"Igual trabajo, igual salario", o en qué mandangas gastamos tus impuestos

igualda

Hoy se ha desarrollado en el Parlamento una jornada que llevaba por título “Igual trabajo, igual salario«.

En un primer vistazo pensé que nuestros próceres de la patria por fin iban a reflexionar sobre las vacaciones navideñas de dos meses, o las estivales de tres, o sus reducidas jornadas de ‘trabajo’, o las continuas ausencias a sus escaños; y que las iban a comparar con las maratonianas y eternas jornadas laborales de los curritos de a pie. Y que como cualquiera de nosotros trabajamos infinitamente más que ellos, pues se iban a replantear sus magnánimos salarios.

Pero no, resulta que iban a tratar la brecha salarial entre hombres y mujeres, o eso dicen los fantásticos informes que manejan nuestros ministerios y que nos cuestan un auténtico pastizal.

Al frente de la jornada estaba nuestra ínclita ex-becaria de Unicaja, junto al Ministro del Paro y nuestros sindicalistas favoritos.

De hecho, la ahijada del ministro Chaves va a proponer en el consejo de ministros del próximo viernes que nos sumemos a la resolución del Parlamento Europeo para que el 22 de febrero sea declarado “Día Internacional por la Igualdad Salarial”. ¿Por qué el 22 de febrero? Pues no tengo ni idea… Yo habría optado por el 29, y así, al menos, tirarían el dinero de los contribuyentes una vez cada cuatro años en semejantes mandangas, y no cada 364 días.

¿Que por qué digo que son mandangas? Porque ellos mismos saben que no es cierto, que su hipótesis de partida está viciada y que, por tanto, han de estrujar bien los datos para que canten la traviata, siguiendo la partitura bibiánica.

Si ellos mismos reconocen que se han inspeccionado 241 empresas y que se ha comprobado que “la mayor parte de las discriminaciones salariales son debidas a los complementos que se pactan al margen de la negociación colectiva”. ¿Se pactan sólo por los hombres? ¿Quiénes los pactan? ¿A qué tipo de complementos se refieren? Yo en mi nómina no veo uno que diga: complemento por ser varón, 600 € más.

Y como en su día Burrhus lo explicó mejor de lo que a nadie le haya leído nunca, les remito a su entrada, que no tiene desperdicio:

Sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres

hurssel
hurssel

Acumulador de conocimientos inútiles

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9 comentarios

  1. ¿Y cuantos días menos podría yo trabajar al año si no me robaran el dinero para financiar estas, en efecto, mandangas?

  2. El sindicalismo erre que erre con sus manipuladas mentiras salariales… que algo queda. Y en este caso de la mano de las manipulaciones del hembrismo ibérico. La tal Aido, en representación del mismo, manipulando los conceptos “masa salarial” (es decir, el coste del trabajo de una país) y “salario” (es decir, el coste del trabajo persona-puesto).

    Aproximadamente, el número de horas extras de horas trabajadas por los hombres, es de cerca de tres veces el número de horas extras trabajadas por el colectivo femenino. Es decir, ese tiempo que dicen las mujeres que trabajan en sus hogares… los hombres, cuando ellas salen del trabajo, no están de copas. Ese porcentaje de horas extraordinarias forma parte de la “masa salarial”, y por supuesto es mayor que el de las mujeres; pero no tiene nada que ver con el concepto de “salario” (persona-puesto), y por lo tanto, no existe tal discriminación salarial entre hombres y mujeres.

    Hembrista Bibiana Aido, el que escribe es muy paritario, tanto, que me gustaría que al final de cada ejercicio económico, las listas de accidentes laborales mortales y no mortales entre hombres y mujeres fuese paritario. Es decir, los trabajos de alto riesgo, en el 98% lo tienen los varones. Dichos trabajos tienen un plus salarial por el riesgo, que también forma parte del concepto de “masa salarial” de un país, pero no del concepto de “salario” (persona-puesto), y por lo tanto, no existe tal discriminación salarial entre hombres y mujeres… al menos, hasta que haya el mismo número de mujeres trabajando (y muriendo) en trabajos de alto riesgo, como los hay de hombres.

    Para valorar la “masa salarial” de un país, podríamos seguir con los trabajos de nocturnidad (¿cuántos hombres y cuantas mujeres trabajan de noche?); y los trabajos de expatriación (¿cuántos hombres y mujeres trabajan fuera de su país?). ¿Hay paridad en estos casos?… porque ese diferencial salarial también forma parte del cómputo de la masa salarial de un país.

    Señora Aido, siga usted hembristamente manipulando los conceptos de “masa salarial” y “salarios”… pues gracias a ello, entre otras cosas, puestos como el suyo, seguirán aumentando la diferencia entre “masa salarial” y los salarios reales… de las mujeres. Por suerte para usted y desgracia de la mayoría de las mujeres de este país (más valiosas que usted), el salario de ellas siempre será discriminatorio con respecto al suyo.

    En otras palabras, y se lo traduzco en su idioma hembrista. La mayoría de las mujeres de este país en su trabajo son retribuidas por una clase de “género salarial” oficial, que para nada discrimina por razón de sexo; en tanto que usted (y demás Pajines), se retribuyen a sí mismas por el régimen del “salario del género”. ¿Cuándo las mujeres de este país creen ustedes que llegarán a tener su mismo salario con tan flamantes C.V.? ¿O esa discriminación entre mujeres no la quieren denunciar?

    ¿Quién discrimina a las mujeres, señoras Aido´s?

    Pablo el herrero

  3. Es el 22 de febrero, porque según dice la aido (odia al revés) una mujer necesita trabajar 53 días más al año que el hombre para igualar su salario. Como diría la bibí, ósea los 31 días de enero mas los 22 de febrero hacen 53. Y ahí está el porqué de la fecha. Lo que no dice, es porque el contribuyente necesita de 4 meses de su trabajo para pagar impuestos..

    semacolao el anterior mensaje…

  4. Hurssel: Precisamente hoy han publicado hoy en El País un artículo bastante razonable. Se centran en dos cosas: la formación y el plus de antigüedad. Ahora va a resultar que los convenios colectivos son problemáticos para la igualdad. ¿Se atreverán a derogarlos? 😛

    PD: Gracias por el enlace.

  5. Es que a algo tendrán que dedicar a Bibianita, digo yo. Y si su ministerio es el de Igualdad, pues algo tendrá que decir al respecto. Da igual que sea cierto o no, si no existe un problema se busca y punto, o se monta y se acabó.

    ¿De qué van a vivir, si no, las empresas amigas de estudios y análisis?

    El problema es que todo este absurdo se paga con dinero público. Si Bibi lo pagase con sus ahorros me daría igual, pero lo hace con mi dinero…

    Además, es que Burrhus explicaba tan tan bien dónde está el problema en el tratamiento de este tipo de datos estadísticos que debería darles vergüenza el solo hecho de lanzar esos mensajes a bombo y platillo

  6. Si yo fuera empresario y tuviera que contratar a alguien contrataría al que, a igual trabajo, cobrara menos.
    ¿Alguien se ha preguntado por qué si las mujeres cobran menos para hacer el mismo trabajo el paro femenino es mayor que el masculino?
    Algo falla en el razonamiento:
    -O el trabajo realizado no es el mismo
    -O las cifras del paro están dirigidas
    -O los empresarios están como cabras

  7. Igual trabajo = igual salario. Suena convincente. El problema estriba en que esa igualdad no se cumple. No hay cosa tal como un «igual trabajo». Quizás si lo haya en algunos de los estandarizados trabajos burocráticos del sector público y en unos pocos en la empresa privada. Pero la mayoría de los trabajos son muy diferentes entre sí, no ya por lo que cada persona aporta y los diferencia, por el elemento «subjetivo», sino por el mismo objeto del trabajo.

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