Groenlandia, el color de la camisa.

Una alegría que solemos permitirnos los escépticos del IPCC es decir que el nombre de “Greenland” viene del color de aquellas tierras cuando los vikingos las poblaron. Pero probablemente Groenlandia muy verde no era. Hay historiadores que sostienen que Erik el Rojo era muy cuco, y decidió que poniéndole un nombre atractivo al sitio conseguiría más colonos. ¿Qué mejor que “Tierra Verde”? No lo superaría ningún jeta moderno, ya sea ecologista, ya monstruo del marketing. Ríase usted de los productos financieros tóxicos, con sus bellas denominaciones prodigio. En aquella estafa solo picaron unos centenares, que con el tiempo llegaron a ser 3.000, repartidos en 400 granjas. Sobrevivieron, mejor o peor, 500 años.

Según las sagas, lo primero que se veía al llegar a Groenlandia desde Islandia, si se había seguido la ruta como se debía, era el monte más alto de la isla. 3.700 metros. La travesía era de dos días y tres noches.

El monte se llama hoy Gunnbjørn fjeld, por el nombre del primer vikingo que llegó a Groenlandia. Sin embargo es un monte que ha cambiado de color, y con el color ha cambiado de nombre. Y resulta muy indicativo. Se trata de una formación de roca negra que emerge sobre la capa de hielo de Groenlandia, espesísima. Los engañados por Erik lo usaban como marca para situarse, y le llamaron camisa negra (blaserk). Sin embargo, con el pasar de los siglos, dejaron de mencionar Blaserk, y pasaron a hablar de Hvitserk, camisa blanca [–>]. ¿Había cambiado de color? No sería de extrañar, si la nieve en Groenlandia estaba empezando a acumularse, aumentando la capa de hielo. Hoy se ve así:

Ya ves; tanto calentamiento global, pero hoy todavía nadie le llamaría “camisa negra”. Tal vez en unos años. Si hay suerte, y por ejemplo las  tierras que cultivaban los vikingos pierden el permafrost actual, y se hacen cultivables de nuevo.

Groenlandia es clave. Dicen que se va a ahogar la mitad de la humanidad porque su capa de hielo está a punto de licuarse. Y este verano, que probablemente se va a batir el récord de mínimo de hielo marino en el Ártico, la matraca va a ser tremenda. Al hielo marino ya le hemos puesto su contexto hace poco [–>]. Nos falta la parte del hielo de tierra. Probablemente el resumen más claro sea el del último gran estudio de temperaturas de Groenlandia. Kobashi et al 2011 [–>], Present Temperature in the Context of the Past 4000 Years.

Traduzco:

La temperatura actual decadal de superficie en Summit (2001–2010) se calcula en −29.9 ± 0.6°C … y se ilustra en un contexto de 4.000 años en la figura 1. La temperatura media decadal de superficie es tan cálida como en los 1930s – 1940s (figura 1, arriba), y hubo otro período similarmente cálido en los años 1140s (figura 1, medio), indicando que la presente década no está fuera del rango de la variabilidad natural de los últimos 1.000 años. Excluyendo el último milenio, hubo 72 décadas más cálidas que la actual, en las que la temperatura media fue 1,0 – 1,5ºC más caliente, especialmente en la primera parte de los últimos 4.000 años. Durante dos intervalos (hace ∼1.300 y ∼3.360 años) la temperatura media de cien años (siglo, no década) fue casi 1ºC más caliente (-28,9ºC) que la década actual. De las anteriores observaciones deducimos que la temperatura en Groenlandia Central no ha excedido el rango de la variabilidad natural.

También añade que si los alarmistas tienen razón, y continúa el calentamiento como predicen, para fin de siglo sí se saldría del rango de variabilidad natural. Claro.

Figura 1 de Kobashi et al 2011:

Estos son los únicos gráficos que yo conozco donde se comparan “peras con peras”. La temperatura del pasado de la cumbre de la capa de hielo de Groenlandia, sacada de cilindros de hielo profundo, con las temperaturas modernas del mismo sitio, sacadas en parte de termómetros (desde 1987) y en parte modelizadas a partir de otros datos. Lo que se suele ver siempre son las temperaturas de las catas GISP2 por Alley R,B, 2000 [–>], que llegan hasta 1905, empalmadas con las temperaturas modernas sacadas de las formas más heterodoxas. Por ejemplo, los escépticos empalman a las catas de hielo la temperatura media global de HadCrut, o “peras con manzanas” (global con local). Y los alarmistas plantan alegremente un dato de temperatura de la estación Summit del año 2010, que se salió del mapa, como si la resolución del GISP2 fuera anual, y no hubiera una disminución de variabilidad según miras datos más antiguos. Peras con manzanas también (datos promediados con datos puntuales). Se ve el dato de 2010 en el gráfico,  arriba, pero no quiere decir nada. Ni siquiera se cita en el texto, salvo para recordar que la reconstrucción de temperaturas del este siglo, en la parte anterior a tener termómetros (1987), subestima los extremos, como haría con el caso de 2010 de estar en la parte reconstruida.

Pero se puede aprovechar Kobashi et al 2011 para ver la temperatura de Groenlandia en el contexto entero de GISP2. Se puede usar el mismo Alley 2.000, pero aprovechando Kobashi et al 2011 para la parte moderna 1905 -> 2010, que le falta. No es más que una especie de «N», con los picos altos como el de 1.150, según su propia descripción. Y es comparar local con local, del mismo sitio, y temperaturas promediadas con temperaturas promediadas. Al final es como tralsadar Kobashi 2011 sobre Alley 2000, para poder llegar más atrás, y hasta hoy. Y con una visualización creo que más clara. Hay una diferencia  de medio grado en temperaturas absolutas con Kobashi, que viene de su diferencia con Alley (pero la posición relativa de los máximos es igual).

Quedaría así, para 2.000, 5.000, 10.000, 12.000 y 50.000 años:

 

Consejo: Cuando vuelvas a leer lo del calentamiento global / fin del mundo en El Mundo o en El País (espero que la tele no la veas), vuelve a echarles un ojo a estos gráficos. Para poder dormir, digo. Y disfrutar del calorcillo – lo que dure.

plazaeme
plazaeme

Negacionista. Que no se sabe muy bien si quiere decir que niego que exista el clima; que niego que el clima cambie; que niego que el clima esté cambiando actualmente de forma que no se haya visto antes; o que niego que hayan mostrado que se trata de un problema real, y no imaginario. Nunca me lo explican, y sigo esperando.

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