Elecciones 9-M. Votar socialista, o socialista

El argumento es viejo y, desde mi punto de vista, cientos de veces demostrado como falso. Sin embargo lo escuchamos cada dos por tres: una parte significativa de la humanidad sería incapaz de vivir de forma responsable en una sociedad libre. Por ello necesitan ayuda, y esa ayuda sólo puede proporcionarla el estado. Si nos detenemos a estudiar los diferentes programas electorales con que nos abruman los partidos en estas semanas previas a las próximas elecciones generales, caemos en la cuenta de que buena parte de los contenidos están basados precisamente en esta premisa.

Premisa no sólo rechazable desde un punto de vista moral o utilitarista. La premisa es sencillamente falsa. No voy a negar que, dadas las actuales circunstancias socio-económico-políticas, una buena parte de la población adolece de un alto grado de servilismo por autonegación, estoy convencido sin embargo de que ello es consecuencia de las políticas sociales y culturales a que nos hemos visto sometidos en los últimos 100 años.

En primer lugar tenemos un sistema estatal de enseñanza  dirigido principalmente – y aderezado con  los falsos cantos de sirena de los políticos presentándonos ideales educativos emancipatorios – a convertir a los escolares en ciudadanos obedientes y políticamente correctos, aún a costa de sacrificar los talentos y el desarrollo de muchos de ellos. Cuando los escolares reciben su – absolutamente devaluado – certificado escolar, deben encontrar su sitio en el mercado, en la calle. Un mercado y una calle completamente estrangulados por la regulación estatal que convierte los primeros pasos en poco menos que aventuras imposibles para el inmaduro absolvente. El acceso a estudios superiores es impensable para muchos de ellos, por lo que es el estado, de nuevo, el que se ocupa de facilitar el «salto» reduciendo los niveles de exigencia a un mínimo denominador común. La mayoría terminarán abandonados al mercado laboral, es decir, a la dependencia profesional, donde se encuentran empresas con severas estructuras jerárquicas y, de nuevo por obra y gracia del estado, la desleal competencia de las minorías y las mujeres, injustamente discriminadas positivamente por virtud de alguna ley.

No olvidemos a  otra buena parte de la población que ni siquiera tiene esa opción. Ya sea por carecer de la suficiente formación estatal (es decir, sin diplomitas), ya sea por absoluta falta de confianza en sí mismos o por una mezcla de ambos factores. Son los que eligen directamente la dependencia emocional y financiera del estado: las ayudas sociales. Dado que las ayudas financieras a los más débiles son mayormente monopolio el estado, resulta extremadamente difícil liberarse de tal dependencia. Después de todo, a los oligarcas les interesa tener cuantos más «clientes» mejor (voto cautivo).

En otras palabras: el hecho de que hoy el aparato del estado produzca una gran cantidad de ciudadanodependientes no significa que esa dependencia (incapacidad para regir la propia vida) sea inherente a la gran mayoría de nuestros conciudadanos. Más lógico resulta pensar que una sociedad libre de opresión política y cultural facilitaría la emancipación y la actuación responsable de la mayoría de quienes hoy no tienen más remedio que someterse a los dictados de nuestro tiempo. Evidentemente no puedo cuantificar el procentaje de población que asumiría su emancipación. Pero lo que nos presentan los partidos políticos estos días en sus programas nace del convencimiento según el cual, en una sociedad libre la mayoría de las personas seguirían siendo incapaces de emanciparse. Ello implica que están convencidos de que el reparto actual de bienestar y capacidades es congénito.

Los débiles lo son porque han nacido tontos y dependientes; las minorías étnicas están representadas en las capas más bajas de la sociedad porque son genéticamente inferiores; las mujeres ganan menos dinero de media que los hombres porque son menos productivas. Por ello, la clase dominante debe proteger a estas personas a costa de los demás y con los medios que se obtienen de los impuestos cobrados a todos. 

Así de duro suena, exagerando el tono, lo que podría ser el resumen de las premisas anteriores. Obviamente no afirmo que todos los defensores del «estado social» sean defensores activos de los aborrecibles principios arriba formulados. Pero con nuestra anuencia no hacemos si no consolidar un «status quo» de eterna enajenación y discriminación legitimada. Quien acepta sin más un reparto como el descrito de las capacidades individuales, contribuye a la perpetuacion de las estrucutras políticas causantes de tal desaguisado, al tiempo que reafirma la depreciación de los débiles, las minorías étnicas y las mujeres.

Quien pretenda colgarse la etiqueta de liberal no podrá conformarse con una defensa de la sociedad libre desde la idea sí, los débiles son tontos, las minorías inferiores y las mujeres improductivas, pero el estado (o si lo prefieren, este estado) es peor.

Por eso yo no votaré al PSOE. Por eso yo no votaré al PP.

Yo les animo a NO votar al PSOE. Siempre hay calidades y el partido socialista ha demostrado en los últimos cuatro años no sólo ser absolutamente incapaz de fomentar la libertad, ha usurpado la legislatura para sentar las bases de más políticas adoctrinantes, discriminatorias y liberticidas. Pero yo, en conciencia, no puedo votar al PP ni pedir el voto para un partido que se limita mayormente a pintar de color diferente los marcos del cuadro que describo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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7 comentarios

  1. La verdad es que los aciertos de unos y otros, los realmente eficaces, resultan de muchos factores concurrentes: hay muchas variables y ni Glez. ni Ánsar ni mucho menos el actual gabiniete las controlan todas.

    Realmente no podemos votar el pronóstico meteorológico; pero desde otro punto de vista, los políticos son víctimas de esa «fatalidad»; no en el mal sentido, o no sólo, sino de un «fatum», de una serie de circunstancias concatenadads que o bien nos sitúan en el momento oportuno en el lugar adecuado, o bien nos permiten intuír en cada momento lo menos insensato – que es lo que un poetastro sin versos es incapaz de hacer.

    Bastaría con que los políticos se limitaran a ser normales y evitasen las payasadas pues, como le escribía Lord/Lady Chesterfield a su hijo/a, «the pleasure is momentary, the cost is exorbitant, the position is ridiculous».

    Por otra parte, Rajoy tampoco se acuerda de aquello del Dr. King: «La feroz urgencia del ahora». Hay días para empatar a cero y días que hay que salir a ganar.

  2. Manuel, a mí la conciencia me dice que hay que echar a Zapatero, pero también me dice que hay que provocar un cambio profundo en las estructuras carcomidas de nuestra democracia. Mi voto en blanco srá testimonial, tal vez, pero es el único que puedo dar.

  3. Estoy de acuerdo con tu análisis y lo he dicho en varias ocasiones. Como decía Hayek, los socialistas de todos los partidos…

    Sin embargo, aún siendo así, y no teniendo alternativa, a mí la conciencia me dice que hay que echar a Zapatero. Es peor Zapatero para todos que Rajoy y por eso, votar en blanco es tirar el voto. Con la conciencia tranquila, eso sí.

    Después de bastantes elecciones en las que he votado a UCD, en blanco, al PRD de roca ¿te acuerdas?, al CDS y al PP he llegado a la conclusión de que el único voto que vale es el voto útil, aunque sea con la nariz tapada. Doy por sentado que la revolución liberal no se va a producir de la noche a la mañana, sino que será paulatina y lenta. Para eso, es mejor votar a Rajoy que a Zapatero.

  4. Minne, estoy contigo. Efectivamente, no votar al PP NO es votar al PSOE. De todos modos, Rosa diez no es una alternativa. Ni ningún otro de los que concurren a las elecciones. Mi voto será en conciencia, y será en blanco. Pero eso es lo que me pide a mí mi conciencia. A quien me pregunte, le diré que en ningún caso vote al PSOE. De los socialistas, siempre es preferible descartar al mentiroso y al traidor.

  5. Algo raro ha pasado. habia escrito, me ha dado un error y luego dice que ya he escrito. Un estres.

    En breve, lo que yo decia es que estoy muy de acuerdo con el razonamiento. Que no me parece que el lema «si no me votas, votas a Z» sea un argumento; que lo he escuchado demasiado y no me van esas consignas.

    No obstante, decía que creo que lo prioritario hoy es que Z se vaya. No se si su marcha cambiara mucho. No creo que el PSOE se liberalice. Veo moción de censura en Navarra y veo rebelión catalano-balear en lontananza. Y no se si Rajoy va a tener lo que hace falta para poner firmes a todos esos violadores de la ley.

    Y dicho eso, que antes lo decia al final y ahora al principio, tambien mencionaba que Rajoy en TV3 defendió el castellano en la educación, cuando no es ese el problema sino que el problema es la libertad de los padres, como bien dijo Garcia Albiol.

    Tambien me refería antes a que mientras Rajoy promete 2 millones de empleos (suspiro) Pizarro dice que el dinero esta mejor en el bolsillo de los contribuyentes.

    Es decir, que el PP dista de ser lo que a mi me gustaría y dista de darme la seguridad que desearía; pero ante la perspectiva de Z 4 años mas… ufffff

  6. Comparto el análisis que haces con algún matiz.

    El matiz fundamental es que me emocionó leer a Pizarro diciendo eso de «el dinero esta mejor en el bolsillo de los contribuyentes». Dicho por un NUMERO DOS!!!! Wow!

    Pero hace nada Rajoy fue a TV3 y, preguntado por el tema lingüistico, metio la pata porque no se sabia la leccion (ver Garcia Dominguez en LD) pero sobre todo porque no planteó el discurso de Garcia Albiol: no es una cuestión lingüistica y me la sopla si es o no legal; es una cuestión de libertad y derechos; la educación corresponde a los padres y ellos deben decidir. Y eso se llama cheque escolar. Incluso odría haber aprovechado para sugerir que con el cheque escolar, quizas Montilla llevaría a sus vastagos a la escola publica catalana. Es un ejemplo.

    Rosa Diez habla de devolver la educación al estado; pero no a los padres.

    Otro ejemplo es que Rajoy va a crear 2 millones de puestos de trabajo. ¿Funcionarios? Espero que no. Pero debería decir que va a quitar trabas a la creación de empleo en vez de vender burras ciegas. Yo he tenido empresa y tengo; he tenido empleados y ahora no tengo porque sale carisimo. Ahora trabajo solo con freelance. Es mas caro pero sale mas barato. Pero ayudas ni una, al contrario. Ayudas haylas para los amigos siempre.

    El problema para mi es que la experiencia de estos 4 años es tan horrible y las expectativas son tan dramáticas que creo que la primera cosa es echar a Z.

    Yo no he decidido aun porque mi voto es lo unico que tengo y no voy a soltarlo facilmente. Pero si se que hoy toca usarlo para que Z se vaya.

    No creo que Rajoy tenga la madera que hace falta para lidiar con lo que viene si gana: referendum de Ibarreche, mocion de censura en Navarra, sublevación catalano-balear, renacer sindical …

    Sinceramente no lo veo. Pero si Z sigue sera la debacle. Y mas vale un riesgo que la certeza del desastre.

    Y no, no votar PP no es votar PSOE. Ese es una argumento tipicamente socialista. Si ese es el unico argumento para votar al PP, entonces fijo que no lo haria.

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