Marx y el valor-trabajo.

Marx, otro filósofo de la sospecha, otro pensador obsesionado por dotar de carácter ciéntifico a sus opiniones puramente personales y, como veremos, erróneas.

La ufanía de Marx le llevó a proclamar una ley sobre el valor que la sociedad debe otorgar a todos los productos. Cualquiera diría que está ejerciendo de Dios. ¡Ya sé por qué los marxistas no son cristianos! ¡Veneran a Marx!

Bromas aparte, Marx declaró en la primera parte de su magnus opus, El Capital, que el valor de la mercancía debe estar estipulado en función del trabajo dedicado a su producción. Si en la producción de un libro se ha consumido 3 veces más de trabajo que en la producción de un automóvil, el libro debe valer 3 veces más que el automóvil.

No obstante, el trabajo no es lo único que hay en el universo. El ser humano, de forma innata, otorga el valor a los productos en función de la utilidad que le reporte (demanda) y la abundacia o escasez de los mismos (oferta). Así, si un libro, aunque se hayan dedicado muchas horas en su culminación, es despreciado por la gente (léase Main Kampf) el libro no valdrá nada. Claro, que después habrá algunos indignados (entre ellos el propio Hitler) que estén en desacuerdo con la sociedad e intenten imponer su valor propio como único al resto de la humanidad (igual que quería Marx, pero con el trabajo).

Es una mala noticia para el trabajador que el mundo no gire en torno a él; sin embargo, es una buena noticia para el mundo. Así que los obreros deben oferecer un trabajo que sea demandado por la gente. Por ejemplo, los contertulios del diario Sálvame en Telecinco cobran mucho más que cualquier persona normal, que esté trabajando todos los días en trabajos insoportables, como el de trabajador de una fábrica. ¿Dónde está la clave? En que, para la sociedad, conocer los entresijos de Belén Esteban le reporta más beneficio que el pan que haya podido hacer el panadero.

Y no culpen al capitalismo de ello, culpen a los valores de la sociedad; el capitalismo sólo se encarga de ponerlos de manifiesto y coordinarlos. ¿El comunismo? De imponer otros por la fuerza, destruyendo la libertad y la subjetividad.

Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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6 comentarios

  1. jjajaajaj, buenissisisisimo «para la sociedad, conocer los entresijos de Belén Esteban le reporta más beneficio que el pan que haya podido hacer el panadero». Si se lo reporta, seguro que tienes razón

  2. @Gerrado

    Incluso restringiendose a las condiciones de Riracdo y Marx o sea los beienes industrialmente reproducibles no hay manera de ajaustar el valor trabajo a la realidad por muchos malabraismo que se haga (Marx termina diciendo que segun las ramas el valor puede seer permanentemente superior o inferior al precio debido a la diferencia en la composicion de l capital fijo o circulante.   Aunque yo me preguntao de que sirve una teoria del valor desligada de los precios.  En otras palabras Marx arroja la toalla sin decirnoslo).  Los libros de economia teorica explican en foram docta el porqué pero nota que mis dos refutaciones simples y  brutales funcionana tambien conj los bienes reproducibles.

  3. No entro a valorar el artículo, pero resulta notable que siendo tan cortito ya incluya una reductio ad Hitlerum (hipotética, eso si).
    jeje

  4. Buneo la teoria del valor tarbajo no era propia a Marx sino que se remonta como minimo a Adam Smith.   Eso si, la de Smith, la de Ricardo y la de Marx son muy diferentes.  Surgió de la paradoja del agua y los diamantes: el agua que es enormente util no tiene ningun valor mientras que los diamantes que son perfectamente inutilies (discrepo, sirven para seducir a las mujeres, tener hijos y por lo tanto siobrevivir tras la muerte) son valiosisimas.

    De todas formas hay dos refutaciones muy simples de <b>toda</b> teoria basada en el valor trabajo: una est&acute; en Starship Troopers (el libro, no el bodrio de pelicula):  «Ninguna cantidad de trbajo le dara valor a un pastel de barro.  Seguira siendo un pastel de barro, valor cero»

    La otra es mia yy utiliza el procedimiento matematico de la demostracion por el absurdo:  «Si gracias a un nuevo procedimiento de fabricacion podemos producir una cantidad doble de  un bién por la mitad del costo unitario entonces la teoria del valor trabajo nos dice que nuestra situacion no ha cambiado pese a que antes nos moriamos de hambre y que ahora incluso exportamos»

    La estafa de Marx no esta en la teoris del valor trabajo ya que no es el primero en utilizaral ante la aparente imposibilidad de explicar lo del agua y los diamantes por la utilidad (la teoria de la utilidad marginal fué formulada despues de la aparicion del primer tomo de «Das Kapital») aunque sin ella todo sistema se desplome, est&aacute; en como a veces bajo la apariencia de un razonamiento riguroso nos da gato por liebre.  Por ejmplo dice que la mejora de los procedimientos de produccio hace que  se reduzca la extraccion de plus valia (beneficio) y que el sistelma se desplome.   En realidad esta diciendonos que le precio unitario baja (si permanece constante cuando el costo ha disminuido obviamente el beneficio aumenta) y que las cnatidades premancen constantes lo cual seria la primera vez en la historia de la humanidad (ahi esta la trampa).   También se «olvida» de los efectos indirectos:  por ejemmplo el abaratamiento masivo del hierro a pricipios del XIX aunado con la maquina de vapor permitieron construir barcos de hierro muchisimo mas grandes que los de madera, un gran desarrollo del caomericio maritimo e importar mercancias que antes no eran «importables»; estas mercancias fueron utilizadas para crera nuevos productos y por tanto nuevas posibilidades de negocio (y beneficios).

    No insistiré sobre el hecho de que lo de la plusvalia solo pudo ser ideada por alguien que no habia plantado un clavo en su vida: cualquiera que lo hya hecho se da cuenta de que frecuentemente una herramiente profesional te permitiria hacer en la decima de tiempo lo que haces a mano pero que no teienes uso suficiente para que su adquisicion sea rentable asi que te aguantas.  Traspuesto al mundo del trabajo «real» (no bricolaje): es mejor producir por 100 euros al dia gracias a la maquinaria que te proporciona el capitalista aunque solo te pague 50 que producir por 10 a mano (lo cual te da por 300 euros al més).

  5. Sin defender la teoría del valor-trabajo, que Marx sólo copió de David Ricardo, La explicación que se da en esta entrada es una parodia de tal teoría. Marx y D. Ricardo no anuncian una teoría normativa como se dice aquí: que las mercancías se DEBEN vender de acuerdo con el trabajo de los obreros que las han producido, sino que se intercambian efectivamente según el trabajo directa e indirectamente incorporado en ellas. Es decir, también entra en tal cómputo el trabajo necesario para producir los bienes de capital necesarios, etc. Además, estos son valores de largo plazo en torno a los cuales se establecerían los precios relativos, fijados por la oferta y la demanda en los mercados. De entrada no hay una contradicción entre el valor-trabajo y el valor de uso.

    La demostración de que la teoría del valor trabajo es errónea se estableció a partir del libro de Piero Sraffa «Producción de mercancías por medio de mercancías», publicado en 1960, después de 30 años de gestación: Las condiciones para que los valores coincidan con los precios de producción son demasiado restrictivas (misma intensidad de capital en todos los sectores) para que se pueda aplicar a un sistema económico mínimamente realista.

    A este respecto, creo que es muy importante la diferenciación entre dos tipos de mercancías que hace Ricardo en la Introducción de sus «Principios de Economía Política»: Las [mercancías] que son reproducibles y derivan su valor no de la escasez, sino del ingenio y trabajo humanos (entiéndase, trabajo e ingenio de obreros y patronos), que son la mayoría; y otras que derivan su valor de la escasez y que no son reproducibles (un cuadro de Picasso, por ejemplo). Sería sólo a las primeras a las que habría que valorar según los recursos necesarios para producirlas (el coste de producción diríamos hoy), mientras que las segundas dependerían únicamente de la oferta y la demanda de mercado en su valoración.

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