Rajoy y Arenas lloran. Lo merecen.

Tras decenios de indoctrinamiento y casi tres generaciones abandonadas a la mediocridad educativa no veo motivo para mostrarme sorprendido por los resultados de ayer en las elecciones autonómicas andaluzas o asturianas.

Si alguno de ustedes piensa que en la élite de los partidos políticos españoles nos encontramos con lo mejor de lo mejor, con la grana de los formados fuera del nefando sistema estatal, con aquellos que sabrán como sacarnos de la medianía, la desidia y la renuncia a la asunción de la propia responsabilidad, les ruego abandonen los brazos de Morpheo y salgan corriendo a poner velas a San Antonio. El nepotismo, la igualdad por abajo y la certeza engañosa de poder caminar sobre la cuerda floja de la vida a sabiendas de que «otros» tejen una red protectora bajo nuestros cotidianos titubeos nos han convertido a todos en muertos andantes ávidos de un mordisco, anque sea pequeño, al bote de la «seguridad estatal». Los de la «élite» también, si es que hay alguno.

Los rostros cariacontecidos de Rajoy y Arenas son prueba evidente no ya de que son conscientes de su derrota -los resultados obtenidos en Andalucía y Asturias no se pueden calificar de otra manera-, sino de que ignoran por completo los entresijos del monstruo que han ayudado a crear. Ellos son cómplices de un sistema judicial politizado, de cada delito de corrupción mal o no investigado, de la naturalidad con que el padrinismo se impone a la excelencia siempre, de la impunidad de los incapaces y de la falta absoluta de madurez política de una población arrojada al subsidio, la ayuda y el «que paguen los que tienen».

Ellos son culpables de que nadie prefiera tener para pagar, de que nadie decida hoy votar A y mañana B porque los de A lo han hecho mal -incluso han delinquido!-, de que los capaces se vayan a otros paises a demostrar su valía, de que sea mejor tener un conocido en un despacho oficial que una carrera en Harvard (no digo ya si la carrera es en Badajoz…. por poner un ejmplo), de que todo el mundo se vaya de rositas menos el que cae en desgracia -más cosa de los hados y la prensa que de los fiscales- y de que cualquiera pueda saltarse sentencias del Tribunal Constitucional, siempre y cuando este se haya pronunciado, que no suele ser el caso, no sea que no se pueda dictar sentencia ambigua a gusto de todos.

Cómplices, por lo tanto culpables. Que no lloren ahora, que no se lamenten.

 

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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10 comentarios

  1. ¿Hacemos una porra? ¿Creéis que en los corruptos de IU no va a influir el miedo a que les relacionen con los corruptos del PSOE? ¿No negociarán alguna especie de pacto de no-agresión y de revelación de chanchullos a cambio de que la justicia sea clemente? Porque Griñán no dura toda una legislatura ni en sueños. 
    Yo apuesto 10 euracos a que IU pacta con el PP, que Germánico sea el depositario, que sabe de números.
     

  2. No tiene nada que ver la situación de Extremadura con la de Andalucia. En Extremadura los de IU estaban ninguneados por la apisonadora sociata y se la devolvieron (en contra, recordemos, del criterio de los mandos nacionales).

    Por el contrario en Andalucia, los de IU son alegres copartícipes del despilfarro y trinque del dinero público. Recordemos al simpático comunoide de Mercasevilla, ahora candidato electo, que cambió el decimonónico «A las barricadas», por el mucho más moderno «A las mariscadas».  

  3. Un poco ingenuo te veo, Santiago…..not a chance, my friend. Además, lo mejor que le puede pasar a Andalucía es que Arenas se vaya a casa

  4. Desde luego que gran parte de la culpa de lo que sucede es del PP. Lo mismo que Felipe Gonzalez no tuvo en frente un partido capaz de sacarle del poder ante los primeros síntomas de corrupción y terrorismo de estado, en Andalucía nos encontramos con un PP que no es capaz de quitarse el estereotipo de señorito andalú, y en ese sentido, no parece que Arenas sea la persona más indicada para hacerlo, no hay más que ver su itinerario electoral, a pesar de los negros chaparrones que se han cebado especialmente en la Andalucía socialista.

    ¿Y ahora qué? Quizá es el momento de empezar a centrar las críticas en el PP, dado que el PSOE (y sus votantes) son insensibles a ellas. ¿Pero a qué PP? ¿A la rama socialdemócrata de Rajoy o Gallardón?, ¿a la conservadora de Mayor Oreja? ¿o a la liberal de Esperanza Aguirre?. Creo que todo este galimatías pasa por una voladura controlada del PSOE y del PP, para formar unos partidos que realmente reflejen las sensibilidades de los ciudadanos: una socialdemocracia lo más sensata posible creada de las cenizas salvables del PSOE, la parte correspondiente del PP afín al colectivismo, UPyD y Ciudadanos; un partido conservador moderno, sin gomina; y un partido liberal, por fin, más necesario en estos tiempos que nunca. De esta manera regionalismos centrífugos, izquierdas bolcheviques y hooligans ecologistas, quedarían meramente como un toque folclórico en la política nacional. Pero sinceramente no veo como se puede articular esta concepción del arco parlamentario desde una ciudadanía cada vez más desencantada, bruta y desconectada de la política. No se, veo muy mala solución para este país.

     

    • Sí, no queda otra que romper la baraja y empezar de nuevo. Pero, quién tiene los arrestos necesarios? y cómo se ataca a la base del problema, la mentalidad educada en decenios de «viva la justicia social, abajo la responsabilidad individual»?

    • Sólo veo a Esperanza Aguirre con los eggs suficiente para acometer este tipo de cambios de paradigma. Y la tienen secuestrada en Madrid.

      Sobre como atacar la base del problema no tengo ni idea, pero creo pasa por la voladura controlada del PSOE. Es un primer paso, necesario pero no suficiente. 

       

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