Desde aquí, a pesar de desconocer si llegará a leer esto, le proponemos algunas ideas muy rentables para llevar a cabo esa “profunda transformación” que quiere hacer en su periódico y poder así, suponemos, seguir cobrando sus (esto sí) 13’6 millones de euros anuales.»

[…] puede llenar las universidades con ofertas para prácticas ¡gratis! en el periódico (está comprobado: lo gratis tira mucho en España).

Las Universidades ya están llenas de ofertas para prácticas gratis en un montón de empresas. Técnicamente, El País está en desventaja competitiva.

[…] le proponemos que lance becas por doquier (sí, son precarias, pero oiga ¿y la experiencia?, ¿y lo que enriquecen?)

Un salario lo marcan muchos factores. Uno de ellos es la productividad (que en el caso de la gente sin experiencia, es baja). Otro de ellos es lo que pueda ofrecerte la competencia (teniendo en cuenta que PRISA es la empresa del sector más importante, dudamos que pueda mejorar lo que ofrecen).  Por desgracia, un joven tiene muy poco que ofrecer al principio.

«De esta forma, su plantilla de jóvenes precarios con perfil digital sería la materia prima de la noticia, a la vez que procesadora de ella. ¡Podrían incluso hacerse entre ellos mismos las entrevistas! ¿Y qué tal un Gran Hermano en las redacciones? Sería algo así como lo que fue convertir CNN+ en GH 24h, pero con el plus de que sus miembros, además, trabajarían. No haría falta ni tirar de agencia: El País crearía y procesaría sus propios contenidos, ¡comoTelecinco! ¿Qué le parece?»

No se preocupen. Ya no queda de lo que no nos hayamos enterado los de fuera.

«En realidad, todas sabemos que lo de la plantilla cara y vieja es una forma (bastante burda, eso sí) de excusar un recorte con un sentido puramente económico, y que no está en su cabeza eso de hacer una transformación del proyecto del periódico.»

¡¡Qué horror!! ¡¡Juan Luis Cebrián quiere tener beneficios!! Yo no tengo ni idea de si El País necesita un recorte económico o una transformación, pero lo que nadie quiere son pérdidas. Y, a día de hoy, se tienen. Recortar personal en semejante coyuntura es una medida razonable.

Vamos, que tras sus pasos ciegos de capitalista de casino con Digital+, radios en Miami y teles latinoamericanas, El País le molesta y se lo quiere quitar de encima cuanto antes. ¡Total, usted ya tiene asegurado su retiro dorado! De lo contrario, hubiera escuchado a la plantilla, en lugar de lanzar con repugnante indiferencia ese comentario de que “quien aprueba o reprueba a su presidente y ejecutivos es la asamblea de accionistas, no la de los trabajadores”, que es algo así como decir “me importa una soberana mierda lo que digáis porque yo cobro de Liberty”. Y eso está feo, Juan Luis, está muy feo.

Conviene recordar que si Liberty hubiese sabido que ante quien tenía que responder Juan Luis Cebrián no es ante ellos sino ante la asamblea de trabajadores, se habrían planteado severamente invertir su dinero en PRISA. Y sin esa inversión, los ajustes habrían sido mucho mayores.

Donde hay patrón, no manda marinero. Juan Luis Cebrián también es un empleado. Y si a sus jefes no les gustan los resultados de su trabajo, le ponen en la calle. No es que no le importe lo que diga la asamblea de trabajadores, es que tiene que decidir de acuerdo con los criterios que le ponen quien le mantiene en su cargo. Como ocurre en cualquier otra empresa. Si a los trabajadores no les gusta la gestión de Cebrián (y seguramente tienen razones para que no les guste), tienen la posibilidad de montar ellos su propio medio de comunicación de acuerdo con los criterios que les parezcan mejores.

Por último, le recordamos que con su sueldo puede pagar 400 sueldos de plantilla según convenio vigente. Que ya lo sabe, pero no está de más. Como mientras exista libertad de mercado la libertad de opinión no molesta porque es totalmente vendible, pues aprovechamos. Algo bueno nos tendríamos que llevar.

Más allá de que la idea de que la libertad de mercado sea un sarcasmo si ponemos encima de la mesa la legislación vigente, la responsabilidad del señor Cebrián desde el punto de vista laboral es enorme. Y eso debe ser debidamente retribuido. Y si quienes le mantienen en el puesto no les gustan los resultados de su trabajo, le ponen en la calle. Y pasamos de más de 13 millones de euros a 0.000.000,00 euros, impuestos incluidos.

Bien es cierto que El País es uno de los mayores oponentes a los que nos enfrentamos los liberales en términos de difusión de ideas (en términos de ideas, hace décadas que perdieron la batalla). Tampoco me cabe la menor duda de que, si la situación se diese en el otro «bando» (siempre es triste ver la caída de un diario…), ellos se alegrarían de ver la caída de uno de sus competidores (la porción del pastel es mayor). Ni por el señor Cebrián. O la familia Polanco.

Lo hago porque si hay algo perdido en este país es el respeto a quien pone el dinero y a quien se le paga por tomar decisiones. Una sociedad anónima no es una cooperativa. Y, desde luego, no es el coto privado de ningún sindicato o asamblea de trabajadores, por importante que sea escucharles (que lo es). Una sociedad anónima actúa de acuerdo los criterios establecidos por su Junta de Accionistas. Para eso se juegan su dinero. Nos irá a todos mejor si entendemos esto.

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Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

Artículos: 214

26 comentarios

  1. Estoy sumamente cansado, y no tengo tiempo de ordenar bien mis pensamientos, pero a bote pronto:

    1. No creo (mejor dicho, estoy casi seguro) que Liberty haya puesto a Cebrián por ser un gran ejecutivo empresarial (un Pablo Isla, por poner un ejemplo). Su histórico en esa faceta es casi tan nefasto como el resto de su sectaria ejecutoria

    2. Por ello, no creo que el sueldo de Cebrián tenga lógica empresarial. No por alto, ojo. Si Cebrián consiguiera, como hacen Messi o CR 7, generar 50 M € con su brillante gestión, que le paguen 13 M sería una buena decisión.

    3. Por tanto, véte tú a saber qué oscuros intereses y presiones hubo tras su nombramiento; en cualquier caso, allá Liberty. Sus razones tendrá.

    4. Lo que me encanta es que a Cebrián le odien y critiquen los suyos con los argumentos que él siempre usó contra «el capital y el empresario». Cretino sinvergüenza

  2. Seguro que hay muy pocos casos en el mundo de la empresa en los que algún empleado haya ofrecido parte de su sueldo para salvar puestos de trabajo de compañeros o subordinados. No sé cuántos de los que aquí critican el sueldo de Cebrián han ido alguna vez a su jefe y le han sugerido: «disculpe, bájeme el sueldo y mantenga a fulanito». Sin embargo, sí conozco casos de propietarios y directores de empresa que han dejado de cobrar su sueldo, incluso íntegro, para salvarla y, así, salvar también el máximo número de puestos de trabajo posibles.

    El problema es que Cebrián no se pone el sueldo. Él solo tiene que justificar su sueldo con la cuenta de resultados de la empresa. Se le paga para que haga un trabajo, como a todo el mundo. Una parte de su labor es decidir cuanta gente se tiene que ir de la empresa. Si Liberty cree que no cumple, descuiden, que ya le pondrán de patitas en la calle.

  3. Magnífica entrada Burrhus. El País fue el símbolo de la ascendencia de los más “azules” del franquismo, los cuales así mismos se dieron varias capas de pintura roja… y ahora, treinta años después sus generales desconchados sacan a la luz el color de la pintura original: el del fascismo mediático que nunca dejo de ser.

    En estos más de treinta años el modo de comportarse este diario, nada tiene que
    envidiar ni en la gestión ni en lo ideológico a los más doctrinarios y
    tenebrosos diarios del siglo XX, tales como el Pravda, el Svestia, el Granma,
    etc. Periódicos, en la gestión, mantenidos con constantes subvenciones (nunca
    aclaradas) y con la única intencionalidad política de servir de púlpito de
    adoctrinamiento de generaciones enteras en el colectivismo estatista de los
    regímenes más criminales del siglo XX: el nazismo y el socialismo soviético (en Europa versus socialdemocracia que son los mismos perros constructivistas con distintos collares).

    Con el paso del tiempo, El País, quedará en la historia informativa de Europa como modelo de escuela de falsedades, manipulaciones, ocultaciones, etc.; pues es de esos periódicos que como dirían los rusos de la época estalinista refiriéndose al Pravda, “sólo contenía dos verdades: la fecha y el precio”. El resto de la información, era para tapar las corrupciones generalizadas del poder que le subvencionaba. Eso es lo que ha hecho El País durante casi cuarenta años: ser el catecismo adoctrinador en la religión socialista y tapar las corrupciones generalizadas del socialismo español (y por extensión de toda la casta política). Ocultación de corrupciones que le otorgaban un poder omnímodo para amenazar al político de turno con sacar “la verdad” si no accedía a tal cual interés del periódico. Durante cuarenta años ha sido el Poder en la sombra y el “lado oscuro” del Poder.

    ¡Y para más inri está el Cebrián, como modelo de gestión y ética periodística!: 13.000.000€ de sueldo, miles de millones de déficit y, miles de empleados al paro (profesionalmente estigmatizados la mayoría de ellos para siempre por haber trabajado para El País).

    ¡Asco de El País!

    Sólo me da alegría una cosa, si para España El País simbolizó hace cuarenta años el ascenso al poder de la ideología más corrupta del siglo XX: el socialismo;
    espero que su caída signifique también la defenestración definitiva del
    socialismo español: corrupto, totalitario y tan asesino como el soviético.

    Burrhus, un saludo por tu valiente denuncia del azul-rojo (fasciosocialismo) informativo… y mis reconocimientos a todos los compañeros que hacéis posible DESDE EL EXILIO.

    Pablo el herrero

    • Gracias, Pablo.

      La verdad es que tampoco me interesa hacer demasiada sangre con la gente de El País. Ni siquiera con Cebrián. No dudo de que muchos de ellos tienen un pasado vergonzante… como también muchos españoles. Por lo que a mí respecta, aquel periodo histórico acabó. Y la gente cambia. Yo me remito a los hechos.

      http://m1.paperblog.com/i/19/196847/el-pais-cultura-democracia-L-2.jpeg

      Luego está el daño que se ha hecho desde el plano intelectual… que no deja de ser el mismo que el que han hecho otros medios en otros países defendiendo ideas equivocadas. En un sistema democrático, eso no es reprochable.

      El sueldo de Cebrián… yo lo defiendo. También defiendo la posibilidad de que sea despedido. 🙂

      Saludos, y gracias.

  4. Que forma tan abyecta de justificar el sueldo de un tiburón con el que se puede pagar el pan de 400 familias. Increíble, me quedo pasmado, y más cuando 150 trabajadores se van a la calle.

    Por lo demás, jamás votaría a este blog. Intenta justificar una supuesta ideología liberal justiciera pero le sale mal: le sale defender los elitismos, los privilegios, los oligopolios y los consejos de administración multimillonarios… Todo dentro del libre mercado, claro.

    El salario de Cebrian es de aplauso, claro, porque su responsabilidad es «enorme»… Pues que devuelva el dinero si no tiene pajolera idea de gestionar una empresa.

    • «Que forma tan abyecta de justificar el sueldo de un tiburón con el que se puede pagar el pan de 400 familias.»

      Gracias, Lendermain. Para eso estamos. Para argumentar desde la razón y te insulten por ello. Sinceramente, no ser un hipócrita ni dejarme llevar por la demagogia barata y progre es algo que llevo bastante bien.

      Me da igual que usted vote o no a este blog. Si quiere que le sea sincero, yo tampoco quiero que alguien como usted me vote.

      Desde el Exilio no defiende elitismos, privilegios, oligopolios o consejos de administración millonarios. Lea bien lo que pone. Lo que defendemos es la libertad de cada uno de hacer con su vida, su trabajo y su dinero lo que considere oportuno, aunque ello conlleve consecuencias percibidas por otros como negativas.

      Respecto de la vida del señor Cebrián, es su vida, y no es mi empresa. Supongo que esa actitud que usted reprocha la defendería si fuese un trabajador común con resultados similares.

      • La libertad de comportamiento absoluta no existe en las sociedades civilizadas. Yo no puedo pegar un tiro a mi vecino si me cae mal.

        De la misma forma, yo puedo defender el libre mercado, pero para todo y para todos. Yo mismo, estaría dispuesto a hacer el trabajo (si a lo que hace se le puede llamar un trabajo) por un sueldo 20 menor,y como yo, tantos otros.

        Pero no es justificable largar a 150 personas a la calle, con la consiguiente pérdida de calidad del diario, cuando sería mucho más barato y más rápido largar al jefe.

        Que no es mi diario?? Estoy de acuerdo, pero ello no me exime de opinar, igual que haces tú.

        Por lo demás, os quedáis muy cortos en la defensa del libre mercado. Os paráis en la etapa del elitismo y la oligarquía.

        • «La libertad de comportamiento absoluta no existe en las sociedades civilizadas. Yo no puedo pegar un tiro a mi vecino si me cae mal.»

          Para esas cosas, señor Lendermain, existen dos cosas llamadas «Estado de Derecho» y «Código Penal», un par de cosillas jurídicas que hemos viniendo defendiendo los liberales durante siglos.

          Despedir a 150 personas a la calle y no al jefe, primero, no está recogido en el Código Penal, y, segundo, es potestad de los señores de Liberty. Ellos sabrán qué hacen con SU dinero.

          No cuestiono su libertad de expresión. Digo que la ejerce rematadamente mal.

          Sobre si nos quedamos en el elitismo y la oligarquía… me gustaría saber en qué se ampara para decir semejante chorrada. Me hace ilusión ver cómo hace el ridículo (de nuevo).

          • La única defensa que tiene el sueldo de Cebrian es que hacer algo así es que es legal. Pero tu error ha sido dar más, como que tiene mucha responsabilidad (para largar a 150 personas no ha tenido muchos reparos) o que el pobre no dormirá por las noches…

            Es su libertad, pero también la mía criticar esa decisión que por desgracia es más habitual de lo que debería: contratar jefazos a10 millones de euros y largar cientos de empleados, en este caso periodistas, que casualmente son los que levantan el periódico.

            Hace mucho más el ridículo el que defiende al pez gordo con motivos conscientemente lógicos e inconscientemente aduladores.

            A ver si caen unas miguitas.. porque el jefazo siempre lo vale!

            • Si como argumento, lo que tengo es la ley , dado nuestro sistema legal, tengo mucho a mi favor. De la gestión, es cuestión de Liberty. Y sí, gestionar el mayor conjunto de medios de comunicación de un país de 47 millones de personas (además de otras inversiones internacionales) es una responsabilidad muy grande, de muchos millones de euros. Y eso se paga.

              Por otro lado, despedir a 150 personas no se hace deporte. Se hace porque, si no se hace, se quiebra. Y entonces, todos van a la calle y la empresa acaba quebrada. Pero seguro que se duerme mejor amparándose en la demagogia… claro que sí, Lendermain.

              No cuestiono su libertad para criticar lo que considere oportuno. ¿Y?

              Pretender decir que soy un pelota de mi jefe es no conocerme ni como profesional ni como persona. Además de no entender una palabra del texto. Y no no he defendido la gestión del señor Cebrián. Sí, ya sé que dentro de la mentalidad progre no entran los grises, los matices u otras cuestiones relacionadas con el uso moderadamente avanzado del cerebro, pero qué le vamos a hacer. En el fondo, tenemos fe en que lea algo distinto a lo que le digan sus prejuicios, piense por sí mismo y madure.

              Mientras tanto, señor Lendermain… ¿no tiene otra forma de ponerse en ridículo? Permítame algunas recomendaciones: vestir un tutú rosa, gritar en mitad de la calle que es gay, hablar en inglés con acento andaluz, imitar a Chiquito de la Calzada… Por estos lares de la blogosfera preferimos ser algo más serios. No me haga perder más el tiempo con chorradas. Puede que usted lo tenga. Yo no.

  5. Solo he entrado para ver cómo justificaba el salario de Cebrián, después
    de una parrafada sobre el ideario empresarial neoliberal, solo
    encuentreo un dos argumentos:

    1. Si a los trabajadores no les gusta la gestión de Cebrián (y
    seguramente tienen razones para que no les guste), tienen la posibilidad
    de montar ellos su propio medio de comunicación de acuerdo con los
    criterios que les parezcan mejores)

    Primer ergumento que el mismo desmonta con un simple Más allá de que la idea de que la libertad de mercado sea un sarcasmo

    2. la responsabilidad del señor Cebrián desde el punto de vista
    laboral es enorme. Y eso debe ser debidamente retribuido. Y si quienes
    le mantienen en el puesto no les gustan los resultados de su trabajo, le
    ponen en la calle. Y pasamos de más de 13 millones de euros a 0.000.000,00 euros, impuestos incluidos.

    Si el mismo autor calificaba de sarcasmo el primer argumento, el segundo
    ya es puro cinismo, socarronería o desvergonzonería. Argumentar su
    salario por la su inseguridad laboral cuando ha despedido a 150 personas
    (que también pasan a ganar 0 euros) es lamentable y ridículo,
    sin entrar a valorar que seguro que se ha asignado a sí mismo una de
    estas pensiones vitalicias tan de moda.

    Resumiendo, un negacionista más del desastre del negacionismo, que solo
    puedo entender como un lavado de cerebro por lo absurdo de sus
    argumentos.

    • A ver, señor Insólito. Entiendo que mi artículo no le guste… pero es que su respuesta no hay por dónde cogerla desde el punto de vista argumentativo.

      Respecto de su primera réplica, usted coge una frase que empleo (no hay libre mercado) para decir que ellos no pueden montar su propia empresa. Esto es falso. Una cosa es que no exista un mercado libre y otra cosa muy distinta que vivamos en un sistema comunista, en el que toda libertad está condicionada a severas (y en la mayoría de los casos) restricciones estatales. España, según su Constitución, tiene una economía social de mercado, y eso da lugar a muchas intervenciones estatales. Es decir, que libre no es, pero atado de pies y manos tampoco. Existe una libertad suficiente para que un colectivo de 400 personas monte su propia empresa o cooperativa.

      Respecto de su segunda réplica, a duras penas es siquiera una réplica. Más bien es una infundada colección de insultos basada en su reacción a algo que no ha sabido comprender. Yo no he justificado el salario del señor Cebrián en base a los riesgos de perder el empleo. No. Lo hago en base a su responsabilidad. Y esa responsabilidad (la primera empresa de medios de comunicación del país, un montón de trabajadores, dirección estratégica, etc.) hay que pagarla. El blindaje del contrato al que usted hace alusión es también una parte del salario. Pero puede estar tranquilo: no tiene que pagar ni un euro de su sueldo. Esa responsabilidad compete únicamente a los señores de Liberty, que son quienes deciden día a día si le mantienen o si le ponen en la calle. Y ellos, quieren. No es su vida. No es su dinero. Los señores de Liberty deciden en manos de quién ponen su inversión, los riesgos y sus consecuencias.

      Esto no es una cuestión de neoliberalismo (pista: no es cualquier idea contraria a lo que usted piense). Ni de negar nada. Es una cuestión de libertad a la hora de establecer relaciones como cada cual quiera. En este caso, las de Liberty con el señor Cebrián. No ha dado usted un solo argumento al respecto.

      Saludos.

      • Voy a intentar ser conciso, del artículo me interesa cómo se justifica el sueldo de Cebrián. Su respuesta es «la libertad a la hora de establecer relaciones» a eso me refiero con el neoliberalismo «la reducción de la intervención del estado».

        Ante la aberración del sueldo de Cebrián usted no propone ninguna justificación válida, habla de la responsabilidad, que es altamente subjetiva pero que también cae en saco roto debido «a la libertad de establecer relaciones».

        Usted justifica un sistema que genera tales aberraciones, que no son aisladas, es una tendencia consolidada y que como se ha demostrado destruye la economía, por su falta de estrategia a medio y largo plazo.

        ¿Cuál es su respuesta? esto es normal y hay que dejar que siga su curso. Pues NO, no es normal es un sistema fallido.

        Su incapacidad para ver el fracaso tan notorio del sistema me lleva a pensar que usted razona según convicciones y no según unos datos tan evidentes.

        Saludos

        • Para intentar ser conciso, lo único que hace es rajar del «neoliberalismo». Con poca concesión, si me permite (y de errores gramaticales, pero ese es otro debate).

          Supongamos que el señor Cebrián consigue los resultados deseados por Liberty, quien le paga y le mantiene. ¿Son aberrantes esos 13 millones si genera 100 millones de beneficios? ¿Son los sueldos de Messi o de Cristiano Ronaldo aberrantes, si generan cuatro veces su salario? Pues por muy mal que le siente a su moral, la respuesta es que no. Y si sale mal, habrá sido una inversión que salió mal. Punto.

          Afirma que yo hablo de «responsabilidad, que es altamente subjetiva pero que también cae en saco roto debido «a la libertad de establecer relaciones».»

          Veo que no conoce demasiado bien el mundo empresarial. Lo cierto es que el cargo del señor Cebrián tiene una serie de responsabilidades claramente definidas, ya sea por lo legal, ya sea por contrato. Pero aún dándole la razón en lo de la libertad de establecer relaciones (que no la tiene ni de lejos), si lo hace mal, independientemente de la «libertad de relaciones», lo cierto es que el señor Cebrián será muy difícilmente contratado de nuevo. ¿Le contrataría usted para su empresa? No, ¿verdad? Pues eso.

          «Usted justifica un sistema que genera tales aberraciones, que no son aisladas, es una tendencia consolidada y que como se ha demostrado destruye la economía, por su falta de estrategia a medio y largo plazo.»

          No sé si usted no se ha leído «Los felices 90» de Stiglitz, o sí lo ha leído pero no lo ha entendido. Pagar un salario muy alto (de más de seis ceros) a Cebrián, a Messi o a Kobe Bryant no es ninguna aberración. Y, desde luego, estos salarios no destruyen la economía (no, ni tiene datos que lo demuestren ni puede encontrarlos porque, sencillamente, esa relación no se da, ni estadística ni lógicamente). Y si cree que me equivoco, délos. Las leyes absurdas sí lo hacen, pero eso implicaría cuestionar el concepto de socialdemocracia, y usted no tiene ganas de pensar si no es usted mismo quien se equivoca. De estos, puede mirar casi cualquier artículo en Desde El Exilio.

          Lo que no sé es qué entiende usted por sistema, que es lo que piensa que entiendo por sistema y por qué no veo tales evidencias. Sinceramente, tampoco me interesa. No creo que pueda convencerle de nada.

          • Supongo que para usted la crisis económica actual es solo una «inversión que ha salido mal».

            Sigue justificando el beneficio a corto plazo que ha creado tanta pobreza. Todo occidente está arruinado, pero eso no es una evidencia, eso no existe.

            • Usted no me ha leído en mi vida, insólito. Moléstese, lea y hable con conocimiento de causa.

              «Sigue justificando el beneficio a corto plazo que ha creado tanta pobreza. Todo occidente está arruinado, pero eso no es una evidencia, eso no existe».

              Valiente estupidez. Es un párrafo tan idiota y con tantos errores que no sé ni por dónde empezar.

              1. El beneficio a corto plazo no es aplicable a este caso. O se actúa a corto plazo, o se cierra.

              2. Lo que sí le ha salido mal a PRISA ha sido la estrategia a largo plazo, con inversiones que fracasaron.

              3. El beneficio a corto plazo no crea pobreza. Semejante argumento no se sostiene cuando hablamos de dirección de empresas. No deja de ser un slogan equivocado y cursi.

              4. La gente siempre ha sido pobre. Es con la creación de riqueza que se deja de ser.

              5. No todo occidente está arruinado.

              6. Tiene mucho más que ver con los problemas económicos del mundo las políticas económicas que los países, plasmadas en Constituciones y leyes absurdas, están aplicando. Para entender esto hay que leer, pero eso a usted le resulta demasiado bien.

  6. Pues no me convence. El sueldo de Cebrián NO se ajusta al mercado y es el equivalente a 400 trabajadores. Entiendo que él entienda perfectamente que puede tomar decisiones erróneas para la empresa con el fin de aumentar o mantener su lucro personal, pero Liberty debería entonces ponerlo de patitas en la calle como primera medida. Claro que me temo (no lo conozco) que Liberty firmó alguna tontería cuando entró en el capital y por eso no lo echan. En definitiva, que me temo que sea posible que el Sr. Cebrián esté a la vez, y de manera gratuita, provocándole pérdidas a Liberty y fastidiando la vida a unos cuantos periodistas. Eso no es mercado. Tiene otro nombre.

    • Es que hablamos de relaciones distintas, Raikkonen. A quien tiene que convencer Cebrián es a la Junta de accionistas, que es quien le mantiene en el puesto (y, por lo tanto, se ajusta a mercado, y seguirá ajustado mientras no quieran echarle). A quien tiene que convencer cada uno de los trabajadores es al Departamento de Recursos Humanos (cuyo precio también se ajusta a mercado, salvo que encuentren algo mejor). Por cierto, por cada salario de esos 400 trabajadores se puede mantener otro salario de otras 400 personas en otros países. Las comparaciones son muy relativas, se pueden hacer virguerías con ellas en muchos sentidos.

      Saludos.

    • Señor Raikkonen: A usted yo no le tengo que convencer de nada. En todo caso, será el señor Cebrián quien tenga que convencer a los señores de Liberty de que su gestión está siendo la mejor posible.

      Ajustarse a mercado quiere decir que haya alguien dispuesto a pagar por él ese precio por algo, aunque en ese mismo momento nadie más esté dispuesto a hacerlo y aunque cinco minutos después ni siquiera quien hizo lo volvería a hacer.

      Existe algo llamado valor subjetivo. Significa que cada uno ve en «las mismas cosas» (entendido en sentido amplio) diferentes utilidades y diferentes rentabilidades. En este caso, los señores de Liberty han considerado que el señor Cebrián era la persona apropiada para obtener las rentabilidades oportunas. Lo que no quita que los señores de Liberty vean los resultados del trabajo del señor Cebrián y adopten las medidas oportunas, incluyendo hacerle engrosar la larga lista de parados que tiene España. Si firmaron un contrato del que luego se arrepienten, no haberlo firmado. Así son los negocios.

      Finalmente, arguye que «me temo que sea posible que el Sr. Cebrián esté a la vez, y de manera gratuita, provocándole pérdidas a Liberty y fastidiando la vida a unos cuantos periodistas. Eso no es mercado. Tiene otro nombre.»

      Claro que tiene otro nombre. Se llama «vida». Puede pasar en la vida exactamente eso que usted comenta. ¿Y qué ocurre? Que la gente pierde dinero o un empleo. Y desde luego que forma parte del «mercado». Desde luego, los señores de Liberty conocen estos riesgos. Son los periodistas de El País quienes, por desgracia, o no conocen el juego o lo ignoran a propósito.

      • Efectivamente, se llama «vida» y se llama «ser dañino para los demás». Pero lo que no se puede pretender es que sea alabable. Debe ser indicado. Creo que Ud. comete el error de confundir indicaciones morales del personaje con petición de acciones judiciales. Son dos cosas diferentes. Yo puedo llegar a la conclusión de que un determinado sujeto es un indeseable y mejor estar alejado de él. Y puedo comunicárselo al resto. Lo que no puede ser es que ni Ud. ni nadie me afee mi conducta. Eso será en todo caso «conservador» pero nunca «liberal»

        • Señor Raikkonen: ¿Dónde lo alabo yo? Una cosa es que haya algo que no nos gusta, que entra dentro del mundo de las opiniones…

          http://www.youtube.com/watch?v=cpxNHevBdXo

          Y otra muy distinta es prohibir todo aquello que no nos guste o que nos parezca mal. Que es lo que todo el mundo quiere, y a lo que en este blog tenemos por costumbre estar en contra.

          Por cierto, desde luego que puedo afearle su conducta. Estoy haciendo lo mismo que ha hecho usted con el señor Cebrián.

          Y sí, esto que estoy haciendo es liberal. No cuestiono su libertad de opinión. No cuestiono que lo grite a los cuatro vientos. Cuestiono los fundamentos de sus argumentos para demostrar que está equivocado. Aunque sea posible, ser liberal no tiene porqué ser neutral.

          Saludos.

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