El Estado. Abundando en un artículo de Memetic Warrior

Prístina y acertada la visión que Memetic Warrior nos da en su Políticamente Incorrecto sobre la relación Estado de Derecho-Progresismo. Las leyes, desde un punto de vista progresista, no están para ser cumplidas, sino para ser cambiadas. El conservador daría el salto al otro fin del universo aduciendio que la ley es inamovible. Los primeros se servirán del poder del Estado para sus fines, curiosamente (o no) los segundos también.

Y ahí es donde entro yo y digo que el Estado no tiene nunca nada que ver con DERECHO, con LEY. Motivo este por el cual ni los progres ni los conservadores son compatibles con el «Estado de Derecho», pues éste no existe. Me explico.

Chistian Sigrist define «dominio» en contraposición con «autoridad». (No recuerdo que hablase nunca de jerarquía, corríjanme si me equivoco). Creo que nos ofrece un buen punto de partida.
La Autoridad no necesita para llevar a cabo sus fines un aparato de represión (armadas o policía). Quien sigua a la autoridad lo hace por convencimiento de que es lo correcto y reconocimento de la misma (hablamos de motivos del tipo «sabiduría de los mayores», lealtad ante los antepasados, reconocimiento del mérito y el esfuerzo personal, etc…)

El Dominio comienza en el momento en que aparece un aparato de represión. A partir de ese momento la «autoridad» se convierte en «dominadora» pues exige seguimiento y cumplimiento también a quienes no están convencidos de que las opciones propuestas sean las mejores.

En este punto aún no hablamos de territorialidad. Nos encontraríamos en una especie de protoestado. Estos protoestados existen también en contextos ultrareligiosos o criminales. El ingreso en esos grupos puede ser voluntario, pero abandonarlos está prohibido o penado. (También es posible nacer dentro un protoestado, como miembro de una tribu o porque sus padres ya son miembros del mismo). Los protoestados son frágiles en entornos hostiles, por lo que sus aparatos de represión suelen ser extremadamente contundentes.

Grupos de humanos en los que no existe «dominación» en el sentido de Sigrist no conocen el concepto de seguimiento obligatorio por lo que no se dejan esclavizar fácilmente. En USA se importó a los negros como esclavos por que los indios no consintieron ser esclavizados. Cuando eran hechos prisioneros, morían antes que trabajar obligatoriamente para otros.  Amilcar Cabral, el teórico de la lucha anticolonialista en los antiguos dominios portugueses, demostró que las etnias que vivían antes de la colonización en estructuras no estatales (sin «dominador», sólo en base a la «autoridad») se mostraban más reacias a aceptar la presencia de los colonizadores que aquellas en las que ya existía un sistema de «dominio».

En los orígenes de los estados se podían observar ambas formas de jerarquización. Grecia no es un ejemplo perfecto, pero en ella podemos ver cómo una etnia (o un grupo de ellas aliadas) imponía su «dominio» sobre otras, esclavizándolas, al tiempo que asumían los principios de la «autoridad» para sí mismos.

El concepto de ESTADO sólo queda perfectamente definido cuando además aparece el concepto de TERRITORIALIDAD.  Las metas del «dominante» y el Estado son siempre y exclusivamente el propio enriquecimiento ( vivir del trabajo de otros, de las riquezas de otros, aumentar la propiedad del dominador, del estado y sus territorios)  y el ejercicio del patronazgo (prescribir a quienes se encuentran en su territorio lo que pueden o no pueden hacer, mediante leyes que nacen del dominio y no de la autoridad, lo que las desvirtúa). Otras funciones que podamos añadir a los estados modernos apenas sí cumplen una función pseudolegitimadora.

Como ven, en ningún momento es necesario establecer un régimen de DERECHO, y mucho menos de DERECHOS de los ciudadanos. El Estado no los necesita para subsistir. El hecho de que podamos elegir cada cuatro años quiénes pueden enriquecerse a nuestra costa y quiénes pueden ejercer el patronazgo sobre nosotros no nos convierte en ciudadanos de un «Estado de Derecho» ni hace del Estado otra cosa distinta de lo que es: un sistema de dominio.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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15 comentarios

  1. Luis, en primer lugar, esta conversación ya no trata sobre el artículo. En este, se pretendía (tal y como lo veo) realizar una crítica al estado y la existencia del mismo, señalando los defectos de algunas de sus implementaciones, como en el caso del Español, apreciaciones con las que por cierto, estoy de acuerdo.

    Pero como decía, esto no es suficiente para achacar todos los males a la existencia del estado, sobre todo si no se da alternativa, la cuál sigo sin verla que no sea un modelo de estado diferente. Es decir, no entiendo las criticas al estado de forma genérica, y luego a continuación ofrecer otras variantes posibles de estado.

    Continuando con el ejemplo de la herramienta, el estado no es una única herramienta, son varias. Martillos hay de muchos tipos, está el pilón para hundir con fuerza lo que pilla, y tenemos el martillito de ajuste fino, para corregir de forma precisa. Pero todos son martillos.

    Dicho de otra forma, el artículo se presta a interpretaciones confusas.

    «Ocurre que si esa forma de convivencia no admite el derecho de secesión a quien no reconozca la autoridad, cae inmediatamente en la dominación»

    Por otro lado, que el estado sea centralista o unitario, tampoco significa que se base en la dominación. Para empezar, salvo los estados comunistas, no conozco ningún estado que te impida irte de el (como hiciste tu en su día) o irte al monte a vivir de tus recursos, como también los hay. El estado por regla general no obliga a nadie, mientras por supuesto, no utilices sus recursos. Aun así, el estado estaría obligado a defender tus derechos, aunque no lo quisieses.

    Así que el derecho de secesión individual lo tenemos todos, incluso hoy en día en cualquier estado occidental. Otra cosa es que desees que el estado haga lo que tu quieras, esto es más difícil, ya que tendrás que contar con el resto de personas que forman el estado, ¿no lo crees?

    Estoy de acuerdo en que un estado organizado de forma que la toma de decisiones sea local para aquellos asuntos del mismo ámbito, es al menos, la más cercana al individuo y permite mayor libertad política. Pero en todo caso, la aceptación de normas sean o no de tu agrado, es un aspecto básico de cualquier civilización. Lo que distingue a unas de otras, es la posibilidad de las sociedades y de los individuos en tener esa libertad política para poder cambiarlo si no te gusta. Y en eso estamos algunas personas que tu bien sabes, en mejorar esa posibilidad y no en discutir filosóficamente sobre el significado y existencia de las cosas.

    «Lo que no admitiré nunca es un estado que tenga valor en sí mismo»

    El valor es subjetivo. Cada uno puede darle el valor que quiera. Supongo que te refieres en que te niegas a aceptar que te impongan un valor determinado. Estoy de acuerdo si es así.

    «Tampoco niego la posible bondad del gobernante. Le niego la capacidad de decidir nada por mí que afecte a mi vida privada»

    Esto no tiene nada que ver con el estado. No tiene sentido en esta discusión. Esto trata precisamente de una democracia funcional. Por supuesto que un gobernante por estar al frente del estado no le legitima para nada de esto ¿quien pretende defender esto? Que el estado imponga o no en este sentido, será a causa de su grado de representatividad y también en función de las acciones coactivas que aplique al «insolente». No te van a fusilar por saltarte un semáforo (abundando en lo que dice Juano)

    Puedo entender este intento, como una forma de acercar la democracia al mundo ultra-liberal, denostando al estado para luego ofrecer otro. Si es así, lo acepto. El mensaje ha de estar adecuado al receptor. Yo desde luego, no soy ultra-liberal, puede que por eso, no entienda casi nada.

    «Y sí, somos buenos. Aunque los hay malos… pero éstos, que se monten su tugurio, ya nos defenderemos.»

    ¿Y quién es el bueno y quien es el malo» ¿Cómo se establecen estos márgenes? ¿Quien lo decide? ¿Que sistema se monta para averiguarlo? Voy a dar una respuesta: un Estado con un sistema político democrático, que controle al gobernante el cuál es simplemente un encargado a las ordenes de la sociedad. Una sociedad defendida por un poder judicial independiente, que blinde en lo posible esa esfera de derechos individuales. Un sistema político donde el colectivo pueda existir, decidiéndose democráticamente aquellos asuntos que afecten al colectivo y sus recursos, dejando al individuo tranquilo.

    No se si esto es utópico o no, lo que si observo es que no hay otra salida mejor.

    Saludos

  2. No es lo mismo que se te obligue a pagar unos impuestos razonables que a separar la basura por contenedores de colorines. Si enmarcamos la relación del individuo con la sociedad en lo que podríamos denominar «contrato social», indefectiblemente se tendrá que estipular una serie de derechos y obligaciones. Por lo tanto la exigencia de dichas obligaciones no puede considerarse ni negativo, ni contraproducente, ni contrario al derecho.

    Igualmente habrá disidencias aceptables e inaceptables. Y es sanísimo que la sociedad expulse de su seno a los disidentes contrarios a la esencia del colectivo. Una sociedad no puede constituirse asumiendo todas las alternativas de pensamiento / morales / éticas / conciencia posibles e imaginables, eso es anarquía.

    La autoridad pura, según el discurso expuesto, sólo es sostenible en según que parcelas de pequeño tamaño. En el conjunto de las funciones de gobierno, es inviable, sólo es práctico el sistema de dominación. Es por eso que es peligroso y ha de ser controlado. De lo contrario el medio se torna en fin y el fin en medio. En otras palabras, el gobierno deja de ser servidor y pasa a soberano y el pueblo pasa de soberano a servidor…

    Totalmente de acuerdo en acercar las herramientas de poder al soberano. Pero añadiría que además debería buscarse también como norma la consecución de economías de escala. De lo contrario pasaría como está ocurriendo con las autonomías, que se multiplican gastos por las mismas partidas sin que ello signifique -normalmente es lo contrario- mejor o mayor rendimiento.
    Así mismo debería establecerse un ratio máximo de trabajadores públicos por cantidad de población. Desde el momento en que la herramienta que es el gobierno comienza a asumir tareas que no le corresponden, deja de ser eficaz para su función única. Es la falta de definición actual -¿o es la definición incorrecta?- de esa función lo que está permitiendo el crecimiento desmedido del aparato estatal que va engullendo responsabilidades dispares que no debería tocar.

  3. En un intento de responder a Juano y Lino:

    El derecho nace de la autoridad, no de la dominación. EL estado que describo, y al que asistimos, no se basa en la autoridad, sino en la dominación. No es necesario recurrir al salvaje bueno, ni caer en que somos todos malos. Lo que escribo tampoco quiere decir que no deba-pueda existir una forma de conviviencia social que garantice la aplicación del derecho. Ocurre que si esa forma de convivencia no admite el derecho de secesión a quien no reconozca la autoridad, cae inmediatamente en la dominación. Y pierde el epíteto de «de derecho», pues ya no vale para todos los que forman ese grupo.
    Cuando me declaro a favor de estructuras pequeñas lo hago precisamente pensando en estas cosas. Un grupo pequeño puede regirse por la «autoridad» sin necesidad de dotarse de aparatos represivos de dominación. Cuanto más grande es el grupo, más difícil es evitar la imposición.

    Dotarse de un, vamos a llamarlo «estado», puede ser necesario, pero siempre será más fácil verlo como herramienta a mi servicio si lo considero desde el primer momento peligroso, pues lo es. Lo que no admitiré nunca es un estado que tenga valor en sí mismo. Es una herramienta, y como todas las herramientas, si no sirve, se tira. y se busca una mejor.

    Yo sí he ofecido alternativas, que pasan, precisamente, por esa reducción en el tamaño de los aparatos administrativos. No sólo en cuanto al número de administradores, sino en cuanto al «territorio» que abarcan. Abogo por una estructuración del estado desde los municipios, que permiten una acción directa de los ciudadanos en la regulación de su propia comunidad.

    Tampoco niego la posible bondad del gobernante. Le niego la capacidad de decidir nada por mí que afecte a mi vida privada. A él y a tí. Y a cualquiera. Las cosas que hacemos tú y yo las hablamos tú y yo y las decidimos tú y yo. La autoridad, efectivamente, legisla. Y es aceptada por el resto por eso, porque es autoridad. Pero no necesita imponer nada. La defensa de esos principios ante los que, viniendo de fuera del grupo, no sean capaces de aceptarlos, es legítima. Al infractor de dentro (que no ha de ser infractor, basta con que sea disidente) se le ofrecen dos posibilidades: la secesión (marcharse, el destierro) o resarcir al dañado, caso que haya causado alguno.

    Sí, ya sé, difícil se antoja dar esos pasos en la práctica. Pero yo no veo tan difícil devolver la capacidad legisladora a los ayuntamientos (los concejos), garantizando la libertad de movimiento de las personas (para que cada uno busque el sitio donde está más a gusto con la autoridad allí presente) Un concejo de ciudadanos no es un estado, es infinitamente más democrático que la m***** que tenemos ahora.

    Termino, el estado de derecho no existe desde el momento en que el estado me obliga a hacer algo que NO quiero, perdiendo la autoridad (no puedo respetar a quien me impone un capricho), y la universalidad que son intrínsecas al derecho. Un ley que no vale para todos, no vale.

    Y sí, somos buenos. Aunque los hay malos… pero éstos, que se monten su tugurio, ya nos defenderemos.

  4. Como no puedo publicar el resto del comentario, no se porque, dejo aquí una dirección para el que la desee ver.

    Gracias y saludos

    PD: Luis, perdona el bombardeo de intentos.

  5. Me parece que el desarrollo del artículo precisa aceptar la premisa del mito -recalco lo de mito- del buen salvaje. Sin establecer la premisa de la bondad del hombre por naturaleza y condición, la argumentación no se sostiene.
    En las interrelaciones sociales el hombre es más egoísta que bueno, es más interesado que solidario. Y tiene que estar el hombre muy alejado de un entorno salvaje (o de aislamiento) para que la bondad empiece a ser una cualidad determinante en su conducta. Se debe esto a que la bondad aparece a fin de cuentas por interés cuando la vida en sociedad demuestra qué es lo que más conviene al colectivo y al individuo.
    Por lo tanto la necesidad de la ley emana de ese descubrimiento de las mejores actuaciones, ya que no puede el colectivo esperar a que cada individuo vaya llegando a su ritmo a las mismas conclusiones. La autoridad pues, también legislará. Lo que sin coerción, no veo claro cómo es sostenible el esquema de gobierno ante el crecimiento del grupo y la aparición de autoridades competidoras con la establecida.

    Al mismo tiempo se niega la posible bondad del gobernante. De ser cierto, el desarrollo y la acumulación de riqueza habría sido harto difícil y no podría calificarse nunca de bueno a ningún mandatario.

    El razonamiento de Cabral es lógico. Pero es que alguien que se cría y vive en un entorno rico en alimentos hasta el punto de no precisar socializarse para subsistir no sólo será más difícil de esclavizar, será más difícil de integrar en un grupo estructurado. Al salvaje que cogía a la mujer que le gustaba por los pelos y se la llevaba a casa dile que tiene que empezar a cortejarla y a convencerla de que se vaya con él…

    Así que estamos de acuerdo en que lo expuesto es un escenario imposible de lograr. Pero no coincidimos en los motivos de esa imposibilidad ni en la inexistencia del Estado de Derecho… 🙂

  6. Otro abrazo Luis,

    Aunque la verdad, hay cosas que me desconciertan un poco. Por mucho que me esfuerzo, no consigo ver al Estado como solo algo que se limita a sobrevivir. Hay Estados que si, que fastidian más que nada y son una traba, pero la cuestión que me preocupa y a la que le doy vueltas es la alternativa que se ofrece : ¡ninguna!

    En ambientes de sociedad oprimida, la ausencia del Estado no llevaría con toda probabilidad, a una situación mejor. Otro grupo de poder, se encargaría de oprimir a los débiles, indefensos o enfermos, para empezar, y al resto luego. Es decir, el aparato coactivo del Estado sería sustituido por otro, no mejor que el anterior. Y en caso de sociedades cuyos individuos gocen de libertad y de auto-organización (cosa que casi seguro que de verdad no existe), puede que el Estado no les haga falta y que sería el objetivo al que habría que encaminarse, pero mientras tanto hará falta de algo que mantenga una normas básicas de convivencia y protección. Y en todo caso, para los «rezagados», este entorno podría ser proporcionado por el resto de esa sociedad auto-organizada, pero entonces nos encontraríamos simplemente con un tipo de Estado descentralizado y horizontal, pero Estado al fin y al cabo.

    Además, decir que no existen Estados de Derecho, me parece una frivolidad a la que no alcanzo el sentido, más que nada porque pienso que hay cosas mucho más importantes sobre las que pensar. Desde un punto de vista ideal platónico, desde luego que no existen. Pero si que existen Estados que intentan serlo, y no les va demasiado mal, incluso casi lo han conseguido. Se trata de mejorar y perfilar todos los detalles que faltan. En definitiva, pensar en como mejorar, no de forma sistemática, sino racionalizando sobre aquello que no funciona.

    Saludos

  7. Iracundo: ¿olvida que «red liberal ha muerto»? (Ira dixit); pues entonces déjela descansar en paz.
    Se lo digo por su bien: si cultiva el resentimiento, no lo exponga frente al adversario .

  8. «Como ven, en ningún momento es necesario establecer un régimen de DERECHO, y mucho menos de DERECHOS de los ciudadanos. El Estado no los necesita para subsistir. El hecho de que podamos elegir cada cuatro años quiénes pueden enriquecerse a nuestra costa y quiénes pueden ejercer el patronazgo sobre nosotros no nos convierte en ciudadanos de un «Estado de Derecho» ni hace del Estado otra cosa distinta de lo que es: un sistema de dominio.»

    Es que don Luis, párrafos como este se comentan solos. Los derechos respiran aire incensado y nacen en el planeta Felizonia, conocido por sus alto contenido de felicidad. El Estado sólo es el aguafiestas malo-malo: algo así como el vecino que llama a la policía para jorobar al del quinto y sus compañeros de farra…

    ¡Marchando unas cervecitas! ¡Brindemos por el IJDM!

  9. Hola Lino! un abrazo antes de nada.

    Creo que si cambias tu primera frase te costará menos entender lo que quiero decir. Si tu frase fuera:

    Un ESTADO, es en principio y sin entrar en otras consideraciones, un aparato burocrático con cierta capacidad coactiva para garantizar su propia supervivencia imponiendo para ello ciertas normas de dominio en un territorio…

    sería más fácil entender lo que digo. No entro en si es posible un Estado de derecho, digo, simplemente, que hoy no existen. Creo, además, que es imposible que existan. Como no hay caballos con alas, pues dejarían de ser caballos.

  10. Hola Luis.

    Perdóname si me equivoco, no estoy seguro de haberlo entendido bien.

    Un ESTADO, es en principio y sin entrar en otras consideraciones, un aparato burocrático con cierta capacidad coactiva para garantizar hasta cierto punto el cumplimento de la ley en un territorio.

    Digo hasta cierto punto, porque esto no significa que el estado este siempre haciendo uso de su capacidad coactiva. Dicho esto, el estado no tiene más funcionalidad. No tiene por lo tanto el objetivo de permitir a sus dominantes vivir a costa de los demás etc. como me ha parecido entender, a no ser que en ese estado no haya una democracia funcional, es decir, que funcione. O que sus dominantes no sean el conjunto de las personas de una sociedad, en igualdad de condiciones y oportunidades.

    Osea, que el estado es una herramienta, que según quien la maneja y como, puede dar resultados radicalmente distintos. Es una herramienta peligrosa, pero muy útil, para por ejemplo, la democracia, si es utilizada de la forma explicada.

    El último párrafo no se si lo he entendido. Según creo, si que es necesario establecer un régimen de derecho para la democracia. Pero no se porque lo relacionas con la supervivencia del estado. O a lo mejor es que me parece tan obvio que son cosas distintas que por eso no lo entiendo. Es decir, la existencia de un estado no garantiza que haya derechos. Hace falta algo más, desde luego, que es que ese sistema de dominio, lo sea por la sociedad, para la sociedad y de la sociedad: la democracia.

    Saludos

  11. estoy de acuerdo contigo,luis.te aporto un ejemplo.su majestad el rey, que llegó a españa con lo puesto, ha logrado «progresar adecuadamente» gracias al estado de deshecho.Es más, los sufridos españolitos le han asignado una nota de más de siete (7),en una encuesta reciente, como premio a su labor. el mejor negocio del rey son los españoles. y sus mejores testaferros, los progreprolemugresistas.

    ¿que tevoy a decir del zetapatetico?.soy de leon. tengo su misma edad.estudie en el mismo colegio(¡¡aggg¡) y conozco al comisario politico que le hace las «inversiones en bolsa».Ya sabes, ese lugar donde se enriquecen los sucios capitalistas…como yo que asumo, dia a dia, el «factor riesgo». todos los años Lo visita en meoncloa,para rendir cuentas, vamos.

    paciencia, desde el exilio.caerá.

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