Observen cómo un grupo de monjes disfrazados de policías represalian a un funcionario chino que intentaba pasar desapercibido
Aquí una pléyade de tibetanos, con los cerebros lavados por los mojes y el lamaísmo, realizando actos de vandalismo antiestatal
En un acto completamente “teoliberal“, quemando la sagrada bandera del sagrado estado chino
Los monjes, con sus magias esotéricas, transforman los kalashnikov en algo similar a banderas.
Fíjense en los rostros llenos de odio liberticida de estos opresores
Aprovecho para denunciar a todos estos abducidos por el lamaísmo, incapaces de darse cuenta de quién es el verdadero opresor:
– Un subversivo camuflado como voluntario de los Juegos Olímpicos
– Otro subversivo camuflado, éste participará en el lanzamiento de martillo
– Un saboteador, indudablemente víctima de las tácticas hipnóticas lamaístas
– Una peligrosa agitadora. No crean en la propaganda que nos vende.
Nota no irónica: si del gobierno chino depende (y con el cierre de fronteras, parece que lo conseguirán), jamás nos enteraremos de quién falleció estos días, ni cuántos, ni en qué circunstancias. Confío en la ingente actividad que los bloggers están desarrollando. Tal vez así logremos saber la verdad.
Cuando se enfrentan los teócratas lamaístas (vamos a suponer que todos lo son), desarmados, humillados, a los comunistas chinos, humilladores, armados, la opción es clara. Por supuesto que ningún amante de la libertad desea la reconstrucción de la nefasta teocracia lamaísta, pero las injusticias de hoy no lo son menos sólo porque nos acordamos de las injusticias de ayer.