Usted elige. Pero déjeme elegir a mí también.

Si usted se siente más seguro y feliz permitiendo que un grupo de desconocidos administren buena parte de su dinero, le digan con qué drogarse, dónde puede y no puede hacerlo, qué debe y no debe comer, a qué horas y cuántas trabaja, cuánto cobra por ello, dónde y cuándo puede gastarlo, a quién regalar lo que le sobra, de qué color han de ser las tejas de su nueva casa, qué tipo de energía debe comprar  para calentarla, cuánto puede enfriarla en verano, cuánto debe pagar por ello, cuál es la mejor forma de desplazarse, cómo y dónde debe educar a sus hijos, qué valores son despreciables, cuáles se han de fomentar, …. pues me parece muy bien. Usted elige.

Pero permítame a mí elegir también. Se lo ruego, pues yo así no me siento seguro… ni feliz. Por favor, entiéndame bien: no pretendo que usted renuncie a nada de lo que tiene. No pretendo restarle ni un ápice de su seguridad y su felicidad. Al contrario: creo que si yo también me sintiese seguro y feliz ello contribuiría definitivamente a su bienestar: no debería preocuparse de pagar mis facturas médicas, ya lo haría yo. Ni de pagar la escuela de mis hijos, cosa mía. Que me voy haciendo mayor y ya no puedo trabajar? Es mi problema haberme dotado de unos ahorrillos para disfrutar de los últimos años de mi vida. Yo nunca pediría dinero del que usted ha puesto en manos de sus desconocidos; no es mío. Jamás se me ocurriría drogarme en aquellos sitios en los que usted y los que piensan como usted creen que no debe hacerse. Mi Marlborodependencia sería sólo compartida por otros tabacoadictos como yo. Y no tema: nunca se me pasaría por la cabeza prohibirle a usted el consumo de su droga favorita o de aquellas que le permitan consumir sus amados desconocidos. Podrá seguir consumiendo su Jumilla o su Valium sin problemas.

Dado que mi casa sería como yo quiero, aumentaría mi bienestar. Salir a la calle de buen humor colaboraría a que, al verme de tan buen talante, usted perdiese el miedo a que yo pudiese influir negativamente en su estado de ánimo. Además, como podría aclimatar mi vivienda de forma más económica, dispondría de más dinero para gastarme en su negocio, en caso de que usted ofreciese algo de utilidad para mí. No me negará que un buen negocio es siempre fuente de satisfacción.

Que a usted le parece bien ir a misa los Domingos? O le parece bien que las mujeres lleven la cara tapada? O todo lo contrario? Fabuloso. Pero sea tan amable y permítame a mí ser yo quien decida llevar o no el pañuelo en la cabeza, ir o no a misa los jueves por la tarde, cantar o no el Hare-Krishna o implorar o no a los dioses de la ONU para que no perezcamos todos en la hoguera del Calentamiento Global. Ah! sobre todo no me envíe a sus amados desconocidos a recaudar dineros para promocionar ninguna de esas creencias. Yo no le enviaré a los míos jamás. También le aseguro por escrito que, sea cual fuere mi decisión, en ningún caso se verán afectadas las suyas. A mí no me preocupa en qué cree usted, siempre y cuando no crea que yo debo creer lo mismo … y me haga pagar por ello. Ya sabe: lo que creemos hoy no tiene que ser lo mismo que creamos mañana. Es lo que tienen las creencias: cada uno la suya y nadie la de todos, porque la de todos no existe.

Que le parece genial que exista una policía para controlar el consumo de droga, los límites de velocidad, la recaudación de impuestos y para defendernos de la delincuencia? Estoy de acuerdo, pero a mí me basta una que se limite a defender mi vida y mi propiedad. No necesito a gentes armadas que se movilicen hacia su casa y le secuestren a mano armada por negarse a pagar la misma cuota de colegio-hospital-pagoadesconocidos-subvencionesaamiguetes que pago yo. Porque piense: qué demonios le importa a usted a qué colegio van mis hijos? en qué hospital me opero la hernia? cuánto cuesta el servicio de seguridad de mi casa? a quién le regalo mi dinero? Exacto: no le importa nada y no tiene por qué pagarlo usted.

Tampoco tengo ningún inconveniente en que usted decida que un grupo de desconocidos represente sus intereses ante los demás durante cuatro años o más. Sin contrato. Es su seguridad, no la mía. Evidentemente yo me veré también en la necesidad de hacer uso de desconocidos que representen mis intereses contra el pago de un dinero. Pero permítame elegir que mis desconocidos trabajen para mí bajo contrato. Y que si no cumplen los términos del mismo, deban indemnizarme por los errores cometidos y sus consecuencias. Sin esperar plazos ni convocatorias. Yo así me siento más seguro.

No quiero que usted piense que lo que le cuento es la solución a nada. No lo es. Lo único que le ruego, que le suplico, es que me deje elegir a mí también. Usted siga haciendo lo que venía haciendo hasta hoy. No necesita cambiar nada (al menos no porque yo se lo diga), pero permítame a mí también ser feliz y sentirme seguro. Permítame elegir.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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14 comentarios

  1. El asunto no es si es un contra dios lo que pide Luis al borrego A o el B. La cuestión que solamente se puede traslucir de su escrito, que suscribo plenamente, es que sólo es posible una sociedad en el que la libertad individual esté garantizada. Una sociedad en que el borrego A y el B juntos no puedan imponerte a ti su santa voluntad. Simplemente porque tú, ni  yo, quieres imponer tu voluntad al A ni al B. Eso es la libertad.
     
    Y para eso sólo hay un camino: luchar por ella.
     
    Acción política.

  2. Parece que  la libertad un lujo y demasiado peligrosa en manos de los ciudadanos de a pie.
    A pesar de todo… Feliz año.

  3. Claro que te dejamos, Luis, pero eso no evita que tu argumentación al borrego sea un contradiós. Le estás pidiendo libertad a aquel al que no le importa un bledo si tiene que pensar A o B, y si tiene que hacer esto o aquello. Lo único que le importa es que el rebaño sea rebaño, que es donde se siente seguro. Y si tiene algunas piezas fáciles a las que atacar en manada (por ej, fumadores), mejor que mejor. Puede hasta sentirse alguien.
     
    Muchas buenas formas y razonamientos por tu parte, pero lo que has hecho es endilgarle una patada en los mismísimos, con esa propuesta tuya. No cuela ;

  4. En cualquier caso, elegir siempre implica de suyo descartar. Por esta razon, si yo elijo estoy descartando cualquier otra opcion que quiza usted elegiria. Pero eso no implica necesariamente que yo me muestre contraria con lo que usted elige. A mi no me hace ninguna gracia que una mujer se cubra la cabeza (y por ello elijo no cubrirmela yo, pese a haber estado casada 4 años con un musulman), pero si usted (suponiendole de sexo femenino, claro) elige cubrirsela, de verdad que esa circunstancia no nos enfrenta, ni debe enfrentarnos.
    Lo que si que nos enfrenta, es el hecho de reservar la libertad para uno mismo. el ejemplo mas claro es Yosoyhayek, del blog La libertad y la ley (hasta el titulo es ironico: ¿libertad? Para mi no, desde luego). Si el bloguero libertario se permite la libertad de llamar «tipica idiota» a una ciudadana ausente para defenderse (vease la cronica «destrozo pactado y consentido», comentario del 14 de diciembre), ¿por que yo tengo esa misma libertad para afearle la conducta? Maxime cuando el bloguero libertario finaliza cada cronica saludando y clamando libertad (para llamar «tipica idiota», no para otras cosas, no confundamos la velocidad con el tocino).
    Eso si m enfrenta a alguien. La censura sistematica del pensamiento discrepante. El aplastamiento de toda evidencia del error cometido. La arrogancia supina que devora la libertad. Quiero creer que este blog no me condene a mi al exilio, como ya me ha codenado yosoyhayek, haciendo uso de SU libertad comprada en El Corte Ingles.
    huelga decir que suscribo todas y cada una de las lineas expresadas por el señor Gomez. Un saludo, y que nadie se sienta ofendido o en el deber de defender a los ausentes (yosoyhayek), pues estos ya renuncian, con su censura bloguera, a defensa alguna, propia o ajena.

  5. A veces hay que planterase la verdad de unas palabras, no su oportunidad. El pensamiento, como dice el encabezamiento, es libre.
     

  6. Ayer hubo manifa clerical-opusina en Madrit, ante el desc oncierto del respetable.  Pues bien, sean ustedes conscientes, lobos solitarios, de que a la destrucción de la familia, en curso (no hay más que ver esos peculiares grupúsculos humanos que se congregan por estas fechas),  seguirá la destrucción del derecho.
    ¿A que suena horrible? Destrucción del derecho. Todo este teatro «anti» es perfectamente inane. Ya pueden prohibir respirar que va a dar exactamente lo mismo.
     

  7. Eduardo: Me da que Germánico escribía con ironía, pq no lo tengo yo por un lemming precisamente….da la sensación de que en los blogs pasa como en la radio, que la ironía no se capta particularmente bien……Feliz Año de parte de otro «rebelde», al menos en el plano de las ideas…

  8. Luis, genialmente expresado. El problema con Germánico es que es una váctima del Group Thinking; un lemming más en el rebaño rumbo al abismo. Y quieren que nos unamos a ellos en su fatídico destino. Que no cuenten con nosotros, una creciente multitud de lobos solitarios que nos encanta alimentarnos de lemmings… 🙂

  9. Yo por supuesto, faltaría más. Aunque me temo que mi parecer en este asunto cuente más bien poco…

  10. Germánico, dado que dirigirse a la «ciudadanía» es una pérdida total de tiempo, intento que al menos uno -sólo uno- de los lectores de esta casa lea mi carta-súplica, se de por aludido (que sí, que les aludo a todos directamente, vamos) y decida dejarme elegir. Sería una forma magnífica de empezar el año.

    Tú me dejas? 😉

     

  11. Vaya, vaya, muy ingenioso, ¡casi nos engaña! Utiliza la artera treta de dirigirse a un individuo educadamente, a un usted. Pero lo que no se da cuenta es que se enfrenta a una masa informe de proporciones grotescas llamada ciudadanía, un nosotros que se compone de un montón de túes igualitos unos a otros, en la mente de un gran ingeniero social democrático-tecnocrático.

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