Carlos J., olvídate de la cocina! Pon un robot en tu vida.

Yo ya he encargado uno de éstos:


The Readybot Challenge, a non-profit club of senior engineers and designers headquartered in the Silicon Valley, California, has created a prototype robot capable of cleaning your kitchen.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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4 comentarios

  1. Querido Luis:

    No tengo por menos que contestarte en forma de carta antigua a lo que me propones en tu entrada. Más que nada, porque de seguro que es la primera dedicada a este humilde colaborador de un bloguer influyente y bien ganado que se lo tiene. El bloguer.

    Bien harías en no mencionar la soga en casa del ahorcado. Un robot de cocina, invento maligno donde los haya, no solo alteraría el ritmo de vida que Dios y una esposa germánica me han dado, es que me privaría de la sana práctica de los pocos vicios que la edad, las circunstancias y dos intrusas en forma de féminas adolescentes me permiten.

    Con ánimo de centrar el tema, no tengo por menos que transcribirte una letrilla que se canta acompañando al baile de la Jota de San Carlos del Valle o del Cordón, magnífica muestra de la cultura popular:

    Que el cigarro es alcahuete
    ya te he dicho que no fumes
    con el cuento del cigarro
    en la cocina te metes.

    De modo, que si introduzco un cacharro de esos en mi casa, ¿Dónde me echo mis cigarritos y los puritos cuando se tercian?

    Además, los tengo medidos. Una tortilla de patatas: tres cigarritos con dos tercios de cerveza. Una tarta de manzana, ésto ya son palabras mayores: Dos wisquis y nada de fumar. No conviene. Treinta torrijas. A pelo, pero en consideración al cocinero, un par de cigarritos de relajación.

    Y ahora pretendes que instale el robot de cocina.

  2. Clausius, pues fácil: duermes sobre el lavavajillas. Problemático el cuarto de aseo, pero si tienes un vecino majo, igual te deja ducharte los días pares 😛 provisioalmente, claro, hasta que creen el robot multifunción. Cosa de dos años o así.

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