Paul Krugman y yo ¡¡Por fin de acuerdo!! (o casi).

Gracias a Barcepundit me llega esta entrevista de Xavier Sala i Martín al economista más popular del mundo, y habitual objetivo de mis críticas, el sr. Paul Krugman.


Entrevista a Paul Krugman.


Pues buen parece que por una vez el sr Krugman y yo estamos de acuerdo. La verdad es que no es muy difícil porque el análisis es bastante claro y evidente como para que nadie lo pueda discutir, excepto algún político español y los miembros del Banco de España, mención especial a MAFO.

También hay que decir que en la conclusión final diferimos pero no se podía esperar otra cosa, al fin y al cabo el sigue siendo un socialista y yo un liberal. Aunque Krugman puede ser socialista pero no es tonto.

Pero leamos las declaraciones de Krugman:

 

Por ejemplo, en España, al explotar la burbuja, el sector de la construcción estaba sobredimensionado. Al reducir su tamaño se generó una gran crisis que solo podía ser aliviada con el crecimiento de algún otro sector. Dada la falta de demanda interna la única alternativa era la exportación. El problema es que no era suficientemente competitiva. Si España hubiera tenido su propia moneda, hubiera podido conseguir la competitividad de sus productos a través de una devaluación. Pero al tener el euro, eso no era posible. Una alternativa era que los productos del centro aumentaran su precio en relación a los españoles. Es decir, para que España recupere competitividad se necesita que su inflación sea inferior a la alemana durante unos años. El problema es que Alemania, hoy, tiene una inflación cercana a cero. Por eso digo que sería importante que la inflación alemana aumentara.

 

Vamos a desmenuzar estas declaraciones.

1.- En España explota la burbuja inmobiliaria.

Vaya parece que sí había una burbuja en la construcción (yo añadiría que una burbuja en general). Bien sr. Krugman.

 

2.- Era, y es, evidente que para aliviar la crisis es necesario que otros sectores crezcan.

Correcto.

 

3.- Dada la falta de demanda interna la única alternativa era la exportación.

La burbuja fue creada por la entrada masiva de capitales extranjeros que a través de los bancos y cajas españoles prestaban a cualquiera. Al faltar esa financiación, porque todo el mundo estaba ya endeudado y algunos ya no podían pagar sus deudas, la demanda interna se vino abajo. Sin demanda interna sólo existían, y existen, DOS salidas a la crisis: exportar más e importar menos (y producir más aquí). Casi de acuerdo sr Krugman.

 

4.- España no era competitiva, ni lo es, y la única salida era la devaluación.

¡¡¡BIEN!!!

 

5.- Pero al estar en el euro (la devaluación) no era posible.

Vaya,¡Nuestro gozo en un pozo!

 

6.-Una alternativa, y recalco el «una» porque es lo que dice el sr. Krugman, era, y es, que el precio de los productos del centro (de Europa, vamos de Alemania) subieran, o suban, más que los de España. Es decir para que España recupere sus competitividad y pueda exportar más (e importar menos) es necesario que la inflación alemana sea superior a la española durante unos años. Pero, vaya otra vez nuestro gozo en un pozo, la inflación alemana es próxima a cero. Así que el sr. Krugman sólo ve una solución: que la inflación aumente en Alemania.

Y ¿Cuánta debe de ser esa inflación? Rápidamente nos responde el sr. Krugman:

 

XSM: ¿De qué nivel de inflación estamos hablando?

PK: Entre 4 y 5% en Alemania y entre 0 y 1% en España. El promedio europeo quedaría en un 3%. Eso debería ser suficiente para generar el ajuste necesario.

 

6.- ¿Y por qué mi opción de una deflación en España no es factible? Krugman nos responde:

 

«…si los alemanes no tienen inflación, la única alternativa sería que bajaran los salarios españoles. Pero eso de bajar salarios no lo ha conseguido hacer nadie. Ni los irlandeses, con toda su flexibilidad, ni los Letones, con toda su austeridad. La reducción salarial, pues, no es una opción.»

 

Sin embargo el profesor Krugman defendía hace 3 años y pico (14/03/2009) que eso era precisamente lo que debíamos hacer (o por lo menos que no nos quedaría otro remedio):
Krugman intenta ayudar a España:

 

«los salarios en España y los precios son insostenibles y no están alineados con su situación económica»…» «vamos a presenciar un proceso de deflación,..»

 

Además tampoco es muy correcto lo de que en Irlanda o Letonia no haya habido bajada de salarios.

Bajada de sueldos en Irlanda… a pesar de que el problema de Irlanda no es la competitividad (ver abajo del todo el comentario del profesor Pampillón).
Rebaja general de precios y salarios en los países bálticos.

Deflación de salarios en Letonia

Así que sr. Krugman no nos sea tramposillo: sí se pueden bajar los salarios y sí se pueden bajar los precios y entrar en deflación.

Esperar que los alemanes se pongan a hacer una política monetaria y fiscal expansiva a lo bestia para generar inflación no es muy razonable, por decirlo suavemente.

 

LOS PELIGROS DE UNA INFLACIÓN ALEMANA.

Además del hecho de que los alemanes son alérgicos a la inflación, la inflación alemana no sería positiva para nadie.

Alemania exporta muchos productos a USA, una inflación del 4 % o del 5 % durante algunos años sería mortal para las exportaciones alemanas y eso no sólo perjudicaría a los alemanes sino también al resto de Europa.

España también importa de Alemania y si en Alemania se produce un proceso inflacionario nosotros vamos a importarlo en una pequeña parte. Aunque si Alemania empieza a exportar menos como consecuencia de su inflación entonces el paro empezará a aumentar (en Alemania), la demanda interna a disminuir y la inflación a moderarse. ¿Qué debería de hacer entonces Alemania? ¿Seguir adelante endeudándose?

 

SE  PUEDE HACER, PERO LA CLAVE ES LA COMUNICACIÓN.

La buena noticia es que hasta Krugman reconoce, implícitamente, que la única salida es la deflación. La mala noticia es que es muy difícil hacer pasar a la gente por una bajada de salarios si no se les explica el objetivo, mejorar la productividad para generar empleo y recaudación fiscal, y las alternativas: una depresión crónica.

La pregunta del millón es:  ¿Cuál es el plan del gobierno? Hasta ahora han dado la sensación de ir a remolque de los acontecimientos, tomando decisiones contradictorias e inconexas. El gobierno parece un boxeador sonado al que los mercados tumban una y otra vez. No hay iniciativa, ni liderazgo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Arturo Taibo
Arturo Taibo

Economista. Liberal. Cansado de ver como se engaña a la gente y como se desperdician las posibilidades de desarrollo económico. Intentando que la gente aprenda un poco de Economía.

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4 comentarios

  1. Sr. mill, ¿Serías tan amable de explicarme cronológicamente como se debería de llevar a cabo el proceso de  deflacción del que hablas?, ……forma y periodo de tiempo que llevaría conocer sus ventajas para la economía en general….gracias

  2. ¿Y como habría que bajar los sueldos?,¿por decreto?. En todo caso, cada empresa tendría que hablar con sus trabajadores y tratar el tema, porque si un trabajador considera que se merece lo que le pagan (y está en su derecho a pensar así) y que no quiere que le bajen el sueldo, si se le baja por decreto, aparte de un intervencionismo asqueroso, se deja al currante en desprotección de sus libertades para exigir el sueldo que por contrato le pertenece. Otra cuestión es que si la empresa no puede pagarle lo que exige, le pueda despedir, que también estaría en su derecho y tendría que apechugar con las consecuencias de perder a un trabajador cualificado.
     

    • Por decreto, no. De hecho, el principal mal del mercado laboral español esque está hiperregulado, y los salarios se establecen en unos mínimos obligatorios que no tienen en cuenta prácticamente ninguna circunstancia real del sector.  La solución es, aunque ya a fecha de hoy, hasta parezca un tópico, liberalizar el tema para que sea más flexible. De la misma forma que un trabajador tiene derecho a buscarse otra empresa donde le paguen mejor, la empresa pueda ofrecer un sueldo en función a las circunstancias, las capacidades del trabajador concreto, a la rentabilidad y, además, en base a lo que negocie con el empleado.

  3. El problema es que mucha gente no vería más allá de «bajada de sueldos» (como ya está pasando con muchos otros temas) y se negarían en rotundo. Hay gente (mucha) que aún cree que hay una fórmula mágica que nos sacará de este embrollo sin renunciar a nada, y no se paran a escuchar (o no quieren escuchar) que eso ya no es posible…

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