Estado del miedo. Ayer fueron las brujas. ¿Mañana los escépticos? (Act.)

Vean atentamente este vídeo. La traducción al castellano más abajo, gracias a Alicia, una lectora de este blog.

Ayer fueron las brujas, hoy el CO2, mañana?

Traducción:

La siguiente es una breve lección de la Historia sobre el miedo y la ignorancia alrededor de los eventos meteorológicos extremos hace 500 años. Tan imposible es comprender los acontecimientos del s. XX sin tener en cuenta el totalitarismo como lo es entender el s. XVI en Europa sin reconocer el papel jugado por la superstición. La magia, la brujería, los conjuros y la superstición dominaban la cultura a cualquier escala, desde el más ínfimo rincón hasta lo cósmico.

Europa había disfrutado de un clima más bien uniforme hacía unos mil años y sobre el s. XIV la situación se había deteriorado en un largo período que llamamos la Pequeña Edad del Hielo (PEH). La PEH vio ásperos inviernos, tormentas severas así como una variabilidad extrema. Esto significa que podían verse inviernos suaves seguidos de inviernos crudos, olas de calor en verano, sequías, temporales e inundaciones. La PEH se prolongó durante unos 500 años, aplacándose sólo en el s. XIX en algunos lugares.

El período más extremo de esos 500 años de la PEH en Europa tuvo lugar entre los años 1550 y 1700. Aquel fue probablement el período meteorológico más violento de los últimos mil años, si no más. Las severas condiciones climáticas derivaron en estragos en las cosechas, hambrunas, enfermedades, muerte e inestabilidad social. Pero esto estaba pasando en tiempos de por sí muy agitados, ya que la Reforma, la contra-Reforma y la guerra asolaban a Europa.

¿Cómo de inusual era este intensísimo período de la PEH?. En la tarde del 3 de agosto de 1562 una tormenta golpeó el centro de Europa con un frente de varios cientos de kilómetros. Después de ensañarse durante varias horas, dio paso a una terrible granizada que se prolongó hacia media noche. Destruyó las cosechas. Destruyó los viñedos, los pájaros y las vacas y caballos que no estaban bajo abrigo.

Los cronistas de entonces apuntaban a algo que oímos hoy día también. Decían que no se había visto una tormenta así en 100 años.  La tormenta se consideraba tan inusual en este período de superstición que no podía ser natural.  Tenía que ser sobrenatural. De este modo, la superstición y la brujería se mezclaron para dar una respuesta de precaución: erradicar a los responsables de esta tormenta y de este período de nuevas perturbaciones.

Era bien sabido que la gente podía fabricar el tiempo (cook weather) con la ayuda de Satán. Fue por ello que las condiciones extremas de la parte más dura de la PEH coincidieron con las más horribles ejecuciones en masa y los juicios de las brujas.  Todo esto era legal, y era llevado a cabo, administrado,  por lo más selecto de los altos estratos sociales. Aquéllas eran ejecuciones por brujería institucionalmente legalizadas. Había muchas razones para aquellos juicios, pero algunos de ellos estaban relacionados con fabricación del tiempo, esto es, trabajar con Satán para producir aquellas tormentas extremas. Las estimaciones hablan de alrededor de 50.000 ejecuciones a lo largo y ancho de Europa, y ningún país se libró de ello.

Hubo escépticos que se resistieron, pero con frecuencia eran acusados o amenazados con ser acusados de brujería para aniquilar cualquier debate. Por ello el filósofo y jurista Juan Bodino apuntó en 1580 que la brujería era el problema más terrible que atenzaba a la Humanidad. De nuevo, una nota de mucha modernidad.

Bodino lideró el ataque internacional contra los escépticos como Johann Beyer. Este ultimo era un médico que argumentaba que los acusados de brujería parecían sufrir de lo que él pensaba era una condición médica que actualmente llamaríamos trastornos anímicos. También pensaba que era teológicamente imposible que Satanás pudiera valerse de dichas personas para hacer su trabajo. Beyer después declaró que las confesiones tenían que ser arrancadas mediante tortura porque apenas había prueba directa de brujería… Bueno, las confesiones eran arrancadas mediante tortura y él consideraba esa tortura inmoral.

¿Cuál fue la respuesta entonces?. Bodino le acusó de brujería, de manera que las más nimias notas de escepticismo fueran eliminadas de la sociedad. “Cualquier país que tolere a estos escépticos será asolado por plagas, hambrunas y guerras”. Como era sabido que las brujas provocaban el tiempo y las tormentas inusuales rugían, lo mismo rugieron las torturas y las ejecuciones.

¿Cómo de severo se volvió el tiempo?. Bueno, el 24 de mayo de 1626 cayó una granizada en el centro de Alemania que dejó un metro de granizo. Dos días después un frente ártico descendió hasta el centro de Europa y golpeó con fuerza. Los ríos se congelaron, la madera de las viñas estalló, la cosecha de centeno y cebada fue destruida. Las hojas de los árboles ennegrecieron y cayeron al suelo dejándolos desnudos y la gente pensó que se trataba del efecto 2000 (Y2K). (La audiencia ríe).

El alcalde de Zeil en Franconia, Johann Langens, escribió: “Todo ha sido destruido por la helada, algo que nunca ha pasado en la memoria de la gente”.  Y esto era verdad. Probablemente una helada de esa magnitud no hubiera pasado en 500 años, pero como era tan inusual, no podía ser natural, dados los paradigmas que reinaban por la época. Continúa Johann Langes “Con lo cual, la súplica y la mendicidad se intensificaron entre la chusma. ¿Por qué las autoridades tienen que tolerar a estos magos y brujas?. Los magos y brujas deben ser castigados”.

Y, de hecho, las autoridades los castigaron. Sólo en este área del centro de Alemania y en 1626, Bamberg ejecutó a 600, Wurtzburg 900, en el electorado de Mantz otros 900 fueron ejecutados, y en Westphalia, 2000. Este es ni más ni menos el resultado de la helada de 1626, y las ejecuciones están directamente relacionadas con la fabricación del tiempo.

La ciencia es el único medio de éxito que conocemos para explicar la naturaleza, y el aumento de riqueza es el único medio de éxito que tenemos para permitirnos predecir, prepararnos para y sobrevivir el tiempo extremo, que siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo. Pero la ciencia necesita una protección social especial, y sin esa protección la ciencia será desbancada y sustituida por esos mitos que a los humanos les encanta crear, mitos como la fabricación del tiempo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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7 comentarios

  1. Lucho: sería muy bueno  si pudieras doblar los videos a nuestro idioma. Si queremos hacer algo contra la ignorancia, será más eficiente hacerlo en castellano.
    Jomo, y  a propósito de ignorancia;  pierdes tiempo en atacar a personas, y lo haces con argumentos tan idiotas,….. («erais vosotros quienes quemábais a las brujas,….»)… deplorable.
    Aquí se trataba de comentar el video.

    • Lo se, Jose Manuel, pero no ando sobrado de tiempo. Siempre que puedo coloco las cosas subtituladas (gracias al tabajo de otros).

  2. jomo, si Torquemada viviera hoy, se haría ecologista. Tú, de haber vivido en tiempos de Torquemada serías el que le llevaba los pliegos de cargo al brazo secular.
    Ejemplos modernos y nada contrafactuales los tenemos a puñados, como ese etarra que era falangista de jovencito y cuando la Falange perdió todo el poder se cambió al otro nacionalismo. Pues tú parecido serías.

  3. Erais vosotros quienes matábais a las brujas, que para eso sois católicos practicantes o decíais que la Tierra estaba en el centro del universo y siglos después hubo que pedir perdón a Galileo. En fin, pobres ahora van de víctimas.

    • Hombre Manin, cambias el nick? o estás en misión secreta? Creo que te equivocas de blog.
      En fin, a unos los árboles no les dejan ver el bosque, a tí el bosque te impide ver los árboles.

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