Rajoy: el triunfo de la mediocridad

Veníamos de la época zapaterina, dominada por la soberbia, el derroche y las latrías que le son propias a la teología socialista. Desde la presidencia de gobierno, tan errado en sus ideas como convencido de ellas, rodeado de indigentes intelectuales y morales para no ensombrecer su figura central, pensábamos que nada ni nadie sería capaz de desampararnos al tiempo que explotarnos de forma tan magistralmente atroz como lo hizo el señor Rodríguez Zapatero. Estábamos equivocados.

Tanto monta, monta tanto
El mediocre y el soñador

Don Mariano Rajoy recogió un cesto de mimbres tan maltratado por tantas manos incapaces que a nadie se le ocurrió pensar entonces que pudiese pretender conservarlo. Lo normal era tirarlo y hacer uno nuevo. Lo normal era devolver la iniciativa a manos privadas, al menos en aquellas cuestiones en las que estaba claramente demostrado que el estado había fracasado. Lo normal hubiese sido:

  • renunciar a la subvención de la actividad industrial, cualquiera que fuese
  • renunciar a la promoción de infraestructuras absolutamente innecesarias
  • renunciar a mantener el monopolio de la seguridad financiera de los administrados
  • renunciar a los mecanismos de propaganda
  • renunciar a la servidumbre jurídica

No. Rajoy es CONSERVADOR antes que cualquier otra cosa. Y no nos extraña entonces que sienta una aversión profunda por todo lo que signifique cambio.

No, Rajoy es FUNCIONARIO del Estado, antes que cualquier otra cosa. Y no nos extraña entonces que jamás haya pensado, ni por un momento, en renunciar a alguna de las funciones y privilegios que el estado ha ido arrogándose en los últimos … siglos?

No hemos sido los españoles quienes hemos fracasado, sino nuestro estado. Desde aquel «El estado soy yo» -celebérrima frase del monarca Luis XIV- hemos pasado, por indoctrinamiento, al no menos enajenante «el estado somos todos», mentira donde las haya, olvidando el «Yo soy yo y mis circunstancias» del gran Ortega y Gasset. Yo no soy el estado porque, si así fuere, tendría libertad sobre el uso de mi patrimonio (mi sueldo?), tendría libertad para negociar con mi patrimonio (mi fuerza laboral?) El estado que con tanto esfuerzo defiende Don Mariano Rajoy – no sé si hasta la extenuación, pero sí hasta la ruina de todos – está condenado al fracaso no solo económico, también moral.

España se ha dotado en apenas 37 años de un aparato estatal que se autotitula «democrático, de derecho, social y de bienestar».

La vigente Ley Electoral es profundamente mejorable y no garantiza los principios de representatividad. La inexistente separación de poderes en un país en el que los políticos nombran a los altos cargos del poder judicial impide el ejercicio imparcial de la justicia:

«Tyranny is the exercise of power beyond right … when the governor … makes not the law, but his will, the rule.»John Locke

El esfuerzo para generar un sistema de igualdad ante la ley ha degenerado en la barbarie igualitarista que nos aleja irremediablemente de una sociedad más rica y plural. La pérdida de productividad nos ha puesto ante los caballos de la pobreza: es imposible que unos pocos paguen el bienestar de una mayoría improductiva.

«We have a system that increasingly taxes work and subsidizes nonwork.» Milton Friedman


«One of the most dangerous trends of our times is that increasing numbers of people have a vested interest in the helplessness of other people.» Thomas Sowell

Lo que Mariano Rajoy olvida cada mañana cuando va su despacho es simple:

«It is not from the benevolence of the butcher, the brewer, or the baker, that we expect our dinner, but from their regard to their own interest. We address ourselves not to their humanity but to their self-love, and never talk to them of our own necessities but of their advantages.» Adam Smith

Yo soy yo y mis circunstancias, señor Rajoy.

Permítame que le diga: es a golpe de mediocridad, cortedad de miras y miedo, mucho miedo a la pérdida de poder y privilegios, que usted continúa la obra derrochadora de Rodríguez Zapatero. No porque comparta necesariamente las «visiones» de socialista, sino porque necesita del aparato estatal para intentar realizar las suyas propias.

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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18 comentarios

  1. «El esfuerzo para generar un sistema de igualdad ante la ley ha degenerado en la barbarie igualitarista que nos aleja irremediablemente de una sociedad más rica y plural. La pérdida de productividad nos ha puesto ante los caballos de la pobreza: es imposible que unos pocos paguen el bienestar de una mayoría improductiva.»

    Creo que ya he visto todo lo que tenía que ver de este blog.

    Defiende la falta de igualdad ante la ley porque hay una minoría productiva que paga el bienestar de una mayoría improductiva. ¿Quienes son esa minoría productiva? ¿Qué pruebas tiene para decir que hay una mayoría improductiva? Estos planteamientos no se si son liberales pero tengo claro que son fascistas.

    Me lo he pasado bien intentando argumentar mis ideas, pero ya no pierdo más tiempo ante posiciones tan sectarias.

    • Ahora lo entiendo! los problemas que tenemos con Hoisbob en este blog vienen dados de las confusiones en el uso de los conceptos. Permítame que aclare algunos, aunque me temo que sea en vano:

      Fascismo: Los nazis nunca se proclamaron fascistas, pero continuamente proclamaban ser socialistas, mientras que el fascismo después de 1921 repudió el socialismo nominalmente. Aunque el fascismo tuvo cierta influencia sobbre el NSDAP hubo otras influencias mayores, notablemente el comunismo y nacionalismo alemán. Si se refieres al fascismo franquista, le remito a un video de la época: Fascismo franquista, o socialismo anticapitalista?

      Igualdad ante la ley: no es lo mismo ser iguales ante la ley que ser iguales por ley. Yo soy un defensor acérrimo de la igualdad ante la ley. Pero ser iguales ante la ley sólo significa que si la ley protege algún derecho, lo hace para todos igual. Esto descarta cualquier tipo de discriminación positiva: si se favorece por ley el trabajo de los rubios -por ejemplo- es sólo a costa de reducir las posibilidades laborales -en igualdad de condiciones- de los morenos. Son nuestras diferencias, las que nos hicieron progresar y sobrevivir como especie. Es justamente eso lo que nos ha permitido evolucionar. Esas disparidades, nos hace creativos, competitivos y se convierte en el principal motor que nos moviliza lo suficiente como para esmerarnos y superarnos a nosotros mismos.
      No es la igualdad, sino justamente su opuesto, la desigualdad, lo que mejor describe nuestros talentos y mayores virtudes. También es ella la que identifica claramente nuestros peores defectos, y nos posibilita la chance de ocuparnos de ellos.
      Por favor, no confunda derechos con privilegios!

      Mayorías improductivas: en España viven 42 millones de personas, de las cuales apenas 15 millones son productivos. Haga cuentas…

      Resumen: intente entender lo que se escribe antes de hacer exégesis. Gracias

    • Como diría el otro….. «Manda webos»

      Ha tenido oportunidad de expresarse libremente exponiendo sus…. «argumentos» y se atreve a llamarnos Fascistas sin ni tan siquiera saber de qué está hablando……

      Bueno… Pues agur o abur o taluego….

    • Entendió usted mal, Hoisbob:

      «El esfuerzo para generar un sistema de igualdad ante la ley ha degenerado en la barbarie igualitarista (…)»

      Palabra clave: degenerado. Esto es, que se desvió de la (buena) intención original para adentrarse en otros campos más allá del puramente legal, acabando luego todo el proceso en malos resultados finales.

  2. Luis…. no seré yo el que defienda a Rajoy a capa y espada pero tampoco voy a creer que sea un mediocre. Creo eso si que la situación es tal que teniendo como tiene cadáveres en el armario del partido en cuestiones de déficits y derroches le es muy difícil tomar algunas medidas, como la devolución de competencias al estado, la supresión a las bravas de empresas púbicas y chiringuitos de los políticos. Y, sobre todo, visto todo esto desde una óptica liberal.

    Lo cierto es que están surfeando la ola de la crisis intentando no quedarse atrapados en el tubo, y nosotros con ellos, e intentar subir a lo alto para avanzar mas lejos y mas rápido.

    No tenemos todos los datos. Las noticias que aparecen por todos lados unas son terribles y otras son directamente alucinantes. A mi pensar que el Estado debe 950.000.000.000 de € me da tiritera. Añádele la deuda privada que esa… aunque tenga influencia en la de todos de alguna manera, la sufre quien la firmó.

    Pues las cosas van así. Vivimos a crédito y tratar de reducir lo que hay sin que el país se subleve… es muy difícil. No me quiero imaginar a los pensionistas y los parados que acaben suicidándose a lo bonzo delante de los bancos y los ministerios.

    Mill creo que es bastante más explícito y contundente que yo a la hora de analizar la situación….

    Y lo peor es que los ciudadanos de este país no creo que estén preparados para la verdad.

    En mi trabajo se están produciendo despidos y la inmensa mayoría de los que quedan, no digamos ya los que se van, piensan que no tenía que tocarles a ellos que se podrían reducir de otros sitios…. Diles que reducir de otros sitios significa despedir a la gente que trabaja en esos sitios… Ya se callan…. pero no les gusta nada recordarles que lo que están pidiendo es “que a mi no me toque.”

    • Bastiat, precisamente por la enormidad de esa cifra que das llego a la conclusión de que es mediocre y cobarde. No ha adoptado medidas brillantes, ni extraordinarias, es un más de lo mismo, recetas conocidas, conservadurismo aplicado. Lo siento, pero los grandes problemas necesitan grandes soluciones, y Rajoy no las tiene, no es excelente.

      Ojo! yo tampoco, pero yo no soy presidente de gobierno 😉

      • No… Ni yo. Y es por eso por lo que lo que está haciendo Rajoy no nos puede parecer brillante… porque tu y yo haríamos otras cosas.

        El problema es que la inmensa mayoría de la población, en cuestiones económicas,… NO nos votarían.

        ¿No te parece?

  3. De Rajoy me esperaba estabilidad presupuestaria.
    De Rajoy me esperaba devolución de competencias a la Administración Central.
    De Rajoy me esperaba mano dura con el terrorismo de ETA.
    Y lo que ha hecho es emular al peor Zapatero.
    Parece mentira que no tuviese un plan de gobierno preparado y estudiado: debía de tener bastante claro que iba a ganar las elecciones. En lugar de eso hemos asistido a una una toma de decisiones bastante improvisadas, aunque sin llegar al descaro de ZP.
    Sin embargo creo que quien más me ha decepcionado ha sido Cristóbal Montoro. No sé qué le ha pasado en estos años que ha pasado en la oposición, pero me lo han cambiado. No ha atajado el déficit de manera decidida, y por si fuera poco está influyendo en tomas de decisiones del Gobierno en las que debería abstenerse por incompatibilidad.

    La sensación que queda es, como bien ha descrito Luis, que se sigue trabajando con un cesto de mimbre deshilachado, contrahecho, inservible. Han optado por seguir hozando en el fango en lugar de salir de la charca y empezar a construir nuestro futuro.

    Lo peor es que tenemos que elegir entre malo y peor. Dan ganas de largarse.

  4. Yo voté a Rajoy. No tenía mucha confianza en el, pero para mi ese voto y el humilde proselitismo que pude hacer en esa dirección, tenía un único objetivo: desalojar al PSOE del Gobierno. Y en ese sentido ha funcionado de maravilla. Si no hubiera funcionado, ahora tendríamos a Rubalcaba de presidente de gobierno ¿alguien se puede imaginar semejante pesadilla?, ¿estaríamos mejor?…

    Comparto las críticas a Rajoy, las que muy bien expone Luis, y otras que a mi me parecen todavía más graves, al menos desde una perspectiva ética y moral: la dejación en sus funciones como Presidente del Gobierno en la lucha contra ETA y su traición a las víctimas del terrorismo. Y eso si que es imperdonable. Y de consecuencias difícilmente calculables hoy.

    Creo que el PP tiene un problema de base que no tiene el PSOE. Estos son un rebaño uniforme que balan en el mismo tono que marca el pastor de turno, siempre bajo el control de los diferentes perros pastores. Es alienante pero es una baza política con la que saben que cuentan.

    Por su parte el PP es una amalgama de sensibilidades que ni siquiera se pueden encuadrar en una «derecha» homogénea formal. Hay una corriente socialdemócrata hoy hegemónica liderada por el propio Rajoy. Aglutina en su electorado también a lo que podríamos llamar la derecha clásica, conservadores y democristianos, «la derechona» la llaman cariñosamente los medios de progreso. En esta corriente Mayor Oreja podría ser la cabeza visible. Y por último nos quedan, siempre relegados, las sensibilidades más o menos liberales del partido con Esperanza Aguirre a la cabeza. Y con esta jaula de grillos es imposible (siempre lo ha sido) mantener un partido de gobierno que pueda cuajar sus políticas, sean estas cuales sean.

    Una prueba de que estas circunstancias son así o parecidas es el análisis de lo que ha pasado en los primeros ocho meses de gobierno popular: los mayores estacazos le vienen directamente desde sus votantes, sean estos fijos o eventuales. El liberalismo está que trina con la economía socialdemócrata de Rajoy, los conservadores y democristianos no le perdonarán nunca su política antiterrorista esencialmente Zapateril, y simpatizan con muchas de las críticas del sector liberal. Y los socialdemócratas… en fin, los socialdemócratas ya sabéis, son insaciables.

    Y con este cuadro clínico-forense, el PSOE con dedicarse a sus rebuznos habituales, a no perder mucho el hilo del control de los medios, y a abrigarse con una mantita del frío que hace fuera del poder, sabiendo que todo va a ser eventual, y que su situación, como en las otras escasas ocasiones en la historia reciente (¿las ha habido?), es meramente interina… solo tiene que esperar. Y tal como van las cosas no parece que mucho. Y entonces qué, volvería un PSOE ¿con Chacón? ¿con Tomás Gómez? … ¿echaríamos entonces de menos a Rajoy? Probablemente. Esto debe ser una pesadilla.

  5. Salvando las distancias, con Rajoy ocurrió algo muy parecido a lo del 15M: mucha gente estaba tan desesperada con ZP que deseaba más allá de toda lógica que llegara Rajoy y arreglara el desaguisado. Era un acto de fe, agarrarse a un clavo ardiendo. Una última esperanza para poder negar que corremos cuesta abajo hacia el precipicio.

    Y además, como dice Mill, existía cierta confianza en que se rodearía de gente competente, que la había.

    Además, desde el punto de vista meramente electoral, Rajoy no ha tenido en cuenta que la mayoría de los votantes de su partido lo eran por detalles pequeños pero significativos que lo separaban del PSOE, y se ha esforzado para que esos detalles desaparezcan.

    • No se de donde le vienen los complejos al PP. En su contínua lucha por hiperlegitimarse (sí, han oído tantas veces lo de «la derecha no está legitimada para hacer esto o lo otro» que padecen un complejo impresionante) lo único que han logrado es asimilarse. Resumen: el PP es un partido socialdemócrata y estatista, amén de algo conservador. No hay ni un ápice de liberalismo en su programa. Y si le pregunta a los conservadores de verdad, le dirán que el PP tampoco es un partido conservador.

  6. Yo no confiaba nada en Rajoy, de hecho no le voté, pero sí confiaba al menos en que habría alguien en su entorno que supiese lo que había que hacer. Pero es inútil alrededor de los políticos no crece la inteligencia…

    Lo peor es que estamos acabados, y encima la gente ni lo sabe.

    Lo tengo dicho solo queda ya que el secesionismo haga acto de presencia para que aquí no invierta nadie y el sistema colapse.

    • Mill, si echas un vistazo a los artículos de opinión en La Vanguardia de las últimas semanas, verás que el secesionismo está aquí para quedarse.

      Una pena. El que consideré, mucho tiempo, el mejor periódico de España ha evolucionado a un provincianismo y localismo que recuerda al Diario de Jaen.

  7. Bueno, yo diría que otro de los motivos que nos han empujado a la crisis es el excesivo «self-love» de muchos. No podemos mirarnos los unos a los otros como medios para satisfacer nuestras propias necesidades… creo que ÉTICA es la pieza clave que le falta a la sociedad española (una buena dosis de Kant).

    Decía Aristóteles: «No es la forma de gobierno lo que constituye la felicidad de una nación, sino las virtudes de los jefes y de los magistrados.»

  8. Saludos a los dos. A mí lo que me sorprende es la cantidad de gente que en su día me llamó de todo por decir que Rajoy no iba a solucionar nada, que no era el remedio. Hoy vemos los resultados.

  9. Y además, Luis, Rajoy es una antigualla incapaz de comprender que vive en un mundo que no existe. Aparte de perfectamente incompetente, y otros detalles menores.

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