100% coherente? Imposible

Y miren ustedes que lo intento. Aún a costa de discusiones y alguna amistad. Y a pesar de que, supongo, no pocas veces me equivoco. Pero qué pensaría usted de mí si hoy defiendo «a», manyana «b» y pasado «x»? Que soy un pelele, sin duda.

Si mantengo que el abuso de poder que desde el estado ejerce la oligarquía dominante es el mayor peligro para nuestra libertad inividual, cuando estos oligarcas – no importa el color del sayo – arremeten desde su posición de privilegio (ojo! ellos están «legitimados» para hacerlo, me dicen) contra cualquier sector de la sociedad, he de quedarme callado? Siempre? A veces? Qué veces? Y si no me callo, he de justificar cada vez, eternamente, las razones por las que ni éste ni ningún otro de los gobiernos que he vivido es «mi gobierno»?

Cómo va a ser «mi gobierno» un gobierno que sólo atiende las necesidades de las oligarquías y lava su conciencia con limosnas a las minorías unas veces, populismo igualitarista por lo bajo las más? Un gobierno que desoye a sus gobernados y embarca a sus administrados en un conflicto bélico, independientemente de la conveniencia o no del mismo? Un gobierno que negocia con terroristas, o que los elimina de un tiro en la nuca manejando los hilos de mafias policiales? Pecados de los gobiernos que he sufrido, desde los 60 (por supuesto, no creerían que me iba a olvidar de los 60!), cometidos en mi nombre, a mis espaldas, en secreto… Ningún gobierno de este país posee la más mínima legitimidazzz si es a mí a quien preguntan.

Cuatro líneas, o mil, alertando frente al racismo, abogando por los valores individuales de todos, mostrando lo que de positivo pueda haber incluso en aquello que nos resulta más extranyo, eligiendo con esmero los entornos, rompiendo dolorosamente amistades incipientes incluso … para qué? Para no poder siquiera decir a mis amigos un «ojo, este huele raro, yo no le apoyaré» sin que me lluevan los palos por todas partes? También he de callar? O, mejor, recurrir al aplauso epiléptico? Acaso el mero hecho de dudar de alguien me convierte, o gesto sacramentado, conjuro todopoderoso, en defensor de otro? En defensor de nada que no haya defendido antes ya?

Y puede que me equivoque. Puede ser que el gobierno deba defendernos de los ataques furibundos de la iglesia, puede ser que rendirse al terrorista sea mejor que encarcelarlo, puede ser que Ron Paul sea abuelete liberal y majo – es tanto y tan bueno lo que defiende! – al que perdonar su incompetencia para controlar su propio redil. Puede ser que tenga incluso que cerrar los ojos, taparme la nariz y votar a Rajoy, con el único pretexto de largar a Zapatero.

Puede que me equivoque, pero puede que no. Concédanme el derecho a equivocarme pero, si han de juzgarme, les ruego la gracia del tiempo. Tiempo para comprobar mi incoherencia, si la hubiere.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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10 comentarios

  1. Luis, hijo mío, que te veo y no te veo, como decía mi señora madre antes de revolverme un huevo crudo en un vaso de leche. Bajones de moral, los justos. ¿No se te habrá ocurrido dejar de fumar y ponerte a régimen a la vez? Crimen de lesa humanidad. Hazme caso, primero a régimen: verduritas crudas, si acaso con un aliño clásico, un pescaíto a la plancha, poquito pan, que además está muy caro, un yogurcito desnatado, que no es lo mismo que un Kate Moss y de postre, un cigarrito con cargo de conciencia y en conciencia de que te quedan muy pocos. O sea, una desgracia que luego tendrá sus compensaciones: ¡Pero mira que guapo está mi Luis!¡Sólo le falta arreglarme el grifo que me gotea medio año!. Paciencia, en cuanto a las mujeres les de por la política, podremos ver a gusto el fútbol. Y que les den.

  2. Me da la impresión de que el PSOE y el PP han hecho efectivo el pacto sobre la propuesta de que gobierne el que más votos obtenga, sin necesidad de pactar con los nacionalistas. Zapatero ha salido suficientemente escaldado como para entenderlo así y Rajoy es suficientemente inteligente como para entenderlo así. Lo difícil será que Zapatero sea «coherente» y mantenga su palabra.

    Eso es lo unico que explicaría la contención y mesura de Rajoy, desde un tiempo para acá, y la confesión de Z con su chapuza etarra. Me huelo algún pacto. Algo que de no obtener mayoría absoluta ninguno de los dos, me parece una buena medida, como mal menor. Creo que es mejor aguantar al Z otros cuatro años vigiliado de cerca, por Rajoy, que no bajo la presión y atracos del hampa nacionalista. Lo mismo al contrario. Es la única forma de hacer efectiva la voluntad popular en el Parlamento, legislando y gestionando desde la suma de las dos grandes mayorías y no al contrario, como hasta ahora.

  3. Yo tambien estoy meditando si taparme la nariz y votar al tal Rajoy, pero casi cada dia cambio de opinion y ademasno basandome en propuestas ni en nada de nada, sino según mi humor.

    Mi duda es :

    ¿Que es mejor?

    1- Votar al PP , con la tropa actual, en cuyo caso ocurrirá una de tres:

    1a)Mal Menor –> Gana el PP con mayoria absoluta , con lo cual 4 años de estos elementos gobernando y a ver que pasa

    1b)Desastre total –> Ganan sin mayoria absoluta, al dia siguiente se olvidan todas las promesas y se meten «ipso-facto» en el despacho a los de CiU, PNV y CC , a darles todo y más.

    1c) No Gana –> Pasese al numero 2

    2- Abstención o directamente voto al PSOE , con lo cual se dan dos posibilidades

    2a) Gana por mayoria absoluta –> Lamentable politica socialdemocrata, la economia se va ya definitvamente al garete.

    2b) Como en esta legislatura –> Aliados con los nacionalisatas se lo cargan TODO ya definivamente.

    En ambos casos ,aunque lo parezca, no es tan malo, ya que se supone que entonces el PP reflexiona y se vuelve mas o menos liberal , por ejemplo nos dan Esperanza para el 2012 (soy un optimista confeso)

  4. Luis, me extraña que un pedazo de tío con la capacidad intelectual que tú tienes se haya tomado tan a pecho ciertas críticas de garrafa. No vale la pena gastar una sola línea de saliva, ante según qué posturas encorsetadas, para darles la réplica a esos descontentos del todo.

    Porque si fuese así, si valiera la pena invertir algún tiempo en la autodefensa a ultranza, los de Batiburrillo, llenos de llagas a causa de tanto roce con la tropa ortodoxa liberal o la brigada izquierdosa jacobina, no podríamos dedicarnos a nada más y como consecuncia de ello hace tiempo que nos habríamos cortado las venas a rodajitas. Y varias veces cada uno.

    Y aquí estamos los batiburros, cada vez más curtidos e insensibles a las opiniones resbaladizas. Nosotros a lo nuestro, que es darle caña a los liberticidas.

    Carlos Javier Muñoz de Morales se toma a cachondeo el asunto y en su último artículo te cita, al tiempo que ofrece su propia candidatura a las elecciones. El artículo saldrá en unos minutos en nuestra página.

  5. Judas: la indulgencia necesita una culpa. No veo yo culpa por ningún sitio: Paul es, cuado menos, indiferente a ciertos racistas; este gobierno presenta claros ramalazos totalitarios.

    Hombre, Minneconjou, no iba yo por ahí. Solo faltaba que lo que aquí se escribe afectase a Paul en nada. Aunque visto como reaccionaron algunos, pudiera pensarse que sí.

    En fin, la próxima vez me explicaré mejor.

  6. Yo no creo que sea un problema de coherencia (que, en cuanlquier caso, es subjetiva) sino de autoindulgencia.

  7. A mi me parece que la coherencia se basa en una sóla cosa: En mantener una línea, buena o mala.

    En ese sentido la coherencia no me parece un bien necesariamente. Coherente es un asesino en serie, pero no me parece ni recomendable ni defendible. Coherente es la ETA y no me resulta especialmente simpática.

    Dicho eso, la coherencia que me parece buena, digna y defendible es la que se basa en ser crítico, incluso y especialmente con lo que uno cree o le agrada, de modo que se mantiene abierta la ventana a cambiar de opinión. Derecho éste, el de cambiar, reconocido en la DUDH.

    Para ser crítico de modo coherente, uno debe de tener unos principios. Si son sectarios (esto es de mi tribu, ergo lo defiendo o justifico) pues volvemos a la parte primera y puaj. Si son universales (derechos básicos humanos, racionalidad, verdad) entonces a mi ya me gusta más la cosa.

    Como sea que a mi me cuesta mucho estar de acuerdo conmigo mismo por esa funesta manía de repensar las cosas y que tengo una natural y visceral aversión a todo lo que sea o suene a consigna, siempre agradezco las informaciones y las reflexiones que me obligan a revisar, a repensar, a mirar de nuevo, a cambiar el punto de vista.

    Y eso hace que uno vuelva a unos sitios y abandone otros.

    Respecto a Ron Paul, si tienes una duda y has de callarla la pregunta es ¿que clase de liberalismo o libertarianismo o liberloquesea es ese que estigmatiza la duda? En mi opinión, sería sectario, aunque las políticas que defendiera fueran chachipirulis. Mala compañía.

    Y eso sin olvidar algo que creo que es importante tener en cuenta: la proporcionalidad. Dudo mucho que tu post sea la causa de los resultados de Ron Paul en lo que llevamos de carrera electoral, dicho sea sin ánimo de faltarte al debido respeto.

    Dicho de otro modo: si de una reflexión mía fuera a depender una guerra, la pensaría mil veces antes de expresarla. Si lo que depende de esa reflexión es un debate, un cruce de opiniones e informaciones, me sentiré siempre mucho más libre para expresarla aunque aún no esté siquiera seguro de ella y sea sólo una duda que me asalta en un momento dado.

  8. Ser coherente con tu conciencia, como útil para encontrarte con la verdad, limita el error a tu condición de humano.

    Por norma critico todo lo que me afecta, bien en positivo o en negativo, independientemente de su origen, patrocinador o circunstancia, ajustándome a la democracia, como referente en el aspecto político, y como antes he dicho, a mi conciencia como ‘fiel’de mi propia balanza, en un intento de objetivizar mis propias tendencias subjetivas.

    A veces no se puede vencer la recalcitrante o resistente subjetividad, por uno mismo, en el afán de arrimar el ascua cada cual a su sardina, pero ahí es donde se produce el debate y se intenta llevar el ascua al centro de gravedad decidido por la suma algebrica de ese mismo afán que anida y mana en el alma de todos los demás. Algo que suele ser habitual y que forma parte de la rutina en la normalidad, entre gente sensata con mínimos niveles de cívica racionalidad que permitan situar las críticas y actuaciones, desde la priorización de la lógica de la razón sobre la de los intereses, deseos o sentimientos.

    Naturalmente este obliga a reconocer la razón allá donde se encuentre en cada momento, apoyando o criticando a veces a unos y a veces a otros, dado que nadie es poseedor absoluto de la misma, lo que te pone en el brete de ser fiel a tu conciencia, a un partido, a una ideología o a la verdad. Nunca podrás ser fiel a todos ellos sin faltar a la verdad. Si eres leal a esa verdad, tendrás que rebatir las razones de los otros en mayor o menor medida, más o menos a menudo, usando como referente, de tu coherencia, en la sintonía entre tu conciencia y la realidad objetiva sustentada en la verdad.

    Ser fiel, incondicionalmente, a una organización ‘valedora y custodia’ de una ideología es lo que se denomina ‘disciplina de partido’. Eso ya sabemos lo que es y no hay nada que me resulte más repulsivo que una mafia corporativa, para intreses privados, desde cargos para el interés general, como enemigo corrosivo de la democracia, por serlo del derecho ajeno.

  9. Es un signo de mediocridaz intelectual ver contradicción allí donde sólo hay contraste.

    PS.- Imponer un sesgo ideológico a la educación es totalitario aunque lo haga mi partido.

    PS2.- Ron Paul es libertario aunque le apoyen notorios friquis de derechas como Eduardo Arroyo (ver El Semanal Digital).

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