"De occidente nos llegó la inmoralidad"

Es una cita. Son declaraciones del gran amigo de Zapatero, el Presidente turco Erdogan, en el marco de una charla durante una ceremonia de graduación escolar. Mientras decía que seguiría enviando estudiantes a occidente para aprender «artes y ciencias», les invitaba a regresar a Turquía tras concluir los estudios y se lamentaba de haber adoptado las inmoralidades de occidente.

Erdogan said, “The poet who penned Turkish national anthem [the Islamist Mehmet Akif Ersoy] said that we should compete with art and science of the West; but unfortunately we adopted the West’s immoralities that are contrary to our values”.

Y yo me pregunto: para qué quiere ingresar Turquía en el Unión Europea? Yo no entraría en un club de gentes inmorales.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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3 comentarios

  1. Hombre, Luis, es que lo prohibido y lo inmoral para estos pirados es algo hmmm, ¿cómo decirlo? con mucho atractivo. Bin Laden era famoso en Cambridge por sus juergas que no casan muy bien con la imagen de asceta del terror que tiene ahora.

    ¿Erdogan? Ohhh, todo pecaminoso en Occidente… muy malos los occidentales… pero si no nos admiten en la UE que se preparen a sufrir todas las penurias del Averno… 😛 Tiene su lógica: para ellos, la islamización es un bien, nos van a poner en el camino correcto.

    Otra cosa es que los que estamos aquí lo veamos igual… menos nuestro presidente que parece que sí tiene motivos para creer en lo pecaminoso que es Occidente, gracias a la Conferencia Episcopal, claro… 😛

  2. El AKP de Erdogan dijo, al llegar al poder, que sería capaz de llevar a cabo su programa de reformas islamistas atravesando suavemente el hímen del Estado secular levantado en 1923 por Ataturk, sin romperlo ni manchar las sábanas, y todo indica que lo está logrando.

    Ya hay «pacto»,»consenso» diría su compadre Rodríguez, para permitir el velo de las mujeres en las universidades y éste es sólo el primero de una serie de pasos que el partido islamista en el poder prevé para dar «coherencia democrática» -a ver a quién recuerda el correspondiente eufemismo zetapédico- al sistema político turco.

    El 99 por ciento de la población es musulmana, y en su inmensa mayoría respalda el uso de costumbres religiosas como el velo femenino, en colecciones de primavera y otoño y en todos sus patrones de costura

    La novia de Zapatero en la Alianza de las Civilizaciones tiene muy claro su objetivo político: recuperar las raíces musulmanas de la península de Anatolia. Que la pasta para restaurar y dotar mezquitas venga de la guajabita Arabia, le parece perfecto. Son los mismos que financian su partido…

    Ahora, que ninguno de los dos, Jose luis y Tayip, tiene tan claro su compromiso formal de diálogo con la cultura cristiana, eh. Y lo malo es que Tayip Erdogan se va de los foros de la Alianza esa de las Galaxias sin que nadie le pida cuentas…

    Los últimos informes de los organismos de derechos humanos, como los anteriores, destacan las dificultades crecientes que atraviesa la minoría cristiana turca, mucho más antigua que la musulmana y en grave peligro de extinción. La crónica negra, varios asesinatos de sacerdotes, iglesias atacadas, podría ser, efectivamente, obra de una minoría fanática, con la connivencia de algunas dotaciones policiales, del mismo modo que no todos los vascos simpatizan con ETA y bla, bla, pero las acciones conscientes del Gobierno por ningunear la actividad secular de la iglesia turca no cuentan con ninguna coartada:

    – El Sultán Democrat I se niega a reconocer el Patriarcado de Bartolomé I, cabeza de 200 millones de ortodoxos.

    – Exige que su sucesor sea ciudadano turco, haciendo muy difícil la continuidad de esa institución de Constantinopla.

    – Niega el derecho de las iglesias cristianas a restaurar los templos desportillados.

    Erdogan no habla de ninguno de estos problemas, aunque no alcanza el nadir del cinismo saudita. Cuando se planetan reclamaciones a los capitostes de Ryad, en Arabia Saudi, contestan que en sus dominios no hay cristianos y que sería deshonesto proyectar problemas allí donde no existen.

    Ocurre que SÍ hay cristianos, todavía. Somos un problema que no existe, allí ni en Bruselas, de lo que se deduce que lo suyo es suyo y lo nuestro, también. Ah, y lo nuestro es lo «vuestro», «laicos».

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