Matones y brujas

Jesus_Neira_Isabel_Cepeda.jpgEl Profesor Neira tuvo un gesto valiente y noble. Otra forma de verlo es que se comportó de forma osada e ingenua. Pero se mire como se mire parece claro que le movía un impulso de ayudar al débil y desvalido, al oprimido y humillado, a una mujer maltratada. Nuestra naturaleza nos impulsa, muchas veces contra nuestra razón, a proteger y socorrer a nuestros semejantes. Esa benevolencia instintiva es uno de los mejores activos de nuestra especie, pero su contrapartida es el afán de domeñar, de doblegar, de destruir si es preciso a quienes se nos oponen, bien con acciones o pasividades (no elegir es también elegir), bien con palabras e ideas. Dentro de las últimas, las que contengan algo de verosimilitud, o de verdad, son, según un aforismo de Voltaire, traducido al refranero como “las verdades ofenden”,  las que más nos hieren y por tanto las que más nos mueven a herir. Quien carece por completo de recursos intelectuales y es de bofetada fácil se puede sentir inclinado a golpear a un Señor Profesor, a falta de capacidad de réplica argumental a cualquier cosa que este diga. No otra cosa hace con su pareja, probablemente más hábil que él con la palabra –dentro de las limitaciones evidentes de ambos- y más capaz de clavar puñales con ella. Un imbécil, un auténtico imbécil, enervado para colmo por las drogas, tiene en la agresión, unas veces controlada y otras descontrolada, su mejor recurso. El Profesor Neira probablemente no tuviera tiempo de pensar, a pesar de que disponía de una capacidad de análisis muy superior. Sencillamente, en situaciones de esta índole, que suceden muy rápido, tenemos mecanismos que nos arrastran a la acción de lucha, huída, parálisis….mucha gente pasa de largo ante una agresión, o se quedan quietos y asustados, o miran a otra parte. Otros, como Neira, pillados en un momento de especial seguridad en si mismos, acaso con una buena digestión, su conciencia tranquila y el ego subido por alguna alabanza recién recibida, se lanzan a impedir un atropello y a salvar a una víctima. Si Neira hubiera tenido tiempo de pensar quizás no hubiera hecho lo que hizo, o quizás sí. Aunque lo que dudo es que, conociendo lo que vendría después de su ingreso en el hospital, hubiera movido un dedo por esa mujer innoble, codiciosa y muy digna pareja de ese otro hombre.

bruja_maton.jpgAlgo que hemos de tener siempre presente, ante un lamentable espectáculo como el que movió a Neira a enfrentar un grave peligro, es que no es improbable que una mujer que esté en esa situación lo merezca, de una u otra forma. Arriesgar la vida por alguien completamente desconocido se hace creyendo implícitamente que dicha persona es digna de nuestra acción. El mensaje ambiente es que el hombre es muy malo y la mujer muy buena, el hombre un agresor despiadado e injusto y la mujer una victima inocente, pero el hecho es, nos guste o no, que la gente suele formar pareja con personas de su misma inteligencia y de sus mismos valores, que Dios los cría y ellos se juntan, o que la chusma llama a la chusma.

Un joven de 18 años murió este fin de semana. 3 matones de Discoteca le aplastaron el corazón. Estos no sólo tienen la violencia por único recurso, son profesionales de la misma. También aquí tenemos un uso controlado y descontrolado de la agresión, si bien de un profesional (al menos uno que no tenga “barra libre”) debería esperarse exclusivamente el controlado. En este lamentable suceso hubo por medio una mujer. Apenas se menciona, y nadie tendría la osadía ni la ingenuidad de sugerir que hubiera tenido responsabilidad alguna, en esa pelea tan desigual.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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6 comentarios

  1. (*), me alegra que al menos a tu juicio haya acertado. No tengo idea de la catadura moral de la tal Macarena, ni en su implicación en los hechos, pero lo que es seguro es que en todo lo que ocurrió hubo también «agentes» femeninos.

    Juano, lo de los medios es vergonzoso, es más, lo diré: asqueroso. Que hayan invitado a esa tía golfa a La Noria y le paguen por decir las ordinarieces y mentiras que ha dicho, es un delito contra el buen gusto y contra la moral más elemental.

    Neira obró como un pardillo, pero insisto en lo que dije: todas esas consideraciones que haces el no tuvo mucho tiempo de hacérselas.

    Salu2

  2. No importa la verdad, importa la pinta de la noticia para lograr un fin. Fin que puede ser desde vender más periódicos hasta lograr que la gente pague hasta contenta impuestos abusivos y sin sentido. Creo que el factor de género aquí pinta poco más allá de la utilización de clichés. Pero es lo mismo que hemos visto con Betencourt, la pobre mujer secuestrada en la selva por los malvados guerrilleros. Que sí, pero le dijeron ochocientas mil veces que no fuera que la iban a secuestrar. Pero allá ella a negociar con los asesinos, y cuando los malos hacen lo que les toca, una maldad, venga los medios a clamar al cielo cuando quien ha provocado la situación no deja de ser la víctima. No importa el cuadro, sólo el detalle que bien iluminado atraiga atenciones e intereses…

    Lo que hizo este hombre, sin dejar de ser heroico, fue una tontería. Quijotesco como buen español fue a medirse con un molino que repartía guantazos a quien se pusiera delante. De correr peligro la vida de alguien, puedo entender la toma de medidas desesperadas. Pero sin riesgo vital había unas cuantas salidas más inteligentes. Al toro se le llama de lejos, no dándole collejas de frente…

    Conozco maestros más que cualificados en artes marciales que si pueden correr, lo prefieren a demostrar sus capacidades ante una navaja. En el fondo toda situación en la que la violencia puede ser un factor a tener en cuenta es igual: no vas a la guerra contra una potencia superior, de hecho no vas si no tienes el convencimiento de que puedes ganarla. Pues aquí igual, no te metas en situación de violencia si no las tienes todas contigo…
    Y lo dicho, si lo que vas a hacer es sacrificarte por alguien que puede estar en peligro de muerte, inténtalo antes desde 30 metros de distancia, no de 3 (salvo que lleves a tus espaldas a los Chicago Bears , claro).

  3. (*), voy a tener que rumiar lo que has dicho, pues no se presta a ser devorado por un carnívoro….

    Ijon, supongo que a muchos no les parecerá correcto lo que digo. Aunque no se trata de que sea correcto o no en el sentido de ajustado o no a la realidad, sino si es correcto o no en el sentido de ajustado o no a las fantasías de cómo debiera ser la realidad imperantes.

  4. El problema no son las mujeres, que bastante tienen con lo suyo, sino el narcisismo de los hombres, en el cual quedan reducidos a bestias. Y únicamente un hombre sería capaz de negar, mientras que los demás animales van a embestir y destruir lo que rechazan sin percatarse de otras posibilidades de objeto o de darse el objeto o de bla, bla.

    Cuando un animalito ataca es que niega lo que se le presenta como real, lo mismo que hace el psicópata, mientras que a la gente equilibrada, aunque no follen tanto como les gustaría, les basta decir “no” o presentar el objeto en un contexto o bajo una luz en que desaparezcan sus cualidades positivas (por ejemplo, presentar la paciencia como cobardía …)

    Al final, la capacidad de negar es enormemente creativa. Crea espacio y tiempo para seguir creando. Nadie ha visto a un torero embestir.

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