La tragedia del BCE (I): La burbuja mediterránea

Cuando el economista alemán Philip Bagus escribió su formidable ensayo “The Tragedy of the Euro”, el español Jesús Huerta de Soto apostilló que tal libro, lleno de argumentos, demostraciones y ejemplos históricos que explican por qué el euro está condenado al fracaso, debía haberse titulado más felizmente “The Tragedy of ECB”, pues todos los errores citados en el libro tienen su origen en el Banco Central Europeo, y no en la moneda del euro como tal.

Para empezar, la actual situación sombría de los países mediterráneos, periféricos o los PIIGS, tienen un causante muy claro: el Banco Central Europeo. Para comprender esta afirmación hay que entender la Teoría Austríaca del Ciclo Económico, que es la única capaz de explicar los períodos de auge y crisis que experimentan todas las economías. Gracias a esta teoría, gran número de economistas han sido capaces de predecir y explicar un gran número de crisis económicas.

I

Teoría del ciclo

Para ello hay que explicar algunos conceptos básicos de economía, para aquellos lectores que no sean expertos: tipo de interés, ahorro, inversión, etc.

El tipo de interés es el precio del crédito (es decir, lo que cuesta una hipoteca; lo que cuesta un préstamo; lo que cuesta la deuda pública, etc.).

La renta que se percibe sólo se puede ahorrar, para consumir en el futuro; o gastar, para consumir ahora. Lo que ya se ha gastado nunca puede invertirse, pues ya se ha gastado. Por tanto, sólo podrá invertirse, como máximo, aquello que se ha ahorrado, que es lo que podrá consumirse en el futuro. Este es uno de los principios básicos de economía: hay que equilibrar inversión y ahorro; si se quiere invertir más, tendrá igualmente que ahorrarse más.

Si se sobreinvierte, es decir, se invierte más de lo que se ahorra, una parte de los proyectos de inversión no serán rentables (malinvesment), pues no habrá recursos para consumirlos por la gente.

Si en una sociedad el ahorro es muy abundante, lógicamente el tipo de interés será bajo, pues habrá muchos recursos para prestar; en este caso, el tipo de interés bajo atraerá a numerosos inversores a invertir, con la esperanza de lograr altas rentabilidades en el futuro. Y al contrario: si en una sociedad el ahorro es escaso, habrá pocos recursos para prestar, y el precio del crédito en esta sociedad (tipo de interés), será elevado. En este caso, el tipo de interés alto, atraerá a pocos inversores, que sólo invertirán en proyectos de inversión de altas rentabilidades, pues tendrán que devolver el crédito a un alto interés.

El tipo de interés, por tanto, es el precio que regula el ahorro y la inversión. Y la función de los bancos es precisamente la de canalizar todo el ahorro y prestarlo a un tipo de interés.

El problema es que los bancos centrales manipulan estas relaciones económicas, que acabamos de explicar. Cuando se invierte poco en una sociedad, porque se ha ahorrado poco, el Banco Central establece un tipo de interés artificialmente bajo, con el fin de incentivar la inversión. Para ello, el Banco Central imprimirá dinero (lo que provocará cierta inflación) y se lo dará a los bancos para que lo presten a los inversores. Se pedirán más créditos a un tipo de interés bajo, se abrirán más empresas, se contratarán a más trabajadores, aumentará el PIB y habrá crecimiento económico.

Pero lo que también ocurrirá es que, a un tipo de interés artificialmente bajo, habrá menos incentivos al  ahorro, y existirá un desajuste cada vez mayor entre ahorro e inversión. El ahorro cada vez será más escaso, al mismo tiempo que se invierten y se prestan grandes cantidades, emitidas por el BCE.

Como el ahorro también puede definirse como el consumo futuro; si el ahorro es escaso, el consumo futuro también lo será. Si se ha invertido mucho más de lo que se ha ahorrado, tales proyectos de inversión no podrán ser consumidos por insuficiencia de ahorro: la gente no podrá pagar por ello porque sus ahorros no alcanzan.

Es el momento en el que explota la burbuja, las empresas cierran al no encontrar consumidores, se despiden a los trabajadores anteriormente contratados, los bancos se encuentran al borde de la quiebra, pues gran parte del dinero prestado no se le es devuelto al quebrar un gran número de empresas, etc. La sociedad, tras años de exuberancia irracional, se percata que lo único que ha conseguido es perder el tiempo, pues su economía ha sido ilusoria y especulativa, nada productiva. El Banco Central manipuló las leyes de la economía.

II

El caso europeo

En el caso de Europa, el BCE empezó a bajar los tipos de interés del 4,75% a finales del año 2001 hasta dejarlos en el 2% a finales de 2003, situación que continuó hasta el año 2006. Lo que el BCE perseguía con esta política era impedir la explosión de la burbuja tecnológica del año 2001, también llamada burbuja de las puntocom. Seguramente, esta burbuja fue creada antaño por tipos de interés artificialmente bajos, en EE.UU, por parte de la Reserva Federal.

Lo único que consiguió el BCE fue aplazar la tormenta financiera hasta el año 2008, eso sí, con el coste de haberla convertido en un huracán financiero, alimentado de nuevas dosis de bajos tipos de interés, durante seis años.

Las naciones que más se vieron afectadas por la política del BCE de borrachera crediticia fueron, naturalmente, aquellas naciones menos ahorradoras, que suelen ser normalmente las menos productivas, ya que disponen de menor renta, lo que les reduce sus posibilidades de ahorro.

Estas naciones, que más desajuste sufrieron entre ahorro e inversión, ya sea porque no ahorraron lo suficiente o porque el tipo de interés del BCE no era el adecuado para su nivel de ahorro, fueron los países mediterráneos, los de la periferia. Grecia vivió su burbuja del sector público: las prestaciones sociales no paraban de crecer hasta el mismo año 2009, los empleados públicos, las pensiones, la edad de jubilación permanecía irrisoriamente baja, etc. Irlanda vivió una perfecta burbuja bancaria, que ya todos conocemos, de la que se va recuperando poco a poco. España vivió una fuerte burbuja inmobiliaria de la que todos los españoles hemos sido perfectos testigos durante bastantes años.

Hasta el propio Zapatero, adalid del keynesianismo con sus famosos planes de estímulo, hizo un giño a la teoría económica y afirmó que España no estaría en este atolladero actual si hubiésemos ahorrado más.

Y es que no se puede unificar  la política financiera de países tan dispares en productividad y ahorro, como Alemania, Holanda, Bélgica, por un lado, y Grecia, España, Portugal e Irlanda, por otro.

Aquí observamos en el siguiente mapa las naciones más ahorradoras en el año 2008, las sombreadas en azul, con una tasa de ahorro superior al 40% de su renta; y las naciones menos ahorradoras, con una tasa de ahorro inferior al 40% de su renta, y en especial España, con una tasa de ahorro de tan sólo el 27%.

Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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14 comentarios

  1. Me ha gustado mucho el artículo por la sencillez de explicar las cosas, aunque a lo mejor hacía falta entrar en más detalles, ya que no es lo mismo la tasa de ahorro de un pais como Alemania, que es uno de los mayores exportadores mundiales que la de Suecia, por ejemplo.

    Está claro que fue un error inmenso aplicar politicas económicas germanófilas a países periféricos de divisas pequeñas y devaluadas con tipos de interés muy altos. Eso solo puede producir una debacle económica, y que nadie lo pudiese preveer pese a la euforia inicial… Una moneda común queda muy bonita… pero una inflacción de un día para otro del 40% con el descenso de productividad que ello supone… no podía ser sino la antesala de la desgracia.

    Ah y un detalle, el mapa no puede ser más desastroso… la ultima vez que lo miré Baleares eran españolas, Corcega francesa, Gotland sueca, Creta griega e  Irlanda del Norte británica… pero no me hagas mucho caso.. jajajaj

  2. La verdad es que el artículo es bueno, pero a mí siempre me ha llamado la atención que se eche la culpa en exclusiva al BCE sin atender a la responsabilidad que tienen los gobiernos. Por ejemplo, en el caso de España los tipos bajos de interés provocaron una burbuja inmobiliaria que provocó que los ingresos del Estado se multiplicaran de manera asombrosa. Ante esta situación ese Estado podía hacer tres cosas: bajar los impuestos, con lo que los españoles hubieran sido capaces de mejorar sensiblemente sus tasa de ahorro comparándose a los países del norte al aumentar sus ingresos; reducir la deuda del Estado de manera significativa, lo que al final podría haber llevado implícita una rebaja de impuestos ante la necesidad de hacer frente a menores interese con ingresos parecidos; o la terecer solución que es a mayores ingresos, mayores gastos y crecimiento desbocado del Estado. Obviamente, en España se tomó la tercera vía, por lo que desde mi punto de vista la responsabilidad de la situación actual está muy equilibrada entre Estado y BCE

    • Sin duda.

      Creo que os artículos se centran sólo en el BCE , de ahí9 que el análisis se detenga en ello y no incluya a los demás actores del desastre.

      Lo que es bastante obvio es que la superposición de varias intervenciones (intervencionismos) sólo agrava las cosas, nunca las mejora.

      Nunca conocí a un yonki que mejorara con más caballo, terminaron muriendo todos. 

      • Absolutamente cierto.
        No era una crítica al artículo, que me parece muy bueno y didáctico, sino una pequeña reflexión, ya que me parece curioso que cuando se habla de la creación y consecuencias de la burbuja inmobiliaria casi siempre se pone al BCE como culpable único. Y fue el gran culpable, no cabe duda, pero tuvo cómplices muy activos, entre ellos el gobierno Aznar y, por supuesto, el descontrol desmesurado de gasto que supusieron los dos gobiernos Zapatero.

  3. Saludos, 
    Ante todo, gracias por una explicación tan clara y simple.  Descubrí este sitio por casualidad hace un tiempo y la verdad es que pese a discrepo -bastante- en algunos puntos con vosotros, pero tenéis una forma muy racional y crítica de abordar los temas que tratáis. 
    Pero yendo al tema:
    Parece que englobes a España dentro del grupo de los NO-Ahorradores, pero ¿No se puede considerar de alguna manera que el hecho de pagar una vivienda es una forma de ahorro? Lo digo porque si es así, los españoles somos MUY ahorradores, del orden del 40% del sueldo durante los 20 años mas productivos de nuestras vidas. ¿Por qué con este nivel de «ahorro» -o inversión- no estamos pintados de azul ahora? 
    ¿Por qué? 🙁

    • No, ahorro es guardar DINERO (billetes, monedas, saldo en cuentas bancarias, oro, plata, acciones, etc.) para consumir en un futuro. Comprar una vivienda es consumir, aunque la vivienda se considere Formación Bruta de Capital.

      Muchas gracias por leerme, espero que disfrutes con el blog.  

      • Gracias por la respuesta.
        Sí que me gusta el blog, lo tengo en RSS feed en el Reader y de hecho, para gente poco docta en todo el tema macroeconómico -como yo- es una fuente de divulgación muy buena (muy libreeconomista 😛  pero muy buena).
        Menudo fallo más tonto entonces que los españoles (yo entre ellos) no hayamos entendido que meter todo el dinero en pagar una hipoteca no es ahorrar. 
        Me imagino que el BCE no puede ni podría controlar (imponer) el tipo de interés por país miembro, derivando de manera alterna la parte alta del ciclo de unos países a la baja de otros y adecuándolo al beneficio del conjunto a largo plazo.  Esto estaría bien, ¿no?

  4. Hola Antonio:

    Esta vez debo discrepar en algunas cosas:

    -«el Banco Central establece un tipo de interés artificialmente bajo, con el fin de incentivar la inversión. Para ello, el Banco Central imprimirá dinero »
    No estoy de acuerdo. El BCE puede utilizar el control de la cantidad de dinero, el control del tipo de interés o una mezcla de ambos para influir en la economía. Lo contaba aquí hace unos días https://desdeelexilio.com/2012/07/26/bazooka-draghi-el-mago-del-tiempo/#comment-76858 .

    – «burbuja de las puntocom. Seguramente, esta burbuja fue creada antaño por tipos de interés artificialmente bajos, en EE.UU, por parte de la Reserva Federal.»
    La viví desde dentro. No fue creada por eso, sino por una asignación errónea de apuestas inversoras acerca de un cambio de paradigma económico, en el cual se consideró a todas las primeras empresas como ganadoras, lo cual era imposible. Es algo similar a lo que hacemos cuando jugamos a la primitiva, sabiendo que casi seguro perderemos nuestro dinero, pero si ganamos será la bomba.

    En cuanto al grueso del artículo, tengo la sensación de que considera una economía cerrada, puesto que no tiene en cuenta las entradas y salidas de capitales, ni los tipos de cambio, que varían la ecuación. Aunque tratándose de tí, supondré que (salgo que me digas lo contrario), lo has obviado en aras de la simplificación.

    Saludos

    • Sí, «imprimir dinero» no es más que una expresión de que se está generando un volumen de crédito de la nada.

      Gracias por la explicación de esa burbuja, sinceramente no tenía ni idea de la misma porque no le he estudiado.

      No considero una economía cerrada; sino que estamos hablando del propio crédito interior. Si los españoles no tienen ahorros suficientes para usar/pagar/consumir las inversiones mastodónticas en España, por mucho que hayan sido financiadas con dinero del exterior, seguirán siendo igualmente no-rentables. 

      Saludos, Sefuela. 

  5. ¡Jó!, lo entiendo hasta yo. Gracias. Pero no lo entiendo todo.

    –  Y es que no se puede unificar  la política financiera de países tan dispares en productividad y ahorro

    Pero si ponemos un caso tipo USA, que se puede suponer que era la idea de llegar (ejem), ¿he de entender que entre sus estados hay mucha más uniformidad de productividad y ahorro que entre las naciones europeas? Por ejemplo, California con toda esa legislación verde, debe ser mucho menos productiva que otros estados que la tengan más relajada. ¿Cómo digieren eso? Ya sé que es un problema diferente que el del banco central, que también tienen, pero es que parece haber dos problemas en el planteamiento. BC y uniformidad.

    • En realidad, no es posible unificar grandes territorios bajo un mismo tipo de interés. Por ello, el tipo de interés debe ser el que fijen voluntariamente dos partes en un acuerdo. En el caso de USA creo que la burbuja que sufrió Florida tiene bastante que ver con lo que planteas, allí eran menos ahorrativos.

      Como ves esta es la primera parte del artículo, tengo pensado publicar al menos dos más, que expliquen bien, ya de una vez, por qué el BCE no debe comprar deuda de nadie.

      Gracias por el comentario. 

        • Plazeame, en EEUU desde 1873 a 1907 hubo cuatro crisis financieras provocadas por los nuevos estados incorporados. Algunos de ellos  suspendieron pagos, y otros quebraron. Es decir, cuando se creó el euro, el BCE  hizo todo lo posible para que no ocurriera lo mismo que  con el dólar, que tardó un siglo en estabilizar su moneda. Y aun así, el destrozo ocasionado, aun siendo distinto, por el BCE, se asemeja al problema actual de Europa.
           
          De aquello crearon la FED en 1913. Ya sabes que los americanos no te montan un tinglado similar si no es porque no hay otro remedio. 

          • Muchas gracias, Atroma. No tenía ni idea. Parece que la conclusión sería que en Europa lo hemos hecho muy mal, y encima con el agravante de que había precedentes.

            Lo que me preocupa es que la única solución sea eliminar los bancos centrales. No porque me parezca mala. No lo sé, no soy capaz de juzgar las consecuencias. Pero sí porque no creo que eso lo vayan a hacer en un futuro que vayamos a conocer. Quiero decir es que lo que me preocupa es lo que se «podría» hacer, casi más que lo que se «debería» hacer.

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