Comprendiendo la Economía. Capitulo 9. PRESCINDIENDO DEL MERCADO: EL SOCIALISMO. (I)

Hasta ahora he partido de la base de que para satisfacer las necesidades de la gente recurriríamos al intercambio libre entre las personas, es decir al sistema de mercado. De hecho en el capítulo 5 dije que la Ciencia Económica se dedicaba al estudio del sistema de mercado.

Sin embargo a lo largo de la Historia ha habido diversos movimientos que se han opuesto al sistema de mercado como forma de satisfacer las necesidades de la gente.

Las dos principales objeciones que se han puesto al sistema de mercado son:

1.- Su simple y llana negación. Se argumenta que los intercambios en libertad son imposibles, que siempre existe una parte que está en posición de imponer a la otra sus condiciones. Que las relaciones de intercambio son de sumisión de una parte a la otra. Que siempre hay explotadores y explotados. Que no existe la soberanía del consumidor. Que la ley de la oferta y la demanda no existe.

2.- El sistema de mercado no es «justo». Se argumenta que bajo un sistema de mercado siempre hay ricos y pobres, que no todo el mundo tiene siempre trabajo. Dado que esos hechos son ciertos y que hay personas que los consideran «injustos», el sistema de mercado no sería un sistema económico adecuado para satisfacer las necesidades de la gente.

Todas estas ideas en contra del mercado se han definido como socialismo. Han existido muchas clases de socialismo aunque el marxismo ha sido la ideología socialista más popular y casi única desde finales del siglo XIX hasta la aparición del keynesianismo en los años 30 del siglo pasado.

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EL MARXISMO.

El socialismo de Karl Marx se puede definir mediante las siguientes ideas:

a) El valor de los bienes depende del tiempo de trabajo empleado en producirlos. Marx elabora el concepto de «tiempo de trabajo socialmente necesario» para determinar el tiempo necesario en producir cada bien y por tanto el valor del mismo.

El trabajador nunca recibe el importe total del valor de su tiempo de trabajo sino una fracción. Por ejemplo si trabaja diez horas sólo recibe el valor de cinco horas de su trabajo.

La diferencia entre el tiempo de trabajo por el que el trabajador es pagado y el tiempo real de trabajo es la «plusvalía» del empresario o burgués.

Las máquinas, las instalaciones y las materias primas no producen plusvalía, simplemente añaden valor al bien que ayudan a producir. Por ejemplo si una máquina vale 10.000 € y con ella se pueden fabricar 10.000 unidades del bien A, la máquina añadirá un euro a cada unidad del bien A.

El empresario sólo puede obtener plusvalía (es decir beneficio) explotando al trabajador.

b) Según Marx los empresarios emplearían cada vez más capital (maquinaria, instalaciones..) en sus fábricas y menos mano de obra. Como consecuencia, y dado que de los únicos que se podían obtener beneficios era de los trabajadores «robándoles» tiempo de trabajo, los beneficios serían cada vez menores.

Marx considera que el capital se iría acumulando cada vez más en manos de menos gente.

c) Conforme se acumula capital sería necesaria menos mano de obra y por tanto se produciría un excedente de trabajadores (el «ejercito de reserva» en la terminología marxista)

Los trabajadores que no fuesen reemplazados por las máquinas se verían sumidos en la más absoluta miseria puesto que los empresarios para seguir obteniendo beneficios tendrían que explotarlos al máximo. Ademas los empresarios siempre tendrían un «ejercito de reserva» en forma de trabajadores en paro para poder sustituir a los trabajadores que protestasen o no aceptasen las (miserables)
condiciones de trabajo.

d) Marx atribuye las crisis del capitalismo al exceso de producción de la nueva maquinaria en contraste con el subconsumo de una clase proletaria cada vez más empobrecida. El subconsumo de las masas de trabajadores era para Marx la causa última de todas las crisis capitalistas.

La salida de las crisis capitalistas se produce por una nueva fase de inversiones en maquinaria para sustituir a la antigua.

e) Al final la acumulación de capital hace que los beneficios de los capitalistas se reduzcan, al mismo tiempo que la miseria de los trabajadores aumenta, llegándose a la Revolución. El capitalismo es un sistema inestable que tiende a su autodestrucción a medida que aumenta la acumulación de capital.

Marx nunca describió como sería el mundo después de la Revolución más allá de la retórica de la «dictadura del proletariado». Mencionó algunos rasgos de esa futura sociedad como la propiedad comunal, el trabajo hecho atractivo por la variedad y el cambio, la distribución de la riqueza de acuerdo con el principio de «de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad» y por supuesto una superabundancia de bienes sin apenas trabajo pues serían las máquinas las que realizarían la mayor parte del trabajo.

Pero Marx va mucho más allá y considera que la nueva sociedad creará un nuevo tipo de persona, la propia naturaleza humana cambiará para adecuarse a la nueva sociedad comunista. Surgirá el «nuevo hombre comunista» libre de la ambición despiadada, la envidia, la codicia y la maldad.

Aunque pueda parecer que el marxismo y las ideas de Marx son cosa del pasado la realidad es que a poco que se profundice en la ideología de la mayoría de los políticos y economistas de nuestro tiempo se encontrará marxismo puro y duro. Y más aún si analizamos las ideas económicas de la gente.

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CRÍTICA A LA TEORÍA MARXISTA.

La principal crítica a la teoría marxista es sencillamente que la naturaleza humana no cambia.

Pero voy a entrar un poco en la teoría marxista. Los marxistas plantean una contradicción inicial. Para que los empresarios puedan imponer a los trabajadores sus salarios y los precios de los bienes que producen no puede existir competencia entre los empresarios, es decir los empresarios deben ponerse de acuerdo en los precios, clases y cantidades de lo que producen y en los salarios que van a pagar.

Pero si no hay competencia entre las empresas nunca se puede llegar a una situación de oligopolio y mucho menos monopólica. Ningún empresario va a cerrar o vender su empresa sabiendo que está en un mercado sin competencia y que tiene unos beneficios seguros para siempre.

Los marxistas resuelven esta contradicción del siguiente modo: primero hay una competencia feroz entre las empresas. Las más fuertes se irían haciendo con el mercado bajando los precios y hundiendo a la competencia o comprando las empresas de sus competidores. Una vez llegada a la situación de oligopolio las empresas que queden formarán un cártel y subirán los precios, empobreciendo a los trabajadores a los que a partir de entonces podrán explotar.

Este argumento es utilizado todavía hoy en día y en las situaciones más absurdas, por ejemplo cuando se dice que si dejamos de producir carbón (más caro) entonces dependeremos del carbón extranjero y nos podrán imponer los precios que quieran, cuando la realidad es que la producción española de carbón es irrelevante en cuanto a la producción mundial y no influye en nada en los precios del carbón en los mercados internacionales.

El mismo argumento se utiliza con algunos alimentos en nombre de la «seguridad alimentaria». Es decir no se debe comprar alimentos más baratos porque entonces habría un supuesto monopolio y cuando dejásemos de producir esos alimentos a un precio caro entonces los vendedores de alimentos más baratos subirían el precio.

El caso es que los marxistas, por ese inverosímil camino, llegan a la situación de cártel monopolístico que puede imponer sus condiciones de precios y salarios.

Sin embargo los marxistas van más lejos aún, afirman que la acumulación de capital y por tanto de máquinas dejarán en el paro a muchos trabajadores que formarán el «ejército de reserva» que permitirá a los monopolistas mantener bajos los salarios.

Pero ¿Qué interés puede tener un empresario en tener trabajadores en paro si puede explotarlos todo lo que quiera?

Lo lógico es que el empresario emplease todos los trabajadores posibles y les pagase el salario imprescindible para su supervivencia y así obtener el máximo beneficio. Dado que los empresarios miembros del cártel están en posición dominante dejar trabajadores en paro es tanto como dejar de tener beneficios voluntariamente y obviamente el no tener beneficios no forma parte de los objetivos de ningún cártel.

Pero entonces ¿No se produciría una superproducción de bienes al no existir demanda por parte de los trabajadores, dado que estos tienen salarios ínfimos? Por superproducción se entiende una producción de bienes que la demanda del mercado no podría absorber.

También este planteamiento resulta absurdo. Dado que unas pocas empresas que forman el cártel controlan la producción, los precios y los salarios, según los marxistas, las empresas se dedicarán a producir dos clases de productos:

a) Los dedicados al consumo básico para mantener a la clase proletaria.

b) Los dedicados al lujo más o menos ostentoso de los capitalistas.

Los primeros son fáciles de calcular tomando como referencia el número de trabajadores y sus familias. Los segundos dependerán de los caprichos de los capitalistas.

Pero la superproducción nunca llegaría a producirse de modo general. Se podría dar el caso de que existiese una gran cosecha de cereales que el mercado no pudiese demandar en sus totalidad. Este excedente podría almacenarse o en el peor de los casos tirarse, pero dado que el exceso de oferta de alimentos no ha causado sobrecosto a nadie no incidiría en el funcionamiento del sistema.

Incluso en el supuesto de que la recolección de la cosecha hubiese empleado a más trabajadores de lo normal eso sólo supondría que los capitalistas tendrían unos pocos bienes de lujo menos de lo normal, pero nada que desequilibrase el sistema.

Otra posibilidad es que los capitalistas se equivoquen y sus empresas produzcan algún bien de lujo en mayor cantidad que la demandada por ellos mismos, pero nuevamente eso sólo supondría para los capitalistas la pequeña molestia de que dispondrían de alguna clase de bienes de lujo en exceso y puede que les faltase alguna cantidad de alguna clase de bienes de lujo. Desde luego el sistema no entraría en crisis por errores de este tipo, naturales por otro lado.

Quizá la única posibilidad de crisis en el sistema provendría de una mala cosecha que impidiese alimentar a todos los trabajadores y sus familias. En ese caso sí se podrían dar revueltas de trabajadores hambrientos.

Sin embargo esta posibilidad choca de nuevo con los intereses de los capitalistas. Para un capitalista un obrero hambriento es un factor de producción menos trabajando para él y por tanto intentará que esa situación nunca se produzca. El capitalista tiene el mismo interés en que sus trabajadores tengan alimentos para que sigan trabajando como en mantener sus máquinas bien engrasadas para que sigan produciendo. No tiene sentido que el capitalista no se preocupe de producir suficiente aceite para engrasar sus máquinas como no tiene sentido de que no se preocupe de mantener alimentados a sus trabajadores.

Con el tiempo y a medida que las máquinas hagan más productivos a los trabajadores más costoso será para los capitalistas que estos pasen hambre o sufran enfermedades y más se preocuparán de que sus condiciones de vida sean al menos decorosas dentro de su pobreza. Cuanto más productivo es un factor de producción sea una máquina o una persona más se preocupará el capitalista de que esté en buenas condiciones de producir.

Como se ve la crisis no aparece por ningún lado. Sólo si el capitalista juega en contra de sus propios intereses y maltrata a sus trabajadores se podría producir un descenso de la producción y el riesgo de una revolución. Pero ¿Por qué iba un capitalista a destruir una máquina que le produce beneficios?

Por cierto la idea de que las máquinas no producen plusvalía es absurda. Dado que una máquina multiplica la producción de un trabajador también multiplica la plusvalía que le produce al capitalista el trabajador. Así que las máquinas indirectamente producen plusvalía.

Aunque los presupuestos marxistas que llevarían a una revolución lo que llevan es a un estado estacionario donde una oligarquía explotaría a los trabajadores pero sin que existiese posibilidad de una crisis que hiciera fracasar el sistema, en el próximo capítulo analizaré por qué un sistema socialista está condenado al fracaso.

En el terreno práctico las revoluciones socialistas siempre se han producido en un contexto de países sin industrializar y por tanto con poco capital acumulado, justo lo contrario de lo que predecía Marx.

Arturo Taibo
Arturo Taibo

Economista. Liberal. Cansado de ver como se engaña a la gente y como se desperdician las posibilidades de desarrollo económico. Intentando que la gente aprenda un poco de Economía.

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5 comentarios

  1.  Costes medios = costes totales divididos por las unidades de producto hechas.

     El empresario para maximizar beneficios tiene que producir el máximo de unidades de producto posible al mínimo coste medio. Reducir el coste medio abarata el producto y/o  aumenta los beneficios  facilitando mejores salarios y/o más demanda de trabajadores.

    Saludos y gracias por leerme. 

  2.   Los beneficios máximos se consiguen reduciendo los costes porunidad de producto no reduciendo los costes totales.  Si un capitalista gana dinero empleando a cien trabajadores lológico es que siga empleando trabajadores hasta que el beneficiomarginal (el beneficio que consigue con el último trabajador) queconsiga sea (próximo a) cero.  Ningún capitalista dejaría de usar acero en la producción de cochesmientras gane dinero vendiéndolos. Cosa muy distinta es que intentesustituir el acero por otro material igual de resistente pero másbarato. El desempleo proviene de la falta de capital (además de por laregulación de los mercados) y el aumento de beneficios supone al finalmás acumulación de capital es decir más demanda de trabajadores Confundes costes totales, costes medios y costes marginales.

  3. dices: «Lo lógico es que el empresario emplease todos los trabajadores posibles y les pagase el salario imprescindible para su supervivencia y así obtener el máximo beneficio»  No hay que ser muy avispado para darse cuenta se tu error de bulto… lo lógico es que el empresario utilize EL MINIMO de trabajadores (reducir costes) impresdindibles  para asegurar beneficios maximos, de hay viene el ejercito de desempleados,  lee a Marx con objetividad y sin prejuicios y te enteraras

  4. Encuentro excelentes los artículos, te felicito por el esfuerzo.

    Respecto a este en particular, creo que si analizamos la teoría de los juegos podría aparecer la famosa crisis capitalista. El dilema del prisionero es el más gráfico ejemplo que se me ocurre: a cambio de obtener beneficio a corto plazo, se está dispuesto a tomar medidas que a la larga resultan irracionales, ridículas y contraproducentes.

    Yo me imagino que todos los «cerdos capitalistas» (léase con ironía) estarán al tanto del dilema, pero realmente creo que si la gente lo conociera realmente, viviríamos en un mundo perfecto y sin ningún problema, pero bien se sabe que no es el caso.

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