He llegado a la mitad

La noche entera
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.

Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.

No es cierto.

Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.

Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.

Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.

No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.

Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.

Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.

el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.

Don Pablo Neruda

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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10 comentarios

  1. En la vida existe al menos un punto de inflexión, un instante crítico. Tal vez coincida con la hora en la que Dante, precozmente, inicia su peregrinación a las profanidades, “nel mezzo del….”, la hora en la que se igualan los platillos del día y de la noche, de la confianza en uno mismo y el miedo a lo desconocido.

    Pero ese punto de inflexión, ese momento de libertad en medio de una historia truculenta, puede alcanzarse en cualquier otro momento, tal vez durante una hospitalización o tras el encuentro fortuito con álguien, quizá al sentir de repente la fragilidad de las convicciones, quizá después de haberse despedido, como en la Berenice de Racine, para siempre.

    Tampoco tiene por qué ser un día preciso marcado por un episodio singular o por una iluminación extraordinaria: muchos se curan en la sala de espera. Lo que llamamos momento decisivo bien puede extenderse a lo largo de varios años, coincidiendo con esa edad crítica que Jung denomina Lebenswende. Ni puede descartarse, es casi seguro que exista más de un punto de inflexión, que echemos el resto, cada vez más exiguo, muchas veces, y que la hora de la verdad se prolongue lo largo de miles de horas.

    En cualquier caso, lo cierto es que las cosas ya no van a ser después igual. Cambia la mar y el monte. También cambia el ojo que las mira. Aunque hagas las mismas cosas que venías haciendo, será distinto el interés o el desapego que en ellas pongas. Será otra vividura, quizá otra vida. Naturalmente, uno puede no darse por no aludido.

    Si embargo, quieras o no, todo será distinto. Ha dado comienzo lo que Platón llamaba la segunda travesía.

  2. Felicidades Luis… no sé si te llegará la tarjeta de Facebook, así que te dejo aquí la felicitación.
    Besazos. 😉

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